Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Tu ayuda

❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋

Así la noticia fue dada aquella mañana, Edward solo sentía curiosidad y ansiaba conocer a la criatura. —Es fascinante lo que de una extraña relación puede salir, aunque, no es el momento para hacer una visita.
—¿Ah no? Sara pensó en ir a ver al pequeño, Mia y esa chiquilla son amigas.
—Puedes ir, no tengo problemas. —Edward pasaría a visitarlos cuando estuvieran de vuelta en la habitación.

Emilico recibió visitas esa mañana, Patrick había regresado a descansar a su habitación, Shaun estaba feliz por ella.
—Mis felicitaciones Emilico, es un niño encantador justo como tú.
—Ay que preciosidad, es tan pequeñito. —Comenta Louise, Shaun esperaba que ella quisiese uno más adelante.

Ambos le buscaban el parecido ya que se parecía a la madre, solo el cabello era más claro, justo como Ricky, cualquier gesto que hiciese el bebé ambos se enternecían.
Por la puerta cruzaron Sara y Mia para darle sus felicitaciones. —En hora buena Emilico, ¿Cómo te sientes? —habló Mia queriendo saber el estado de salud de la rubia.
—Me encuentro bien, solo necesito descansar y estoy feliz de que ahora mi bebé esté a mi lado.
Sara se acercó a la cuna que resguardaba al bebé. —¿Cuál es su nombre?
—Matthew, señorita Sara, lo decidimos entre Patrick y yo.
Shaun lo tomó y sostuvo con sus manos para un mejor acercamiento, Mia lo miró y su corazón se derritió al conocerlo —Que precioso, ¡Miren esas mejillas! —Se aguantó las ganas de tocar las rosadas mejillas.

Sara solo pensaba en que no era una sombra, bueno que se esperaba de ellos, solo un simple humano llegó al mundo. Patrick tenía gustos extraños desde un principio pues se enamoró de una humana; se enfocó en Louise que seguía el mismo ejemplo. —Y ¿Louise también piensa en tener un bebé?
La mencionada sintió como una gota de inmediato bajaba por su frente. —E-eso es muy precipitado ¿no? Aún ni nos casamos, Louise no tiene pensado tener hijos aún.

Shaun pudo sentir su nerviosismo, mas no diría nada ya que el tema le incomodaba a ella y no quería presionarla a hacer algo que ella no quería. Mientras ellas dos hablaban Shaun se acercó a Emilico la cual estiró sus brazos para recibir a su hijo. Mia sonrió viendo la felicidad de su amiga y disfrutando juntos el nacimiento del niño.

Las cortinas impedían que la luz entrara a la habitación todo se encontraba en calma, Lou se despertó sintiendo un dolor en su pecho producto de la tristeza que cargaba diario por querer ser madre; Ricky estaba cansado por desvelarse en la madrugada, ella solo se abrazó a si misma para velar el sueño de su ruidoso marido que roncaba. Pensó en como serían sus hijos. —Sus ojos derramaron lágrimas, su corazón anhelaba poder convertirse en una buena madre y que pronto del cielo bajara el suyo.

Ricky al escuchar sus sollozos abrió los ojos viendo como ella se sumergía en la tristeza de sus pensamientos. —¡Lou! ¿Qué pasa? —Se incorporó de inmediato para consolarla con un abrazo.
—Lo siento Ricky, no puedo darte un hijo, no soy buena como mujer... —Se quebró en lágrimas, él con sus manos intentó secar sus lágrimas.
—¿Pero que tonterías dices? No... no digas nunca eso, eres maravillosa, de lindo corazón y hermosos sentimientos, amable y dulce, te amo demasiado, no importa si no tenemos hijos, si te tengo a ti no me hace falta nada. Además los hijos crecen y se van.
—Al menos quisiera tener la oportunidad de guardar en mi memoria que le leeré cuentos antes de dormir, que me dio un cálido abrazo, que se parezca a nosotros.

Ricky la abrazó protectoramente y con más fuerza, como no amarla desde la niñez, la única que se preocupaba por él y que quiso tener recuerdos el último día antes de la selección.

Aileen iba al laboratorio de Oliver para recoger el regalo que había encargado pero no se encontraba en aquel sitio.
—Jeremiah lo siente, Oliver debe estar en su habitación en este momento, además trabajó el artefacto en ese mismo lugar.
—Oh, bueno muchas gracias, Aileen lo irá a buscar.

Ella sigue su camino para reclamar el carrusel de aves, cuando llega a la habitación nota que Anna y Nancy llegaron primero y estaban tocando a la puerta pero nadie abría. —Buen día, parece que no hay nadie.
—A-ah, si, buen día señorita, así parece ser.
—¡Qué lástima! me urgía tener algo que encargué.

Justo escuchan tres voces acercándose, estaban alegres mientras hablaban, Oliver, Ollie y Rum que habían ido a ver al bebé de Emilico, los tres se detuvieron al ver a las que lo buscaban.

Como siempre Rum bajó la mirada ante la de Anna reflejada a través de Nancy.

—Buen día, Oliver, ya está listo el carrusel ¿no?
—Si, ya lo puede llevar. —Oliver abrió dejándolas pasar.
Aileen admiró su trabajo. —Es maravilloso.

Ollie le mostró cada función, tenía un paisaje muy bonito en el interior, aves que darían vuelta y una relajante y encantadora tonada, lo puso en una caja para guardarlo y que lo pudiese llevar. Le agradeció por el gran trabajo y siguió admirando el siguiente que estaba ya casi listo.

Anna aprovechando que estaba junto a Oliver quiso hacer la plática. —¿Podría Oliver ver a Anna más tarde? Hace mucho que no trabajan juntos.
Rum no dijo nada, después de todo ellos eran amigos cercanos. Oliver asintió. —Claro, te encuentro en una hora.

Fijaron lugar, Aileen era disimulada pero podía sentir la tensión entre las chicas.
—¡Ay el amor! Es muy peligroso. —Comentó para sí misma, le parecía un poco gracioso que pelearan dos mujeres por él y se preguntaba que había de interesante en un científico loco. Salió del lugar, sombras y humanos enamorados. —Es interesante.

Con todo lo sucedido Shaun estaba descansando en su sofá, pensando en su futuro, aún no se había fijado fecha para su boda. —Ya estoy en edad de tener un hijo, pero si tan solo Louise aceptara convertirse en madre a futuro no estaría preocupado.
—Shaun ¿pensativo?
—¡Mi señor! ¿Cuándo entró?
—Toqué pero no respondiste. —Tomó asiento en el otro sillón. — Así que ¿puedo saber en que estabas pensando tan perdidamente?

Shaun no podía ocultarlo, así que comentó lo de ser padre con alguien que no quería.
—Louise es una chica divertida, la casa ofrece placeres, las sombras no ameritan mucho con criar bebés, hasta les parece un fastidio a muchos. Son muy diferentes de los humanos.
—Comprendo, igual no puedo obligarla a hacer algo que no quiere, por otro lado ¿Cómo está usted? Ya desistió esa loca idea de tener un varón, no digo que esté mal, Kate presiente que será niña.
—Es que Shaun, John quiere un niño para que hagamos cosas como padre e hijo.
—Piénselo, si es niña estará más apegada a usted, será igual de hermosa que su madre, tendrá muchas virtudes y talentos, seguro se parecerá a usted y en unos años debido a su gran belleza deberá alejar a los futuros pretendientes.

John no sabía que esperar, de igual forma había perdido la apuesta, aunque si nacía niño podría optar por que los dos pelearan por el mando de la casa.

Kate se encargaba del hijo de Emilico mientras ella tomaba su almuerzo.
—Listo, su pañal ya ha sido cambiado.
—Le agradezco mucho, es difícil hacer las cosas sola cuando te duele todo, al menos ya hice mi primera caminata esta mañana.
—Lo hago con gusto, además es un pequeño muy encantador.
Justo llegó Patrick con un maletín de pañales para los cambios. —Buenas tardes Kate.
—Buenas tardes Patrick
Miró a su esposa —¿Cómo está mi hermosa Emilico?
—Aquí tomando el almuerzo. —Patrick besó su mejilla. — Traje esto para el bebé y tu cambio de ropa para cuando salgas de aquí.
Emilico ansiaba salir y por fin iniciar la crianza con su hijo al lado de Patrick.

