Cerré la computadora para irme a dormir.

Había estado buscando durante horas sobre la familia del novio de mi hermana.

Los Collins, una de las familias más importantes en el pueblo.

Al parecer uno de sus antepasados fue uno de los fundadores del pueblo además de ser uno de los socios de un colegio privado de nombre Santa Mónica, el cual estudiaban sus hijos y mi hermana, además es la escuela en donde trabaja mi padre.

Aparte de ser socios de aquella escuela privada también poseían un resort cerca de un centro de esquí el cual el padre de Eldrich es socio de la mitad del lugar.

Mientras que la matriarca de la familia era la líder del comité del pueblo, además de eso donaba dinero a orfanatos, asilos y hospitales tanto del pueblo como de la ciudad

Los tres hijos se destacan en varios deportes como en la música.

Además de ser inteligente y mantener uno de los más altos promedios en su colegio.

En conclusión eran demasiados perfectos.

E incluso la apariencia de cada uno era como las de un supermodelos de las revistas qué solía leer con mi prima en mi adolescencia.

En especial la señora Collins no había ni rastro del paso de la edad en ella.

Tanto perfeccionismo me aterraba en especial el hecho de que a pesar del dinero qué poseían preferían vivir en un remoto pueblo en lugar de vivir en algún país costoso.

La gente no podía ser tan perfecta, debían tener algo malo.

¿Y si mi padre tenía razón? ¿Realmente eran unos asesinos?

Doy un brinco al escuchar ruido afuera.

Me levanto de mi cama para asomarme por la ventana pero tan solo veo a un venado que está buscando de comer entre los botes de basura.

De manera instintiva alzo mi mirada en dirección al bosque.

La misma sensación que tuve en el restaurante de comida rápida, vuelve a mi.

Pero una vez más no veo nada, tan solo veo el inmenso bosque.

—seguro es el cansancio—murmuró

Regreso a mi cama para acostarme, no sin antes dejar mi computadora en la mesita de noche.

Apago la luz para irme a descansar. Había sido un largo viaje, ahora debo descansar para que mañana comience con mi investigación.

Me encontraba preparando el almuerzo para llevar a mi padre. La noche anterior antes de dirigir a la habitación en la que estaría por un tiempo indefinido, le prometí que le llevaría a almorzar, con la excusa de que encontraría en los pasillos de la escuela algún miembro de la familia Collins.

Me hubiera infiltrado como estudiante, sin embargo ya me había graduado de la escuela media desde hace unos meses. Además sería absurdo e ilegal falsificar documentos para hacerme pasar por una adolescente de dieciséis años. Y no solo eso, mi padre se encontraba trabajando en las instalaciones por lo cual descarte esa idea.

Otra hora era acercarme a la familia Collins, sin embargo, se darían cuenta de que tenía un parentesco con la novia del menor de sus hijos.

Por lo cual, lo único que se me ocurrió es llevarle el almuerzo a mi padre y de paso indagar en el colegio sobre aquella familia.

Una vez terminado el almuerzo guardo todo en mi mochila para luego tomar mi abrigo y las llaves.

De regreso pasaría a comprar un nuevo abrigo con el dinero que me dio papá y de paso buscar algún trabajo de medio tiempo, de esa forma ahorro para la universidad.

El colegio Santa Mónica se encontraba a quince minutos del pueblo por lo cual tomé el transporte público para llegar hasta allá.

Me encontraba en la parada de autobús esperando a que llegara, por lo mientras veía mis redes en mi celular, cuando siento que alguien se sienta a mi lado.

Alzó la vista para topar con el chico de ayer. Él me reconoce y me sonríe.

—Buenos días señorita.

—hola—respondo de manera tímida

Esta vez me habla en inglés.

—qué coincidencia, no pensé en volver a verla.

Guardo mi celular en mi mochila para ponerle atención a mi acompañante.

No estaba acostumbrada a que personas desconocidas comenzarán a hablarme de la nada, pero tampoco quería ignorarlo.

—es lo mismo que digo—respondo

Rogaba que el autobús llegará para irme de aquí lo antes posible, sin embargo no había rastros de que se aproxima el bus.

—soy Aiden Relish, sea bienvenida a Greenwolf.

—un gusto en conocerlo, soy Nora Galindo—respondo

Para mi suerte el autobús llega.

—Lo siento, me tengo que ir y gracias por darme la bienvenida.

—Espero que nos volvamos a encontrar.

Por unos segundos veo que el color de sus ojos cambian a un color rojo, me froto los ojos para ver si vi bien.

Al parecer solo fueron alucinaciones mías.

Me subo al autobús dejando atrás al apuesto joven.

Me encontraba en la entrada del colegio esperando a que el guardia me diera la autorización de pasar.

Por lo que note no solo estudiaban adolescentes que radica en el pueblo o a los alrededores sino también hijos de millonarios de diferentes países ya que también fungía como intentado.

—adelante, pase—me informa el policía

Las enormes puertas con detalles dorados se abren ante mí dejando ver un enorme edificio con una arquitectura victoriana.

Comienzo a caminar por los pasillos hasta llegar a un pasillo que daba al área administrativa en la cual también se encontraba la sala de maestros.

Cada detalle del interior de la escuela estaba lleno de lujos. Pasillos limpios, paredes perfectamente pintadas de blanco, algunas obras de arte que seguro valen más que la casa de mi abuela y en el techo colgaban candelabros bañados en oro.

Giro a la izquierda donde está la sala de maestros en la cual me topo una enorme vitrina con varios trofeos y fotos de estudiantes que pasaron por el lugar desde su fundación hasta la actualidad, pero hay una que llama mi atención.

En una de las fotos se encuentra un hombre parecido al patriarca de los Collins. Leo la descripción de la foto y es de la fundación de la escuela, la cual fue en 1838. En la placa se muestra el nombre de Albert Collins. Uno creería que era algún antepasado del señor Collins, pero era imposible que fueran totalmente parecidos.

Cuando estoy por acercarme más para tomar la foto el timbre anunciando la hora del almuerzo suena, provocando que saltara del susto. Me aparto de ahí como si el lugar estuviera en llamas. Comienzo a caminar hacia la sala de profesores para esperar a mi padre.

Han pasado quince minutos y mi padre no llega, me encuentro en uno de los costosos sillones esperando a que llegue.

El lugar comienza a llenarse de profesores y algunos estudiantes que van a consultar alguna inquietud sobre alguna materia.

Me siento incomoda de que todos se me queden viendo cada vez que entran al lugar.

En eso entra mi padre y detrás de él tres chicas de la misma edad que mi hermana.

—perdón por la tardanza, pero me quedé un rato en el salón resolviendo dudas.

—¿y ellas?

—son amigas de Clarisa, la traje para que conversarán contigo.

—no creo que tengamos los mismos gustos.

Por suerte ellas no están entendiendo lo que les estoy diciendo.

—van a hablarte de tu hermana.

Le dejo el almuerzo a mi padre para luego despedirme de él y marcharme con aquellas chicas.

Las sigo hasta un jardín en el que hay bancas y mesas para comer.

—¿Qué es lo que quieren hablar conmigo?

Lo primero que hacen es presentarse es Tania una chica de origen latino para ser exactos de México, la segunda es una chica de tez oscura que viene de Londres de nombre Tessa y por último Michell una chica rubia que ha vivido en el pueblo desde que nació.

Las tres comienzan a contar sus días de mi hermana en esta escuela. No sin antes darme más detalles de los hermanos Collins.

El mayor que se encuentra en último año llamado Richard, es uno de los chicos populares de la escuela además de tener una de las mejores notas y en tiro con arco, además de que toca el violín, la segunda es Keira, la chica popular de la escuela que ha ganado varios reconocimientos en varias artes, pintura, música y baile, destacando más en esta última, además de que tiene una belleza sin igual. Por último Eldrich, el novio de mi hermana, este es un joven igual de apuesto que sus hermanos, solo que destaca más en en el estudio, ha ganado varios concursos de historia y ajedrez.

En definitiva todo ese perfeccionismo me daba mala espina,

—deben tener algo malo—dije

—no, los Collins se destacan por ser una familia distinguida, ellos han sido uno de los que abrieron la reserva y aportan de manera monetaria para que el pueblo mantenga su esplendor.

Un golpe nos llama la atención, un joven de tez morena y cabellos negros los cuales estaban atados en una coleta, fue el causante del ruido

—Logan no nos asustes así—se queja Michell

—Son unos hipócritas los Collins, ellos les dieron caza durante años a varios lobos y ahora intentan compensar sus atrocidades con abrir un refugio.

—Logan te pueden escuchar.

—me da igual que me escuchen yo estaba aquí por Clarisa, pero ella ya no está por lo cual no tengo nada que hacer rodeado de ellos.

Tessa intenta decirle algo, sin embargo, el chico se aleja rápidamente del lugar.

Inmediatamente me doy cuenta que él es la persona indicada que me puede decir la verdad de aquella familia.

Me levanto y me despido de las chicas.

Comienzo a correr por el lugar para alcanzarlo, pero para mi mala suerte lo he perdido de vista. Todo a mi alrededor se encuentra a solas.

Al no haber encontrado al Logan decidí pasar a mi segunda actividad del día que era comparar un abrigo para luego buscar un empleo en el pueblo.

Por suerte logré encontrar uno en una librería en la cual trabajaría un par de horas acomodando los estantes y atendiendo en la caja.

Una vez cumplido todo eso me dispuse a volver a casa.

Al llegar me encuentro en la entrada de la puerta un sobre.

Lo recojo al ver que era dirigido a mi.

Algo que me extrañó ya que no había interactuado con varias personas.

La guardo en mi mochila para abrir la puerta, una vez adentro la leería con tranquilidad.

Mientras comía recuerdo lo del sobre por lo cual dejo mi platillo y corro hasta mi mochila para leerla en lo que como.

Si quieres saber sobre la familia Collins ve a esta dirección.

La carta estaba escrita en cursiva, algo inusual ya que no se ocupaba en la actualidad, además de que estaba escrita en español.

Abajo de aquellas palabras se encontraba una dirección.

No estaba segura de ir a aquel lugar, no obstante, algo me decía que fuera ya que iba a encontrar una respuesta en aquel lugar.