20. La última pelea
No estaba segura de que el plan de George funcionara. Aún así no lo cuestione.
Me encontraba en mitad del bosque esperando a que Alder llegará.
Luego de haber recibido la noticia de que Saori había sido tomada como rehén, al poco rato los sirvientes de Alder traían a un vampiro que se entregó a nosotros con el fin de llegar a mi y advertirme de que si no me presentaba en el bosque en una hora, Alder iba a tomar la vida de mi amiga.
Era obvio que esto era una trampa y a pesar de eso no cuestione al vampiro milenario.
Keira fue la única que me acompañó hasta el bosque. Por supuesto ella no estaba de acuerdo con mi decisión, pero no dijo nada.
En el camino todo fue silencioso, no mencionó ni una sola palabra. Su mirada estaba puesta en la carretera.
Llegamos a la entrada del bosque. Keira estaciona el auto en la orilla y que el carro no podría avanzar por el estrecho sendero.
Me bajo del auto y comienzo a caminar.
—¿Estás segura de que no te acompañe? Le prometí a Aiden que te cuidaría.
Era la primera vez que hablaba en todo el rato que hemos estado juntas.
—Necesito rescatar a mi amiga—respondo—dime algo Keira ¿por qué te empeñas en protegerme si no te agrada mi hermana?
—Tú me agradas, a pesar de que sean hermanas son muy distintas. Desde el primer momento que entré por la puerta de la cafetería supe que daría problemas. A diferencia de ti, no tienes esa aura oscura.
—¿acaso los vampiros poseen dones?
—no, solo las brujas pueden poseer esa habilidad, lo mío es más intuición, desde que era humana percibía el aura de las personas—explica
Con aquella respuesta comienzo a avanzar por el sendero.
—¿Estás segura de que no te acompañe?
—Alder dejó en claro que debía venir sola, aun así gracias por traerme hasta aquí.
De reojo veo como Keira duda en si quedarse o marcharse, pero al final vuelve al auto para luego marcharse.
Una vez sola comienzo a avanzar.
Durante el día caminar en el bosque se me había hecho hermoso. Observar como los rayos del sol entraban entre las copas de los árboles, el canto de los pájaros, el aire fresco, el río que estaba cerca y las flores que estaban esparcidas por el suelo. Todo eso le hacía como si estuviera en un cuento de fantasía. No obstante, cuando caía la noche parecía tétrico.
El inmenso silencio que había, salvo un par de veces que se escuchaba el sonido de los búhos; la oscuridad que cubría el bosque, el frío que te calaba hasta los huesos, el miedo en que cualquier momento podría salirte un animal y atacarte; la neblina que se encontraba esparcida en el lugar; y la sensación de sentirse observada por varios ojos entre los matorrales. Todo eso me hacía creer que me encontraba en una historia de terror.
Saco mi celular para poder iluminar mi andar ya que la luna se ha ocultado y ahora todo está más oscuro que de costumbre, además de que la neblina no ayudaba mucho para guiarme.
Enciendo la luz y prosigo mi caminata.
Con cada paso que doy siento varias miradas puestas en mi persona, aquello me pone los pelos de punta.
Lo más seguro de que aquellas miradas provengan de los vampiros que se encuentran merodeando el bosque.
¿Qué si tengo miedo? Claro que tengo miedo, desde niña me ha aterrado la oscuridad y ahora me encuentro en medio de una profunda oscuridad. La única luz que me acompaña es tenue.
Por segundos me arrepiento de haberme adentrado al bosque yo sola.
Me enojo conmigo misma por haberle dicho a Keira que se fuera.
Si logro sobrevivir, tal vez cumpla el deseo de mandarlo al otro mundo por su estúpida idea de hacerme venir hasta acá.
Suelto un gritillo al escuchar un ruido detrás de mí.
Enfoco la lampara de mi celular en aquella dirección pero no hay nadie.
Me hago creer que es alguna serpiente o algún jabalí. Hasta incluso me sentía más segura de que la cosa que provocó el ruido fuera un oso o un lobo en lugar de un vampiro que en cualquier momento se lanzaría para atacarme.
El recuerdo de hace un par de horas vuelve a mi memoria.
Las garras de los recién convertidos, clavándose en mi piel mientras luchaba por alejarlos de mi.
No me quiero imaginar si cada uno de ellos hubiera clavado sus colmillos en mi cuerpo.
Hablando de ellos, alguien debió curarme para que mis heridas sanaran más rápido.
Esperaba que usaran algún hechizo por que me repugnaba la idea de que alguien más allá puesto sus labios en mi cuerpo mientras me encontraba inconsciente, sin embargo, por más retorcido que suene, no me molestaría si el que puso sus labios en mi cuerpo fuera Aiden.
Sacudo mi cabeza de un lado a otro al imaginarme ser besada por Aiden o que clavara sus colmillos en mi cuellos,
No era momento para tener esos pensamientos tan lascivos. Me encontraba en una situación en la que podría morir y yo me prendía por imaginarme sumergirme en el placer mientras los colmillos de Aiden se clavaban en mi piel.
Al menos mi calentura me bajó un poco el miedo que sentía en estos momentos.
Continuó caminando hasta llegar a un enorme árbol que se encuentra en el centro del bosque.
En el logro de ver la silueta de una persona, le enfoco y veo a Saori la cual se encuentra inconsciente, corro para desatarla.
—Saori despierta por favor—suplico
Le doy leves golpecitos para que despierte. Escucho un quejido de su parte.
Al sentir que alguien está cerca de ella se asusta.
—tranquila soy Nora tu compañera de trabajo y amiga.
—no se que está sucediendo, estaba bailando con un apuesto chico que conocí en el baile y desperté en una cabaña en la cual fui mordida por un monstruo hasta que perdí la conciencia ¿Qué haces aquí?
—no hay tiempo para responder debemos irnos de aquí.
La tomó de la mano mientras que con mi otra mano alumbró el oscuro bosque.
—¿A dónde crees que vas?
Al escuchar su voz a mis espaldas hace que mis piernas tiemblen debido al miedo que sentía.
Algo me decía que él no era como los vampiros que habitaban el pueblo o que conocí en la reunión. Él era peligroso.
Pongo detrás de mí a mi amiga para protegerla.
—¡detente!—ordenó
Por unos breves segundos se detiene pero luego retoma su andar hacía nuestra dirección.
—no esperaba que fueras de esas brujas con la habilidad de controlarnos, la última vez que conocí a una se parecía a ti, ¿sabes que es lo que le hice?
No respondo nada, después de todo estaba clara la respuesta.
—la maté con mis propias manos, y ahora mismo acabaré contigo.
Está por lanzarse a mí pero alguien aparece entre los arbustos y lo taclea.
Por un momento pienso que es AIden o Keira, pero grande es mi sorpresa al escuchar la voz de mi hermana.
—¡corre Nora! ¡corre!
No lo pienso dos veces y comienzo a correr junto a una débil Saori. La pérdida de sangre y sus heridas la han debilitado.
Es un milagro que yo siguiera en pie a pesar de haber sido atacada por una horda de vampiros.
Escucho como varias pisadas detrás de nosotros.
—Nora nos persiguen, nos persiguen—grita aterrada mi amiga.
Necesitaba alejarme, no podía usar mi fuego en un lugar reducido, si las usaba el fuego se esparciera por el lugar y causaría que los árboles de los alrededores ardieran y probablemente afectarán a Saori.
—¡deténganse no nos sigan!
Esta voz mi orden surte efecto en algunos vampiros, pero al igual que en aquella ocasión los recién convertidos continúan persiguiendo sin cesar.
—Escúchame bien Saori, corre en esa dirección y llama a este número, mi teléfono no tiene clave así que no te costará desbloquearlo.
—¿Qué hay de ti? No puedo dejarte con esos monstruos—responde entre lágrimas
—estaré bien—respondí—ahora ve y llama a ese número una vez esté a salvo llama al número que está en la pantalla.
—por supuesto promete que regresaras.
—te lo prometo.
Ella corre en la dirección que le indique, la cual era la casa de los Collins. Esperaba que Keira se encontrara ahí o que allá dejado la puerta abierta para que ella pudiera entrar y refugiarse.
Sacó el cuchillo que me dieron antes de venir.
No iba a funcionar mucho pero al menos el veneno los podía alentar.
Solo eran tres, aún así sería difícil encargarme de ellos sin morir.
En eso mi hermana aparece y ataca a dos, les atraviesa el cuerpo con sus garras.
Aprovecho para atacar al otro y clavar el cuchillo en el pecho al tercero para debilitarlo.
—Clarisa ¿por qué me ayudas? ¿por qué fuiste a visitar a nuestro padre?
Al igual que las veces anteriores en un parpadeo se encuentra frente a mi.
Pero esta vez no me ataca, sino que me envuelven en un abrazo.
—perdón—suelta entre lágrimas
No entendía qué era lo que estaba pasando.
—He matado a varios y casi te mató, al convertirme no podía controlar mis impulsos de beber sangre. Era como si estuviera presente pero a la vez no.
—¿A qué te refieres? No entiendo.
—Era como si fuera una espectadora, podía ver lo que hacía, pero no podía parar por más que lo intentara. Es como si no tuviera control sobre mi cuerpo.
Ella tenía la razón, cuando me atacaron por primera vez los recién convertidos por más que intentara darle órdenes no lograba hacerlo, era como si fueran unos zombis que se movían por mero instinto.
Es por eso que por más que Eldrich o yo intentara comunicar con nosotros ella nos ignoraba ya que no lograba reaccionar.
—Ahora que estás de vuelta escapemos, volvamos a casa, con papá y con la abuela, esta vez no te dejaré volver con mi madre.
La tomó de la mano para marcharnos de ahí, pero ella no se mueve.
—andando debemos volver a casa. Te prometo que buscaremos una forma de ocultar tu lado vampiro.
—no, yo ya no puedo volver, no importa lo que pase moriré.
—no digas eso, vámonos antes de que él venga.
—él ya está aquí.
No me da tiempo de contestarle porque el pecho de mi hermana es atravesado por el brazo de Alder.
Sin tacto alguno arranca su brazo de ella provocando que comenzar a sangrar para luego patearla con el fin de apartar de su camino.
—sabía que serías una molestia pero acabaré contigo.
Me interpongo entre ellos, no permitiría que la dañara más.
—apártate, en unos segundos me encargaré de ti.
Como humana no era de gran ayuda por lo cual fácilmente me lanza hasta un tronco.
Mi espalda impactó con el árbol causando un inmenso dolor, intenté levantarme pero no puedo, sin más opción me arrastro intentando llegar hasta ellos, pero es imposible.
Mi cuerpo ha llegado al límite.
Ante mis ojos presenció cómo la vida de mi hermana se escapaba. Ahora la inmortalidad no la salvaría.
Todo pasa en cámara lenta ante mi. Logré ver como el cuerpo de mi hermana cae al suelo frente a mi.
Me arrastro hasta llegar a ella la abrazo pero noto que su cuerpo comienza a convertirse en cenizas.
—no, no te vayas, no nos dejes por favor—suplicó entre lágrimas
No obtengo respuesta alguna.
—bebe mi sangre de esa forma te recuperaras.
Ella solo me sonreía mientras me decía que cuide a nuestro padre. Al final se convierte en polvo.
Grito por el dolor de haberla perdido.
—Vaya escena tan patética, los humanos son tan lamentables.
Su cara arrogante y su comentario es la gota que derramó el vaso.
Ya no me importaba nada, solo deseaba acabar con Alder.
Comienzo a sentir un calor recorrer mi cuerpo.
No se si era la adrenalina del momento, el enojo que sentía o el deseo por quitar esa sonrisa arrogante de los labios del vampiro, logro ponerme de pie.
—oh, veo que aún tienes fuerzas, pero no te preocupes pronto acabaré con tu sufrimiento o mejor aún vendrás conmigo para alimentarme de tu sangre hasta saciarme.
Ignoro sus palabras.
Mis pies se mueven en su dirección.
Todo a mi alrededor desaparece y lo único que hay en mi mente es acabar con Alder.
Toco su pecho algo que lo desconcierta.
—¿acaso te enamoraste de mí?
—cállate y arde en en infierno—vociferó
De mi mano sale una llamarada, aquello lo pone en alerta pero no le permitió marcharse ya que con mi mano libre le clavó el cuchillo en su pecho.
Las llamas aumentan, rodeándonos ambos.
Comienza a gritar por el dolor que está sintiendo.
Lo envuelvo en un abrazo para que no escape y aumentó las llamas. Ahora el fuego nos rodea.
Ya no me importa que es lo que suceda a mi alrededor.
Siento sus colmillos clavando en mi piel con el fin de obtener fuerzas y escapar pero no le tomo importancia a sus intentos por huir.
No logra beber mi sangre ya que se aleja inmediatamente al sentir lo caliente que se siente mi piel.
—suéltame—exige
—¿no querías beber mi sangre? Anda pruébala—le reto
Intenta acercarse pero mi cuerpo aumenta su calor corporal, haciendo imposible que se acerque. Con sus últimas fuerzas logra zafarse de mi agarre.
Su apariencia hipnotizante ha desaparecido ahora todo su cuerpo está carbonizado por las llamas.
Se enfurece por el estado que lo he dejado.
—me las pagaras maldita humana.
—te advertí que arderías en el infierno ahora no estés lloriqueando.
Mi respuesta lo hace enfurecer aún más.
Se lanza dispuesto a atacarme, pero se lo impido. Le lanzó una última llamarada, la cual impactó en su rostro.
Sus gritos se vuelven a escuchar por todo el bosque.
Observó cómo se cubría el rostro intentando aliviar sin éxito el dolor que estaba sintiendo.
—ha llegado tu fin, ahora muere.
Doy el último golpe de llamarada que acaba con su vida.
El fuego cesa en su cuerpo, el cual se encuentra irreconocible.
Quiere acercarse a mí pero le es imposible, su cuerpo ya no soporta todo los ataques que ha recibido y cae al piso.
—no, no quiero morir, por favor déjame vivir—súplica
—¿acaso tú hiciste lo mismo con mi hermana? Claro que no, ¿por qué te tendría consideración?
Le entierro una vez más el cuchillo en su pecho provocando que gritara del dolor una vez más.
—no solo dañaste a mi hermana, sino a mi amiga y no te bastó y atacaste a personas del pueblo, mi hogar.
Le entierro con más profundidad el cuchillo.
Mi idea era hacerlo sufrir lo que resta de la noche sin embargo, soy interrumpida.
—Basta Nora, detente.
Entre las llamas logró ver a Aiden, y a su lado se encuentran otros vampiros de los cuales ninguno se atreve a dar un paso más, las llamas que me rodean los intimidan.
—Nora apaga tus llamas, ya todo ha acabado—pide
—¡no te metas aún no acabado!—respondo colérica
Por unos breves segundos reacciono cuando veo acercarse, sus padres intentan detenerlo pero al ser más fuerte logra apartarse de sus brazos inmediatamente.
Los gritos de su familia diciendo su nombre me traen a la realidad.
—¡no vengas! No te acerques, no quiero dañarte—suplico
—entonces detente—responde
—no puedo hasta que le haga pagar todo lo que le hizo a mi hermana y a cada habitante del pueblo.
—ya es suficiente, tu cuerpo ya no puede, deja que se encarguen los demás ya no quiero que te continúes lastimando.
—No debo hacerlo.
Entró en pánico al ver como estira su mano para entrar.
Suelta un grito pero aun así decide que va a continuar avanzando.
Por suerte George lo detiene al lanzarlo a donde se encontraban sus padres.
—no pienso permitir que mi heredero muera antes que yo y menos a manos de su amada, yo me encargo de esto Aiden.
Ahora el que entra es George.
A lo lejos veo como sus padres, hermanos, Keira y Richard lo envuelven en un fuerte abrazo para que no intente acercarse a mi.
Al escuchar una maldición salir de la boca de George me hace voltear hacia él.
Su cuerpo está lleno de heridas y se tambalea pero aun así logra llegar a mi.
—¿Qué haces aquí? vete es peligroso que estés aquí.
—me da igual—respondió
—George mira cómo estás.
Apagó las llamas a mi alrededor para que ya no sufra más daño.
—déjalas por fin sentía la cercanía con el infierno—bromea
A pesar de que tenía pocas horas de haberlo conocido, sentía aprecio por él o mejor dicho amor, pero no era como el que sentía con Aiden sino un amor fraternal, es como si hubiera algo que me impulsa a cuidarlo, pese a que era milenios mayor que yo. Era como si fuera un hermano menor, como si me recordara a mi hermana a la cual perdí.
—Deja tus llamas y déjame que me envuelva en ellas como lo hiciste con él.
Una abofeteada resuena en el lugar.
—es suficiente no puedo dejarte ir y menos de esa forma, me prometiste que te quedarías para corregir tus errores.
—te he mentido—responde
—Sé que estás cansado de vagar solo por el mundo pero ya no estás solo, ahora estás rodeado de varias personas, bueno vampiros y me tienes a mi.
Sus palabras lo sorprenden.
—Si quieres acabar con esa vida que te ataba al pasado y déjala ir y vuelve a renacer y es una orden.
Por unos segundos permanece inmóvil, pero luego reacciona soltando una carcajada.
—me dices todas esas cursilerías en un momento como este.
—guarda silencio te estoy diciendo la verdad, quiero que vivas una nueva idea una en la que tengas una familia que te ame y aprecie y no te compare con tu hermano, porque eso fue lo que te condeno a esta vida. Además tienes que pagar por lo que le pasó a mi hermana.
—¿he?
—yo no soy el culpable es él—lo señala
Alder se encuentra en el piso retorciéndose del dolor y ahora quien es el patético ahora.
—pero quién fue el que convirtió a la persona que lo convirtió fuiste tú.
—en realidad pudo ser alguien más.
—no importa tu deseo de tener más personas como tú llevo a esto, ahora debes hacerte responsable, y como castigo debes ser parte de mi familia—sentenció
Un brillo lo ilumina algo que nos sorprende a todos.
Unas cadenas oro rodeaban sus muñecas pero desaparecen ahora hay unas de color escarlata con detalles morados, una extraña combinación.
—te odio—declara
Se que no lo dice en serio, pero aún así está confundido por lo que acaba de pasar.
—yo también te quiero hermanito—bromeo
Todo vuelve a estar en oscuridad.
Las cadenas se han vuelto invisibles.
George se acerca furioso a Alder y comienza a patearlo.
—ves lo que hiciste ahora estaré otros miles de años más—dice mientras lo patea
Parece un niño haciendo un berrinche, aunque no lo culpo realmente es un niño. Tan solo tenía catorce cuando fue convertido en un ser inmortal.
La euforia ha desaparecido por lo cual mi cuerpo colapsa. Estoy por caer al piso pero soy detenida a tiempo por Aiden que fue liberado por su familia y los hermanos Collins, aunque algo me dice que se les escapó.
—perdón por lastimarte—dije
—no debes disculpar fue mi decisión intervenir.
Me envuelve en un abrazo aunque claro intentando no lastimar más mi cuerpo magullado.
—Ahora déjame descansar un poco. Despiértame en un rato.
—claro amor mío—responde
No sé lo que dice porque es francés, pero espero que sea algo lindo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro