El día estaba frío a causa de la nieve que caía, pero era agradable, aquella mañana Elora se dirigió con energía a la habitación del pequeño, al entrar estaba Clarissa sentada al lado de la cuna, ella se acerca y le desea los buenos días, ésta corresponde a su saludo.
—Se nota que lo quiere mucho. —dijo a su señora, ya que era muy apegada a ese pequeño, cuando se lo entregaron por primera vez sintió una fuerte conexión, como si en verdad ella fuese su verdadera madre, lo amaba tanto que lo cuidaría y le brindaría todo su amor.
Elora le escuchó como hablaba con ternura del pequeño, pero le intrigaba saber de dónde provenía. —Si no es su verdadera madre ¿de dónde salió?
Clarissa tenía miedo de que las personas lo supieran, por eso aprovechando que estaba pequeño a cualquiera le dirían que si era su hijo. —No quiero que lo aparten de mi lado, a veces no puedo dormir ya que sueño que me lo arrebatan. —Comentó mientras veía al pequeño durmiendo en sus brazos. Le confió que él llegó ya que lo encontraron abandonado, su niñera asintió, pues muchas madres los dejaban a su suerte y este fue afortunado.
Debía ponerlos al tanto de todo así que le preguntó —¿Ha escuchado hablar de la Isla del hollín?
—Por supuesto. Pero ¿Qué tiene que ver ese sitio?
—Hadas...
—¿Hadas?
—Si, posen la capacidad de mimetismo, pueden copiar a un niño, o seres pequeños.

Elora miró al pequeño, pero si poseía una sombra debían al menos estar los dos, pero este al parecer ya había hecho la fusión cosa que le daba dolor pues el humano ya estaba muerto, sin embargo, ella ignoraba la verdadera razón de su existencia. —Solo es un bebé, pero tendremos que ver si posee algún poder ya que en esta semana que he estado aquí la cantidad de hollín que desprende es mucha solo cuando se transforma.
—Pareces saber mucho.
—No se preocupe, estaremos bien siempre y cuando no se descontrole, suele enojarse cuando no tiene atención, además necesita de muchos cuidados, esperemos a que crezca así podremos enseñarle a controlar sus emociones negativas. —Evitó contar parte de su pasado y trataría de ver cómo mantenerlo con emociones positivas, al ser mitad sombra le encantaba jugar con el hollín ya que fue una de las primeras cosas que Patrick le enseñó.

Era la mañana de navidad, el desayuno se sirvió como de costumbre, Lou destapó los platillos mientras que Louise miró lo delicioso que lucía todo. Cada uno había pedido algo diferente como siempre, en especial Lou que tenía antojos.
Ricky salió del baño secando su rostro con una toalla, luego la colocó alrededor de su cuello y se sentó frente a la mesa, al menos no estaba Shaun molestando ya que este día estaba haciéndole compañía a John y a su familia.
—Me pesa mucho el vientre. —Lou se quejaba pues desde que lo supo solo aumentaba más.
—Estás comiendo mucho. —Louise señaló los platillos que estaban ahí servidos.
—¿Cómo cree? Todo me sienta mal, además a Emilico no se le nota tanto, pero conmigo es distinto.
—Cada una es diferente, no lo olviden y nuestro bebé necesita alimentarse bien. —comentó Ricky a la vez que le daba una caricia al vientre de su esposa.
Lou se angustió por perder la figura, pero en verdad ahora que había cumplido dos meses ya se le notaba y la ropa ceñida a su figura no le quedaba, Louise iba a decir algo, pero Ricky negó, así que tuvo que aguantar su lengua para no herir los sentimientos de Lou.

El desayuno estuvo tranquilo, Lou tomó de último su jugo de naranja mientras escuchaba la plática de los dos, no fue hasta que bebió medio vaso y a los pocos segundos sintió un fuerte dolor dejando caer el vaso. Louise y Ricky viendo que estaba sosteniendo su estómago y sudando por el dolor intentaron ayudarla.
—¡¿Qué tienes?! —Ricky se paró de inmediato al verla sufrir de esa manera.
—N-no lo sé... es tan doloroso.
Louise y Ricky la llevaron al baño, él fue corriendo por ayuda y Louise solo dijo. —Tienes que botar todo para ver si te alivias.
Ricky llamó a algunos sirvientes, otra corrió a la sala de socorro para avisar lo que ocurría, él estaba lleno de pánico que sus manos temblaban y rogaba que nada malo le pasara a su familia.

Kate estaba conversando con sus acompañantes en la mesa, justo habían terminado de comer, John, Shaun Patrick y Emilico además de Hope.
Tocaron a su puerta con urgencia y Kate se levantó a ver quién la necesitaba, en cuanto salió una doncella con algo de timidez se acercó a su oído a decirle algo importante para que los demás no supieran lo que ocurría. Kate se aterró al escuchar el mensaje, pero trató de fingir que estaba todo bien y tomó unos segundos para decirles que volvería al rato y que ya podían iniciar su día como de costumbre. Salió corriendo de inmediato a la sala de socorro pensando lo peor, siempre ocurrían desgracias.
Cuando llegó todos la estaban ayudando, Ricky y Louise estaban muy nerviosos y con miedo de perderla a ella y al bebé.
—¡Kate! —Louise se alegró de verla ya que era una persona en la que podía apoyarse.
—¿Qué ocurrió?
—Louise no lo sabe, se empezó a retorcer del dolor.
—Algo le hizo daño, todo estaba bien hasta que bebió jugo de naranja. —Dijo Ricky.

Estuvieron pensando mucho pero ellos tomaron la misma bebida ya que venía la jarra para compartir y nada les había pasado. Podían escuchar los agonizantes lamentos de Lou, Ricky esperaba que la pudieran salvar; recurrieron incluso a los voluntarios de ala infantil pues tenían habilidades que podrían ser de mucha ayuda.
Liz luego de una hora salió para brindarles información, Louise estaba con el corazón en la boca esperando noticias.
—Por fortuna la trajeron a tiempo, se le practicó un lavado de estómago para descartar cualquier envenenamiento. —Era común practicarla así que eso ayudó para eliminar el veneno ingerido.
Les preocupaba la vida del bebé, solo había que esperar hasta el día siguiente para saber si le había hecho daño o no, no garantizaban nada.
—¿Por qué? Si Lou a esperado este bebé con mucho anhelo. —Ricky se tiró sobre el asiento, estaba desesperado y sus ojos lo demostraban con las lágrimas que emergían y se deslizaban por sus mejillas.
—Tengan fe ¿sí? Para calmarla se le administró un tranquilizante y ahora está descansando.
—Liz, ¿Podemos verla? —Preguntó Kate.
Ella les guio a una habitación donde reposaba Lou, su semblante estaba mejor, pero podían notar la resequedad de sus labios y la palidez de su rostro. —¡Mi amor! —Louise tomó su mano por el susto recibido en la mañana. —¿Qué haría Louise sin ti?
Kate separó a Ricky para hablar con él y dejar a Louise con Lou.
—No nos quedaremos con la duda, mandaré a investigar esto ¿de acuerdo? Quédate al lado de tu esposa seguro querrá verte cuando despierte.
—Si, muchas gracias, volveré con ella y mucha suerte con la investigación.

Kate fue a la habitación de su hermano y tocó la puerta, tardó un poco, pero Anthony abrió por fin, ella miró al fondo. —¿Duermes con Christopher?
—Si, nos quedamos hasta tarde anoche abriendo los regalos que trajo papá Noel, bueno ¿querías algo o solo vienes a husmear?
Kate solo necesitaba su ayuda con lo que pasó media hora atrás, él estaba dispuesto a brindarle su ayuda solo que debía esperar pues aún estaba en pijamas.
—Que sea rápido. —le pidió, él cerró la puerta mientras ella solo se quedó de pie recostada de la pared a esperarlo, mientras, no sabía que más hacer, estaba algo inquieta y por la desesperación que cargaba, su pie se movió repetidas veces haciendo ese peculiar sonido de zapateo en espera.

Tanto Christopher como Anthony salieron y ella se alegró de que al fin podía seguir con el caso. —Ahora dime ¿en qué te podemos ayudar?
—Síganme. —En el camino les explicó lo que ocurrió, cuando llegaron a la habitación los restos de vidrio del vaso quedaron intactos en el suelo. Anthony miró con detenimiento la escena, se colocó sus guantes y tomó la parte final, estaba algo quebrada pero era suficiente para analizarlo. Christopher tomó la jarra que aún tenía un poco de jugo de naranja, lo acercó a su nariz, el contenido parecía tener un dulce y fresco aroma. —Nos llevaremos estos vasos también junto a la jarra. —Comentó Christopher, los dos asintieron, Kate sabía que debía pedir ayuda a Lydia y a Oliver para el análisis.

Así que los reunieron en el laboratorio, Oliver junto a Ollie tomaron un vaso y sirvieron un poco de jugo de naranja. —Oliver se arriesga por Lou, espera que no sea venenoso.
—Toma tus precauciones por favor.
—Descuide Kate, estará bien, tenemos varios antídotos. —Comentó Lydia.
No ocurrió nada, ni una reacción. En el vaso que tomó Lou aún quedan restos.
Oliver y Lydia comenzaron su trabajo, analizar los restos que quedaban dando como resultado que efectivamente alguien había puesto veneno. —Este tipo lo puedes conseguir de manera fácil solo con cosas que tengas a la mano y puedes encontrar en casa. —Comentó Lydia, Oliver fue a un estante y abrió la cerradura con una llave pequeña, del interior tomó un frasco y lo puso sobre una mesa frente a los presentes.
—Pero ¿por qué envenenar el vaso de Lou? —Pregunta Kate mirando el contenido y leyendo la etiqueta.
—Alguien quería hacerle daño o peor aún esperaba matarla. —Comenta Lydia. —¿No se te ocurre quién quiere hacerle daño a Lou?
Kate lo pensó un momento y recordó a Elaine. —La anterior sirvienta que tuvieron Lou y Ricky ¿qué tal si ella lo hizo? Detesta la relación de ambos, pues ella está enamorada de Ricky.
Ollie se acercó. —Creo que deberían de interrogarla.

No tardó mucho en ser llamada, Anthony, Christopher y Kate estaban de pie mirándola cuando entró y tomó asiento. —¿En qué les puedo ayudar? ¿necesitan algo?
Anthony se acercó a ella y con su mirada fría comenzó a interrogarla. —¡No te hagas la inocente, sabemos lo que hiciste!
—Lo siento mi Lord, pero ¿Qué fue lo que hice?
—¿Reconoces esto?
—Pues no me suena de nada ¿es algún tipo de medicina?
—¡Conozco a las de tu tipo, confiesa!
Kate viendo que la chica tenía miedo por la intimidante y fría mirada acusadora de Anthony lo tranquilizó y le apartó. —La asustas. —Kate esta vez tomó el mando, Anthony solo estaba algo frustrado, Christopher hizo lo mismo que Kate, calmarlo. —Dime ¿qué hiciste esta mañana?
Elaine dijo que estaba en el área de limpieza. —Lo siento mi señora, solo me encargo de limpiar y no de entregar los alimentos a menos que usted me lo asigne claro está.

Al no encontrar pruebas ellos fueron con los encargados del área de la cocina, todos los sirvientes estuvieron haciendo sus labores desde temprano, los catadores probaron todo antes de que la comida fuese entregada y nadie tenía motivos para ponerle a Lou una sustancia nociva para su salud. Además de confirmar que Elaine no estuvo por la cocina en ningún momento.
—Ya verán que el culpable aparecerá tarde o temprano. —dijo Anthony, además estaba molesto porque no quería tener problemas en un día festivo.

Cuando Kate volvió a la enfermería, Lou ya estaba despierta y siendo consentida por Louise y Ricky. —Lou ¿Cómo te sienes?
—Mejor, pero con algo de miedo, ¿qué tal si pierdo a mi bebé?
—Ni lo menciones, es mejor que reposes unos día, Louise y Ricky estarán aquí para ayudarte.
—¡Así es! Louise está dispuesta a probar todo lo que llegue de comer, no soporta la idea de perderte.
Ricky se dirigió a Kate. —¿Encontró algo?
—Si, intentaron envenenarla, sospechamos de Elaine, pero ella no estaba en la cocina en ese momento y nos quedamos sin culpables.
Louise estaba enfadada. —Mira Kate, quién haya intentado matar a mi amada Lou, Louise no bromea ¡Si es necesario pasar en la prisión, pero te jura que lo mata!

Kate no mencionó el incidente, solo a John por la noche mientras se arreglaba frente al espejo. —Si Emilico se enteraba de eso...
—Emilico tiene muchas preocupaciones en su pobre vida, el invierno es largo y hasta la primavera la búsqueda se reanudará, ¿sabes lo que es para una madre estar lejos de su hijo?
—John se lo imagina. —comentó mientras miraba a Hope en su cuna agitando sus juguetes.
Mientras sus padres hablaban ella comenzó a llorar así que Kate se dirigió a ella y la sacó de la cuna. —¿Quiere dormir mi princesa? —Le habló con dulzura, pero Hope solo quería atención y aún era temprano para dormir.
—Kate te ves tan encantadora, John siempre supo que detrás de ese mal genio que tienes desbordabas dulzura y ternura.
—Ay John, no soy amargada, solo tengo un carácter fuerte, pero me alegra que pienses así de bonito de mí.

Para pasar el rato salieron a dar un paseo y patrullar la casa un poco, durante la caminata vieron a algunos residentes hacer lo mismo, pero Bárbara en ese momento se detuvo junto a Barbie para hablar de algo.
—¡Buenas noches, Kate, John! —Saludó y ellos correspondieron el saludo al unísono. —¿Bárbara puede hacer una pregunta?
—Claro, adelante.
—Anthony vino a quedarse ¿hasta cuándo estará aquí?
—Sabes que esta también es su casa, así que él vino a quedarse definitivamente.
Bárbara arrojó hollín ya que su presencia le molestaba demasiado. —Por favor dile que no se acerque a Bárbara.
—¿Pasó algo?
—Es solo que mi señorita Bárbara se siente incómoda al lado de su hermano, Kate, ya sabe, lo de su pasado y todos los engaños ocasionados por él.
—Oh está bien, se lo diré para que no haya conflictos. Ahora ¿Bárbara querría cargar a Hope?
Se puso nerviosa pues, con niños pequeños no había tratado. —¿Estaría bien si Bárbara la carga? —Kate asintió y se la pasó, Hope era cariñosa así que rara vez lloraba cuando alguien nuevo la cargaba, este no fue el caso. —Por unos momentos Bárbara sonrió y sintió felicidad al sostener algo pequeño e inocente.

Unos días antes de que terminara el año Rum estaba en el pueblo haciendo unas compras y al pasar por el taller de confección se quedó mirando a los trabajadores, ese hubiese sido su trabajo de no haber entrado a la mansión a trabajar. —Un ambiente quizás agotador, pero es más tranquilo.
Una mujer la miró algo triste y observó la linda capa que carga para cubrirse del frío así que le habló.
—Disculpa niña ¿Dónde consiguió su linda capa?
Ella le prestó atención y se alarmó un poco. —¿E-esto? Y-yo misma la hice.
—¿De verdad? Pues está muy bonita.
—Muchas gracias, hoy vine a comprar tela para hacer unos vestidos, además quería conseguir trabajo aquí pero no me contratan porque estoy esperando un bebé. —Dijo con algo de tristeza a la vez que ponía su mano en su vientre.
La mujer sonrió de manera amable pues le pareció una jovencita muy dulce y con ganas de salir adelante. —Ya veo niña, pero si no es mucha molestia vivo cerca de aquí, puedes visitarme y mostrarme algún atuendo que hagas. Te dejaré la dirección en un papel. —Escribió y se lo entregó. —Me encantaría que me visitaras.
—Se lo agradezco, debo irme pasaré a la oficina de correo y mi padre me espera en un lugar, nos vemos.
—Claro niña, nos vemos pronto.
Rum siguió su camino y entró a la oficina de correo, el lugar estaba cálido, solo había unas cuantas personas, dejó sus cosas a un lado y sacó un sobre dirigido a la mansión, solo le faltaba la estampilla para entregarla y así hizo, luego verificó a ver si había venido correspondencia y le llegó un paquete grande. —Tenga cuidado, pesa demasiado.
—Si, tendré cuidado y gracias.
Tomó sus cosas y se fue, con suerte su padre le vio y fue ayudarla. —Así que recibiste correspondencia.
—Si, pesa un montón.
—Venga, vamos a casa.

Al llegar a casa Shirley se emocionó al ver el paquete, por lo menos había llegado dinero para el mes, Kate no las desamparó, pero ambas eran humildes y solo gastaban en lo necesario, un capricho de vez en cuando.
—¿Será que podamos construir una casita un poco más alejados con un lindo baño con agua corriente?
—Creo que si le ponemos empeño y pedimos ayuda a Kate tendremos un lugar para nosotras y mi bebé.
Shirley estaba emocionada, tomó la carta dirigida hacia ella y la leyó, se puso tensa al saber que Lou había estado a punto de morir, Kate le pidió que no le dijera nada a Rum pues cualquier mala noticia le sentaría mal a ella y al bebé, había tantas cosas que Shirley se tragó, todo para sí misma, al menos Rum había salido de la habitación para acomodar algunas cosas que trajo de las compras.
—No fue buena idea que Rum dejara la casa y a Oliver, él también debió sufrir cuando se enteró que dejamos la mansión, perdón amigo, Rum también sufre pues aún te ama.

Rum había terminado de acomodar las cosas que compró, así que quería hablar con su madre y padre de algo importante, lo omitió todo este tiempo. —Mamá, papá ¿puedo contarles algo?
—Seguro cariño. —Dijo su madre.
—Te escuchamos.
—Bueno, es referente al padre de mi hijo, como ya les conté sobre los residentes de la mansión, pues estuve saliendo con un amo Sombra.
Los padres no lo asimilaban o al menos trataban en ese momento y se le vino a la mente un bebé Sombra. Su madre palideció, no solo estaba embarazada ahora resultaba que no sería humano.
—Rum, hija ¿estás segura de querer tenerlo?
—¡Por supuesto! No saben lo feliz que fui al saber que estaba esperando un bebé, desde ese momento lo amé y lo sigo haciendo.
Los padres estaban pensando en que si nacía como la chica sombra su vida no sería fácil y tendría que ocultarse del resto del mundo.

El año nuevo llegó, todos estaban de fiesta, Kate se aseguró que nada estuviese pasando, la vigilancia era mayor y estricta, solo porque alguien decidió envenenar a Lou. Emilico nunca lo supo, en cambio Patrick sufrió cuando Ricky se lo comentó pues necesitaba apoyo emocional. Era reconfortante estar reunidos guardando el secreto, Patrick y Ricky miraron a sus esposas charlando como si nada.
—No se lo diremos, sabes que es un mar de lágrimas en este estado.
—Lo sé mi señor, afortunadamente Lou se recuperó muy bien y el bebé sigue creciendo día con día gracias a los cuidados que tenemos con ella.
—¿Cómo te has sentido?
—Mejor, han disminuido los síntomas del principio.
—Seguiremos cuidando de nuestras esposas y en unos meses nacerán lo bebés.
Ricky sonrió, pues ese había sido el sueño de Lou y él estaba feliz por eso, pero también sabía que todos los niños al crecer tomarían su propio rumbo, que no importaba cuanto los quisiera de pequeños, tal vez alguno de sus hijos les trataría de la peor forma y ese era su miedo.

Louise había estado algo alterada esos días que por ahora estaba en su habitación tratando de olvidar lo ocurrido. —Que a gusto estar en tus brazos, Shaun.
—¿Te sientes más relajada?
—Claro, mi cielo. Oye ¿y si no nos levantamos en todo el día? Extrañaba estar contigo así y con este frío, a Louise le gusta estar juntos bajo la cálida manta.
—Igual por ahora nadie nos necesita. —Shaun besó sus dulces y delicados labios, si su meta era formar una familia, este momento le hizo pensar en que no estaba listo para eso, solo eran ellos dos, unas copas de vino, besos y abrazos, hacer el amor cuando quisieran sin ningún impedimento.

