10. Un terrible hallazgo
El treinta uno de octubre había llegado.
Estaba algo nerviosa ya que no sabía qué hacer en una fiesta.
Era la primera vez que asistía una.
Ni siquiera en México asistí a fiestas que no fueran familiares.
Era la primera vez que estaría en una fiesta con gente de mi edad, ya que las de mi infancia no contaban.
Tal como había dicho Ferya, ya se había marchado para ayudar a su amiga con los últimos preparativos.
—me hubiera gustado ir con ustedes, pero mis padres son estrictos y no me dieron permiso.
—que mal, me hubiera gustado ir contigo.
—al menos no estarás sola, irá Aiden.
—no empieces.
—Ferya tiene razón, se le nota que le gustas no cualquier chico vendía por ti todos los días y cuida, hasta le agrada a tu papá, por que estoy segura que por él te dio permiso.
—si, Aiden fue a verlo esta mañana para hablar con él y decirle que me iría a dejar a mi casa a media noche, cuando las fiestas son más interesantes a esa hora, aunque en mi caso se lo agradecería ya que tampoco soy mucho de fiestas, solo voy por Ferya.
—vaya es demasiado formal—comenta
—y que lo digas, parece que es todo un caballero de antaño—comentó
Continuamos nuestras labores entre atendiendo clientes y dándoles dulces a los niños que pasaban a pedir dulces.
La hora de salida llegó por lo cual comenzamos a cerrar el local y hacer el corte de caja.
Tal como había acordado Aiden, ya se encontraba afuera esperándome.
—en lo que tu cierras, voy a ponerme mi disfraz—digo
—Sí claro.
Me dirijo al baño para darle los últimos detalles a mi disfraz.
Me había disfrazado de una vampira, me hubiera gustado disfrazarme de catrina pero no tenía el tiempo para realizar un maquillaje elaborado o conseguir un vestido para la ocasión.
Así que opté por lo más fácil
Rebusque entre mis cosas algunas de mis prendas algún vestido negro, luego compre un corset rojo por internet el cual llego justo ayer, una botas negras y en el supermercado compre una capa y colmillos falsos.
De maquillaje fue lo que siempre uso más un labial de un rojo intenso.
Lo único que faltaba era retocar el maquillaje y rizar mi cabello. Saori me presto su rizadora para poder arreglarme hoy.
No tarde mucho por lo cual salgo del baño y le entregó su rizadora a mi compañera.
—¡wooo! Te ves hermosa, Aiden quedara impactado.al verte.
—gracias por el cumplido—respondí
Salimos de la tienda. Tal como dijo Saori, Aiden quedó boquiabierto al verme.
—te ves hermosa.
—gracias, tú igual te ves bien—respondo
A pesar de que todo el tiempo vestía de negro, ahora con aquel abrigo de piel que le llegaba hasta sus tobillos y su cabello atado le daba un toque que lo hacía ver aun más apuesto..
—¿de qué vas disfrazado?—pregunta Saori
—de cazador de vampiros—responde
—que curioso ella va de vampira y tu de cazador—bromea
—tú no vendrás disfrazada.
—no iré, mis padres no me dieron permiso—responde
—que mal, aún así podemos llevarte a tu casa—sugiere
—si podemos pasar a dejarte a tu casa.
—claro, se los agradecería—responde
Pasamos a dejar a su casa a Saori que estaba a unas cuadras de la casa de Ferya y su compañera de cuarto.
Una vez que dejamos a mi compañera en su casa nos fuimos a la fiesta.
Me debatía en si darme la vuelta y regresar a mi casa para refugiarme en mi habitación y ver películas de terror o quedarme aquí.
—si quieres podemos irnos—sugirió Aiden
—estaré bien—miento
Al final decidí entrar al departamento.
Me siento cohibida al sentir todas las miradas en mi dirección, ya que Aiden está a mi lado y su presencia destaca en todo el lugar.
Él toma mi mano para que nos adentremos en la fiesta.
Llegamos hasta donde se encuentra Ferya junto a su compañera de cuarto, Ivy.
Ella trabajaba en la cafetería que estaba a lado de la biblioteca, a veces luego de que terminaba de trabajar pasaba por el local para charlar con nosotros.
Ambas estudiaban en la universidad que se encontraba en el pueblo vecino.
Ivy era una chica alta de un metro sesenta cinco, piel morena, ojos grandes de color marrón y cabello corto rizado.
Ambas estaban disfrazadas de diablita y angelito.
—te ves bien, y tu también Aiden.
—gracias—respondimos al unísono
—tengan, un par de bebidas, disfruten la noche—dice Ferya mientras me guiña el ojo
Mis mejillas se llenan de un tono carmesí al recordar las palabras que me dijo la noche anterior.
Aiden toma las bebidas.
—¿Puedo dejar las bebidas?
—¿he? ¿Por qué lo dices?
—no te veo muy entusiasmada al ver el vaso, y no quiero que te obligues a tomar solo para encajar con los demás.
—no soy fan de las bebidas con alcohol pero puedo beber un vaso—respondo
—Está bien, pero si no te gusta puedes dejarlo.
—Sí claro.
Le doy un sorbo a mi bebida.
—esta algo fuerte, solo beberé un poco—mencionó
Le doy otros tres sorbos hasta que me harta el sabor y decido tirarlo al lavabo de la cocina.
Estoy por salir cuando me topo con el chico que le habló a Logan en la pradera.
—hola—saludo
—que ironía, estas vestida de vampiro y vienes con uno—comenta
Por el tono en que lo dijo parecía creíble, sin embargo, el aliento alcohólico me decía que solo era una broma.
—bueno en realidad viene disfrazado de cazador de vampiros.
Ante mi respuesta suelta una carcajada.
—aún más irónico que se vista de su peor enemigo.
—¿tomaste algo más en la fiesta? ¿Acaso tomaste un postre de los que trajo ese chico?
Le quitó el vaso que traía en sus manos.
—¿Qué haces? ¿por qué me quitas mi bebida?
—ya estas divagando—responde
—no estoy diciendo divagaciones, es la verdad, tu noviecito es un vampiro.
Ahora es mi turno de soltar una carcajada.
—si y yo soy una bruja—contestó—creo que lo mejor es que vayas a descansar.
—no estoy bajo los efectos de una sustancia.
Miro el vaso que le acabo de quitar el cual claramente trae alcohol.
—solo he bebido una.
—si claro, ahora ve a descansar a una de las habitaciones aunque dudo que estén desocupadas.
—ya te he dicho que...
La puerta se abre, Aiden entra al lugar. Mi acompañante por alguna razón se pone en alerta.
—¿Qué haces aquí chupasangre?
Aiden le responde en francés, de esa forma comienza una conversación la cual yo no entiendo ya que solo se decir sí, señorito y señorita.
Al final el amigo de Logan, el cual aún no se su nombre, se va furioso.
—¿estás bien?
—si, ¿Qué le dijiste?
—le pregunté si te estaba molestando, él dijo que no me importaba, le dije que te dejara en paz. Al final se marchó molesto ¿te dijo algo?
—solo disparates, me preocupa que este así cuando está ebrio o con otro tipo de sustancias—responder
—no te preocupes, lo vi con otros amigos hace rato, así que estará bien.
—oh entonces ya no tendré que preocuparme.
Regresamos un rato a la fiesta por un rato más.
Creo que lo mejor fue quedarme en casa, la gente a mi alrededor me estaba agobiando al igual que el sonido de la música.
Desde que tenía quince supe que las fiestas no eran lo mío. Volteo para ver a mi acompañante para preguntarle si está disfrutando la fiesta, pero lo noto incómodo, al parecer el ruido de la música lo molesta.
—¿te molesta el ruido?—digo en voz alta para que me escuche
—un poco, pero puedo soportarlo.
—no te preocupes, además no estoy cómoda estando aquí, podemos salir a tomar aire fresco.
—si, me agrada la idea—respondió
Ambos salimos por la puerta trasera que da al jardín, estaremos un rato aquí para luego volver a la fiesta para despedirnos de Ferya e Ivy.
Al salir el aire frío de la noche golpea mi cara.
Había olvidado mi abrigo en el auto, ahora estaba congelándome. Noto que el frío desaparece. Alzó la mirada y veo como Aiden ha colocado su abrigo entre mis hombros.
—no, ten, no lo puedo aceptar, puedes enfermarte.
—yo estaré bien, ya estoy acostumbrado al clima de aquí—responde
—pero...
—nada de peros, no quiero que te enfermes.
—muchas gracias—dije
Me acomodé el abrigo. Me quedaba enorme lo estaba arrastrando, estoy segura de que era demasiado costoso y se estaba ensuciando por que lo estaba arrastrando.
—Te prometo que lo llevaré a la tintorería ya que al ser baja lo estoy arrastrando.
—me da igual lo que le pase al abrigo, lo importante es tu bienestar.
Me sonrojo por las palabras de Aiden.
Me envuelvo más en el abrigo para sentirme más calentita, mientras aspiro el aroma de su perfume.
Aiden saca una cajetilla de cigarros.
—¿puedo?
—adelante—respondo
Él saca uno y lo lleva a sus labios para luego encenderlo.
A lo lejos veo una chica parecida a mi hermana acompañada de otro chico, el cual no era Eldrich. Ambos se dirigen al bosque.
Comienzo a caminar en su dirección para seguir a mi hermana.
—Nora ¿a dónde vas?
—creo que acabo de ver a mi hermana, voy a seguirla—respondÍ
Como puedo comenzar a avanzar ya que el enorme abrigo no me dejaba, detrás de mí escucho una maldición.
De repente observo como él viene tras de mí mientras está con su teléfono marcando a alguien.
A lo lejos escucho un grito, por un momento me altero pensando que es mi hermana, pero aquel grito se escucha más de un chico.
Aún así corro para salvar a mi hermana, pero al llegar me encuentro con una escena aterradora.
Mi hermana se encuentra mordiendo el cuello del chico el cual se encuentra pálido por la pérdida de sangre.
—¿Clarisa?
Ella alza la mirada al escuchar su nombre. Sus ojos color olivo ya no se encuentran ahora son de un color carmesí.
Los recuerdos de aquel sueño vienen a mi mente.
En ese momento me di cuenta de lo que realmente sucedió aquella noche no era un sueño.
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