Esperando Visitas
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Había pasado unos días desde que Rum tuvo a su bebé, el sol brillaba a través de su ventana, aún estaba en la cama, pero despierta con su hijo al lado de ella. —Buenos días, Theo. —él solo se movió para estirarse un poco y sonrió. —Eres igual a tu padre, ¿sabías? —Ahora tenía responsabilidades que asumir, se levantó e hizo a un lado la cortina y abrió la ventana dejando pasar un poco de aire fresco de la mañana.
Shirley entró a la habitación diciendo con emoción —¡Buenos días! —Miró a Rum ya levantada. —Vaya pensé que seguirías dormida y venía a despertarte.
—No, mi despertador es ese pequeño de allá. Se despertó cinco veces en la noche para que lo alimentara y cambiara sus pañales.
—Que trabajo, ¿no? ¿Te ayudo?
—Si, por favor.
Shirley se dirigió a la cesta para ir a lavar los pañales. —Generalmente tu mamá se encarga de lavar los pañales, pero está ocupada con algunas cosas, también ya sirvió el desayuno, ven a comer.
—En seguida. —Rum tomó a su hijo y lo sacó de la habitación para ponerlo en una cuna pequeña y estar a su lado.
Saludó a sus padres y se sentó, a su vez la madre se acercó y dejó los platos en frente de ella. —Cómete todo esto, es para que mi pequeño Theo crezca fuerte.
—De acuerdo, gracias, mamá.
—Rum ¿me lo pasas? —Pidió su padre.
—Claro, aquí lo tienes.
Rum estaba feliz de ver a su padre hacerle cariños al pequeño, estuvo preocupada por la reacción que podrían llegar a tener al enterarse de su embarazo, pero lo aceptaron muy bien, además el niño nació siendo humano más ella ignoraba que podía heredar habilidades de hollín.
Shirley entró a la casa luego de dejar los pañales afuera en remojo, se sentó a desayunar con su familia de acogida.
Hoy era el día en que iban a visitar a Rum, pero lastimosamente, ni Lou ni Ricky habían podido asistir. Ellos desayunaban en el comedor de la casa de Emilico antes de ir a la casa de Rum, por fin estaba terminada para que ella, familiares y amigos pudieran vivir tranquilamente.
—¿Estás listo, Ollie? —Pregunta Kate.
—S-sí, un poco nervioso la verdad, pero ansío conocer al hijo de mi señor.
—Tomaremos fotografías para recuerdo. —Comentó Shaun ya que traía consigo el equipo.
—Espero verla pronto, desde que se fue la extraño demasiado, además mi hija y la pequeña Hope conocerán a un nuevo amigo. —Emilico miró a Hope siendo una niña alegre desayunando y solo podía pensar en que Matthew también estaría así de grande, con su hermanita, los dos junto a ella en ese momento.
Shaun notó su rostro apagarse de un momento a otro, la mirada fija en Hope, suspiró pues ya sabía lo que pasaba por su mente y él sufría con ella pues no soportaba verla triste.
Aun así, ella trató de sobrellevar su dolor y solo sonreír. El grupo se levantó para prepararse para salir, tenían cosas importantes que llevar, mientras Kate alistaba a su hija, Ollie tocó la puerta de la habitación que estaba media abierta avisando que estaba ahí, ella le hizo pasar, Shaun solo dijo que llevaría las cosas al carruaje para dejarles hablar.
—Disculpa Kate, he de pedir su ayuda.
—¿En qué te puedo ayudar?
—Mi señor pide pasar una semana con su hijo y quería su apoyo para convencer a Rum de que lo deje por ese tiempo estimado a mi maestro Oliver.
—De acuerdo, pero por ahora ella no lo puede dejar a cargo de Oliver, ten en cuenta que el niño necesita de su madre. Me encargaré de hablar con ella, debes de estar presente y no te preocupes ¿sí?
—Muchas gracias por todo.
Pronto ellos se dirigieron a la casa de Rum para hacerle la visita. En casa Rum estaba con su hijo terminando de alimentarlo, Shirley tendía las cosas del bebé, cuando Vincent llegó de visita, se acercó hacia ella que estaba distraída y la sorprendió de manera entusiasta y ella pegó un grito. —¡¿Qué te pasa?! ¿Me quieres matar de un susto?
—Claro que no.
—Ni deberían vernos juntos, Rum me tiene prohibido por ahora salir de día, pero como está ocupada con el bebé, su padre salió y su madre está cocinando, pues no me queda de otra que salir arriesgando mi vida.
—Ya deberías decirle que somos amigos, te prometí no decir nada de tu secreto.
—¿Te dije que el hijo de ella es de una sombra?
Él quedó procesando todo, ¿cómo había pasado eso? Cómo alguien se enamoraría de un ser sin rostro. —¿Qué?
—Sé lo que piensas... Cómo alguien se puede enamorar de una Sombra ¿no?
Él se quedó congelado porque ella adivinó su pensamiento. —Es lo mismo que pasa con los humanos, simplemente en este caso humano y sombra.
La curiosidad le ganó y quería ver al pequeño ya que desde que nació no lo había visto ni una sola vez. —Entonces ¿ahora le puedes decir?
—¿Sobre nuestra relación de amistad?
—Si, ven. —Le tomó de la mano y la llevó consigo, ella se estaba resistiendo, él tocó la puerta insistente, Rum dejó a su bebé sobre la cuna y fue a abrir viéndolos a los dos, se le bajó todo cuando lo vio sujetando a Shirley y esta a su vez forcejando, pero luego se detuvo ya que Rum parecía estar pálida y se disculpó por tratarla de esa manera.
—¡¿Qué sucede?! —Rum estaba pensando lo peor, él soltó a Shirley.
—De verdad lo lamento, es que era hora que supieras que ella y yo somos amigos.
—¡¿Cuándo pasó esto?!
—No te preocupes, ya dije que no diré nada sobre el secreto.
Mientras ellos intentaban tener una conversación, el carruaje llegó en frente de la casa, Shirley volteó y se deslizó hacia el interior de la casa, ellos dejaron de lado su conversación viendo a los que bajaban.
Rum sonrió al ver a sus amigos, aunque luego vio a Ollie y la sonrisa se esfumó.
—¿Y estas personas?
—M-mis amigos.
La madre de Rum miró a Shirley pasar con el bebé en brazos y diciendo que llegó visita. —Estaré en mi habitación si me necesitan.
—Esta niña. —Fue a la puerta a recibirlos y miró a su vecino parado afuera. —¿Vino usted también a visitarnos?
—Ah, sí, sí y a conocer al bebé.
Rum estaba muy feliz de verlos a todos y más al ver a Hope que había crecido tanto desde la última vez y por fin conocer a la nueva hija de Emilico, Alessia, la pidió prestada para sostenerla un momento. —Está muy bonita. — Emilico le agradeció el cumplido hacia su hija acompañada de su típica y alegre sonrisa.
Luego miró a Hope. —Kate tu niña ha crecido.
—Si, es muy traviesa e inquieta, justo como John.
—Por favor adelante, me alegro tenerlos.
El cochero junto a Shaun y Ollie bajaron los regalos, la madre les recibió, Ollie fue el que chocó miradas con Vincent.
Rum tenía muchos visitantes hoy, todos miraron la cuna vacía y se preguntaban dónde estaba el bebé.
—Shirley se lo llevó a su habitación. —Comentó la madre.
Los cuatro se preocuparon con la presencia del joven y Rum les calmó. —Él lo sabe todo, por cierto, en nuestro vecino, Vincent.
—Un gusto en conocerlos.
Kate comentó. —Me imagino que ha de saber la historia. —Kate se mostró como una sombra sorprendiéndole.
—¡¿Cómo hizo eso?!
—Nací así, es por eso que mi hija, la de ella, señalando a Emilico, y supongo que también Rum heredaron el convertirse en sombra.
—¿Eso es así? —Preguntó Rum.
—Así es, mi señor Oliver le heredó posiblemente ese poder.
Shirley salió de su habitación con el bebé y saludó, solo se había ido a arreglar un poco. Todos de inmediato la saludaron y fueron a conocer al bebé, se enternecieron al ver sus gestos adorables.
Ollie sonrió al ver que era muy tierno. —Así que este es el hijo de mi señor. Fue una sorpresa para nosotros el enterarnos que había nacido, mi señor no lo sabía.
—Pero en la carta lo decía.
—La parte final se arruinó un poco con agua. —No comentó lo que en verdad pasó para que no se sintiera culpable.
Shaun estuvo preparando la cámara. —Contamos con equipos avanzados para plasmar momentos como este, Rum por favor acércate a Ollie, sacaré una foto de los tres y luego solo del bebé.
Ellos se acomodaron para que les tomaran la foto pues esta estaría en la habitación de Oliver y otra se enviaría a Rum.
La madre ahora pensaba en como llevaría su nieto su vida si se transformaba en una sombra, sus miedos se hacían realidad. ¿Qué había pasado dentro de ese lugar que todos tenían hijos de apariencia humana ocultando su otra mitad?
Ollie estaba sintiéndose muy feliz por su amo. Rum tomó a su hijo pues a esa hora de la mañana le iba a bañar mientras esperaba que la cámara estuviese lista para otra foto.
—¿Quieren ver lo que es interesante? Muéstrales Rum. —Ella no sabía a qué se refería Shirley. —Solo prepara la tina.
Entre las dos prepararon la tina para bañarlo, la temperatura era agradable, lo sostuvo y con la palma de su mano tomó un poco de agua para mojar su cabeza, de inmediato comenzaba a llorar.
—Comprendo, no le agrada bañarse. —Dijo Kate. —Es idéntico a Oliver.
—¿Qué dice Kate? Mi señor se baña más seguido, yo de la misma forma, tengo novia.
—Entonces si no la tuvieras no te bañabas.
Shirley y Emilico se estaban riendo pues era cierto luego le miró. —¿Me la prestas?
—Por supuesto, señorita Shirley. —Emilico se la da a cargar.
—Ay pero que cosa más linda.
—¿Nunca te interesó alguien?
—Ay no, soy feliz si Rum es feliz.
Vincent se acercó a Emilico viendo que es una chica amable sintió que podía tenerle confianza. —¿Me permite hablar con usted?
—Si. —Se alejaron un poco mientras Shirley estaba distraída con la niña.
—Usted también se enamoró de una sombra ¿no es así?
—Si.
—¿Qué fue lo que la hizo enamorarse de alguien que no tiene rostro?
Ella tomó su relicario y lo abrió. —Bueno puede que no tenga un rostro propio, pero tiene a su persona que interpreta ese papel. —Mostró una foto de ella con Ricky y luego una con Patrick. —Patrick es una sombra maravillosa, es valiente, de buen corazón, no duda en tenderle la mano a alguien necesitado. La bondad de su corazón, no me guié por su rostro.
Él miró a Shirley como cariñaba a las dos bebés, tanto a Alessia que estaba en sus brazos como a Hope que sostenía Kate ya que Rum había ido a preparar a su hijo.
Emilico notó esa mirada y dijo. —Oye ¿te gusta la señorita Shirley?
—No podría ser, mi familia no lo entendería. Ella me atrajo desde que la vi por primera vez.
—Regálale flores. No lo sé también quizás ella sienta lo mismo. Solo es un consejo. —Emilico se fue con los demás.
Otra fotografía fue tomada para el recuerdo, la madre puso varios platos con una tarta de cereza para que todos compartieran el momento, hubo muchos regalos para la familia, Shirley se alegró pues le trajeron su perfume desde la mansión. —Olvidé el mío. Gracias Kate.
—No es nada, el distintivo especial de una sombra, su aroma.
Shaun estaba afuera con Hope pues la niña quería caminar por el lugar, Ollie salió era bueno estar de paseo de vez en cuando. —¿Cómo le hizo Anthony con Christopher?
—Seguramente no temieron a nadie, si yo no supiera de que las sombras existen estuviera muerto de miedo al ver una sentada a mi lado.
Hope se tropezó y cayó sentada, unas mariposas se acercaron y volaron cerca de ella.
Shaun fue a ponerla de pie, pero antes de llegar ella intentó ponerse de pie. —Al parecer solo necesita que la vigile, ella quiere hacerlo por sí misma.
La hora de la visita casi acababa, Shirley le dio unos obsequios para que le llevaran a los bebés de Lou y otro para Hope. —Es algo de nuestra parte, nos convertiremos en las mejores modistas.
—No lo dudo chicas, me alegro de que tú y tu bebé se encuentren bien.
—Muchas gracias por todo y le agradezco a Patrick por esta variedad de semillas para la casa.
—No hay de que, iba a traer flores, pero se marchitarían de ayer a hoy. —Emilico abrazó a su amiga. —Ahora pueden cumplir sus sueños ¿no? Les deseo a ti y a la señorita Shirley mucha suerte y mis felicitaciones.
—Gracias, Emilico. —Sus ojos se aguaron un poco, pues en verdad extrañaba la convivencia y esperaba que las visitas fuesen recurrentes.
Antes de irse Ollie pidió hablar con ella apartados de los demás y con Kate presente, Rum les guio a su habitación. —Rum ¿debo pedirte algo en nombre de mi señor Oliver?
—¿Qué es?
—Pues que mi señor desea que le permitas tener por una semana al pequeño Theo. No ahora si no cuando esté más grandecito, él quiere sostenerlo en sus brazos.
—Si aceptas, Rum, prometo que en la mansión nos ocuparemos de él.
Ella lo pensó, Oliver después de todo era su padre. —Bien, pero cuando cumpla tres meses, ese día pueden venir por él.
—Mi señor estará muy feliz Rum. —dijo mientras tomaba las manos de ella.
Todos ellos se despidieron, Rum comentó a Shirley sobre el trato con el bebé. —Solo me da miedo que me lo quiten.
—Oliver no puede hacerte eso, tú eres su madre, la que lo llevó por meses en la barriga y que dio a luz con dolor, él no, solo aportó dos minutos y nada más.
—Fue un poco más.
—Como sea, no tiene derecho a quitártelo, mira si se lo queda yo misma regreso a la mansión y lo golpeo.
—Tranquila, olvida el tema y vayamos dentro.
Vincent se les pone en frente impidiendo que avanzaran. —Me tengo que ir.
—Cariño ¿ya te vas tan rápido? —Preguntó Shirley de manera tierna siendo interpretada por Rum, él no había visto como era que funcionaba el asunto y ahora veía el rostro de Shirley.
No sabía por qué le llamaba así, pero le pareció tierna. —S-sí, iré al pueblo a dejar unos encargos, nos vemos.
—Claro, vete con cuidado.
Él se fue sin quitarle la vista y por lo que se tropezó con algunas piedras en el camino, Shirley sonrió y Rum por ella. —¿Le estabas coqueteando?
—No, claro que no, solo jugaba.
—Que lo ilusionas y ahí lo vas a tener.
—Es un amigo y nada más. —Ambas escuchan al bebé llorar y van adentro.
Al día siguiente todo el grupo estuvo de vuelta en la Mansión, Ollie y Shaun se pusieron manos a la obra para revelar las fotos. Oliver intentaba trabajar en el laboratorio para pasar el tiempo y no pensar en Rum y su hijo. Tanto así que ese día se había trasnochado en sus inventos e investigaciones y ahora dormía en su escritorio olvidando que Ollie y el resto llegaban.
Mientras Ollie y Shaun hacían el trabajo, John les hacía compañía para conversar un rato. —Por eso John marcó desde un inicio su territorio, nadie puede tocar a mi Kate.
—Eso es egoísta señor, Kate solo es su esposa y ella era la que decidía si quedarse o no con usted o buscar una pareja diferente. Lo mismo con Emilico, ella eligió al señor Patrick.
—Ollie, tu escogiste a Nancy.
—No, ella me eligió a mí, se me declaró y acepté.
—John es directo, Oliver no la hubiese dejado ir.
—Ella decidió irse sin que lo supiera, no se puede contra eso. —comentó Ollie mientras tendía una de las fotos y las dejaba secar.
Shaun levantó la mirada y pensó en Emilico, aquella niña sonriente, alegre y disparatada, ahora una hermosa joven, madre de dos hijos, pero no eran de él, algo que siempre soñó, formar una familia con ella. Ni de lejos pensó en interesarse en Louise, al menos ella le pareció una dulce sombra conociéndola mejor.
Cuando las fotos estuvieron listas Ollie las enmarcó para dárselas a su señor. Las llevaba en sus manos y de paso se encontró a Anna y Nancy.
—Buenas tardes Ollie, vemos que estás de vuelta.
—Buenas tardes, si, señorita. Voy a entregarle esto a mi señor.
—Oliver no se encuentra en la habitación, está en el laboratorio.
—Perfecto, si gustan pueden venir.
Las dos se miraron, asintieron y le siguieron. Oliver se despertó y estiró su cuerpo, se levantó de la silla y pasó su mano sobre su nuca pues le dolía un poco. Miró la hora en el reloj dándose cuenta de que Ollie debió llegar hace rato, apresurado iba a salir cuando los tres entran.
—¡Señor! ¿Iba a algún lado?
—Si, a buscarte, que bueno que entraste. Oliver quiere noticias.
Ollie le hizo entrega de las fotos, fue bonito para él ver a Rum sosteniendo a su hijo, miró la otra con más detenimiento, su bebé era muy tierno, justo como su madre lo es. Anna y Nancy también apreciaron las fotos; aunque para Anna era algo doloroso, ya que ella no podría darle un hijo a él, quería que la relación fuera como debería ser, él y ella, así como Ollie y Nancy. —Entonces Ollie, ¿qué te dijo?
—Cuando cumpla tres meses podemos traerlo.
—Por lo menos Oliver podrá tenerlo en sus brazos.
—Anna puede ayudar, es tu hijo y eres amigo de Anna, tiene su apoyo en lo que Oliver necesite. —Amigo, una palabra que para Anna se volvió amarga, no quería ser solo su amiga, quería algo más, ser su novia y luego su esposa, de todas maneras, Rum estaría fuera de la mansión, agradecía que hubiese renunciado a Oliver para dejarle el camino libre, solo faltaba reemplazar esos sentimientos y empezar a ligar con Oliver para que se enamorara de ella.
Había pasado varios días, Lou y Ricky tenían doble trabajo con los bebés, ambos estaban en la cama con sus pequeños, justo como Patrick y Emilico no tenían descanso porque lloraban muy a menudo. —Eso es mi pequeña, tu pañal está limpio. —Dijo Lou con una sonrisa mientras Ricky estaba dormido y a su lado estaba Cornelius.
Louise tocó avisando que entraría, viendo a Ricky en su quinto sueño. —¿Y eso es ser padre? ¿Qué lío es este, cariño?
—Bueno, no nos han dejado dormir desde que nacieron, pero yo estoy feliz de que estén conmigo. Premio doble.
Louise tomó a Courtney para que Lou pudiera atender a Cornelius; tomó asiento para arrullarla. —Al menos tienes la ayuda de Louise, ama a estos bebés mucho.
Oye, luego de que cambies a Cornelius, se lo dejas a Louise y te acuestas un rato.
—¿Haría eso por mí?
—Claro querida, tu acuéstate y descansa, Louise los vigilará.
Tan pronto como Lou se durmió, Louise miró a los dos bebés, estaban tranquilos así que abrió la puerta, los tomó y se los llevó a los dos. En el camino le pidió a un sirviente que le acompañara para que le ayudara con la puerta de la pieza, los dejó en sus cunas, acercó una silla y se puso a leer mientras ellos estaban reposando, Courtney se quedó dormida pero Cornelius estaba extrañando los brazos de mamá.
Rompió a llorar luego de un rato, Louise dejó su libro y se levantó del asiento para tomar a su pequeño en brazos, al ser similar a Lou, él fue calmándose pronto. —Ya cielito bello, mami Louise está aquí para protegerlos, se asomó a ver a su niña, que solo se movió un poco pues aún seguía dormida. —Ella es tan preciosa, ambos se parecen mucho a Lou con ese tono de cabello rojo cereza. Serán la envidia de los demás cuando crezcan.
Louise se sentó con Cornelius, mientras estaba calmado chupándose el dedo, le pareció tierno que buscara su calor para calmarse. En su mente resonó las voces de sus amigos. "¿No le gustaría tener uno propio?" —¡Que no! —Esfumó ese pensamiento con su mano. —Como joden. —Dijo molesta, solo le parecían lindos y ya, de ahí cada uno con su madre, pero ahí estaba cuidándoles. —Entonces ¿Louise debería tener uno?
En otro lado, Kate estaba visitando la habitación de Rum junto a Oliver y Ollie, ella abrió el armario, miraron los encantadores vestidos, blusas y falda, aún conservaban su aroma. —La próxima semana se hará limpieza en esta habitación, las pertenencias de Rum y Shirley deben estar limpias. —Dijo Kate volviendo a cerrar el armario, luego fijó su mirada en un lugar. —Justo aquí pondremos la cuna para Theo.
—Entonces ¿puede Oliver hacer uso de esta hermosa habitación?
—Por supuesto, de todas formas, Rum fue tu prometida.
—Kate, ella aún lo sigue siendo, Oliver no piensa renunciar a su amor, además Rum tiene un sueño, Oliver no va a interferir, ya llegará la ocasión en que Oliver pueda aclarar las cosas.
Ollie quería que ambos solucionaran las cosas entre los dos, pero ella quería trabajar y superarse así que era lo mejor.
Sobre una cómoda se encontraba una fotografía de Rum, él la tomó para apreciar su bella mirada, tan tierna y llena de dulzura. Si tan solo ella hubiese dicho algo sobre sus sentimientos hacia él, tal vez ahora ella estaría con él junto a su hijo.
En la habitación, Ricky despertó, le dolía un poco la cabeza y estaba desorientado, el ambiente estaba algo silencioso y tranquilo, fue al baño, luego se tomó un analgésico para calmar su malestar, miró a Lou dormir tranquila, ni de lejos se acordó de los bebés hasta que miró las cunas y se aproximó a estas viendo el interior vacío, su mirada rápidamente se enfocó en la cama, pero solo estaba Lou, así que se acercó a ella y la movió un poco para que despertara. —Lou, amor...
Ella se quejó pues el sueño estaba siendo placentero. —¿Qué?
—¿Dónde están los bebés?
—¿Qué bebés?...
—Los nuestros, Lou despierta, dime ¿dónde los dejaste?
—Les estoy alimentado. —Dijo recordando la última interacción que tuvo con ellos y Ricky estaba desesperado pues ninguno estaba en la habitación y Lou estaba tan agotada que deliraba.
Siguió llamándola insistente hasta que ella abrió los ojos. —Deben estar en las cunas ahí los dejé. —Pero ni recordaba que Louise los vigilaría. —se levantó y se dirigió a las cunas. —Yo había puesto dos bebés aquí ¡¿Qué se hicieron?! —Ahora los dos entraron en pánico porque estando en un lugar rodeados de murallas la casa había estado con la seguridad por el suelo desde hace rato.
Buscaron en cada rincón de la habitación, en el baño, pero nada, estaban agotados por no dormir en días y ahora llenos de miedo por no saber del paradero de sus bebés.
Salieron de la habitación, los rostros de ambos tenían ojeras, signo de no haber podido dormir bien en días, desesperados miraron que Emilico venía por el pasillo junto a su niñera, empujando una carriola de bebé, pues había salido a dar un paseo al jardín con Alessia. Ellos se acercaron pidiendo su ayuda.
—¡¿Qué les pasó?!
Lou comenzó a llorar. —Mis bebes, los tenía conmigo y ya no están.
—Nos quedamos dormidos y desaparecieron.
Emilico estaba segura de que ellos estaban tan cansados que no recordaban absolutamente nada. —¿Cuándo fue la última vez que los vieron?
—En la habitación cuando la señorita Louise... —De inmediato recordó que Lousie le dijo que descansara que ella se haría cargo de los bebés. —Creo que ella debe estar con ellos. —Un alivio vino a sus cuerpos.
—Al menos sabemos que ella los cuida, gracias Emilico.
—No es nada, estaba segura de que no les pasó lo mismo que a mí.
Lou siguió llorando y abrazó a Emilico, ella simplemente correspondió el abrazo. —Daría lo que fuera para que recuperaras a Matty.
—Tranquila Lou, mi corazón de madre me dice que él está bien, pido por su bienestar todas las mañanas y noches. Procuren descansar ya que cuentan con el apoyo de Louise. —Emilico se separó de ella y con una reverencia a modo de despedida se retiró a su habitación, seguida de la niñera que sonrió de manera amable.
Ellos pensaron en que Louise los llevó a la habitación, pues tenía todas las comodidades que necesitaría. Cuando llegaron abrieron la puerta, efectivamente Louise estaba cuidando de ellos, se volteó y preguntó. —¿Y esas caras?
—No sabe, pensamos que los habían secuestrado o algo. —Lou fue a verlos en sus cunitas, estaba despiertos.
—El cansancio y la preocupación, solo puedo decir eso.
—Louise no lo entiende, Louise solo los trajo aquí para que no les despertara el llanto y pudiesen descansar a gusto, además ya es hora de alimentarlo, Louise ya les cambió el pañal.
Ambos tomaron a los bebés pues querían darles su cariño luego de tremendo susto que pasaron.
Las semanas pasaron, dando paso a que Oliver pudiese por fin conocer en persona a su hijo, Rum estaba nerviosa pues tenía miedo de que se lo arrebataran de sus brazos, ya había preparado una lista con instrucciones por si necesitaban ayuda para su cuidado, ella se acercó a su hijo y sonrió. —Corazón mío, mañana irás con tu padre. —Lo tomó en brazos y lo acercó a ella para darle un pequeño beso en la frente. Se aproximó a la ventana. —¿Sabes Theo? pronto tendremos nuestra casita, estaremos tú, Shirley y yo viviendo ahí. —Rum miró a su pequeño, le recordaba a Oliver y se preguntaba que estaría haciendo ahora. Dio un suspiro largo lleno de tristeza. —Seguro ahora estará con Anna, ella será la esposa perfecta para él y yo te tengo a ti pequeño Theo. —Se acomodó para hacerlo dormir. —Me harás mucha falta, espero que te cuiden bien.
Cuando se durmió lo dejó en la cuna, apagó su luz y se metió bajo las sábanas, estaba muy preocupada por dejarlo con Oliver. Pero se repetía una y otra vez que él es el padre y tiene derecho de estar con el niño.
Se despertó varias veces por su hijo, cuando amaneció el sueño le agarró más fuerte, a su lado dormía su bebé ya que ella lo dejaba dormir con ella a eso de las cinco.
Shirley era la primera en levantarse pues necesitaba su baño diario y estar bonita y más hoy que tendría una breve visita de Kate.
Ahora que el sol había salido por completo entre Shirley y la madre de Rum hacían el desayuno, su padre estaba afuera atendiendo a las gallinas junto al perro.
La señora le ordenó despertar a Rum. —Ya es hora de que se levante, vendrán por el bebé y no está listo, ve por ellos.
—Si señora. —Fue a ver a Rum y a Theo. —Buen día. —El pequeño nada más escuchó la voz de Shirley se estiró y bostezó, Rum descansaba, así que ella tomó al pequeño y lo miró para luego darle un beso en la mejilla dejando la marca de sus labios. —Mi niño está muy grande, eras muy pequeñito cuando te tuve por primera vez en mis brazos. Tres meses ya.
Se lo trajo consigo para que Rum durmiera un poco más, la madre se acercó para desearle los buenos días a su nieto. —Justo hoy cumple un mes más de vida y ella se lo quiere dejar a su padre. ¿Y si luego no lo quieren devolver?
—No se preocupe. —Dijo mientras se sentaba con él a la mesa. —Yo misma lucharé por este precioso bebé.
—El hombre que vi la otra vez, solo es la apariencia de mi nieto. ¿No es así?
—Si, su verdadero padre es una sombra algo interesante, para no decir que le falta a veces un tornillo y a Ollie también.
—No sé cómo mi hija se fijó en una persona así y menos dejar a mi nieto con él.
—Oiga.
—¿Que?
—¿Ya le puedo decir mamá?
—Sería un poco extraño, pero está bien.
Shirley sonrió, aún si ella no pudiese notarlo, estaba feliz de tener una madre adoptiva.
Más al rato Rum se despertó y se estiró un poco, se levantó de la cama notando que su hijo no se encontraba en la pieza, pero sabía que Shirley o su madre lo estaban cuidando. Se lavó y luego salió viendo a su familia en la mesa desayunando. —Buenos días.
—Se te pegaron las sábanas hoy, hija. —Comentó su padre y ella asintió con algo de vergüenza.
—Creo que sí. —Se sentó a la mesa y Shirley le saludó.
—Rum, le di un baño hace un rato y ya lo cambié.
—Muchas gracias. —miró a su hijo el cual sostenía un sonajero de plata y lo agitaba, un regalo especial de parte de sus amigos.
A lo largo de la mañana estuvieron esperando mientras hacían sus deberes, Rum estaba tranquila sentada terminando una pieza como encargo de una mujer del pueblo, Shirley jugaba con el niño y lo cuidaba a la vez.
Afuera aparcó el carruaje, de inmediato Tucker, el perrito de la casa empezó a ladrar avisando que había llegado visita.
El señor viendo el carruaje se acercó y trató de tranquilizar a su amigo. —Ya Tucker, son visitas.
El cochero se bajó para abrir la puerta, Kate y Shaun bajaron de ahí.
—¡Buen día! —Ambos correspondieron al saludo de manera amable, para él ambos lucían serios y muy apuestos. —Mi hija les espera, pasen adelante. —Caminaron a la casa guiados por él.
Dentro les estaban esperando, Kate sonrió y saludó. —¡Hola! —Sabía que la pobre estaba dudando en si dejárselos o no. —Por favor, no estén angustiados.
—Les prometemos cuidar muy bien de Theo. —Pronuncia Shaun.
—De acuerdo. —Dice Shirley.
Rum les entregó unas notas para que ayudaran de guía. —Oliver puede pasar doce días con el niño. —Decidió extenderle la estadía a su hijo en la mansión. —Por favor, Kate, cuídelo.
—No tienes que preocuparte.
La visita fue breve, tomaron té, conversaron un rato, Kate les dejó obsequios, Shaun tomó al pequeño hijo de su amiga y lo miró deseando tener uno propio. —Qué bello es, es igual a ti Rum y como la última vez que lo vi, muy encantador.
Las mejillas de ella se tiñeron de rojo. —¡P-pues muchas gracias!
Ellos se retiraron con el pequeño y todas sus pertenencias, en la mansión estaría cómodo.
Oliver estaba algo impaciente caminando de un lado a otro. —¿Y si Oliver no le cae bien?
—Claro que sí, señor.
—Aunque puede que al principio no se lleven bien ya que es la primera vez que se conocerán. Oliver, Anna estará a tu lado para ayudar a cuidarlo. —Dijo Anna, después de todo era el hijo del hombre que amaba.
—Estoy muy feliz por usted, maestro Oliver. —Comentó Nancy.
—Les agradezco, Oliver no puede solo y tampoco sabe que hacer, todo esto es nuevo para él.
La tarde cayó, eran las dos y quince cuando Jeremiah junto a Jeremy le fueron a buscar. —Oliver, Kate y Shaun han llegado.
—Seguro traen al bebé con ellos.
Con paso apresurado fue el grupo a ver si Rum les dio el permiso de tenerlo, desde la ventana otros pudieron apreciar al tren acercarse. Kate había hecho lo imposible pero el niño no quería estar con ella ni con Shaun luego de que abandonaron la casa, para él eran personas extrañas que lo alejaron de su mamá. El llanto se pudo escuchar, Oliver sintió como su corazón latió de manera distinta, se sentía cálido y deseaba sostenerlo.
Oliver al verlo por primera vez en persona se quedó paralizado, sabía que estaba asustado, era algo que no quería que su hijo pasara, recordando como a Emilico le quitaron el suyo, de seguro tuvo miedo de estar con personas extrañas.
—Oliver, lo siento tanto, el pobre está algo intranquilo, ya sabes, no está con Rum.
Shaun tenía un pañuelo que usó para secar sus lágrimas. —¿No quieres sostenerlo?
—Ve... —Le animó Anna a la vez que le daba un pequeño empujón con su mano.
—S-sí. —Se acercó ante las miradas expectantes de los demás y con un tono bajo de voz le saludó. —Hola Theo, soy tu papá. —No pudo retener las lágrimas al ver lo lindo que era, parecía un sueño ese momento, Kate le hizo preparar sus brazos y se lo entregó, al momento que eso pasó él dejó de llorar, nunca pensó que ese momento llegaría tan pronto.
Un sirviente llevó todo a la habitación de Rum, en el camino Oliver iba mirando a su hijo que de tanto llorar ahora tenía hipo y le parecía tierno y a la vez gracioso escucharlo, sentía su fragilidad, su suavidad y su aroma a bebé era tan agradable.
Cuando estuvieron en la habitación Kate le entregó las instrucciones a Anna, Nancy se acercó junto a Ollie para leer.
—Por favor no duden en preguntarme, todo está anotado, Rum acostumbró al niño a tomar biberón.
—De acuerdo Kate, Oliver te agradece que haya hecho este encuentro posible.
Kate les dejó a solas para que estuvieran cómodos.
No sería fácil cuidarlo, pero era algo que Oliver quería experimentar, cuidar de su pequeño hijo, el tesoro que le dio su amada Rum.
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Continuará...
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Gracias por leer bellezas :)
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