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No Puedo Olvidarte

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Era el último día que Oliver pasaría con su hijo, empacó sus cosas y metió entre ellas el obsequio, adicionando una carta. —Estos días fueron especiales. —Miró a su hijo y lo tomó en brazos. —Ya quisiera saber que hizo Oliver para que tu madre se alejara de su lado. —No quería por nada en el mundo dejar ir a Theo, pero él debía estar con su madre. Ella pudo haberle contado y así arreglado las cosas, ya estuvieran casados y juntos como una familia.
Todos estos días jugó con él, se reunió con demás padres para que sus hijos convivieran, lo bañó y peinó, le dio comer, incluso atenderlo no fue fácil algunas veces, pues no sabía que hacer o cómo actuar, pero gracias a que muchos le tendieron la mano pudo desempeñar su papel como padre.

Debía despedirse de su pequeño, pues Ollie lo regresaría con su madre, se lo entregó con su maleta. —No quisiera apartarlo de usted señor.
—Oliver entiende, pero si no lo haces su madre se pondrá triste y enojada con Oliver por no cumplir una promesa. —Miró por última vez a su hijo y le dijo que se portara bien y luego le dio un beso en la frente dejándolo marcado.
Ollie se lo llevó consigo, si Oliver lo retrasaba más seguro no podría dejarlo ir, solo se retiró a llorar por el vacío que le dejaba.
Ollie iba en compañía de Emilico y de Lou que esta vez quería ir de visita y ya que Ricky no se encontraba se llevó consigo a sus bebés para pasear, Kate esta vez no los acompañó, pero Shaun iría para llevar a Hope y cuidar de sus amigas y sus bebés.

En poco tiempo se encontraron nuevamente en el pueblo, se quedarían alojados en la casa de Emilico como la última vez. Fue un viaje algo largo para ir a la casa, Emilico muy feliz abrió la puerta con la llave y todos ingresaron. —Bienvenidos, hay que ponernos cómodos.
Los bebés se quedaron arriba descansando, Lou fue a preparar algo para que todos tomaran, Emilico abrió las ventanas y le propuso a Shaun ir por comida.
—Iremos con la niña para que recorra el lugar ¿sí?
—Por supuesto. —Shaun tomó a Hope y Emilico una cesta, solo se despidieron y se fueron de compras.
Shaun caminó al lado de Emilico, era extraño ya que desde que ella se casó con Patrick se había distanciado un poco de ella. Era todo tan distinto a como era de niños, Emilico alzó la mirada y preguntó. —¿Tengo algo?
—N-no es solo que hace mucho no estábamos como equipo. —Le hizo recordar viejos tiempos, él hubiese querido que algo pasara entre los dos, pero cada uno tenía a su propia pareja y ella ya tenía una familia.

Hope al menos estaba tranquila durante el paseo, llegaron a una tienda para hacer compras, Emilico se hizo cargo del pedido, estaba entusiasmada, Shaun le recordaba algunas cosas que debían llevar, mientras sujetaba de la mano a la hija de su amo por rebelde pues quería tocar todo. Luego de hacer las compras, Emilico se hizo cargo de la pequeña ya que Shaun se ofreció a llevar la cesta, la dejaron un momento para que viera el lugar, todo era nuevo para ella, incluso los animalitos del lugar pero no la dejaron acercarse, Emilico la cargó y se fueron de regreso ya que de seguro Rum ansiaba ver a su hijo. Durante el regreso Emilico comentó que Hope se parecía mucho él.
—Supongo que es porque soy el rostro de mi señor, puedo hacerla pasar por mi hija. Y que lo digas, que lo mismo pasa con tu hija, ese es el rostro de Ricky.
Emilico sonrió pues tenía razón, al menos Ricky tenía bonitos rasgos para que Patrick pudiese transmitirlos a sus descendientes.
Llegaron a la casa, entre Lou y ella se pusieron a preparar algo para ir al rato con su amiga.
Ollie estaba cuidando de los niños, Hope necesitaba un cambio, así que Shaun se hizo cargo, luego la dejó ir a jugar por la casa. —No me subas las escaleras.
—Shi. —solo se fue a ver su maleta que estaba en una silla para ver el interior y buscar sus juguetes.

Una vez que comieron, salieron de casa para ir con su amiga, Rum estaba en casa de sus padres junto a Shirley, estaban ansiosas, incluso las horas parecían eternas. Por fin llegaron así que se acercaron a la puerta y tocaron, Rum corrió a abrir, su corazón se alegró de tenerlos ahí, Lou al verla la fue a abrazar por suerte trajo el coche para sus bebés. —¿Cómo estás?
—¡Lou! —Rum respondió que se encontraba perfectamente y estaba feliz de volver a verla luego de casi un año de haberse ido de la mansión, les hizo pasar para conversar y más importante extrañaba a su hijo.
Ollie en nombre de su señor le devolvió a Theo. —Lo cuidamos bien, incluso lo atendieron para hacerle sus revisiones.
—Qué bueno, espero no les haya dado problemas. —Rum miró a su hijo más grandecito y muy feliz de volver a sentir sus brazos y su calor.
—Para nada, fue un angelito. —Oliver le pasó a Shirley todas sus pertenencias, pero a Rum le dejó una carta de Oliver.
Pasaron la tarde con los niños, Rum y Shirley conocieron a los bebés de Lou y Ricky, solo faltaba Shaun y Louise en tener una familia, comentario que Shaun negó pues a Louise no le interesaban los niños.
—Claro que sí, mira como cuida a mis hijos, solo tiene miedo, es normal. —Shaun quería una familia, pero tampoco había dado el paso de proponerle matrimonio, eso lo hablaría luego con ella.

Ese mismo día varios grupos estaban regresando de la búsqueda, mapas habían sido trazados, durante todo este tiempo nadie pudo encontrar a un pequeño bebé, Kate estaba en la oficina junto a John, Christopher, su hermano Anthony y Bárbara, ya que los que habían llegado ninguno trajo buenas noticias.
—Propongo que este sea el último viaje. —Habían ido a tantos lugares fuera de la isla y dentro de la misma, nadie supo del paradero de Matthew.
—¿Qué le diremos a sus padres? —Kate se sentía muy mal por el dolor que sentían Patrick y Emilico.
—Kate, John también piensa que...
Kate los detuvo. —No digan más, no saben el dolor que siente una madre al perder a su hijo.
—Hermana, calma, solo piensa que tanto Patrick como Emilico tienen la esperanza de que el vuelva a sus vidas, ellos decidieron guardar todo para darle paso a su nueva hija y seguramente a sus futuros hijos, ya nosotros hicimos nuestra parte, ¿sí?
—Lo dejaremos al destino, de alguna forma sabremos qué pasó con el niño. —Habló Christopher calmando a Kate para hacerla entender.
John se levantó para que todos se pusieran de acuerdo en finalizar las búsquedas, Kate aún con la mano temblorosa votó a favor, no había más nada que hacer.
Bárbara estaba como testigo y solo esperaba la llegada de Barbie impaciente ya que quería librarse de una vez de los cuidados de Anthony.

Bárbara luego de esa reunión siguió a Anthony y a Christopher, la invitaron a tomar algo a una de las salas, ella se sentó, estaba muy callada y calmada, se controlaba para no volver a explotar, Anthony miró entre varias de las botellas de vino que estaban en una vitrina, tomó tres copas y sirvió un poco en cada una, las repartió a Chris y a Bárbara, ella la tomó y bebió un sorbo. —Solo una copa ¿está bien así Bárbara? El alcohol es algunas veces peligroso.
—Si, está bien la cantidad. —Pensó en irse así que se tiró el resto de la copa, la dejó sobre la mesita y se puso de pie. —Tengo que irme, recordé que debo hablar con alguien.
—Seguro, puedes irte. —Se sorprendió que la dejara ir ya que todo este tiempo apenas si la deja sola, ni respirar casi podía, se marchó antes de que se arrepintiera.

Era libre, caminó y se estiró, así que fue a ver a Susanna para hablar con ella de unos asuntos, la encontró en su habitación por suerte, ella le hizo seguir adelante.
—¿Necesitas apoyo? O ¡¿Unas caricias?! —Bárbara fue acariciada, eso la tomó por sorpresa pues no le gustaba el contacto de esa manera tan agresiva.
Se recuperó para hablar. —Es sobre el corazón de Bárbara y sobre Christopher.
—¿No superas su muerte?
—¡Lo ha intentado, pero no puede! —Dejó salir todo, las lágrimas se deslizaban por las mejillas, Susanna lo sentía tanto por ella. —¡Todo porque él dejó a Anthony vivir y se sacrificó a sí mismo!
Susanna se acercó para consolarla, pobre Bárbara, estaba sufriendo pues esperaba que él volviera siendo alguien grande, pero no lo había logrado. —¿Has pensado en cerrar ese ciclo de tu vida e iniciar uno nuevo?
—No porque dolería dejar sus memorias.
—Puedes iniciar por conocer a alguien nuevo, hay muchas sombras interesantes.
—Prefiere morir.
Susanna no podía hacerla cambiar si estaba tan ligada a él, solo verla llorar y desahogarse o lo contrario, no entendía como podía amar a alguien de tal manera, a este paso si se moriría de amor.
—Dile a Susanna. ¿Qué tal si Bárbara le hubiese dicho que lo amaba? ¿Christopher la hubiera aceptado?
Bárbara se detuvo, su imaginación empezó a trabajar, ¿Qué hubiese pasado?
—¿Y si era rechazada?
—Al menos lo sabría, pero jamás lo dijo, se arrepiente en verdad de no haberlo dicho. —Su sueño siempre había sido ser la novia de Christopher. —¿Cómo hubiese sido estar a su lado siendo pareja? Eso es algo que Bárbara nunca sabría.
—Si tanto quiere a Christopher ¿Por qué no lo intenta con el Señor Christopher? ¿No es idéntico al anterior?
—No... no... ¡nadie entiende a Bárbara! —Estaba muy inestable desde la ausencia de Barbie quien la protegía de todos los pensamientos que la atormentaban. Salió de aquella habitación corriendo y dejando a Susanna preocupada.

Se tropezó con Anthony y este al verla en ese estado la tomó de los hombros y la estremeció. —¡¿Otra vez llorando?! ¡¿Qué pasa contigo Bárbara?!
—¡Nadie lo entiende! —Su hollín se incrementó asustándolos a él y su sombra Christopher, algunos sirvientes fueron a ayudar.
Anthony dio la orden de buscar a Patrick, Kate llegó con John al escuchar el alboroto en ese pasillo, los cristales de las ventanas estallaron y hubo daños materiales, por lo que tuvieron que cubrirse.
Patrick llegó, solo él podía calmar a Bárbara con su poder del hollín, ella terminó por desmayarse.
Kate no sabía por qué se había puesto de esa manera si solo hace un rato estaba tranquila con ellos. Patrick comentó lo que ocurrió reciente pues su esposa se lo contó, por fortuna fue algo leve pero esta vez se había descontrolado.

Anthony se haría cargo de ella ya que había quedado de cuidarla hasta el regreso de Barbie. John se quedó con algunos sirvientes pues había que reparar esa zona, Kate siguió a su hermano para brindarle ayuda a Bárbara, la recostaron sobre la cama de Anthony, Kate retiró sus botas para darle comodidad y que pronto despertara. —Dime Anthony ¿Qué pasó?
—No lo sé, la encontré llorando y le pregunté que tenía, y me gritó "Nadie lo entiende" Tal vez no debí zarandearla.
—¡¿Qué?! ¿Siempre has sido así de brusco? —Kate miró el estado de Bárbara revisando que estuviera bien.
Anthony sabía cómo tratar a las mujeres, solo que no sabía que hacerle eso la iba a hacer reaccionar de esa manera. Kate se culpó pues sabía que la pobre sufría en silencio por el amor de Christopher, ese que nunca iba a ser correspondido. —No sé qué más hacer por ella.
—Alejarte sería una buena opción. —Kate miró a su hermano, su presencia le recordaba al primer Christopher.
—Vivimos en la misma casa, no puedo hacer eso.
—Si puedes, todos y cada uno vive por su misma cuenta aquí en casa, unos se enamoran y juntas sus vidas, otros se reúnen cuando tienen tiempo para socializar el que quiere se queda en su habitación para hacer cosas de su interés. —Le dio opciones para que buscara algo que hacer en vez de buscarla y molestarla con su presencia
—Está bien. —Anthony pensó en tomar una medida para alejarse un tiempo de ella.

Kate se retiró luego de estar un rato con ellos, Christopher también sale para ir a su pieza, Anthony se queda atendiéndola, le puso un paño húmedo en la frente. Ella despierta y no recuerda mucho de lo sucedido pero ¿por qué su pecho aún dolía? Comenzó a sollozar, así que con sus manos intentó secar sus lágrimas. Él se acercó a ella —¿Quieres hablar?
—No, Bárbara solo quiere desaparecer. —Se volteó sobre la cama para no verlo, el paño se movió un poco de lugar.
—Bárbara, es tiempo que le dejes ir y perdóname por hacerte tanto daño.
Ella no quería dejarlo ir ¿Por qué todos le pedían eso? —No sabes lo que es el amor, Bárbara lo amará hasta el final de sus días.
—Entonces ¿piensas perderte de comenzar un nuevo amor? Serías bien aceptada en mi familia. —Bárbara se volteó, se incorporó como pudo y lo miró, ¿qué propuesta le estaba insinuando? No podía ser lo que pensaba.
—Para compensar eso estoy dispuesto a... —Ella lo interrumpió.
—¿Que Bárbara se case contigo?
—N-no, que te comprometas con Christopher. —Fue algo incómodo para los dos, Bárbara sintió sus mejillas arder y se sintió como una tonta por pensar y decirlo en voz alta, Anthony sonrió y la miró de forma seductora, sujetó su mentó y acercó su rostro al de ella. —¿Acaso quieres que sea tu prometido? —Ese volumen que utilizaba, era tan encantador que la ponía nerviosa, su cuerpo se estremeció, ¿Por qué él se aprovechaba así? Sin un poder del hollín era sorprendente como lograba cautivarla un humano. Estaba tan embelesada y su corazón acelerado que sintió un ligero roce de labios, reaccionó y lo apartó de un empujón, viendo cómo ella lo rechazaba, su propuesta con Christopher seguía en pie. —Solo piénsalo ¿sí?
—Bárbara no tiene nada que pensar. —No tenía fuerzas para moverse así que irse a otra parte le era imposible y solo quedaba estar en aquella habitación, no sabía cómo había permitido tal acción por parte de Anthony.

Era de noche, Rum había ido a su casa luego de la visita de sus amigos, cenaban con tranquilidad, estaba aliviada de que hubieran cuidado a su hijo muy bien y que ya estuviera con ella, Shirley se levantó para llevar su plato. —¿Leerás la carta?
—Por supuesto, pero cuando me vaya a dormir.
Shirley tomó el plato de Rum para lavarlo, ella solo acomodó algunas cosas pues al día siguiente debía hacer unas entregas e ir de compras. Fueron a sus habitaciones, Shirley le deseó las buenas noches a Rum y a Theo. Estaba por fin a solas, colocó a su hijo sobre la cuna y mientras le hablaba contándole lo que pasó en la semana, acomodó las cosas de la bolsa, luego miró una cajita envuelta. —¿Y esto? —Lo desenvolvió y luego abrió la caja viendo lo que había en el interior, una cajita de música le dio cuerda y una dulce melodía sonó, recordó esa precisamente, una de las que quedó como opción para ponerle al carrusel de Matthew.
Mientras sonaba la cajita decidió ponerla sobre la mesita de noche y abrir la carta.

En ella a primera instancia le saludaba y preguntaba como había estado todo este tiempo, continuando con una breve redacción de todo lo que pasó en esos días con su hijo. —Oliver solo quiere decir que le enviará regalos a su hijo en su cumpleaños y en navidad, espera que crezca saludable y que le inculques buenos valores. Oliver espera que un día los tres nos reunamos, hasta entonces ve y cumple tus metas.

Rum terminó de leer, sus pensamientos giraban en torno a lo que hubiese sido si no se hubiera marchado. —Es tarde para arrepentirme, lo siento tanto Oliver. —Atendió a su pequeño antes de irse a dormir. —Todo habría sido diferente cariño.

El último equipo llegó de noche, Kate muy feliz les dio la bienvenida. John miró a Ricky y solo dijo. —Que mal te ves, Ricky.
—¿Usted cree? Soporte a esas dos unos días y verá. —Señaló a Candy y a Bárbara, él a duras penas podía aguantar dolor. — ¿Y Lou dónde está?
—Está de viaje con los niños.
Ricky recordó que debían devolver al pequeño Theo, ella seguramente entusiasmada quería visitar a Rum. —Mejor así, necesito atenciones y no quiero que me vea en este estado, con permiso.
Stella se acercó para ver a Candy, estaba emocionada por su regreso. —¿Le trajiste algo a Stella?
—Por supuesto. —revisó su bolso y le dio caramelos de los diferentes lugares a los que fue, Stella brincó feliz de comer cosas ricas de fuera, ellas dos se retiraron.
Quedaba Barbie que se dirigió a Kate y a John para darles su informe, el mapa que llevaban tenía marcadas las rutas en donde estuvieron. —Una persona se quiso pasar de lista cuando nos trajo un niño similar, los rasgos no coincidían, solo por el dinero de la recompensa.
—Que deshonesto, no se juega con eso. —John se cruzó de brazos, le molestaba que solo quisieran el dinero.
Kate por su parte agradeció el esfuerzo de los tres. —A partir de ahora los viajes se cancelarán, decidimos dar por finalizadas las búsquedas, es inútil Barbie. —Ella se sorprendió, pero comprendía que toda esperanza de hallarlo se había apagado. Luego preguntó por Bárbara.

Caminó a la habitación de Anthony, de paso encontrándose con el pasillo en mal estado y algunos sirvientes trabajando en la zona para repararlo. Se preguntaba qué había pasado en su ausencia para que eso pasara. Al estar frente a la puerta tocó, una voz familiar la hizo pasar adelante, miró a Bárbara descansando sobre la cama mientras leía un poco, ella dejó el libro a un lado, estaba feliz de que Barbie volviera, ella se acercó a prisa y la abrazó. —¡Aquí me tiene señorita Bárbara! ¿Qué hace en este sitio?
—Es algo complicado de contar, solo que Bárbara se quedó sin energías y no se podía mover.
Miró en la mesa una bandeja con platos, al menos le habían dado de comer, sonrió y la ayudó a levantar pues con la cena de seguro ya había recuperado fuerzas como para caminar, solo se preguntaba ¿por qué aún no había regresado a su habitación por sí misma? —Nos vamos. —le puso las botas, se encargó de poner las cosas en su lugar y salieron de aquella habitación. —Le traje golosinas para endulzarle la vida.
—Gracias, Barbie.
—Tengo tanto que contarle. —Barbie estaba entusiasmada por decirle todas las cosas que vivió estando de viaje.

Ricky fue atendido, se le dio un remedio para calmar el dolor, agradeció las atenciones y fue a su habitación a dejar sus cosas y cambiarse, seguro su señor estaba solo así que fue a verlo, llamó a la puerta y Patrick abrió. —¡Ricky!
—Buenas noches, señor.
Le invitó a ingresar, notó su estado así que lo acomodó sobre la cama. —¿Te duele?
—Algo, esas dos son unas salvajes. Lo lamento tanto mi señor, no pude una vez más traer a su hijo.
—No te preocupes Ricky, Kate me dijo más temprano lo que decidieron, solo que Emilico no lo sabe, ¿cómo lo tomará?
—No lo sé, pobre, es un dolor muy fuerte.
—Si lo es, ese es nuestro pequeño, lo extraño cada día, su cálida sonrisita, nos hacíamos compañía, seguro él y Alessia hubiesen sido hermanos muy unidos.
—No hay dudas.
Patrick se acostó al lado de Ricky, al menos esta noche no estarían solos ya que se tenían uno al otro.

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Continuará...

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¡Gracias por leer, chaito hermosuras!

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