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En Lugar de Otra Persona

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¡Alerta de Spoiler!: A estas alturas supongo que muchos habrán leído el manga y los secretos que se han ido revelando con el paso del tiempo. Algunos se quedaron hasta el anime. Si ese es el caso, favor de no seguir leyendo la historia.
(Leer bajo su propia responsabilidad.)

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Muchos se unieron a la búsqueda, Kate escribió una carta, estaba terminando de ponerle el sello, Edward se encontraba sentado tomando una taza de café en ese momento mientras esperaba instrucciones. —Si me lo permite querida Kate, deberíamos poner más seguridad en la casa.
—Bien, vea que los vigilantes tengan rutinas de entrenamiento, noquearon a dos y suplantaron sus lugares, afortunadamente están recuperándose ahora mismo en la sala de socorro. —Se puso de pie y le entregó la carta, Edward leyó a quién iba dirigida.
—¿Él?
—Si, lo necesito para que me ayude, bueno eso si él lo desea. Ahora con permiso debo ir a ver si Emilico despertó.

Emilico ahora se encontraba en su cama reposando luego de haberse desmayado durante la noche, cuando recobró la conciencia y pudo abrir sus ojos al que vio fue a Patrick, le tomó unos minutos recordar lo sucedido.
—Dime que esto fue un mal sueño. —Su vos estaba algo apagada debido al cansancio físico y mental que cargaba, aún así se incorporó quedando ahora sentada sobre la cama.
No tenía valor de decirle que aún esperaba noticias, se habían dado a la fuga. —Patrick está destrozado como tú pero creo que estás sufriendo el doble.
Emilico lloró inconsolable y él le abrazó, sería su apoyo en ese momento tan difícil de sus vidas, no soportaba que ella estuviera pasando por ese dolor tan inmenso, no ahora que eran felices.

Kate no quería verla así, estuvo mirando la escena detrás de la puerta, John la estaba acompañando, ella le pidió hacer algo. —Por favor ve a la habitación de Hope, necesito estabilizar a Emilico.
—De acuerdo Kate.
Esperó un poco antes de entrar, se armó de valor y entró. —Lo siento por interrumpir, varios han salido en su búsqueda.
—No puedo estar tranquila...
—Deberías, lo sabes bien te sentará mal estresarte y no querrás que... —Lo dijo refiriéndose a que podía perder al bebé debido al estrés en que se estaba sometiendo.
—Ya lo sé pero ¿cómo?
—Kate tiene razón, descansa en cama los siguientes días, Patrick se encargará de estar pendiente. —Patrick besó la frente para brindarle su afecto, que estaría para ella ya que su hijo debía estar asustado queriendo estar con ellos.

Pasaron varios días, no hubo noticia alguna, preguntaron en todo el pueblo pero nadie supo de nada. Emilico esperaba paciente, su apetito se redujo y eso preocupaba a todos sus amigos cercanos. Se forzó a comer por su bien y la de su bebé.
Kate se hizo cargo de Emilico pues las cosas en la mansión tenían que seguir su rumbo. —Te vas a bañar luego de que termine de peinarte ¿Si?
—S-si —Dijo sin muchas ganas.
Tocaron a su puerta, los que entraron fueron Lou y Shaun, este último tenía una carta en sus manos. —Kate, llegó esto.
—Oh, bien ¿pueden hacerse cargo de Emilico? Debe terminarse el desayuno y bañarse.
—No te preocupes, está en buenas manos.
Ella les dejó para ir a leer la carta con la respuesta, así que fue a la habitación.
—Emilico, ni siquiera has tocado el pan que tanto te gusta. —Dijo Shaun mientras se sentaba frente a la mesa viendo que no había comido sus alimentos, tomó el tazón de avena y le dio una probada. —Esto está delicioso, venga Emilico, come un poco no solo por ti, recuerda y ten presente que llevas otra vida dentro.
—Anímate un poco, debes ser fuerte y salir adelante. —Luego de decir eso, Lou fue al baño para prepararle todo.
Emilico estaba muy triste pero era verdad, su otro bebé estaba sufriendo y no quería perderlo también.

Luego de comer fue al baño en compañía de Lou, ella se quedaría a su lado, cuando Emilico ya estaba dentro de la tina tomó una vasija para tirarle agua sobre su cabello. —Te lavaré tan bien que tus energías se renovarán.
—Lou ¿Qué puedo hacer? Trato de aparentar que estoy tranquila, pero por dentro estoy muy desesperada, me imagino como debe estar, tan indefenso sin su madre y padre, estos tres días sin su presencia han sido una tortura, cada vez que veo su cuna, sus juguetes, su ropa no puedo retener las lágrimas.
—Si, lo sé, pero no debes perder la fe y ten presente que tu hijo volverá.
Al rato Emilico salió del baño ya arreglada, Shaun vio un semblante diferente. —Venga Emilico todos ayudaremos a que vuelva.
—¿Puedo buscarlo yo también? No quiero quedarme sentada sin hacer nada.
—Claro que no, debes quedarte a descansar y distraerte estoy yo para hacer ese trabajo por ti, porque te quiero y eres mi amiga.
Suspiró ya que no podía hacer mucho, pero al menos sus amigos le hacían compañía.

Mientras en la habitación Kate entró para leer la carta con tranquilidad, John estaba jugando con Hope, miró a su esposa y sabiendo su plan, preguntó. —¿Entonces si aceptó venir?
—Si.
—Aunque John recuerda que le costó pedir tu mano ya que se la estuvo negando.
—Bueno, ya sabes que lo convenciste. Además tengo que mandar a arreglar sus habitaciones tengo tantas cosas que hacer y sé cuan doloroso es para Emilico y Patrick el que les hayan apartado a Matthew de su lado.
—Kate, nuestra hija quiere estar con su madre un rato, antes de que vayas a atender asuntos de la casa.
—Claro. —Kate se sentó sobre la cama para pasar un tiempo con su familia.

Fue un viaje largo para salir de Mirrorside y de la Isla del Hollín e ir a otras tierras donde uno de ellos creció y conocía a una familia adinerada necesitada de un niño.
—No quiero ser parte de esto, nuestro sueño siempre fue ver que encerraba ese lugar y tomar algunas cosas.
—No le dejaré esto a esos monstruos. Además este niño se portó muy bien durante este viaje.
—Debimos dejarlo, sus padres deben extrañarlo.
—Esos seres no lo merecen.
—También habían personas como nosotros viviendo, seguro es hijo de humanos.
—Me da igual, por él pienso pedir una buena cantidad, además mira que hermoso es.

Llegaron a una Mansión apartada, los dueños poseían muchas tierras, solo esperaban ser bendecidos con un bebé. Ambos hombres caminaron hasta la puerta y uno de ellos tocó, esperaron hasta que un sirviente abrió, el hombre se anunció para poder hablar con la señora de la casa.
Les hicieron pasar, muy pronto les atenderían. Una mujer de aspecto amable los recibió y estuvieron hablando, ella miraba con curiosidad lo que envolvía la manta.
Él hombre le mostró lo que consiguió, tuvo cuidado en todo el trayecto. —¿No es precioso?
Ella maravillada lo tomó. —Es tan perfecto, justo lo que he anhelado estos años ¿de dónde lo sacaron?
—Estaba abandonado, pensé en usted y se lo traje. Ahora si lo desea ya sabe lo que quiero.
—Claro, ahora mismo. —La mujer no lo soltaba pues le parecía irreal tenerlo entre sus brazos, irradiaba luz, tenía algo especial. —¡Que hermoso! está en buenas manos, lo cuidaré mucho.
—Por supuesto madame, nadie sabrá lo que pasó. Disfrútelo. ¡Ah! Esto estaba entre sus manos. —Le entregó el relicario, aunque solo pensaron que era un simple collar y sus pertenencias.

Ella llamó a una sirvienta y le entregó al niño para ir a buscar el pago para ellos. Una buena cantidad fue dada, nadie tendría que saberlo. Ellos se retiraron dejándole al niño. —¡Dios mío! ¿Qué haré si mi amado esposo se niega a tenerlo con nosotros? No, no sería capaz, además pobrecito, estás ahora con tu nueva mamá. —Le pidió a sus sirvientes preparar su nueva habitación, mientras ella lo cuidaría en la suya.
—Pensaremos un nombre para ti mi amor.
Matthew solo la miraba, estaba estudiándola con detenimiento, su rostro estaba triste, pues se preguntaba donde estaban las personas que siempre veía, ella era una completa extraña.
Le dio un baño, revisó su bolso para ver el interior, tenía una manta, un sonajero de plata, un muñeco con forma de gatito, dos biberones, toallitas, talco, un cepillo y peine, un perfume con un suave aroma, ropa muy bonita y tres pañales, ya que el resto los utilizaron y los tiraron. —Por el momento tenemos esto y ya encargué a alguien para que te prepare tus nuevas cosas.

Cuando lo estaba peinando, la luz de la habitación iluminó su cabello. —Me trajeron un pequeño angelito, justo lo que pedí por varios años. Tu nombre, debo elegirte uno... ¿Miles? No, ese no, ¿Hartley? No, ¿Qué tal, Charles? Ese tampoco. —Pensó un poco más. —¿Aiden? Creo que ese si me gusta. Si, de ahora en adelante te llamarás Aiden.
Se ocupó de su nuevo bebé, le dio de comer, jugó con él para que se fuese adaptando a su nuevo hogar y a ella.
Para el anochecer la habitación estaba lista con lo básico para su cuidado, luego se ocuparía de la decoración. Lo recostó en la cuna para que descansara, en sus sueños podía escuchar la particular y amorosa voz de Emilico, la última nana que le cantó, todos los recuerdos con sus padres quedarían en el olvido con el pasar del tiempo.
La mujer salió de la habitación muy emocionada, tanto que había olvidado que su esposo estaría en casa pronto, al bajar las escaleras él estaba en el recibidor, al verla sonrió y la llamó. —Clarissa, amor.
—Rowan querido, ya estás en casa. —Bajó para darle un beso de bienvenida.
—Amor ¿y ese brillo en tus ojos? —Podía sentir un cierto aire de nerviosismo y emoción a la vez en ella. —¿Qué ocurre?
—No sé como lo vayas a tomar, pero hoy llegó lo que tanto deseaba tener.
—¿Un bebé? No me digas que estás embarazada.
—Me gustaría que pasara pero no es el caso. —Lo tomó de la mano. —Ven para que lo veas tu mismo. —Lo llevó de prisa a la habitación.

Parados ahora frente a la cuna el hombre se quedó perplejo, no sabía como reaccionar había muchas preguntas sin respuestas. No le desagradó el pequeño pero quería saber su procedencia.
—Dime... ¿De dónde salió?
Ella le contó todo lo sucedido, incluso le mostró sus pertenencias. —Esto venía con él.
Él cerró los ojos, sabiendo que quizás lo más probable era que se lo hubiesen arrebatado de alguna manera a sus padres pues se veía muy bien cuidado, la ropa y pertenencias de alta calidad y el collar era muy nuevo. —Querida... es posible que aún sus padres vivan.
—Me dijeron que estaba abandonado, muchas parejas abandonan a sus pequeños, quizás su madre era soltera y al sentir vergüenza lo dejó.
—Tal vez le estén buscando, hay probabilidades.
—No, no, no, por favor amor, déjalo conmigo, está pequeño y me encargaré de criarlo. Ya verás que tu también le tomarás cariño.
Suspiró. —Bien, lo criaremos como nuestro hijo, nadie debe enterarse de esto.

Emilico se encontraba de pie frente a las escaleras, todos las personas a su alrededor seguían con sus vidas, solo escuchaba voces lejanas entre los residentes pues su mente hace rato se encontraba en las nubes pensando en su hijo.
—Todos volvieron a sus rutinas, llevo días esperando que Matthew vuelva a mis brazos ¿es que ni siquiera puedo estar en su primer cumpleaños? No sé que estará haciendo, a dónde lo habrán llevado. ¿Lo están cuidando bien? —Emilico secó sus lágrimas, aún así no paraba de llorar.
—Pude sentir como una mano me acariciaba mi cabeza, es tan reconfortante poder percibir como calma mi corazón. —Patrick... Amor, lo siento.
—No te disculpes, Patrick siente lo mismo que tú. Te quiere llevar al invernadero.
—Tomó mi mano y bajamos, caminamos un largo tramo para por fin llegar al jardín y más adelante adentrarnos al invernadero de este lado de la casa. Me mostró los últimos cultivos de flores que entre los dos plantaron, caí de rodillas y comencé a llorar, con cuidado tomé con mis manos las hojas de una planta que había florecido, amapolas rojas.
—Las cuidaremos entre lo dos hasta el día en que nuestro hijo retorne. —Dijo Patrick a la vez que se ponía de rodillas para rodearla con su brazo y reconfortarla.

En la casa hubo un poco más de movimiento ese día, Barbara se estremeció estando en su silla mientras leía. —Que extraña sensación tuvo Barbara.
—¿Si? No sentí nada —dijo Barbie mientras acomodaba las flores encima de la cómoda.
—¿Salimos a pasear? —Cerró el libro y se levantó.
—Como guste.
No era para menos esa sensación que tuvo, pues al llegar al gran salón pudo ver como entraban Anthony y Christopher, Kate y John les recibían.

—¿Cómo ha estado mi querida hermana? —Le tomó de las mejillas y las apretó.
—¡Basta ya! Ten más consideración. —Él la soltó y sonrió.
John sostenía a Hope en sus brazos, Christopher le hizo un cariñito. —¿Cuándo pasó esto?
—Nació hace unos meses ¿no les parece encantadora? —Pronunció de manera entusiasta John mientras la mostraba, más Anthony solo dijo.
—¿Quién les dio permiso? John... te has portado mal.
John se asustó y pidió disculpas apresuradamente mas Kate habló. —John no tienes que disculparte, Anthony déjalo, ambos deseábamos tener una familia.
—¿Cuál es su nombre? —Pregunta Christopher.
—Hope, John le dio ese lindo nombre.
Recibieron las felicitaciones de parte de los dos, luego Anthony miró hacia arriba pues sintió desde hace rato las miradas de dos personas, Barbie y Bárbara, la cual desprendía hollín, le sonrió de manera amable pero ella sintió escalofríos recorrer su cuerpo, se retiró junto a Barbie, ahora sabía la causa de su extraño presentimiento.
—Planeamos quedarnos definitivamente.
—Bien, ya les tengo las habitaciones listas.
—John ¿me dejas cargar a mi sobrina?
—Claro, tómala de esta manera.
John se la pasa y Anthony la sostiene como le dijo, Kate decidió no contar lo que ocurrió el día del nacimiento de la niña, después de todo ambos perdieron a sus madres al momento que les dieron a luz, ella misma repetiría el ciclo pero no fue así.

Barbie y Barbara regresaban, hasta que esta solo se detuvo. — ¿Viste como miró a Bárbara?
—Señorita...
—Barbara solo siente temor, no quería el pasado de vuelta, el hermano de Kate es de temer.
—Lo sé, no se preocupe no dejaré que le haga daño a usted y a su corazón.
—¡Oh Barbie! Duele tanto y se arrepiente de no haberle dicho que lo amaba. —Dijo con pesar mientras se lanzaba a los brazos de Barbie la cual la abrazó para darle apoyo. Se escucharon pasos y luego las voces de Kate en compañía, rápidamente Bárbara toma la mano de Barbie y la hace esconderse en una sala de descanso, solo hasta que el grupo pasara de largo.
Se asomó para verlos, por suerte siguieron su camino, ella cerró la puerta tras de sí y se deslizó para quedar sentada sobre el piso. Comenzó a llorar y Barbie se acercó preocupada.
—Hace mucho no se sentía así. Por favor no piense más en ello.
—¿Cómo no pensar? Si Bárbara amó a Christopher, nadie puede reemplazarlo.
El hollín no había parado, Barbie la hizo ponerse de pie y se la llevó a la habitación para que pudiese estar más tranquila, de paso le prepararía té.

Luego de haberlos instalados en la habitación John y Kate junto a su pequeña Hope. —Kate ¿si tu hermano se empieza a portar mal?
—Ya sabes, no puedo poner la casa en riesgo, tendrá su castigo si intenta algo, los que habitan están bajo mi cuidado, suelo tener miedo de que intente algo, sabemos de lo que es capaz de hacer. Espero no me defraude.
—Y que no nos mate mientras dormimos, bueno más a John...
—Tranquilo amor, vamos al jardín un rato ¿si?

Han pasado varios día, justo hoy Ricky no estaba bien de salud y Lou le estaba cuidando. —¿Cómo te sientes amor? —Dijo mientras le ponía su mano para sentir su temperatura, el estaba reposando en cama.
—Algo mareado...
—Si, me imagino, no te sentó el desayuno.
—No, realmente me dio nauseas luego de comer.
—¿Quieres que llame a Patrick?
El negó, no era necesario molestarlos con algo que sería pasajero. Lou estaba deseando que se mejorara además tenía algo de fiebre, se recostó a su lado, Ricky se durmió para recuperarse.

Al rato se levantó y se fue a tomar una ducha para luego vestirse y arreglarse para salir, lo dejó solo y fue en busca de Patrick y Emilico. La pareja estaban en la habitación, no quería interrumpir pero era necesario que conociera el estado de Ricky, tocó y Patrick abrió.
—Perdón por molestarles, no es mi intensión pero...
—Descuida Lou, estamos para lo que necesites. —Comentó Patrick, Emilico la cual estaba sentada frente a la mesa sonrió aún con su dolor, asintió. —Pasa adelante.
Ella ingresó mirando que la habitación estaba sin vida, los dos gatos sobre la cama descansando pues les hacían compañía a ambos en el momento más difícil de sus vidas.
Le comentó lo que pasaba con Ricky. —Justo hoy amaneció enfermo, estoy preocupada.
—Claro, Patrick irá a verlo, Emilico ¿vienes?
—No, pero por favor mantenme informada ¿si?
—Bien, vengo al rato.

Ricky se despertó algo sobresaltado, estaba solo y lo último que recordaba era haber estado en compañía de Lou; se sentó pensativo sobre la cama. Ahora se sentía mejor pero tenía hambre. La puerta se abrió y les vio entrar a los dos.
—Mi amor ya estás despierto.
—Lou, no era necesario traerle, no quería molestar.
—Ricky, a Patrick también le interesa tu salud. —Dijo aproximándose para ver su semblante. —¿Cómo te encuentras?
—Mejor, solo que ahora tengo ganas de comer algo dulce. —Dijo mientras llevaba su mano a su estómago pues comenzaba a sonar por el hambre.
Lou le sirvió agua. —Debes hidratarte, ¿Quieres algo en especial? —Lou preguntó y ella también quería comer algo, buen momento para preparar algún postre.
—¡Dulce de crema! —Dijeron los dos, los tres se sorprendieron y luego rieron por la casualidad.
—Lou, ¿Qué tal si preparamos algo? Quiero llevarle a Emilico también.
—¡Claro! Estoy feliz y lista para cocinar.
Ambos se retiraron, Ricky se quedó solo nuevamente. —No quiero estar solito en estos momentos.

En otra parte, Rum estaba sentada frente a la ventana cociendo algo con esmero sin darse cuenta que Shirley entró. —¿Qué tenemos hoy? ¿en qué estás trabajando?
—Oh ¿esto? Es una manta, pienso regalárselo al bebé que tendrá Emilico. —comentó con una dulce sonrisa.
—Vuelves a estar entusiasmada, le hiciste un par de trajes a Matthew y ahora también le preparas una mantita al segundo bebé.
—Si. —Dijo mientras se enfocaba nuevamente en su trabajo, Shirley tomó varios atuendos que había cocido para ver los detalles, le parecieron muy bonitos.

Anthony estaba organizándose para hacer un interrogatorio a cada sirviente. Todos fueron llamados y cada uno empezó a formar una fila fuera de la oficina principal. Camille fue la primera. —¿Qué hiciste luego de irte del baile?
—Solo me quedé con la niña Hope hasta que retornaran sus padres. Afortunadamente esos delincuentes no pisaron la pieza de mi niña.

Muchos dieron sus testimonios, llegando a coincidir en que vieron a una pareja de sirvientes rondando los pasillos pero que nadie sospechó ya que suelen hacer su trabajo, aunque era extraño ya que siempre van en solitario, solo se unen para hacer trabajos en equipo cuando se requiere. Christopher se cruzó de piernas mientras tomaba una taza de café. Anthony contemplaba los apuntes, frente a él se sentó Elaine, con su semblante neutro y fingiendo no saber nada, él comenzó.—No estabas de servicio ese día en la fiesta como el resto de tus compañeros.
—Así es señor, el día anterior había finalizado mi castigo, solo hice mi ronda normal y estuve un rato en la cocina ayudando a lavar los platos que entraban.
—¿Algo más que agregar? Me informaron que hostigaste a Ricky y a Lou. —Se acerca a ella. —Detesto a las niñas como tú. —Dijo, ella se encogió en su asiento, era lindo pero su actitud y la forma en que hablaba le hizo temblar. —No tienes permitido fijarte en tus señores.

Anthony por dentro sentía la necesidad de terminar con ella, pues sabía que su hermana no tendría valor de manchar sus manos con sangre, solo que le daría oportunidad de vivir pues solo era una niña tonta enamorada.

Cuando terminó su interrogatorio dio paso a la siguiente, al cruzarse Elaine le da una mirada intimidante a su compañera, la cual solo se puso nerviosa, tomó asiento mientras pensaba que iba a decir.
—Tranquila, solo necesito saber si viste algo raro ese día.
—Bueno pues...

FLASHBACK

—Que fastidio, casi muero a mano de esos dos, pero al menos se llevaron a ese molesto bebé.
—¡¿Qué dijiste?!
Elaine no se dio cuenta que una compañera la escuchó, al verla solo se acercó.
—Espera...
—¿Qué hiciste? Les ayudaste a escapar con un bebé.
—Iban a matarme...Si le dices algo al alguien te juro que te las verás conmigo. —La amenazó, la otra chica era un año menor por esa razón no tuvo más que estar en silencio y tragarse lo que hizo su compañera.
—N-no diré nada. Solo no me hagas daño.

Pasaron los días hasta la llegada de Anthony y luego se anunció que les interrogarían, el día anterior por la noche
—Tenemos que hablar.
—¿S-sobre que? Dije que me quedaría en silencio, no diré nada.
—Quiero que tomes mi lugar y digas que te amenazaron para que les mostraras la salida.
—No quiero hacer eso, me van a encerrar a mi.
—Tu solo di y has lo que te voy a decir, si lo digo yo me volverán a encerrar y peor hasta matar, además estabas a cargo de lavar los platos igual que yo, aunque yo salí antes.

FIN DE FLASHBACK

Ella comenzó a llorar, tanto Anthony como Christopher se miraron.
—¿Qué ocurre? No pasará nada, ahora dime.
—Es que... Oh Dios, fue horrible, tenía miedo y callé, no tuve elección, perdón. —Las lágrimas eran genuinas pero por el miedo a su compañera.
—A ver ¿tu nombre?
—Sienna, señor.
—No llores Sienna, cuéntame. —Tomó un pañuelo y se lo ofreció.
Terminó por decir todo lo que le pasó a Elaine pero como si le hubiese ocurrido a ella.
—Bien, tranquila, no fue tu culpa. Te amenazaron, no tenías de otra. Puedes retirarte.

Christopher fue el encargado de ir con Kate para notificarle sobre la investigación.
—Y eso fue lo que nos dijeron.
—De acuerdo, gracias Chris...
—Anthony se encargará de los grupos que saldrán a buscarle. —Le notificó, luego se retiró dejándola sola, Kate miró a su hija la cual estaba sobre la cuna con su juguete favorito.
—Pobre Emilico, debe estar desesperada, yo también me moriría si me llegaras a faltar, Hope, tu nuevo amigo también tendrá una niñera que esté a cargo su cuidado.

Patrick llegó a la habitación, Emilico estaba recostada sobre la cama mientras abrazaba una almohada, los gatos no se apartaban de su lado cuidándola. Dejó el plato con los postres que preparó. —Amor, Patrick ya volvió.
Abrió los ojos y se levantó con algo de pereza pero necesitaba saber como estaba de salud su amigo. —Si, ¿Cómo se encuentra Ricky?
—Ahí le va. —Se acercó a ella para contarle. —Llegamos a la habitación nuevamente luego de prepararle lo que quería.

FLASHBACK

—¡Ricky, mira lo que preparamos!
—Ustedes dos me dejaron solito, no quería que me abandonaran.
—Pero solo te dijimos que íbamos a cocinar y volvíamos.
—No me preguntaron si quería que se fueran. —Comenzó a llorar mientras hacía su puchero, Lou y Patrick se miraron sin comprender por qué se ponía de esa forma. —Son malos conmigo, no tienen consideración.
Lou llegó hasta él y le mostró los postres. —Los hice con cariño para ti osito.
—Si pero yo solo quería estar con ustedes.
Patrick solo dijo. —Venga Lou, lo que Ricky quieres es un fuerte apapacho de parte de los dos.
Ella le miró. —¿Es cierto eso? —El asintió.
—Los quiero a los dos conmigo.
Patrick y Lou le abrazaron fuerte, Ricky recibió un beso de parte de su señor en la frente, eso le alegró mucho pues también era reconfortante sentir el cariño de su amo sombra.

FIN DE FLASHBACK

Emilico al menos sonreía mientras escuchaba la historia. —A veces necesitamos el cariño y afecto de los que apreciamos y queremos tanto. No sé cuanto dure esta espera pero por favor, quédate a mi lado y bríndame tu cariño.
—Emilico, Patrick no podría aparatarse de ti, te ama tanto y a Matthew y a nuestro nuevo bebé. Ojalá tengamos noticias pronto de su paradero.

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Continuará...

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