Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El Sol Proveniente de Australia

❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋

La nieve había cubierto la isla de blanco, las hermosas aldeas estaban decoradas, un navío llegó la isla del hollín, Kate había pedido a una modista de Australia a que viniese a confeccionar los vestidos de Louise y Bárbara, Rum tenía otros encargos y no podía ocuparse y Kate solo quería ver como trabajaba la hija de un amigo.
Ella caminaba viendo el lugar y las personas, traía consigo a unos sirvientes pues debía hacer otro viaje para llegar a la casa de las sombras y ellos llevarían su equipaje.
—¿No es precioso hijo?
—Si, mami. —El niño corrió por el lugar, ella al verlo alejarse le gritó que no fuera tan rápido y fue tras de él.
Sus sirvientes le apresuraron a alcanzarlos. Ella siempre tenía energía de sobra y deslumbraba con su belleza y calidez. Al final tomó la mano de su hijo. —Ven, debemos encontrar a tu abuelo, estaría en la estación comprando los boletos.
Al final se encontraron para ir juntos, ellos tomaron sus pertenencias pues los sirvientes regresarían al barco. —Todavía queda media hora antes de que salga el tren ¿tomamos un café?
—Si, vamos Abel.
—¡Si¡ —Se adelantó.
Dentro de una cafetería ella preguntó. —Dime padre ¿les caeré bien?
—Son amables, la última vez que estuve en la mansión me trataron muy bien, no te preocupes, la dueña de la casa te mandó a llamar porque le dije que también tenías tu propia modistería y quería conocerte.
—Hubiese querido que Emma me acompañara, pero no habría nadie para atender a los clientes.
Para los tres sería un camino muy largo de ahí hasta la mansión, el viaje en tren fue agradable, el niño veía por la ventana el paisaje, mientras ellos conversaban pues ella quería saber más detalles de aquella familia y de paso con su libreta dibujar algunas ideas para vestidos nupciales.

En la casa Kate ya tenía lista las habitaciones para sus huéspedes, Louise y Bárbara estaban en la oficina de Kate, ambas esperando a que llegara pues les había citado de manera repentina.
Bárbara se hizo un poco de té para esperar y Louise le hizo una pregunta. —¿No es raro que nos hayan citado?
—Seguro es por lo de las bodas. —Comenta Bárbara, luego se sienta a esperar, algo que a Louise no le gustaba mucho de Kate pues su tiempo era valioso. Shaun y Anthony entraron ya que Kate les dijo que esperaran ahí.
Bárbara notó lo lanzada que era Louise con Shaun, él era un poco más reservado pues sus mejillas se tiñeron de rojo por recibir el cariño de Louise, sin embargo, ella no podía ser así con Anthony en frente de los demás, él se sentó a su lado y sonrió.

Kate los hizo esperar mucho tiempo, tanto que tuvieron que pasar el rato conversando sobre la boda, Anthony se sentó ahora tras el escritorio de su hermana. —Me pregunto que planea mi hermanita. —Shaun se puso frente a la ventana para observar el panorama, Louise se entretuvo con una revista de ropa, colección de otoño e invierno.
Anthony revisaba las cosas de Kate, no había nada importante, Shaun le miró de reojo pues temía que hiciera algo si encontraba los títulos de propiedad. Sus manos tocaron una caja la cual abrió viendo muchos dulces, miró a Bárbara la cual a pesar de todo era muy paciente y tranquila, tomó uno y la llamó. —Querida Bárbara ¿puedes venir?
Ella asintió y se levantó de la silla para dirigirse hacia él, le pidió que extendiera su mano lo cual hizo, con el puño cerrado depositó un chocolate aún envuelto, ella lo miró. —Un pequeño regalito para una sombra dulce.
—¡Muchas gracias, Anthony! —Se fue a su lugar a comerlo, Louise se acercó pues ella también era una sombra dulce.
—¿No hay uno para Louise? —Anthony miró a Shaun buscando aprobación, él solo asintió levemente, no le molestaba que le regalaran cosas a Louise, tomó un chocolate y se lo entregó, ella saltó y se fue a sentar junto a Bárbara la cual ya lo había terminado de comer.
Volvió a poner todo como estaba pues Kate era muy cuidadosa con sus pertenencias.

Para suerte de Kate ellos llegaron, no a la hora acordada, pero se alegraba de que estuvieran en su casa. Ella miró a la hija de su amigo Gerald, era muy bonita como lo había dicho, con un lindo cabello abundante y ondulado que le llegaba a la cintura, dorado como el sol, de lindos ojos verdes.
John lo esperaba con ansias desde que supo que vendría, más no se movió pues su pequeña hija se ocultaba de tras de él al ver personas extrañas llegar de visita a su hogar.
La joven chica se presentó con ellos. —Soy Bárbara, mucho gusto, mi padre me ha contado mucho sobre ustedes.
—Kate, un placer, Bárbara, muchas gracias por aceptar venir de tan lejos. —miró hacia abajo y notó a un lindo niño de unos siete años. —¿y quién es este pequeño?
—Es mi hijo, Abel Jr. —El niño no se soltaba de la falda de su madre, el pequeño llevaba el nombre de su padre que había fallecido antes de su nacimiento.

Gerald y John hicieron que los niños se presentaran, él amablemente tomó la mano de Hope, ella sonrió y luego regresó detrás de su padre. A Bárbara le pareció una niña muy encantadora. John se presentó luego, estaba algo avergonzado pues le fascinaba tener visitas del exterior.
Los sirvientes se encargaron de sus maletas, Kate personalmente les guio hasta las habitaciones, les dejó acomodarse, pero Bárbara sonrió emocionada y lista para trabajar.
—Termino aquí y nos pondremos manos a la obra con las novias. —A Kate le pareció perfecto, así que recordó que los había llamado hace rato y debían estar esperando.
Se apresuró y le dijo a una doncella que les avisara, seguramente estaban enojados con ella.

Abel puso un barco de juguete sobre una mesa adornándola con el. Se aligeraron la ropa pues la habitación estaba cálida y agradable, Bárbara puso su material sobre la mesa, la casa les ofrecería todo tipo de las telas más finas para elaborar los vestidos.
Bárbara al conocer a sus clientas se sorprendió, aunque todo fue con naturalidad ya que ella no le temía a nada luego de enfrentar tantas cosas en su vida esto era algo extraño y fascinante a la vez, solo que los futuros maridos eran humanos.
Gerald las saludó y miró a Bárbara muy cambiada. —Vaya, no esperaba que fueras una de las novias.
—Bárbara no creyó que eso fuera posible, pero está muy feliz de que eso hubiera ocurrido.
Se alegraba por ella, por lo que le contaron el hermano de Kate sería su esposo, ya que ella siempre estuvo enamorada de su sombra y al fallecer él ahora estaba ocupando ese lugar.

Solo quedarían ellos cinco, así que John se llevó a Gerald a pasear con los niños. —Será bueno ir a saludar y que mi nieto conviva con los demás niños.
—¿Hay dulces?
—Claro pequeño. —Dijo John, vamos a recorrer la casa, John tomó a Hope y se retiraron.
Anthony y Shaun se sentaron junto a Kate, Bárbara tomaría las medidas de las dos, una a una, pero pidió que se aligeraran de ropa para capturar bien sus figuras, Louise y Bárbara se miraron y comenzaron a desvestirse, pero Kate las detuvo. —¡Alto, no lo hagan!
Shaun y Anthony miraron a otro sitio o si no Kate se los cargaba, les hizo esperar un poco. —Lo siento mucho, las sombras no suelen llevar ropa interior, conseguiré algo para que se pongan.

Anthony le preguntó a Shaun si eso era verdad. —Dime que todo este tiempo ella ha estado usando solo ese vestido.
—Eh... sí. P-pero hay excepciones.
—Creo que hay reglas que cambiar con todos los de la casa, tela hay.
Los dos estaban algo ruborizados, Bárbara les pidió cambiarse detrás del biombo que les colocó, pero debían esperar a Kate, así que mientras esperaban preguntó por algunas ideas de como querían sus vestidos.
El tema giró en que Louise empezó a preguntar sobre la vida de ella. —Tu padre dijo que viviste lejos de él.
—Cuando mi otro padre me adoptó yo prácticamente era muy bebé, así que me crie con mis hermanos sin saber nada de mi pasado y de mi verdadera familia, mi madre adoptiva nunca me aceptó como hija a pesar de que siempre intentaba ganar su afecto y cariño.
—Tu madre adoptiva fue cruel contigo. —dijo Bárbara ya que ella no quería ser así, pero recordó que era estricta con los del ala infantil antes de que llegara Kate a la casa.

Por fin llegó Kate y les dio ropa interior, un modelo bastante bonito, prestado de ella, en dos versiones, largo para Louise y corto para Bárbara, era un camisón de tela suave y delicada.
Kate miró a los dos. —Ustedes deben al menos disimular ¿no? —Pellizcó las mejillas de ambos con fuerza haciendo que se quejaran de dolor.
—No hicimos nada hermana.
—He visto a Louise muchas veces. —Al ser sombra solo veía su silueta y nada más.
Kate les apretó más, luego los soltó con satisfacción de haberlos lastimado, Bárbara solo sonrió, le parecía gracioso como les trataba y recordaba su infancia con sus hermanos adoptivos.

Durante el paseo Gerald y John se encontraron con Emilico, lo que pareció extraño para el primero fue que ahora cargaba en brazos a una preciosa bebé, ella les saludó con alegría y les presentó a su segunda hija, él al preguntarle sobre Matthew ella se entristeció.
—Antes de que Alessia naciera me lo arrebataron de mi lado y aunque lo buscaron en muchos lugares nunca apareció, además en esta fecha me duele más pues nunca pude estar en su cumpleaños. —No aguantó las lágrimas pues este sería su segundo cumpleaños y no lo vio dar sus primeros pasos, él se compadeció de ella y la abrazó.
—Por favor no pierdas la esperanza, mira la suerte que tuve en encontrar a mi hija, no importa en qué momento suceda, es un regalo el que la vida te lo devuelva.
Ella sonrió ante las palabras, avivaría sus esperanzas pues hace tiempo se había apagado. Le presentó a su hija y este a su vez a su nieto Abel, ella sonrió y lo saludó de mano acompañado de una sonrisa.
—¿Le gustaría viajar por el mar en el barco que diseñó mi papá?
—Si me invitas, claro, no voy a negarme.
Gerald le dijo a ella que su hija estaba de visita. —Bárbara y tú de seguro se llevarían de maravilla.

Les dijo que pasara a saludar, ella asintió, se despidió de ellos y siguió su camino con su hija. Tocó al llegar y la que abrió fue Kate, todos dirigieron su atención a ella. —Permiso.
—Emilico que bueno que llegas, supongo que sabrás que ella es la hija del duque Gerald.
Ambas se miraron de arriba hacia abajo, Bárbara sonrió, le pareció un encanto de chica y pudo notar que había estado llorando por algo. Emilico la miró y vio que tenía una personalidad fuerte y bondadosa a la vez.
—Un placer, me llamo Emilico.
—Mucho gusto, Bárbara, si hubiera sabido que sería un viaje lleno de aventuras hubiese traído a Joy y a Catherine conmigo.
—¡¿Catherine?! —Kate se sorprendió al escuchar ese nombre, igual que los demás.
—Si, la conocí cuando iba hacia Londres, me ayudó mucho. —Bárbara preguntó por qué le sorprendía.
—Lo siento, es que ese era el nombre de mi madre y me hizo pensar en los días que visitaba su tumba, realmente no la conocí.

Luego de terminar con las dos se reunieron a conversar, Anthony preguntó qué la había impulsado a irse a Londres. —La verdad mi madre adoptiva me dijo que yo no era su hija, aunque luego quería que todo fuera como antes, seríamos una familia otra vez, pero sabiendo la verdad y estando enamorada de un muchacho salí tras de él, claro que no tenía dinero solo tenía catorce años en ese momento, decidí cortar mi cabello. —Tocó levemente su larga cabellera que ahora era muy abundante. — y abordé el barco haciéndome pasar por chico y así poder trabajar.
—¿Entonces si llegó con su novio? —Preguntó Shaun queriendo saber los detalles.
—Por supuesto, con la ayuda de la familia de Catherine, por cierto, ella se enamoró de mí, pero yo no era justo lo que pensaba, la salvé de ahogarse y de que se la comieran tiburones ya que se cayó por la borda del barco. —Siguió contando su historia, de cómo se reunió con el amor de su vida. —Me lo negaron, él por supuesto era un chico de familia adinerada, tenía que verlo a como dé lugar, así que me salté los muros de su casa, ventajas de saber trepar árboles. Los perros de su casa me persiguieron por todo el jardín y el hermoso vestido que me dieron fue deshecho, ya se imaginarán que no podía presentarme en interiores, tenía vergüenza, él salió y me oculté tras un árbol, a él no le importó y me abrazó, por fin estábamos juntos.

Kate prefirió parar y decirle que debía descansar, habría tiempo para todo luego. Justo se abre la puerta y entra el pequeño Abel corriendo hacia su madre y gritando. —¡Mami quiero una sombra!
—¿Cariño, pero de qué hablas? —Anthony al escuchar la petición iba a decir algo, pero Kate lo detiene.
—Nunca me dejas divertirme. —Tenía pensado darle un morfo y así lograr una sombra para Abel, el cual insistía en querer tener una, pues al conocer el ala infantil todos tenían un compañero.
Su abuelo se puso a su altura y le dijo que ellos no podían tener uno pues era propiedad de la casa. —No se preocupen puedo conseguirle uno al niño.
—¡Si! ¡Tendré una sombra!

Bárbara estaba preocupada por su hijo y lo que pedía, no quería poner a los residentes en ese problema.
—Pero...
—No te preocupes hermana, me haré cargo. —Anthony se llevó a Bárbara consigo ya que debía dejarla con Barbie.
Ella le preguntó si en verdad le daría un morfo, estaba seguro de que para el cambio debía regarlos en el mundo.
Kate los miró y sonrió. —Si quieres una sombra, el proceso tarda un tiempo. —Les enviaría una nota con instrucciones y cuidados para una sombra.
—Su hijo tendrá una sombra, además podrán ser compañeros toda la vida, así como John y Shaun. —él lo abrazó, Bárbara miró lo idéntico que eran los dos, salvo que las personalidades eran distintas.
Louise encantada con el niño le preguntó. —¿Es tu hijo? ¿Es del aquel muchacho que dijiste que fuiste a buscar a Londres?
—No, es hijo del que fue mi hermano adoptivo. —Su historia era un poco complicada de entender.
Louise se incomodó un poco, como los demás. —Puta, Louise debió mantener la boca cerrada. —Dijo solo para ella.

Kate pensó si se crio con él no debía pasar ese tipo de cosas, pero no eran hermanos de sangre como ella y Anthony, agradecía que eso nunca hubiese pasado por su mente y que su sola existencia le causara repudio cuando supo que eran familia ya que había cometido actos de los que no quería hablar. —Emilico por favor asiste a partir de mañana a Bárbara.
—Por supuesto. —Emilico con una sonrisa dijo que estaría encantada de ser su ayudante para la elaboración de los vestidos.
Anthony, corriéndole el gusto a un niño extraño, tomó un morfo cualquiera de la habitación donde los mantenían criando y lo puso en una jaula. —Tu eres perfecto para ese mocoso. —Lo mantuvo en su habitación y Christopher preguntó si era buena idea dárselo.
—No lo sé, lo estoy dudando, ¿lo cuidarán como nosotros? Los seres humanos le temen a lo desconocido, si supieran lo que puede causar uno lo encerrarían.
—¿Lo hablará con ellos?
—Por supuesto. —Anthony recuerda como en un principio los odiaba, incluso a Bárbara, pero ellos no tenían la culpa de lo que les hicieron. En primer lugar, ese era su hogar y la familia Mirror se adueñó de toda la isla, su abuelo los sacó y le hizo vivir una vida miserable, por eso disfrutaba ahora de todo junto a su única hermana.

Al día siguiente Anthony junto a Christopher llegaron a la habitación de Bárbara y su hijo para presentarles a su hada. —¿Lo pensaron bien? Detrás de esto hay una historia oscura, solo que no lo aplicamos ahora.
—¿A qué se refiere?
Anthony explicó el proceso y la pequeña hada debía permanecer cerca del pequeño en una habitación aparte. Ella miró a su hijo y le preguntó si estaba dispuesto a pasar por ese proceso. Apenas siendo un niño no lo comprendía del todo.
Christopher se dirigió a los dos. —Si aceptan tendrá usted una sombra idéntica a su hijo, alguna de su personalidad se pasará a esta, tendrán que cuidarlo.
Ella abrazó a su hijo, había venido solo por trabajo y se iría a casa con un ser desconocido. —Abel ¿estás seguro de eso? —Dudó un poco y luego miró el ser extraño en la jaula.
—¿No muerde?
—No pequeño y si tu madre está de acuerdo podemos brindarle todo lo que necesitará. —Si aceptaba de ahora en adelante tendrían que mantener la limpieza en muchos lugares.

Incluso dialogaron con su abuelo, pero todo sería decisión de Abel, es un obsequio único, pensó. —Claro que quiero, me haré cargo.
—Son buenas mascotas en ese estado, pero si prefiere un compañero igual deberán educarlo bien. —Anthony abrazó a su Sombra, Christopher, para ella ese era un mundo muy extraño.
Al final aceptaron tomando ese riesgo, de todas las aventuras que Bárbara había vivido esta se llevaba el premio, su hijo fue encerrado con el hada, ella se mantendría pendiente de todo al igual que Gerald.
Abel estuvo con esa criatura frente a frente, la tocó y esta se dejaba, la abrazó, Anthony sabía manejar la situación, con los fragmentos de favor, pronto nacería una sombra y él debía estudiar para entablar una estrecha relación con ella.

Emilico y Patrick se encontraron con Bárbara algo preocupada. —Buen día Bárbara.
Hasta el momento Patrick no la conocía así que se presentaron, ella no sabía que el esposo de Emilico fuera una sombra. —Encantada de conocerle.
—Lamento que no pueda conocer mi rostro en este momento, quizás luego le veas.
—Es que todas las sombras poseen a una persona.
Le explicaron que los humanos eran el rostro y como tales cumplían ese papel por ellos. Emilico con una sonrisa dijo que anteriormente las sombras y humanos se fusionaban, pero eso ya no lo hacían.
—Mi hijo decidió tener una sombra. —Ahora veían su preocupación, ambos le dijeron que no temiera, todo estaría bien.

Bárbara y Barbie estaban cuidando a Hope mientras le leían una historia, al menos se portaba bien y le escuchaba. —Quién diría que se convertirá muy pronto en su sobrina y usted será tía.
Sonrió pues la niña ya le había tomado mucho cariño y se relajaba por completo para escuchar con atención. —A veces Bárbara se pregunta si esto es correcto. Odió a Kate la primera vez por su actitud, pero pronto todo eso cambió.
Hope se acercó y se sentó sobre su regazo ya que andaba acostada sobre la alfombra, solo para que le siguiera leyendo la historia con los dibujos.
Había trabajado con niños toda su vida, pero ella era tan distinta de todos, justo porque era muy pequeña e inocente, la maldad no la había alcanzado aún, solo era una bebé disfrutando su vida.

Mucho más tarde se reunió con Louise ya que juntas irían a seguir con el diseño de los vestidos, Barbie esta vez acompañaría a su ama, al igual que Louise con Lou, solo que llevó a los mellizos con ella. Emilico estaba algo atrasada cuando tocó a la puerta de Bárbara y en sus brazos llevaba a su hija.
—Disculpa, hoy ha estado un poco más apegada a mí. —La intentó dejar con Patrick, pero solo lloraba cuando intentó irse.
—Descuida, que preciosa es. —Bárbara la pidió prestada, al menos no se puso a llorar por los brazos extraños que la tomaban. —Hablé con mi hijo, por el momento sigue todo igual.
—Muy pronto tendrás una sombra, sé que puede dar miedo, pero no son tan malos si tienes lindos sentimientos, ¿por cierto te gustan las flores?
—Claro. —Dijo con una sonrisa juguetona. —Tanto así que me gusta tener mi habitación llena de floreros, solía llenar la casa de mi madre con muchas flores, tantas como pudiera. Tenemos una granja, es enorme, mi hermano Arthur se quedó cuidándola. —Deberían viajar a mi hermosa Australia un día.
—Muchas gracias por la invitación, suena divertido.

Dejaron a Alessia sobre la alfombra y prepararon los patrones. Las demás llegaron para seguir con el trabajo. La impresión de Barbie fue. —Otra "rayito de sol" ¿Son hermanas?
—¿Parecemos? —Dejó escapar su encantadora risa y se presentó. —Me llamo Bárbara. —Le dio la mano.
—Barbie, mucho gusto. —la estrechó, a Bárbara le pareció un nombre muy bonito.
Luego se presentó con Lou. —Tus hijos están muy lindos, por favor ponte cómoda, puedes poner a los niños con Alessia.
—De acuerdo y muchas gracias.
Louise fue la primera en ser atendida, Bárbara estaba sentada dudando en Anthony, su mayor miedo era que el día que se fueran a casar él no la aceptara pues muchas personas se arrepentían en el último minuto. También llegaban pensamientos pesimistas sobre no ser la mujer adecuada para él, justo como pasaba con Christopher. Veía a Louise tan confiada que la envidiaba por eso.

Muchas horas más tarde ella estaba muy cansada de estar de pie siendo como un maniquí pues el vestido lo estaban armando sobre su cuerpo, faltaba demasiado para que estuviera listo. —De acuerdo nos tomaremos un descanso y nos veremos mañana. —Bárbara señaló a los bebés que ya estaban dormidos por la espera, jugaron entre ellos, pero al final los mellizos volvieron con Lou, Alessia reclamaba los brazos de Emilico pero como estaba trabajando Barbie se hizo cargo de ella y entre llantos y pataleos quedó agotada así que ahora dormía. —Este no es un angelito. —Pensó Barbie viéndola en sus brazos, además ya se ponía de pie solo requería ayuda para aprender a caminar. —¿Y esto quiere mi señorita Bárbara? No sabe en lo que se mete.
Emilico tomó a su hija junto a su canasta de costura. —Me retiro, Barbie muchas gracias por apoyarme con la niña. —Se despidió y se fue, Louise se miraba al espejo pidiendo unos arreglitos en su cintura.
—Claro, no te preocupes, ustedes dos lucirán hermosas el día de su boda.

Al caminar por el pasillo para regresar a su habitación a descansar un rato, iba emocionada pues su pequeña ya estaba intentando mantenerse de pie.
Cuando entró Patrick fue a ayudarla con la canasta.
—¿Cómo estuvo la reunión?
—Perfecta, hicimos un gran avance. —Emilico dejó a su hija sobre la cuna, tan pronto como la soltó empezó a llorar y a llamarla. —Vaya ni cinco segundos, tiene apego.
Alessia se sentó para ponerse de pie sobre el colchón de la cuna y seguir llorando rogando ser cargada por su madre, Emilico estaba cansada y solo pidió unos minutos para ir al baño, Patrick la sacó de la cuna.
—¿No quieres estar con papi? —Besó la húmeda mejilla de su hija y trató de calmarla.
Justo cuando vio salir a su madre pidió con sus brazos que la cargara mientras seguía llorando. Emilico se acercó y se la quitó a Patrick, ella se calmó, con un pañuelo le secó su rostro.

Parecía que Alessia solo quería estar con su madre, Patrick se mantuvo al margen, pero en realidad su hija comenzaba a tener miedo de las sombras y no quería estar con personas extrañas, por eso Barbie la pasó mal pues es una desconocida sin embargo con Bárbara al ser rubia como su madre no notó mucha diferencia.
Emilico la recostó sobre su pecho, Patrick notó que su hija al mirarlo comenzaba a llorar. —Podría ser... ¿Le tiene miedo a Patrick?
—¿En serio? No creo amor. —Se la acercó y amenazó con llorar. —Parece que sí.
—Pero si hasta hace unos días la cuidaba perfectamente.

Cuando fue más de noche, al menos no hubo problemas a la hora de dormir, Patrick y ella se quedaron dormidos, más Alessia se quedó despierta jugando en el centro con unos juguetes, entre juegos notó su mano de color negro, esto venía pasando desde el día anterior, pero ellos dos no se dieron cuenta, comparó su mano con la de su madre y luego con la de Patrick, por lo cual empezó a llorar haciendo que ambos se despertaran asustados.

Ambos vieron su mano así que dedujeron que su transformación había iniciado, solo que no sabía cómo controlarlo. —¿Eso quiere decir que su otra mitad despertó? —Preguntó Patrick, Emilico respondió afirmativo, pero no se explicaban por qué lloraba, pero luego llegaron a la conclusión de que ella estaba asustada por el cambio y tal vez rechazaba ser como su padre.
—Es algo nuevo para ella, no se lo ha tomado bien.
—No la culpo, ella desea un cuerpo normal y Patrick le ha heredado esto. —Ante lo que dijo, Emilico puso su mano sobre la de él.
—No digas eso, yo no le veo problemas a ser parte de las sombras desde nacimiento. Kate también reaccionó así, no la veo quejarse ahora, es un privilegio que poseas el poder transformarte a voluntad cuando lo dominas.
Se acostaron, Emilico abrazó a su hija para que durmiera tranquilamente, tenían un largo camino con su hija, al menos su primer hijo lo aceptó muy bien.

❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋

Continuará...

❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋◌❋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro