Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Pequeñas Bendiciones

❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋

Han transcurrido cinco meses, las flores estaban en su máximo apogeo, tan radiantes y hermosas como el corazón de sus cuidadores. Esta mañana había más movimiento en la casa Patrick caminaba de un lado al otro, Ricky estaba ahí parado y llamó su atención. —Tranquilo mi señor.
—Patrick no sabe por qué está así, ya pasó una vez. —Mostró sus temblorosas manos.
—Tranquilo Patrick, Emilico es la que está haciendo el trabajo. —Dijo John, al voltear miró a Hope caminando torpemente hacia la pared. —¡Cuidado, Hope! —gritó, pero ella terminó golpeándose la frente y cayendo sentada. —No la miren o llorará de pena.
—No la veremos, pero vaya por ella. —Comenta Shaun.
John se levantó y la fue a revisar, como estaba la sala de curaciones fue a buscar una vendita para colocarle. Luego volvió a la sala a sentarse a esperar con los chicos, puso en el centro a su hija mientras Shaun de una lonchera de mimbre sacaba la merienda de la niña.
—Aquí tienes tu sándwich.
Hope lo tomó, John suspiró pues su hija necesitaba usar gafas y aún esperaban a que creciera un poco más para hacerle la revisión. En un descuido de ambos ella ya se había bajado de la silla y solo la vieron caminar tratando de mantener el equilibrio, no legó muy lejos y terminó por tropezar y caer en medio del pasillo, Patrick se acercó a ella y la ayudó antes de que llorara.

Lou se encontraba en su habitación sentada mientras leía tranquilamente. —¿Ya habrá tenido Emilico a su bebé?
—Louise no lo sabe, habrá que esperar a que Ricky y Shaun nos den la noticia, pero ahora mismo tu eres la prioridad de Louise. ¿Quieres algo?
—Estoy bien, gracias. Solo quiero saber que fue, es que estoy impaciente.

Kate estaba con Emilico viendo por ella y el bienestar del nuevo bebé, Liz miraba su reloj tomando el tiempo de cada contracción. —Emilico ¿te sientes bien?
—Si, aunque es mi segundo bebé siento tanta tensión y nervios.
—Vamos a relajarnos y a caminar un poco ¿sí?
Emilico empleó su técnica de respiración para este momento y con ayuda se levantó para caminar.
Bertran estaba esperando el momento para hacer su trabajo, así que estaba preparando todo para recibir al bebé.
Mientras volvía Emilico sintió una contracción así que se quejó nuevamente. —Esto duele tanto. —Ahogó un grito, Bert le tendió la mano pues debía estar lista para traer a su bebé.
—Sostén mi mano fuerte, estoy para serte de apoyo.
—Muy agradecida con todos. —Dijo mientras iba a su lugar.

Pasó el tiempo y pronto se escuchó el llanto de un nuevo bebé, afuera todos se emocionaron, John que cargaba a Hope la lanzó al aire y luego la apañó. —¡Por fin nació!
Ricky obligó a sentarse a su amo para evitar desmayos inoportunos. Patrick tenía el corazón acelerado, tuvieron que esperar pues Kate no iba a dejar sola a Emilico. Liz salió a darles las buenas noticias.
—¡Patrick!
Al escuchar su nombre se puso de pie de inmediato. —¿Qué fue? ¿Está bien Emilico?
—Todo salió excelente, eres padre de una hermosa y sana princesita.
Patrick sintió como dentro de él miles de flores florecían, una niña había llegado a su vida como brisa fresca de primavera, los demás sonrieron. —¿Puede Patrick verlas?
—Claro, ven, Emilico te está esperando.
Cuando ingresó miró a su esposa mientras sostenía un pequeño bebé envuelto en una sábana. —Patrick cariño.
—¿Estás bien? ¿necesitas algo amor?
—No gracias, pero quiero presentarte a alguien.
Era lo que esperaba, ella la descubrió y se la mostró, quedó encantado con sus mejillas rosadas al igual que sus labios, apenas tenía cabello, pero era rubio claro. —Se parece a ti mi amor, muy linda.
—Es una mezcla de los dos. Es tan divina. Felicidades a los dos. —Comentó Kate, pero le veía más parecido al rostro de Patrick.
—Verdad que sí. ¿Quieres sostenerla, amor?
—S-sí. —Patrick se preparó para cargarla, ella se la pasó, era tan pequeña y encantadora que cuando la sostuvo por primera vez sintió una felicidad que no podía explicar, era su pequeña.

Ricky estaba impaciente por conocer a la hija de su amo. —Shaun ¿puedes ir a avisarles a Lou y a la señorita Louise?
—Shaun se levantó y estiró un poco. —En seguida, al rato paso a ver a Emilico y a la bebé.
Kate tomó a la pequeña prestada para mostrársela a los de fuera, Patrick se quedó atendiendo a Emilico. Cuando salió solo vio a Ricky y a John con Hope ya dormida en sus brazos. —¿Y Shaun?
—Fue a comunicarles a Louise y a Lou que ya nació. —Comentó John a la vez que miraba a la nueva integrante.
—¡Es hermosa! —Dijo Ricky sintiendo alegría. —¿Puedo sostenerla un momento?
—Por supuesto Ricky. —él la sostiene mientras Kate le echa un vistazo a su hija y nota la vendita curativa en la frente.
—John ¿Qué le pasó en la frente?
—Estaba caminando y se le atravesó la pared.
—La bebi está aprendiendo a caminar y tiene que sostenerse o por lo menos debes estar con ella.
—Si, pero es que ella quiere explorar por sí misma así que John solo le dio un poco de libertad.

Por su lado Shaun llegó a la habitación. —¡Shaun! ¿Es que acaso ya? —Preguntó Louise.
—Si... —Miró que Lou estaba dormida. —Pobre Lou, seguro se cansó de esperar la noticia.
—Así es, pero cuéntale a Louise ¿Qué fue?
—Una hermosa niña.
Louise se emocionó. —Que alegría, la de cositas bellas que tendrá.
Shaun se quedaría un rato para descansar.

En todo el día Emilico recibió felicitaciones y lindos detalles como obsequios para darle la bienvenida a la nueva integrante. Emilico observó a su hija y luego pensó en su primer hijo, habían pasado ocho meses desde que se lo llevaron y nadie fue capaz de encontrarlo o que las personas que lo tenían se apiadaran de una madre desolada sin su hijo para que lo devolvieran a su hogar, incluso pensó en que al ser diferente acabaran con su vida y eso la hacía sentir mal, pero ahora estaba su segunda hija, con solo unas horas de nacida, besó su frente. —No dejaremos que nada malo te pase, Alessia.
Lou lo supo más tarde y mandó sus felicitaciones a su querida amiga Emilico y a Patrick por la nueva bebita.

Rum recibió carta con la noticia, ya sabía que su amiga daría a luz y mandó los regalos para Alessia que ella misma hizo, caminó a casa, aún faltaba para que su momento llegara, estaba impaciente pues no sabía que tendría ella y también Lou, al acercarse a su casa un perrito blanco con manchas negras se acercó a ella saltando a su alrededor. —¡Hola Tucker! ¿Me vienes a recibir? Vamos a casa.
Cuando por fin entró en casa su madre la hizo sentarse. —Te dije que no fueras a caminar.
—Mamá me aburría, estoy bien y el bebé también. ¿Dónde está Shirley?
—Afuera con tu padre.
—Le dije que se quedara dentro de casa.
—Aprovechando que no estabas preparó una tarta de manzana. ¿Quieres un poco?
—Si, por favor. —Mientras su madre cortaba la tarta ella leyó la carta. —Así que fue una niña, Alessia. Y yo aquí que ni he pensado un nombre para mi bebé.

Ya tenía su cuna preparada, la ropa y pañales, de la mansión llegaron algunos juguetes como regalo a su próximo nacimiento.
Su madre le dio el plato y ella se fue a comerlo afuera, Shirley hallaba la vida de un aldeano interesante.
—Hola hija ¿Qué tal todo?
—Muy bien nuestra amiga ya tuvo a su bebé.
Shirley se acercó. —¿Qué fue?
—Una niña.
—Que bien, eso le da inspiración a Shirley para los diseños.
—Mandé los regalos para Emilico y para la pequeña Hope por su cumpleaños. ¿Qué hacían?
—Me estaba ayudando a reparar la cerca del gallinero. Es muy hábil.
—Mi señorita Shirley ya le dije que estuviera en casa, a veces llegan visitantes inesperados.
—Si, si Shirley lo sabe, pero sabes que soy maestra de camuflaje.
—Maestra del camuflaje o no debe ir adentro ¿sí? hasta la tarde.

Desde que había salido de la Mansión se vio obligada solo a salir al anochecer, extrañaba su vida de noble, los baños diarios que se daba, sus vestiduras fueron reemplazadas por ropa sencilla, al menos sabía diseñar y cocer para hacer ropa bonita, estuvo impaciente todo el resto del día solo para salir antes de acostarse. Diseñó ropa, cenó y luego se fue a lavar. Rum se quedó dormida así que salió de paseo con su perrito, Tucker, que jugueteaba por doquier, ella tenía una cinta que adornaba su cabello, pero se le soltó así que cayó al suelo, cuando lo iba a tomar Tucker se le adelanta y sale corriendo con la cinta en el hocico, ella va tras de él metiéndose en territorio ajeno.
—Tucker... —le llamó susurrando, no podía ver bien por dónde andaba, el lugar estaba lleno de árboles y arbustos, se abrió paso y cuando miró al frente su nariz tocó un arma de fuego, alguien le apuntaba, estaba asustada, sus piernas no le respondían y su corazón latía a mil.
—Identifíquese.
Quién le apuntaba no veía en la oscuridad lo que tenía en frente. —Por favor no dispare, solo busco a mi perrito.
Bajó el arma al escuchar la voz dulce y femenina de Shirley. —Dime que eres la chica que vi en medio del camino el año pasado.
—¿Qué?
—Si, eres tú ¿verdad? Volviste ¿no es así?
Traía consigo su lámpara así que la encendió e iluminó lo que tenía al frente, la miró de abajo hacia arriba, ella estaba nerviosa, sus pupilas se contrajeron al no ver un rostro en ella, estaba tan aterrado que dio varios pasos hacia atrás y tropezó cayendo junto a su lámpara que se apagó en el instante, Shirley aprovechó para irse a casa corriendo, incluso olvidó a Tucker y su cinta de cabello.

El joven Vincent estaba sorprendido por lo que había visto, esa silueta era la de su vecina Rum, nadie le creería que vio un ser semejante a la de las historias que había en toda la isla, roban tu rostro y matan a las personas, se puso de pie y justo apareció Tucker con la cinta de cabello. —Hola amiguito ¿Qué tienes aquí? —Tomó la cinta color lila y la decidió guardar, tomó al perrito y fue hasta la casa de sus vecinos, solo para devolver a su mascota. —Me pregunto si Rum está bien. —Para ese momento la última luz se apagó y solo observó la casa.
Shirley estaba oculta bajo las sábanas temblando de miedo ya que debió hacer caso y quedarse quieta en casa.

Vincent llegó a casa, fue a su cuarto a descansar, pero no pudo hacerlo buscando respuestas a la silueta negra que vio. —Es como Rum, toda su forma ¿es que acaso suplantó su identidad? ¿Qué es esa cosa que vieron mis ojos?
Solo durmió un poco pues constantes pesadillas inundaban su cabeza, antes que saliera el sol se levantó y se puso una chaqueta para resguardarse del aire frío de la mañana, fue directo a la casa de sus vecinos, estuvo oculto tras algunos árboles.
Aguantó hasta que los primeros rayos del sol salieron, para su suerte la puerta se abrió.
Rum estaba adormilada, Shirley iba a buscar agua y ya que lo que le ocurrió la dejó asustada, le pidió a Rum compañía, pero sin decirle nada del asunto.
—Quiero volver a la cama. —Bostezó.
Shirley miró a su alrededor y suspiró pues sabía que le costaba y necesitaba descansar. —Vuelve a la cama, Shirley se encargará de ir a buscar el agua.
—¿Estarás bien?
—Si.
Vincent miró como Rum volvía dentro, mientras la cosa negra se estiraba y tomaba un par de cubetas, aquellas que él mismo fabricó. No estaba entendiendo nada de nada, era peligrosa o no. Solo miró sus acciones, estaba en pijamas y no traía calzado alguno. Tucker se acercó a ella.
—Ay que gusto verte pequeño, Shirley creyó que no volverías a casa. —Le dio una caricia para luego seguir con su trabajo de llevar el agua recolectada hasta el baño.
Se armó de valor y cuando ella iba a entrar a casa la detiene tomándola del brazo, ella voltea y aterrada deja caer las cubetas de agua.
No se atrevió a gritar pues era ocasionar problemas en la casa de la familia de Rum. —Por favor, no le haga daño.
—¿Así que estuviste siempre aquí? Pero ellos dijeron que la chica había vuelto a la mansión.
—Era por seguridad. Lo lamenta tanto.
—¿No piensas matarme cosa?
—¿Por qué haría Shirley eso?
—No lo sé, no pareces humana, eres un ser espeluznante, ni rostro tienes.
Claro que sí, pero se fue a dormir.

Seguía sin comprender lo que era Shriley, totalmente idéntica a Rum y dijo que ella era su rostro. —Eres un grosero, tratar así a una sombra ¿no te educaron bien? Por cierto, le debes las cubetas llenas de agua.
Esa cosa le estaba dando órdenes, ella le apuró y para no deberle nada le hizo el favor de llenar nuevamente las dos cubetas con agua.
—¿Estuve pensando todo este tiempo en un ser extraño?
Shirley dejó escapar una risa encantadora. —Ese es el efecto del encanto de Shirley. —Ella tomó las cubetas llenas. —Shirley te lo agradece. —Se fue a casa para bañarse.
Él regresó a la suya, estuvo enamorado de una chica que no era humana. —Es un monstruo.

En su habitación estaba la cinta. —Esto le pertenece a ella ¿no? Entonces ¿Qué hago con este sentimiento que tuve todo este tiempo?
Solo debía esperar a la noche para verla pues al parecer salía a esa hora.

Shirley se lo guardó, después de todo su misión sería integrarse de a poco en el mundo y tratar de ser aceptada con su actual apariencia. Al anochecer salió a mirar las estrellas mientras daba un paseo en compañía de Tucker. —Hoy si no me puedes quitar el listón porque Shirley no tiene uno ahora mismo, los demás quedaron en la mansión y solo se trajo tres. —Reía para no llorar.
Su vecino al haber esperado a que ella saliera se acercó. —Oye monstruo.
—Ay que irrespetuoso, podrá serlo, pero al menos Shirley tiene buena educación.
—Solo quería devolver esto. —Le muestra su listón y ella lo toma.
—Te lo agradece.
—Que peculiar forma de hablar. Por cierto, me llamo Vincent, pero me puedes decir Vin.
—Shirley, mucho gusto.
—¿Dé dónde vienes?
—No lo creerías, pero Shirley proviene del bosque, se crió en la mansión, luego perdió su forma y volvió a ser lo que era. Debería dejar de hablar como me lo enseñaron ¿no?
—Supongo.
—Es raro hablar con alguien de fuera, me siento algo sola desde que dejé la mansión y solo tengo a Rum y a sus padres.
—¿Por qué imitas a Rum?
—Está en mi naturaleza, lo único son nuestras personalidades diferentes, el nombre que llevo es el de ella, me quedé con su nombre. —Dijo algo desanimada. —¿Te doy miedo? —Preguntó.
—Quizás al principio, pero ahora no, siento que es agradable hablar contigo.
Miraron el mismo cielo, ella sonrió y le ofreció su mano. —¿Podemos ser amigos?
—Claro. — aceptó tomar su delicada mano —Supongo que debo guardarte el secreto ¿no?
—Sería un favor enorme, además Rum está a punto de tener a su hijo y no tengo más que el apoyo de la familia, no puedo solo aparecerme en el pueblo de esta manera, no me gusta cubrirme toda, solo lo hice porque era invierno y tenía frío. Necesito de tu ayuda.

En verdad ambas tenían diferentes personalidades. ¿Por qué le atraía ella si no tenía rostro al cual contemplar el brillo de sus ojos, o poder ver sus labios y mejillas? Decidieron volver a la casa, él la dejó sana y salva, Shirley se despidió con la mano y entró. Él solo se dirigió a su casa mientras pateaba una piedra pensando que esa cosa era muy amable y a la vez era peligrosa, no debía fiarse mucho. Miró su mano, no lo había notado, pero la dejó manchada de su hollín.

Pasaron varios días viéndose en secreto y forjando una amistad, Shirley no le dijo nada al respecto a Rum, algo que tenían en común guardarse los secretos. Este día Rum estaba un poco incómoda y adolorida. —¿Seguro que no dormiste en una mala posición?
—Claro que no, sabes que me cuesta encontrar la manera correcta de dormir, además este bebé se mueve mucho.
Su padre había salido a trabajar así que volvería al día siguiente, solo estaban ellas tres en casa.
Su madre lo presentía, ese bebé nacería pronto pero su temor era que su nieto era hijo de una sombra. Entró a la habitación de su hija. —Cariño, creo que estás próxima a tener a tu bebé.
—¿Qué? Pero es que no me siento lista.
—Pues pienso que es maravilloso. —Shirley la estaría apoyando cuando llegara el momento.
Rum se levantó he hizo su día como cualquier otro, solo que ahora estaba asustada, estaba lejos de sus amigas, de su exnovio, al menos Shirley le acompañó y no la dejó abandonada.
Su madre preparó las cosas para el parto en casa, Shirley estaba sentada a la mesa escribiendo una carta para la mansión notificando el nacimiento, lo terminaría luego ya que no sabía que tendría Rum y que nombre le pondría.
Decidió ir a cocinar algo rico para las tres, mientras Rum estaba solo mirando al cielo pensando en Oliver y lo mucho que a él le hubiese gustado estar con ella en el momento del nacimiento. —Todo lo que me dijo fue mentira y yo lo sabía, aun así, me enamoré y de nuestro amor está por nacer este bebé. Oliver...

Al atardecer Rum estaba solo esperando a que llegara la hora de sentir los primeros dolores, pero nada. —Salió a alimentar a sus gallinas. —Buenas tardes. —Con su cubeta llena de pienso regó el alimento viendo como todas se acercaban.
Shirley se dirigió a ella. —Deberías entrar a casa y descansar.
—Si, solo termino de alimentarlas y entro. —Justo siente un fuerte dolor que la hace tirar la cubeta y solo puede sostener su pancita con sus brazos mientras las gallinas aprovechan el alimento.
—¡¿Te encuentras bien?! —Shirley corrió para ayudarla, Rum solo dijo que estaba bien y trató de respirar para controlarse.
—Creo que nacerá esta noche.

Entre su madre y Shirley trataron de atenderla. —Vamos a traer a este bebé.
—Dijo su madre viendo que no tendría tiempo de ir en busca de una partera o un doctor.
Shirley entró a la habitación avisando que había puesto a hervir el agua que se necesitaría, la madre trajo sábanas limpias y toallas. Rum estaba sintiendo contracciones y mucho dolor.
—Tendrás que ser fuerte hija, apenas comenzamos y los dolores serán cada vez más fuertes.
—¡¿Cómo?! Si con estos que siento me quiero es morir. —Dijo mientras trataba de contener las lágrimas.
—Yo te dije, no te metas con Oliver, pero ahí ibas desobedeciendo.
—Por favor no me reproches eso, me siento demasiado mal como para que ahora también tenga que sentir culpa. —Sintió otra contracción dolorosa.

Pronto llegaría el momento, Shirley le secó el sudor y le dio su apoyo. A eso de las diez y tantas de la noche se escuchó su pequeño llanto. Rum había dado lo mejor de sí pero terminó por desmayarse. Todo fue perfecto con el nacimiento, la madre se hizo cargo de la atención y cuidados, Shirley emocionada le fue a ver. La señora estaba feliz que fuese normal y no una sombra, siempre le preocupó que los demás le fueran a hacer daño por haber nacido diferente.

Estuvieron pendientes de Rum y su comodidad, recobró la conciencia tres horas después, apenas y podía distinguir con la vista, poco a poco se aclaró, estaba adolorida, entre las dos se hicieron cargo de limpiar todo y dejarla cómoda para cuando despertara.
—Al fin despiertas mami. —Pronunció Shirley, la madre de Rum se había ido a descansar.
—¿Soy mamá? —Se incorporó poco a poco y miró la cuna de al lado, Shirley le hizo entrega de su bebé.
—Es un pequeño y lindo niño.

Rum miró lo pequeño que estaba, sus manitas moviéndose, era tan delicado, su cabello rizado y de color negro, no era abundante, pero con el tiempo crecería, sus mejillas rosadas. —Es tan bello. —Una lágrima brotó y se deslizó por su mejilla. —Quería que Oliver estuviese presente, aún si no me amase este niño también es su hijo.
—Tranquila, no sé realmente que habrá pasado con Oliver y sus sentimientos hacia ti. Pero sabes que algún día él y su hijo deberán conocerse.
—Si, pero hasta entonces yo cuidaré muy bien de mi pequeño Theo.
—¿Así que ese será su nombre?
—Si, es abreviado, Theodore, así será su nombre. —Rum lo abrigó con su manta pues hacía frío a esa hora, también se encargó de alimentarlo.
Shirley los dejó descansar, ella también merecía dormir un poco, estaba agotada y esta noche no pudo hablar con su amigo secreto.

Días más tarde Kate recibió la carta anunciando que Rum había tenido a su bebé. La leyó a sus amigos mientras se iluminaba con la luz que entraba por la ventana.
—Mi pequeño hijo se llama Theo, si lo vieran, es una ternurita.
—Ay que bonito, Rum por fin es mamá. —Comentó Matilda que estaba sentada al lado de Emilico pues estaba encariñada con Alessia.
—¿Podremos visitarla? —preguntó Emilico.
—Yo digo que sí, tendremos que llevar la cámara, después de todo necesitamos un recuerdo de bebé. —Propuso Shaun.
Lou estaba feliz y triste a la vez pues ella quería ir también y aún no podía hacer mucho esfuerzo esperando pronto dar a luz. —Por favor, si van me le dan la bendición de mi parte, aún tengo que esperar.
—Yo también quiero verla, pero estaré con Lou hasta que llegue el bebé. —Comentó Ricky.
—Patrick espera conocerlo, por favor felicítenla de parte de Patrick.
—Entonces ¿qué pasa con Oliver? —Pregunta John pues este sabía lo mucho que él sufría por el repentino alejamiento de Rum y no se le había comunicado que sería papá.
Todos miraron a John, Kate pensó, mas no sabía que hacer, Louise dijo. —Kate ya sabemos que Rum solo se alejó, pero es justo que Oliver lo sepa.
—De acuerdo, en unos días le iremos a visitar, hablaré con Oliver y Ollie ¿sí? Solo denme tiempo, Rum también lo hubiese querido de esa manera.

Ellos se quedarían ahí a pasar el rato, Kate y John miraron a Hope jugando con el hollín de sus manos, la niña había descubierto recién que podía transformarse y dejar hollín por todas partes, ellos la tomaron y salieron de la sala.
—¿Te imaginas Kate?
—¿El qué?
—Rum también tendrá un hijo mitad sombra y humano.
—Pero nadie le dijo nada, lo de Matt lo sabíamos pocos. Solo por seguridad debemos decirle que su hijo también tendrá habilidades de hollín.
—Ma-ma...
—¿Qué pasa cielito?
—Wa-wa.
—¿Agua? Vamos a tomar un poquito y a cambiarte. —Kate besó la mejilla de su hija y se fueron a su habitación, Camille les recibió ya que estaba arreglando las cosas de la niña.
—Camille, por favor sirve un poco de agua a Hope. —Pidió John.
—Si señor. —sirvió un vaso para brindarle a la niña, Kate tomó un vestido limpio para cambiarla.
Su pensamiento rondaba en como decirle a Oliver la verdad, además sus lágrimas arruinaron el final del mensaje que no se llegó a enterar de nada.

Días después Kate mandó a llamar a Oliver y a Ollie, estos dos estaban en el laboratorio cuando Anna les notificó que Kate requería la presencia de ambos. —Oliver no hizo nada malo que sepa.
—Seguro no es nada de qué preocuparse. —Dijo Anna animándole.
—Bueno, siendo así, Ollie vamos.
—¡Si, mi maestro Oliver!
Ambos se apersonaron a la oficina de Kate, ella les dio la bienvenida, ellos estaban extrañados.
—Siéntense, por favor, ¿Té?
—Estamos bien gracias. —dijo Oliver. —Necesitabas algo de Oliver ¿algún trabajo que hacer?
—En realidad sí, pero la misión es para Ollie.
El comentario les dejó confundidos y Kate les explicó que un grupo saldría de la mansión. —Rum hizo este tiempo su vida en el pueblo, no tiene intenciones de volver.
—Eso lo sabe Oliver. —contestó con tristeza, en verdad la extrañaba y siempre se preguntó por qué se alejó de su lado.
—Disculpe Kate, ¿qué tengo que hacer?
—Acompañarás a nuestro grupo para hacer una visita, hace poco Rum tuvo un bebé y queremos ir a darles nuestras felicitaciones.

Ambos quedaron boquiabiertos con la noticia, pasaron cosas por la mente de Oliver que le hicieron sentir de la peor forma, el hollín se hizo presente por sus emociones negativas. —¿Rum hizo su vida al lado de alguien más? Oliver no la culpa, cualquiera caería rendido ante su encanto y ternura.
Kate se sintió un poco mal por él, pero luego dejó escapar su risa, Oliver estaba tan alejado de la realidad.
—Oliver no le ve lo gracioso.
—Es que Rum solo lleva entre seis a siete meses fuera de la casa ¿cómo cree Oliver que ella conseguiría pareja y tuviese ya así un bebé? —Ollie si comprendió rápidamente. —Oliver, ella tuvo a tu hijo.
—Kate ¿qué dices?
—¿Cómo no te diste cuenta de que ella estaba embarazada? Seguro hubo señales de su parte.
Necesitaba procesar todo y hacer memoria, el día que enfermó lo confirmaba, esos mareos y el desmayo, ese brillo especial en sus ojos encantadores cuando le hizo la visita en la mañana, cuando hicieron un día de campos ella solo le miraba de una forma como queriendo decirle algo y cuando estuvieron juntos tenía algo diferente y muy especial que no pudo descifrar.
—Oliver, Rum lo escribió en la carta; ella quería que lo supieras.
No aguantó las lágrimas, levantó sus gafas y con la manga las secó. —Perdón, es que aún no puedo creer lo que dices.
Ollie puso una mano sobre su hombro a modo de apoyo. —Felicidades mi señor.
—Gracias, aunque duele saber que crecerá sin su padre al lado, al menos sé que ella lo criará bien.
—Rum tiene una misión junto a Shirley la cual es integrarse de a poco, costará, pero es necesario, ella decidirá si volver o no a la mansión, estoy segura de que no te negará ver al niño.
—¿Cuál es su nombre?
—Theodore, pero de cariño, Theo.

Kate pidió a Ollie empacar para ir a hacerle una visita, ambos volvieron por el pasillo, Oliver no cabía de la felicidad que sentía —Si Oliver lo hubiese sabido, nunca la habría dejado ir de su lado.
—¿Quiere darle un mensaje a Rum?
—Si, Ollie, por favor, trata de convencerla para que Theo pase al menos una semana acá, Oliver no pide más, solo quiere sostenerlo.
—Lo intentaré, pero ella es la madre, así que no le garantizo nada.

Aquel mismo día por la tarde Lou rompió fuente a eso de las tres, Ricky entró en pánico al ver el agua. —¡¿Qué hay que hacer?!
—Lo primero es calmarse. Tuve dolores en la espalda y creí que se me pasaría con un poco de descanso... y ahora me duele la parte baja.
—Te sientas un momento, iré por alguien de personal de socorro. Debiste decirlo antes, sabes que tienes que notificarme cada síntoma amor.
—Fue un error, perdón.
Ricky justo abrió la puerta para irse, pero encontró a Louise y a Shaun que venían a hacerles compañía.
—Ricky ¿por qué la cara pálida?
—Lou rompió fuente, ya vengo.
—¡¿Qué?! —Gritó Louise, entró rápidamente seguida de Shaun. —¿Estás bien cariño? —preguntó poniendo su mano en la mejilla de Lou y viendo su estado.
—Si, aún es muy pronto para que nazca, estaré bien. —Una contracción se hizo presente, trató de sobrellevar el dolor.
—Lou ¿necesitas algo? —Shaun preguntó ya que su amiga necesitaba atención.
—Si, unas pantuflas nuevas, estas están mojadas.
Ambos intentaron que estuviese cómoda hasta que fuese llevada a la sala de socorro para ser atendida.

Pronto estuvo instalada y conforme pasaba el tiempo los dolores iban en aumento.
Susanna le revisó. —Querida Lou, estás próxima a tener a tu bebé, falta poco.
Una lágrima salió de ella.
—¿Por qué lloras Lou?
—Es que duele demasiado, no creo poder resistirlo. —Terminó por llorar.
Ricky estaba afuera por los nervios que traía, Shaun le intentó tranquilizar. —Oye calma.
—Si, debería estarlo, pero muchas cosas pueden ocurrir, no quiero que nada malo le pase a ella y al bebé. No puedo estar tranquilo.
Patrick, junto a Emilico llegaron para hacerles compañía, ella traía consigo a su hija.
—Vinimos en cuanto nos enteramos.
Emilico vio que él estaba muy angustiado. —Ricky, Lou estará bien ¿sí?
—Gracias por estar aquí.
Estuvieron esperando, Ricky sabía cuan doloroso podía llegar a ser por los gritos de dolor que escuchaba.
Kate llegó poco tiempo después, justo cuando el llanto del bebé se escuchó en la sala de espera.
—Perdón por llegar tarde.
—Descuide, al menos llegó para escuchar el llanto de mi bebé. —Ricky estaba más tranquilo, solo quería que le avisaran para entrar.

Lou, estaba agotada, Lola y Susie la estaban atendiendo mientras Susanna y Gilbert atendían a su bebé.
Louise miró como le atendían y tomaban notas, era un pequeño angelito. —Lou también tuvo una niña. —Lloraba con todas sus fuerzas, poco a poco se calmaría.
—Si, es muy saludable. —Comentó Gilbert.
Lou estaba teniendo dolor, mucho dolor, pensó que cuando la tendría todo pasaría, pero solo aumentaba nuevamente. —¿Estás bien Lou? —Preguntó Lola.
—No... ¿por qué me duele demasiado? No lo entiendo. —Sus lágrimas no paraban de salir por lo que sentía.
Todos voltearon preocupados. —¿Lou que tienes? —Louise se aproximó a ella.
Gilbert le dejó encargado a Susanna a la niña, para centrarse nuevamente en Lou, tocó su vientre, aún estaba muy abultado. La revisó nuevamente. —Lou, tendrás que volver a pujar.
—¡¿Qué?! ¿Por qué? —cada vez el dolor volvía a aumentar, Louise estuvo a su lado, afuera Ricky estaba desesperado pues había pasado ya un rato y no le habían dicho que entrara a verla.

Pronto Lou se enteró que esperaba un segundo bebé, ella estaba en shock pues siempre pensó que sería solo uno. —Es que estoy muy agotada. —lloró aun más por la desesperación que sentía. Tenía miedo por lo que le pudiese pasar, sufrió demasiado con el primer nacimiento y tendría otro muy pronto, sus fuerzas estaban casi acabadas y solo quería descansar.
No tardó en volver a intentarlo, si o si tendría a otro bebé pronto, mientras Susanna con la niña en brazos veía como ocurría un segundo nacimiento.
Se pudo escuchar fuertes gritos de parte de Lou, pero ellos ni de lejos pensaron en la posibilidad de un segundo bebé, Ricky sintió pánico por si algo malo le estuviera pasando a la mujer que más amaba en este mundo.
Un nuevo llanto se escuchó, Louise miró sorprendida al bebé. —Lou, tuviste un varón. —comentó en tono bajo.
—¿Sí? —Trató de mantenerse despierta, estaba muy cansada, cerró los ojos un momento. —Son mis bebés, mi pequeño deseo se hizo realidad. —Dijo en un tono bajo y susurrante, recordando las estrellas de papel que Matthew le dio, solo dos de cinco estrellas llegaron a salvo, bueno su deseo solo era ser madre de un bebé, pero llegaron a su vida dos.

Tardaron mucho, era demasiado el tiempo transcurrido que Ricky estaba muy desesperado, Patrick solo intentaba calmarlo, Emilico miró el reloj preguntándose que había pasado.
—Seguro Lou está muy cansada. —Comentó Shaun para que no se preocuparan.
—Aun así, han tardado mucho, ni siquiera nos han venido a anunciar nada del bebé. Louise tampoco ha salido para darnos noticias.
Ricky tenía escenarios tormentosos en la mente. Unos minutos después apareció Susie.
—Ricky, ven por favor.
—¿Lou se encuentra bien?
—Por supuesto corazón, disculpa la tardanza, estábamos esperando a que se recuperara, es muy agotador sabes.

Una vez dentro vio a su esposa sostener a su bebé, sonrió al verla, sana y salva. —Lou me tenías preocupado.
—Ya lo sé, pero mira, ¿no es hermosa nuestra pequeña?
—Si, justo como su madre.
—Ay y espera la otra sorpresita. —Insinuó Louise, Ricky le miró con extrañeza pues no tenía idea a que se refería.
Lola tomó al segundo bebé ya listo para ser entregado. —Felicidades a los dos, son tan bellos estos angelitos. —Dijo mientras mostraba al segundo bebé y se lo entregaba. —Este es su pequeño.
—¿Cómo? ¿Dos?
—Si, una princesa y un príncipe.

Ricky estuvo un rato compartiendo con su esposa e hijos, admirando a los dos bebés que eran iguales en apariencia. —Que alivio, al menos podemos identificarlos.
—Si, amor ¿puedes hacerte cargo junto a Louise de ellos un rato?
—Por supuesto, tu descansa. —Louise tomó al niño y Ricky sostuvo a la niña ya que los demás esperaban fuera.
Él salió con la niña para mostrarla, Louise aguardaría un poco más. —¡Amigos, es mi primera hija!
Todos se acercaron, Emilico y Patrick se alegraron pues Alessia tendría una hermanita. —Todo salió bien que bueno. —Comentó Emilico.
—Más que bien, Señorita Louise por favor.
Louise salió con otra criatura en sus brazos sorprendiendo a todos. —Este pequeño también se une a la familia, a que mi Lou tuvo dos bebés preciosos.
—Felicitaciones Ricky. —Comentó Kate, estaba feliz por ambos ya que Lou pudo cumplir su sueño de ser madre.

Ricky se quedaría con Lou y los bebés, Louise se haría cargo de buscarle las cosas en la habitación.
En los corredores no se hablaba otra cosa más que de Lou y de que ya hubiese tenido a su bebé.
Elaine al escuchar eso apretó los puños con fuerza por el enojo que sentía, podía imaginársela sonriente con su bebé. Louise pasó junto a Shaun sin notarla hablando de los bebés y ahora sabía que no tuvo uno sino dos, la ira crecía dentro de ella. —Maldita, ¿por qué ella y no yo?
Emilico y Patrick regresaron a su habitación. —Patrick está feliz por ellos dos, aunque Ricky siempre decía que no quería tener uno, ahora Patrick entiende que él solo quería la felicidad de Lou con o sin hijos. —Comentó mientras se sentaba en el borde de la cama al igual que Emi.
—Estaba sorprendida cuando vi que eran dos, imagino que ellos también. —Dijo riendo, luego miró a la florecita durmiente entre sus brazos que se empezó a mover y a bostezar. —Buenas tardes Ale.
—Pásamela. —Emilico se la entregó ya que estaba despierta. —Aún está pequeñita y es muy tierna.
Emilico sonrió y luego se entristeció. —Sabes amor, aún no puedo ni creo poder superar que Matty ya no esté con nosotros, me angustia el no saber que fue de nuestro hijo. Me perdí su cumpleaños, sus primeros pasos y su primera navidad. Si alguien lo tiene espero que lo ame tanto como nosotros. —Patrick miró como las lágrimas de ella terminaban sobre sus blancas manos, él la abrazó y besó su cabeza.
—Tranquila amor, Patrick desea con todo su corazón que vuelva a casa con nosotros.
Pero ahora también debemos ocuparnos de nuestra Alessia.
—Lo sé. —Dijo secando sus lágrimas y sonriendo para luego mirar con amor a su hija y brindarle una caricia.

Siendo de noche Kate en su habitación escribía una carta para Rum y Shirley mientras John jugaba entretenido con Hope.
—Hope, sé cómo papi John, una linda sombra.
Hope de inmediato con una sonrisa en su rostro se transformó en una sombra haciendo que John se regocijara de alegría al verla; la tomó en sus brazos y fue a leerle un libro de cuentos.
—Nejo.
—¿Quieres la historia del conejito que no quería comer sus zanahorias?
Kate paró de escribir. —Ese libro no va así.
John le pidió que no dijera nada.
—Porque a ti no te gusten no le debes enseñar a ella que no debe comerlas, léele la historia bien o si no me enfadaré. —Dijo mostrándose algo furiosa con su hollín.
—B-bien, de acuerdo. —John dejó el libro sobre la cama mientras sobre la misma hacía que Hope saltara, para él era su felicidad escucharla reír. Ella volvió a su estado de humana, John se acostó con ella a su lado para leerle.
Kate se levantó de la silla con la carta terminada y sellada. —Vuelvo en un momento. —Salió de la habitación para hacer el envío.
John aprovechó para solo contarle a su hija la historia como acostumbraba.
Cuando ella volvió, cerró la puerta estaba John roncando con el libro sobre su panza que subía y bajaba por la respiración, Hope también se había quedado dormida.
Bostezó y se estiró. —Qué día tan agotador y lleno de alegrías. —Tomó la manta de la cuna de su hija, luego retiró el libro aun sabiendo que seguramente cambió la historia y lo dejó en la mesita de noche, apagó la luz y se metió a la cama para abrigar a su hija, era muy feliz por dormir junto a su familia.

Lou se tendría que quedar un poco más para recuperarse bien, Ricky miró a sus dos bebés, la pequeña Courtney y el pequeño Cornelius, luego se dirigió a Lou. —¿Necesitas algo más amor?
—Solo un beso tuyo. —Ricky sonrió y correspondió a su esposa con un beso. —Dime Lou, ¿eres feliz?
—Contigo a mi lado he construido mi felicidad, la comparto contigo, con mis amigos y ahora con nuestros hijos.
—Me alegro de escuchar eso, amor, mi vida a tu lado es una bendición, nunca dejaré de amarte. —Ricky le acomodó la almohada, le dejó su jarra de agua y un vaso, por si tenía sed, además estarían pendiente de ella.
Él se retiró, estaba cansado, pero seguramente Lou lo estaría más y aun así atendió a los niños desde que nacieron hasta ahora que solo dormiría un poco pues debía alimentarlos.

❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋

Continuará...

❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro