Han pasado dos semanas desde que llegué a Greenwolf. Durante este tiempo los casos de personas atacadas han aumentado.

El día de hoy cerca del senderismo hubo un ataque a dos jóvenes turistas que vinieron en grupo y que se perdieron hace tres días. Hoy se encontraron sus cuerpos con signos de ataque.

Ahora con este hecho el pueblo estaba en el ojo público. En los noticieros de las localidades vecinas e incluso salió un reportaje en cadena nacional. Y ahora con el uso de la redes sociales el nombre del pueblo aprecia en las tendencias.

Las redes se encontraban divididas, entre las personas que afirmaban que los incidentes pasados y el de esta mañana había sido provocado por algún animal o un asesino en serie, mientras que la otra mitad tenía ideas de que alienígenas o vampiros eran los causantes del ataque a los senderistas.

No solo el caso de aquellos dos joven recientemente encontrados sin vidas estaba dando que hablar e incluso la desaparición de mi hermana estaba en bocas de todos o bueno en las pantallas de sus celulares. Es por ello que mi teléfono no paraba de sonar por tanta notificación de ex compañeros de la preparatoria y mis amigos me mandaban mensajes para preguntarme de la situación.

Estaba harta de que a cada segundo mi celular sonara. Hacía que me distrajera de mis labores.

Harta de escuchar de manera constante aquel tono que ahora se me hacía molesto, decido apagar los datos móviles.

—al parecer llegó en mal momento.

Estaba tan concentrada en ignorar los miles de mensajes que tenía que no me percate que Aiden había entrado al local.

—no te escuche entrar.

—es que soy un ninja—bromeo

—sabías que eres pésimo bromeando—comente

—una disculpa, solo quería que te relajaras un poco. Honestamente ambos lo necesitamos.

—¿Por qué lo dices?

—A pesar de que casi no estoy todo el tiempo en el pueblo, soy parte del consejo.

—oh, nepotismo a la vista.

—considéralo como quieras, después de todo soy tataranieto del fundador, mi puesto en el consejo ha estado por varias generaciones, mi deber es aprender mis deberes.

—¿Qué estamos en el siglo dieciocho?

—Greenwolf es un pueblo muy antiguo, algunas tradiciones siguen en pie—responde

—Como sea, mencionaste algo relacionado al consejo.

—ha si, hemos estado reunidos para ver los incidentes que están sucediendo en el pueblo. Los mayores se encuentran preocupados porque ahora el pueblo está bajo la mirada de todo el mundo, por que estoy seguro que a esta hora la noticias de los senderistas ha llegado hasta el otro lado del mundo y eso no es nada bueno.

—¿Por qué? no sería bueno, ahora el pueblo sería más conocido y los aficionados a lo paranormal y la gente conspiratoria creará que el pueblo creyendo que hay seres de otro planeta o vampiros.

—¡no!

—¿por qué no? eso atraería más turistas, ya ha sucedió en Roswell.

—A los mayores que son parte del consejo no les agradaría que el pueblo sea conocido por una mentira, A mi me da igual.

Tenía razón, no creo que a ellos les agradara que el pueblo sea conocido por una serie de asesinatos y desapariciones.

Su teléfono suena, inmediatamente contesta.

—¿En serio debo ir? Bien, estaré en cinco minutos allá.

Finaliza la llamada para luego guardar su celular.

—me tengo que ir, mi padre quiere que esté presente en una reunión. Nos vemos.

—Adiós.

Sale de la tienda dejándome nuevamente sola.

He vuelto a mi casa agotada. Ya que últimamente he estado ocupada en la librería recibiendo mercancía y atendiendo gente. Por suerte la carga ha sido menos pesada desde que mi compañera de trabajo de nombre Ferya esta de vacaciones en la universidad. Ahora está más horas en el local.

Por lo mismo que he estado ocupada no me ha dado tiempo de leer el diario de mi hermana.

Enciendo la luz del pasillo una vez que entro a la casa. El lugar se encuentra solo. Mi padre aún no ha llegado, seguro se quedo calificando exámenes o algo.

Me dirijo a la cocina para preparar algo de comer. Había traído algunos ingredientes para hacer algo de pasta. Me gustaría hacer algo de comida de México pero no logro conseguir todos los ingredientes en el pueblo. Tal vez cuando sea el día de mi descanso vaya a la ciudad a conseguir los ingredientes.

Dejó las bolsas de papel en la mesa para ir a buscar el resto de ingredientes al refrigerador.

Cuando escucho un ruido proveniente de la planta de arriba.

Intento ignorarlo pero vuelvo a escuchar un ruido. Tomó un rodillo que estaba en el cajón para dirigirse a la planta alta. Esperaba que fuera algún animal del bosque que se hubiera metido al bosque en lugar de un ladrón.

Al llegar al segundo piso todo está desolado y a oscuras. Enciendo la luz del pasillo para que no esté a oscuras.

Comienzo a caminar y asomar en las habitaciones pero no veo nada.

Estoy revisando la oficina de mi padre que es la habitación que se encuentra en el fondo, cuando escucho como si alguien corriera por los pasillos.

Eso me pone los pelos de punta. Corro hacia la puerta para cerrarla y ponerle seguro a la puerta.

Entró en pánico al pensar que alguien se había metido a la casa. Corro hacia el teléfono fijo que se encuentra en la oficina y marco a la policía.

El sonido de la llamada entrante se me hace eterno. No se cuanto ha pasado pero cuando escucho la voz de la operadora siento un leve alivio.

—alguien se ha metido a mi casa, me encuentro sola, estoy asustada—digo entre lágrimas

No sé en qué momento comienzo a llorar.

—Dígame su dirección señorita.

Escucho un ruido proveniente de la habitación de mi hermana provocando que suelte un grito y una grosería en español.

—¿disculpe?

—así perdón, es que estoy nerviosa—respondo

Le doy la dirección como puedo ya que me encuentro a punto de tener un ataque de pánico.

Me paniqueo aún más al escuchar como los pasos se acercan en mi dirección.

—se acerca a donde estoy—susurro

—ya va la policía para allá. Por favor inhale y exhale y cuente hasta diez.

La operadora se da cuenta de mi ataque y me ayuda a tranquilizar con ejercicios de respiración y se lo agradezco que se haya quedado a pesar de que ya haya tomado mi reporte.

Pero aquello no funciona cuando escucho unos segundos pasos acercándose.

Casi me da algo al escuchar como algo araña la puerta desde el otro lado.

Por suerte se detiene.

No logro escuchar lo que dice uno de ellos, solo sé que es una voz masculina.

No obstante, los ruidos vuelven e incluso logró escuchar que forcejean.

Escucho como la cerradura se rompe.

Justo cuando la puerta está por ser abierta, del interior del bosque se escucha el aullido de un lobo.

Escucho como corren hasta la habitación de mi hermana.

El lugar se llena de un silencio por unos breves segundos ya que a lo lejos comienzan a sonar las sirenas de las patrullas acercándose.

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No se cuanto tiempo permanecí inmóvil en el mismo sitió o si la operadora terminó la llamada.

Me había paralizado del miedo que estaba sintiendo en esos momentos.

Pero al ver a mi padre entrar por la puerta hizo que mis pies comenzaran a moverse y correr hacia él.

Me envuelve en un fuerte abrazo mientras que yo comienzo a llorar. Una de sus manos se encuentra en mis caballos castaños.

Detrás de él se encuentra la policía.

Mi padre me ayuda a bajar de las escaleras encontrándome a Aiden. Él se queda observando, intentando dar confort.

—disculpe, señor Galindo, puedo tomar prestada su cocina para preparar un té para que ayude a calmar a Nora.

—por su puesto Aiden, sería de mucha ayuda—responde mi papá

En lo que él se va a preparar yo me quedo en la sala junto a mi padre y un policía comienza a hacer preguntas.

—Dígame señorita qué sucedió.

Le cuento todo al policía sin olvidar ningún detalle. E incluso mencionó el aullido del lobo que hizo que las personas o cosa que estuviera afuera escaparan.

Por un momento juro haber visto que Aiden se tensa ante la mención del aullido del lobo, pero eso es imposible, dudo que escuche hasta allá.

—¿un lobo?

—si escuche algún animal allá afuera, eso los asustó y escaparon.

Una vez finalizadas las preguntas mi padre se aleja con el policía.

—Ten Nora.

Aiden me entrega el té que preparo, le doy las gracias y comienzo a beberlo.

Él se sienta a mi lado.

—suena feo lo que voy a decir pero ¿Qué haces aquí?

—Los maestros tuvieron una reunión con mi padre, ya que van a adelantar las vacaciones de invierno para acción de gracias debido a los últimos acontecimientos. Yo me lo encontré en los pasillos y le comente de que estabas recibiendo mensajes luego de que saliera la noticia de la desaparición de tu hermana cuando llegó mi padre a informar que la policía lo contacto para informar de lo que te paso y lo traje por que estaba demasiado nervioso para manejar.

—gracias, ¿Cómo lo supo tu padre?

—es parte del consejo, debe saber los incidentes del pueblo, a todos se les informo, incluso al alcalde. Greenwolf es usualmente un pueblo tranquilo o eso me gustaría decir. No te preocupes, yo y el resto nos encargaremos de que el pueblo esté a salvo.

Los policías revisaron toda la casa y a los alrededores, sin embargo, no encontraron nada.

Además, no contábamos con cámaras de seguridad para ver quienes eran las personas que se habían metido durante estos días hasta hoy.

Luego de lo sucedido mi padre permaneció ha mi lado hasta que me quede dormida e incluso mi abuela por una videollamada me hizo compañía a pesar de la hora,

Mi padre una vez que se fueron le llamó a mi madre, pero ella ni siquiera me habló, no obstante, a los pocos minutos mi abuela llamó preocupada para preguntar como estaba. Seguramente mi madre le llamó.

A la mañana siguiente me quedé en casa. Mi jefa al enterarse de lo sucedido me dio el día libre.

Me sorprendía lo considerado que eran en este sitio, en mi antiguo trabajo no me dejaban un día libre ni siquiera cuando me enferme.

No me quería quedar en casa sola, tenía miedo de que volviera a suceder lo de ayer. Por lo cual aprovecharía ir hoy a la ciudad para despejarme y comprar las cosas que necesitaba para preparar algún platillo de mi país.

Lo que no esperaba es que mi padre no me diera permiso para ir sola.

—Pero tú no puedes, además tengo el celular para no perderme o llamarte.

—Aun así no quiero dejarte ir, puede pasarte algo, ya tengo suficiente con lo de ayer.

—Entonces puedo ir con alguien.

—no puedo acompañarte tengo que dar clases y aplicar exámenes.

—Puede venir alguien más.

—¿Quién?

No tuve más opción que llamar a Aiden para que fuera mi acompañante y mi guía turístico en mi viaje a la ciudad.

Mi padre no estaba de acuerdo con mi decisión, pero por suerte Aiden logró convencerlo.

Al ver que el menor de los Relish era de confianza me dejo ir con él.

No iríamos en su carro, después de todo estaba a dos horas de la ciudad.

—rayos, se me olvidaron las llaves en la banca del porche de tu casa. ¡Hey!, no te rías de mi distracción.

—no me burlo de eso, sino de que hayas dicho rayos como insulto en lugar de mierda.

—mi madre me regaña por decir groserías y me quede con esa costumbre—responde

Era la primera vez que mencionaba a su madre. Escucho como sale del auto para buscar la llave.

Reviso mi celular para mandarle un mensaje a mi abuela y decirle que saldré a la ciudad, ella me responde que vaya con cuidado.

—he vuelto.

—eso fue rápido—contestó

—estaban en la banca tal como recordaba—dijo orgulloso —andando hoy seré su guía madame—dice intentando hacer una reverencia

Me río por sus palabras.

—será un honor que sea mi guía turístico Monsieur—le respondo de la misma forma

Ambos comenzamos a reír, de esa forma da comienzo nuestra aventura por la ciudad.