Al tercer día Emilico ya estaba de vuelta en su habitación con su bebé —Creí que no saldría de ese lugar, quería poder dedicarme más a nuestro hijo.

Patrick acomodó las almohadas para que ella se recostara, debía recuperarse, su pequeño solo emitía suaves sonidos y sonreía, seguramente la dulce voz de Emilico le tranquilizaba cuando le hablaba.
Requería mucha atención y ellos no sabía lo que les esperaba a partir de aquí.

Durmió durante el día, solo despertaba para llorar, pedir comida y cambio de pañales y de noche no los dejaría dormir. Justo en la madrugada ambos estaban tratando de que siguiera durmiendo luego de haberlo alimentado, cambiado el pañal y haber sacado sus gases, cosa que aprendieron por recomendación de Suzie.

—Cuando estaba en mi vientre no me dejaba dormir, creo que no me sorprende que ahora tampoco.
—Requieren mucha atención. Pequeño rayito de sol, justo como su madre. Es una ternura.
Patrick lo tomó envuelto en la mantita y decidió pasearlo por la habitación a ver si se calmaba, cosa que funcionó. —¿A quién salió tan lindo? —Patrick estaba encantado con su hijo aún si no podría dormir durante las noches ya se organizarían.

Han pasado un par de semanas y para ambos no ha sido sencillo, no imaginaban que sus noches de sueños serían arrebatados, esa mañana Patrick estaba encargándose del aseo de su hijo, Emilico estaba ordenando algunas cosas mientras una sirvienta dejaba la ropa y pañales limpios en su lugar para después depositar la sucia en el conducto que conduce a la lavandería.

—Ay disculpa por hacer más trabajo del que deberías.
—No se preocupe señora, estoy para servirle, todo quedó listo.

Cuando Emilico entró al baño Patrick ya había terminado con el baño matutino de Matt, pero estaba todo mojado. —¿Qué pasó?
—Le encanta chapotear y Patrick terminó así.
—Es muy alegre y enérgico. —Emilico sonrió, tomó la toalla y secó la cara de su esposo. —Te amo mi Patico. —Beso los labios de él y luego tomó a su hijo para vestirlo, Patrick solo se cambiaría la ropa húmeda por una seca.

Pronto ambos saldrían ya que Matt iba acoplándose a su entorno un paseo por la casa no le vendría mal.

Lo recostaron en la cuna al pie de la cama mientras Emilico tomaba una siesta, Patrick lo vigiló por un rato, aún no se creía que su hijo tuviese rostro, podía contemplarlo y ver reflejado una parte de él y de Emilico, ambos crearon un ser maravilloso.

Se recostó al lado de su esposa, ella abrió los ojos él se disculpó por despertarla, Emilico negó y se acercó, con sus brazos la rodeó para que descansara sobre su pecho y darle caricias en su cabeza.

—Mi amor ¿estás cómoda, te sientes bien?
Ella hizo un sonido afirmativo, por el momento quería recibir mimos de su amado Patrick y estar con su bebé.
Pasó un rato y ahora el bebé pedía atención de sus padres, Emilico lo mecía entres sus brazos suave y gentil cual brisa de primavera, pasó su mano para acariciar su mejilla, Patrick admiraba a su hijo, era tan encantador como el primer rayito de sol de la mañana.

Justo llaman a la puerta interrumpiendo su momento familiar, Emilico dejó a su hijo sobre la cuna mientras Patrick abría la puerta viendo a Edward, Gerald y Aileen.
—Disculpen la intromisión veníamos a conocer al nuevo miembro de la familia, además Aileen está emocionada por ver al bebé.

Patrick hizo un gesto de molestia no por Aileen si no por la presencia de Edward, Emilico se acercó y puso sus manos sobre el hombro izquierdo de él para calmarlo, los hicieron seguir, de inmediato fueron a la cuna para apreciar al primer bebé nacido de una sombra y una humana.

Aileen se fascinó al ver a la pequeña criatura, tan indefenso y frágil, Gerald los felicitó por que la familia aumentaba. —"Nada especial" —pensó Edward, lo miró con algo de desprecio, los humanos eran simples, normales e inferiores, carentes de poderes y no sabía si este niño había heredado poder alguno.
—Encantador su retoño —dijo Edward mientras lo examinaba con atención.
—Es una lindura, Emilico, Patrick. —Continúa Aileen. —Es tan pequeñito, por cierto acepten este presente por el nacimiento de su hijo.

Emilico tomó la caja y agradeció por tan lindo detalle, en eso el pequeño comienza a llorar incómodo por las extrañas voces y añorando ya los brazos de su madre. Su llanto, sonido molesto que irritaba a Edward más no dijo nada, Gerald había pasado tanto tiempo con él que ya lo conocía, solo suspiró.

Dejó el regalo sobre la mesa para tomar a su hijo e intentar calmarlo pero no funcionaba.

—¿Qué tal si abren el obsequio? Aileen sabe que será de ayuda, por favor.
Patrick se dirigió a la mesa y abrió el obsequio, un carrusel musical con pequeñas aves de oro dando vuelta simulando volar. —Una pieza maestra exclusiva fabricada por Oliver a petición mía.
—Patrick agradece. —En poco tiempo estaba funcionando tocando una hermosa y suave tonada que ayudó a relajar a Matt.

Aileen viendo que estaba calmado pidió poder sostenerlo solo un momento, Patrick y Emilico se miraron el uno al otro dudosos pero al final aceptaron que lo cargara, el bebé sonrió ¿Cómo podía un pequeño humano dar tanta alegría?

Cuando salieron de la habitación los tres se encontraron de camino con Kate que venía a visitar a Emilico y a Patrick. —Edward. —Le molestaba su presencia y su tono de hablar lo decía, sin embargo con Aileen y Gerald era distinto.
—Kate... Así que su embarazo también nos dará otro retoño ruidoso. Al menos que sea un ser diferente al de aquella criatura resplandeciente, seguro será igual que su madre, detestable.
—Alguien que estará al cargo en unos años de todo este sitio.

Ellos siguieron su camino, Kate respiró pues hablar con Edward la estresaba y le sentaba mal a su bebé, se paró frente a la puerta y tocó, en segundos aparece Patrick dispersando algo de hollín por la presencia de Edward.
—¡¿Y ahora que necesita?! —Preguntó sobresaltado asustando un poco a Kate. —Patrick lo siente Kate, pensó que era Edward, adelante.
—Permiso.
—Bienvenida Kate. —Emilico se apresuró a ir con ella. —Toma asiento.
Kate se sentó para hacerles una invitación. —Tendremos un almuerzo de grupo debutante, como en los viejos tiempos. Lou y Ricky se ofrecieron a cocinar para nosotros y ya que hace varios días que no salen de la habitación pues quería que nos acompañaran junto al bebé.
—Por supuesto, Patrick acepta ir un rato con los amigos. ¿Qué te parece la idea Emilico?
—Perfecta, pero mi pequeño Matty llora a cada rato ¿no sería una molestia para todos?
—Para nada, así son los bebés, alista sus cosas y vamos.

Emilico preparó lo necesario para su bebé. —Emilico si solo vamos a comer a nuestra sala de reunión, no de viaje.
—Ya lo sé, llevo sus pañales, toallitas, su manta para abrigarlo más, dos cambios de ropa, un peluche de gatito, un sonajero, su sombrerito, medias extras por si acaso uno nunca sabe. Créeme Kate aprendí estas dos semanas que lo único que estarán haciendo por ahora es crecer, por lo tanto necesitará más cambios de pañal y alimento proporcionado por mi claro está, además necesitará tomar una siesta de unas horas para después por la noche tenernos en vela complaciéndole sus peticiones.
Kate miró a Patrick y este asintió. —Madre mía, bueno es que parece difícil en todo caso no lo he vivido aún.

Emilico cerró la bolsa y se la entregó a Patrick en lo que tomaba a su hijo para llevarlo consigo.
Cuando llegaron a la sala Kate abrió las puertas para que pasaran y luego las cerró, la mesa estaba puesta elegante para la ocasión, John al verlos se emocionó.

—Emilico, Patrick e ¡Hijo de Patrick y Emilico!
—Ha pasado un tiempo, estuvimos ocupados estos días, ya lo vivirás cuando nazca su bebé. Emilico y Patrick son un equipo, no es algo sencillo pero le hemos estado creando una rutina. —Comentó mientras dejaba el bolso sobre el sofá más próximo.

Emilico estacionó su carriola cerca de su asiento para vigilarlo.
Al rato llegaron los demás, alegremente saludaron a los desaparecidos y fueron a ver a la bendición.

—Por cierto Emilico, suponemos mi querida señorita Shirley y yo que ya recibiste el obsequio de la ama Aileen.
—Rum se esforzó mucho por escoger la pieza musical. —Comenta Shirley.
—No tenía idea, muchas gracias, ha quedado maravilloso, tanto que se relaja fácilmente.
—Que bueno, Oliver estará feliz de saberlo.

Mientras Lou y Ricky ponían los alimentos sobre la mesa con un poco de ayuda de Patrick.
Louise se acercó a la carriola. —Mira Shaun ¿no es adorable? —él asintió.
—Por cierto ¿cómo es su vida desde que nació?
Emilico pensó mientras acomodaba y abrigaba a su hijo. —Pues no imaginaba que fuese agotador, desde antes de nacer no me dejaba dormir, pero estoy feliz de que me dedique su primera sonrisa al despertar por las mañana, quiero ser una buena madre para él y mis futuros hijos.

Shaun la escuchó, no era fácil seguro para ella y su marido, ahora él exigiéndole a Louise que fuesen padres más adelante, se sintió un poco mal ya que su comportamiento era igual al de su amo John queriendo un varón. —Tal vez somos iguales de cabezotas... —Pensó, pero al menos razonaba un poco más rápido. No todos están hechos para ser padres y debía entender a Louise.

Se dispusieron a comer tranquilamente con una charla amena, John miró su plato de espagueti la especialidad de Lou que con esmero cocinó. ¿Porqué todos insistían en agregar como ingrediente principal zanahorias, con cuidado las fue separando de la pasta.

—¡John, cómete las zanahorias! —Le reta Kate.
—Sabes que a John no le gustan las zanahorias.
Todos lo miraron, siempre separando las zanahorias del resto. —¿Cómo sabe que no le gusta si no las prueba? —Pregunta Lou.
—No lo sabe, solo se que son vegetales que no le gustan a John. —Sacó la lengua en señal de desagrado.
—¿Qué modales son esos John? Mi preciosa Lou cocino su especialidad, no la desaires.
—N-no, está bien, si no le gusta no puedo obligarlo.
—Pero Lou...
—Está bien, no pasa nada.
John se disculpó con Lou, si fuese Shaun de seguro habría perdido la paciencia y se las hubiese hecho tragar.

El bebé estuvo tranquilo durante la comida pero luego sintió algo de soledad y comenzó a llorar, además de que necesitaba comer, Emilico ahora les mostraba a todas ellas cómo alimentarlo, para luego ponerlo sobre sus hombros y con cuidado sacar sus gases. —Y así no pasará un mal rato, aunque puede ocurrir uno que otro cólico.
—¿Me permites tomarlo? —Pregunta Louise.
—¿Segura? —Pregunta Emilico y Louise asiente estirando sus brazos, ella se lo pasa.

Louise no tenía idea de cómo tomarlo correctamente, jugueteó un poco con él y Emilico quería evitar una tragedia, no es que no le hubiesen ocurrido accidentes pero era mejor que no ocurriera, fue algo tarde para advertirle que no lo cargara de esa forma.
Matt devolvió un poco de leche sobre Louise manchando su atuendo.

—¡Ay nooo!
Emilico de inmediato tomó a su bebé. —Mil disculpas.
—N-no hay problema... que lindo tu hijo. —Louise no se lo esperaba, así que solo se iría a cambiar. —Nos vemos luego.

Ella se retira para ir a asearse, Patrick se acerca a Emilico para ayudarla, ahora que el niño estaba incómodo y ya estaba llorando.

Ricky miró a Lou y le preguntó —¿Aún quieres ser madre?
—Eh... bueno no ahora pero si más adelante, me di cuenta que no estoy lista y admiro a Emilico.
—Yo de igual manera con mi amo, creo que ellos deseaban tener una familia lo más pronto .—Vieron pasar a Rum y Ricky le llamó. —Oye...
—¡S-si! —Contestó con sobresalto. —Perdón, ¿si?
—¿Te ves como una madre en tu futuro? —Preguntó de seguido.
—Pues la verdad, no lo sé si para ello se necesita ya saben.
—Y eres tímida con el amo Oliver. —Comenta Lou.
Rum se ruborizó al hablar de ese tema, solo lo había besado y algunas veces tomado de la mano, él no volvió a mencionar el asunto luego de la vez que ella le dijo que no era para su diversión.
—Soy joven como para pensar en ello, tampoco estoy lista para dar un paso tan importante, no quisiera salir lastimada.
—Si el amo Oliver solo te utiliza ya se las verá conmigo, eres como una hermana para nosotros. —Comenta Ricky ya que no la quería ver llorando si luego solo se divertían con ella.

El tiempo pasó muy rápido, Patrick y Emilico ahora tenían un bebé más despierto que les acompañaba a los jardines a cuidar de las plantas, pero se quedaba reposando sobre su carriola.

Emilico sostenía una canasta mientras recolectaba fresas. —Tendremos muchas para los postres. ¿No Matty? Cuando seas más grande tu padre te hará ricos postres y yo te hornearé un delicioso pan, ya lo verás. —Emilico dejó su cesta y tomó a su hijo para llevarlo un momento con su padre.
Al sentir pasos acercarse volteó y sonrió al ver a su familia que tanto había soñado. Tomó una flor y la cortó para adornar su cabello, miró a su alegre hijo, le dio el dedo para sentir el agarre de su pequeña manita.

Crecería en un lugar junto a otros niños, llegaría a sentir aprecio por las sombras que habitaban la mansión, ambas especies conviviendo en armonía, quizás pronto pudiesen estar en el mundo compartiendo sus talentos y poderes para ayudar, pero siempre alguien tendría la avaricia de querer dominar a los inferiores.

Decidieron regresar dentro de la mansión, pues su pequeño debía tomar una siesta, una vez en la habitación de Matthew Emilico lo cargó para iniciar su pequeña rutina antes de acostarlo ya que ellos tenían otras cosas que hacer antes que despertara nuevamente. Patrick ambientó el sitio con el musical que les obsequiaron, al quedarse completamente dormido Emilico baja las cortinas y Patrick ordena algunas cosas, luego en silencio se retiran cerrando la puerta tras de sí.

—Llevaré las fresas a la cocina. —Dijo Emilico ya que las había dejado en la otra habitación pero Patrick la detuvo. —Mi amor... ¿Qué pasa?
—Hazlo en un rato, Patrick necesita cambiarse y pues... —Ella ladea la cabeza tratando de descifrar lo que quería pedir. —Necesita que lo acompañes a tomar un baño.
—Está bien. —Sonrió mientras se aferraba de su brazo e iban a la habitación.

Una vez dentro tomaron sus cambios de ropa y las llevaron dentro para dejarlas colgadas en el biombo, Patrick rodeó la cintura de ella que miraba cómo la tenía acorralada frente al espejo. —Tomemos un baño juntos.
—Claro, por favor ayúdame con mi ropa. —Dijo suavemente, obediente Patrick hizo a un lado el cabello para desabrochar la parte superior, ella no sabía porqué solo con esa acción sus mejillas comenzaban a arder y su cuerpo a elevar la temperatura, él sonrió ya que pudo notar su cambio repentino, pero no era el momento. Sin poder resistirse besó su cuello, marcó con su mano su pecho dejando su pequeño rastro de hollín, Emilico volvía a sentir la atrayente y dulce manera de acariciar y besar de Patrick, se giró para estar cara a cara. —Creo que ya no voy a querer una simple ducha. —Ella pasó su mano por la nuca para acercarlo y unió sus labios con los de él.

Mientras ellos iniciaban con muestras de cariño Ricky tocó la puerta y al no escuchar respuesta entró. —¿Mi señor? —Se fijó en los muebles y pasó su dedo. —Cuando estaba a cargo esto estaba impecable. —Miró la cesta llena de fresas rojas y jugosas, tomó una para probarla ya que se veían apetitosas.

La puerta del baño se abrió y miró a su amo y a Emilico salir abrazados con la ropa a medio quitar, notó las marcas de hollín sobre la piel de su amiga, ambos pararon en seco al verlo en medio de la habitación.
—¡Ricky! —Dijo con sorpresa Patrick mientras abrazaba por la cintura a Emilico.
—No me digan que ya están planeando al segundo. —Preguntó a la vez que ambos se distanciaron uno del otro y acomodaban sus prendas por la vergüenza del momento, era algo incómodo para los tres.
—N-no, solo... No te incumbe.
—Claro, solo venía a ver si se les ofrecía algo.
—Ahora q-que lo mencionas, ¿podrías llevar las fresas a la cocina? Ah y por favor pasa a ver a Matty. —le propuso Emilico evitando el contacto visual con él.

Ricky aceptó y se llevó la cesta, era obvio que querían un rato a solas.
—Son casi tres meses, es increíble que los deje solos un momento y ya estén de traviesos. —Entregó la cesta de fresas y luego pasó a la pieza del niño, entró con cuidado para no despertarlo y fue a la cuna, estaba tan apacible durmiendo que le pareció tierno, su amo siempre deseó cuatro hijos y solo faltaban tres. —Este niño se parece más a su madre.

Mientras Patrick y Emilico solo tomaron una ducha rápida pues la pasión que tenían se apagó tan pronto como vieron a Ricky y les ganó la vergüenza.
—Estaré con los niños hoy para una clase de jardinería.
—Si, yo estaré con Kate hasta que despierte Matty.
Ninguno comentó nada de lo que sentían, ambos querían estar juntos aunque sea por un par de horas ya que sus noches eran ocupadas por su hijo. Patrick miró a su esposa algo cabizbaja y tomó su mano y la hizo mirarlo.
—No estés así, ya tendremos nuestro tiempo juntos.
—Ya lo sé, no sabes cuanto he estado esperando, tal vez no era hoy mi amor.
Patrick la miró y acercó sus labios para besarla antes de separarse y tomar rumbos diferentes.

Kate estaba algo ansiosa y se notaba por su hollín, Shaun solo miraba el techo y Emilico le sirvió agua. Justo Kate sintió el movimiento de su bebé. —Ay, se movió.
—Su bebé tiene el reloj normal, el mío aún no se adapta al horario.
—¿Cuándo cree que llegará?
—No estoy segura, pero espero que sea pronto la verdad, aunque no sé ¿cómo lo voy a enfrentar?

Las cosas en la casa empezaron a funcionar de diferente manera desde hace un mes, Kate nombró profesores a varios adultos, creó salones de clases para los niños, Shaun al ser inteligente tomó lugar como profesor, era paciente gracias a John y algo estricto algunas veces.
Rum también daba clases de costura y bordado junto a Shirley y justo a esa hora debían de estar con los niños.

Todo el embarazo de Kate fue tranquilo, le permitió hacer sus actividades con normalidad a diferencia de Emilico, aunque al final del día se le hinchaban los pies.

Esa misma noche luego de cenar salió a dar una caminata por los oscuros pasillos del primer y segundo piso, al llegar a este siente un fuerte dolor proveniente de su vientre. —¿Será esta la noche? No aún no bebé, tu mami no está en el lugar correcto y John está muy lejos. —Se apartó y vio una mancha sobre el suelo, podía sentir como resbalaba algo de sangre por sus pierna, sintió miedo algo no estaba marchando bien, no fue como le pasó a Emilico, el dolor aumentó a uno más agudo obligándola a caer al piso y comenzar a quejarse. —P-por f-favor alguien me ayude...
—Vaya, linda noche para traer a su criatura querida Kate.

Kate miró a la persona que estaba en frente, no esperaba que tuviese que depositar sus esperanzas de salvar su vida y la de su bebé en aquella sombra.

❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro