6. Posible encuentro
Nuestro viaje había sido tranquilo, durante el trayecto nos la pasamos conversando.
—sea bienvenida mademoiselle, me presento, soy Aiden Reslish y seré su guía el día de hoy—dice mientras me hace una reverencia
Me río a causa de sus palabras.
—por favor muéstreme la ciudad jeune monsieur.
Nuestra travesía por la ciudad comienza, Aiden me lleva a varios lugares mientras me cuenta la historia de algunos sitios o lo que se encontraba en el lugar hace cientos de años.
Con cada detalle que daba es como si hubiera vivido en aquella época y presenciado cada acontecimiento que sucedió por estas calles.
—Muchas gracias por el turismo y por acompañarme el día de hoy. Estoy segura que si hubiera venido por mi propia cuenta me hubiera perdido.
—no hay de que, ¿hay otro lugar al que quieras ir?
—Si quiero ir a comprar algunas cosas a algún mercado de la ciudad, quiero preparar alguna comida de mi país, sé que será difícil ya que hay algunos ingredientes difíciles de conseguir o caro.
—¿prepararas comida mexicana?
—si, aunque aun no se que cosa, tampoco es que sea una gran cocinera, solo se lo básico—respondo
—te acompaño, con la condición que pueda probar un poco de tu comida.
—Sí, por supuesto.
Nos dirigimos al supermercado a comprar los ingredientes que me hacían falta. Había traído algunos, así que no tendría que gastar mucho.
Una vez comprado todo lo necesario y pasar a la caja en donde tuve una pequeña pelea con Aiden ya que él quería pagar todo, al final llegamos a un acuerdo de pagar la mitad.
—ya es algo tarde, así que debemos volver a casa, le prometí a tu padre que te llevaría antes del anochecer, le diré que llegaremos tarde, tú mientras adelántate al carro.
—si, claro.
Aiden se aleja para llamarle a mi padre.
Cuando estoy por dirigir al carro al otro lado de la calle veo a una joven parecida a mi hermana, no, definitivamente es ella. Ojos color olivo, cabello castaño, nariz pequeña y pecas en todo su rostro. Era ella.
Corro en su dirección, ignorando los gritos de Aiden diciendo mi nombre.
Cruzo la calle y corro hacia ella.
Noto que acelera el paso, por lo cual hago lo mismo. Sin embargo, al llegar a la avenida, la pierdo de vista ya que había varias personas reunidas festejando por que su equipo de hockey había ganado. Intentó pasar entre la multitud, pero es imposible, tan solo veo como se aleja entre la multitud.
Siento que me jalan con el fin de alejarme del cúmulo de personas.
Aiden sostiene mi mano y me atrae hasta él.
—¿Por qué corriste?
—la vi, la vi.
—¿a quién?
—a mi hermana, vi a Clarisa.
A pesar de que Aiden me dijo que podíamos caminar en la dirección en la que se fue para verificar si era ella, me negué.
Tal vez no era ella, era alguien parecido, después de todo en el mundo hay personas que tienen rasgos similares.
Además si fuera ella, porque estaba aquí vagando en las calles de Vancouver, que se encuentra a unos kilómetros de Greenwolf. Y no solo eso, el boletín de su desaparición estaba en todo el país ya que era menor de edad e incluso su foto merodeaba en páginas de gente desaparecida y en redes sociales. Cualquiera en esta ciudad que la haya visto pudo avisarle a la policía.
También está la cuestión del motivo por el cual se encontraba aquí.
Clarisa era una persona tranquila, tenía pocos amigos en el pueblo y en donde vivía con mi madre ella no tenía amigos, ella se refugiaba en sus clases de arte o de ballet.
Pero todo cambió cuando conoció a aquel chico.
—Nora ¿te encuentras bien?
—si estoy bien.
—¿Qué hacemos? ¿la seguimos?
—no, seguro me equivoque de persona, hay que volver a casa—respondo
—Está bien.
En caso de que se hubiera fugado a causa de la discusión que tuvo con su novio, debió volver con mamá o conmigo y la abuela.
Necesitaba leer aquel diario.
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Cuando llegamos a Greenwolf ya había anochecido.
Al llegar a casa nos encontramos a Logan y su padre, los cuales se quedaron congelados al ver a mi lado Aiden.
Mi acompañante los saludo de manera cortés para luego acercarse con mi padre y con el padre de Logan, mientras que el amigo de mi hermana se acerca a mí.
—¿Qué haces con él?
—es mi amigo, además por qué debo darte explicaciones, si no eres mi amigo.
—pero nos conocemos desde niños—-contesta
Mi padre y su madre estudiaron en la misma universidad cuando recibieron una beca para estudiar una temporada en la universidad de Vancouver. Al final ella se quedó ya que conoció al padre de Logan. Por lo cual a veces iba al pueblo en el que vivía con la abuela en el verano ya que su madre también es de ahí.
—¿y? Eres el amigo de mi hermana y no mío, y aún así no debo darte explicaciones de con quién me relaciono.
—Él es peligroso.
—él es una persona que se ha comportado bien conmigo—dije
—él es igual que Eldrich—comenta
—deja de decir mentiras, se que no te agrada nadie de la familia de Eldirch o de él por los consideras unos invasores.
Logan se quedó en silencio ante mis palabras pero rápidamente retomó la discusión.
—Entonces ya lo sabes.
—si Aiden me lo dijo.
—y aun así lo aceptas, sabiendo que es un monstruo.
—¿he?
Estaba por preguntarle a que se refiere cuando su padre lo llama para que se vayan. Me despido del señor no sin antes darme una mirada severa, como si me regañara al igual que su hijo por verme llegar con Aiden.
Una vez que padre e hijo se marcharon me acerco a mi padre para preguntar qué hacían aquí.
—vinieron a instalar las cámaras, luego del incidente de anoche decidí instalarlas.
—eso debiste hacer desde el principio—reproche
—Lo sé, pero pensé que era innecesario ya que era un pueblo tranquilo. Sabes alguna novedad sobre la situación.
—no nada aún señor—responde
—comprendo, ¿te quedas a cenar? Quiero agradecerte por llevar a la ciudad a mi hija y cuidarla.
—de nada señor Galindo, además, su hija ya me invitó a cenar, aún así gracias por su invitación.
Los tres entramos a casa.
A pesar de que era un invitado Aiden se acercó a nosotros para ayudarnos a preparar la cena con la excusa de que quería aprender a elaborar platillos mexicanos.
Al final hicimos tacos dorados y algo de guacamole.
—me hubiera gustado hacer otra cosa más elaborada pero no logre conseguir todos los ingredientes, pero espero si un día visitas México y de paso a mi, mi abuela y yo te prepararemos un pozole o unos tamales.
—Entonces iré a visitarte, por cierto está delicioso el guacamole.
Una vez terminada la cena me ayudó a lavar los platos para después marcharse.
Me encontraba acomodando los platos en las estanterías cuando mi padre se acercaba.
—Es un buen muchacho.
—¿Quién?
—Aiden—responde
—me alegra que pienses eso, Logan no cree lo mismo.
—¿por qué lo dices?
—me dijo que me alejara de él.
—sólo te está protegiendo, lo mismo le dijo a tu hermana de Eldrich. Logan las considera como a unas hermanas por eso toma esa actitud.
En realidad Logan estaba enamorado de mi hermana pero eso no se lo dije.
Hablando de contarle algo, por un momento quise mencionar que vi a mi hermana o bueno alguien parecido a ella pero al final no se lo dije.
—¿Por qué dices que Aiden es un buen chico?
—es una persona educada, es amable contigo y simpático, al contrario de Eldrich que era una persona distante, siempre ha sido así en la escuela al igual que sus hermanos—menciona
—¿te agradaba?
—no, había algo en él que me da mala espina.
—¿Y en Aiden?
—siento que hay algo pero no es tanto como el menor de los Collins. Tal vez sea porque es alguien cordial, aunque su pinta de chico malo no ayuda.
—¡papá!
—solo estaba bromeando hija.
Bueno tenía un poco de razón, cabellos largos, ropa oscura, fumar y tener una cara de mírame y te mato no era alguien que te diera confianza. Aunque debía admitir que aquel aura y ser alguien apuesto lo hacía más atractivo, según las palabras de Ferya.
Luego de haber guardado los trastes decido ir a mi habitación para comenzar a leer el diario de mi hermana para ver si encontraba una pista sobre su desaparición. No obstante, no encontré su diario en el sitio en el que lo dejé. Busque por una hora por toda la habitación y en la de ella la maldita libreta pero no había rastro de ella. Al final dejé la búsqueda ya que debía irme a dormir para el otro día ir a trabajar.
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