En otra habitación Ollie estaba mirando a Nancy de arriba abajo, ella estaba sumamente ruborizada y nerviosa, aunque no sabía por qué si hacía rato que ambos pasaban algunas veces juntos amándose. —Ollie, por favor no me mires de esa forma.
—Perdona Nancy, es que... —Tragó saliva. —Eres tan hermosa que no puedo apartar la mirada. —ella se acercó a él para intentar besarlo.
—No tienes trabajo hoy ¿no?
—N-no... —Cerró los ojos por inercia al sentir los labios de su querida Nancy, no pasó mucho para que ella se divirtiera quitándole cada prenda a él ya que ella hace rato no traía las suyas, su cabello pelirrojo estaba suelto, Ollie solo disfrutaba junto a ella del momento entre jadeos y suspiros, podía acariciar su cuerpo y recorrerlo a gusto, le encantaba esa mirada llena de lujuria y que sus mejillas se hicieran de un bonito rojo carmín.
Cuando estaba a punto de alcanzar el clímax la puerta se abre, Oliver había tocado, pero no hubo respuesta ya que ellos estaban en lo suyo muy concentrados, torpemente ambos se intentaron cubrir. Anna viendo que Oliver estaba ahí, había llegado también encontrándose con Ollie y Nancy en su momento más íntimo, se llevó las manos a la boca por la impresión, la pobre Nancy se miró a sí misma y al amo de Ollie, había mostrado de más, se cubrió como pudo, perdió el equilibrio y se cayó de la cama.
Ollie le pidió unos minutos, así que Oliver avergonzado al igual que Anna cerró la puerta.
—Vaya, que bien comen los dos. —Comentó Oliver más Anna todavía sentía vergüenza de haber visto todo ese escenario.
—¿Qué se hace en estos casos? —Anna miró directo al suelo pues quería que la tierra se la tragara y seguro Nancy sentía lo mismo.
—Ignorar lo que pasó, es vergonzoso, sí, pero de las cosas más naturales cuando dos personas se aman.
Anna sentía un poco de envidia de Nancy, ella si podía amar a Ollie y ella solo quedarse así sin poder hacer nada pues Oliver no le hacía caso.

Ollie fue a ayudar a Nancy ya que se había enredado con las sábanas. —Qué vergüenza con tu señor. —Dijo mientras se acomodaba las gafas, no quería vestirse pues estaban en lo mejor del momento. —Ve y diles algo.
—Ya voy. —Ollie se puso su bata y Nancy solo se volvió a subir a la cama envuelta en la sábana blanca.
Ollie abrió y se asomó. —Señor ¿necesita algo?
—O-oliver n-no quería interrumpir ni Anna tampoco, luego me buscas ¿sí?
—¡¿Cómo qué no?! —Anna si quería interrumpir ya que Ollie estaba con su querida Nancy.
—Tu tranquilo. Nos vemos. —Oliver se llevó a Anna para no molestar y Ollie solo cerró para volver a lo suyo ya que debía terminar lo que había empezado.

Oliver miraba a Anna algo incómoda por lo que había visto. —Oye ¿ya lo sabías? —preguntó, pero ella negó rápidamente. —Entiendo, Nancy no quería molestarte con eso. —Oliver ya sabía lo que pasaba entre los dos.
—Oliver, Anna solo quiere que Oliver olvide lo que vio, lo digo por Nancy, es como si hubiera visto a Anna.
Oliver no sabía cómo olvidar lo que vio, su amiga tiene una bonita figura, pero intentaría no pensar en eso, solo por ella. —De acuerdo, Anna.
Anna le miró y ya que él estaba soltero y dejado quizás sería fácil que con el tiempo ella pudiese ganarse su corazón y sanar sus heridas. Tal vez Rum intentaría hacer su vida nuevamente y encontraría un buen muchacho que adoptara a su futuro hijo, eso esperaba ella de corazón.

Oliver y ella se despidieron, él fue a otro sitio encontrándose con John y sentándose a su lado, John miró a Oliver desprendiendo su hollín y sintiendo las vibras de tristeza. —¿Qué tiene Oliver?
—Oliver se siente abandonado, tirado y desechado como basura.
—¿Aún piensa en Rum?
—Si hubiese otra mujer, el ejemplo más claro en su círculo de amigas Louise es una opción la mejor de todas.
—John escogería a Kate, siempre Kate, hasta la muerte Kate, John ofrece su vida por Kate.
—Lo mismo pasa con Oliver. —Suspiró. —Rum movió en Oliver algo que ninguna otra hizo, incluso Anna a estado más tiempo trabajando mano a mano con Oliver, pero nunca sintió algo por ella, solo la ve como una buena amiga.
—Si Patrick estuviese aquí, diría lo mismo, Emilico por aquí, Emilico por allá, Emilico es preciosa. John nunca imaginó que Emilico fuese el interés amoroso de ese idiota, la pobre Margaret debe estar gritando desde su tumba.
—No, pobre chica.

Una sombra había escuchado todo desde su sitio, cerró su libro y sonriendo dijo. —Puro sentimentalismo y amor entre las sombras lo que le causa a Ryan asco y repulsión, la casa fue en algún momento gloriosa sin tanto amor y amistad, solo le debíamos lealtad al Gran bisabuelo. Cómo cambian las cosas.
John se enfadó y se levantó para decirle unas cuantas verdades a la cara, pero se congeló ante la amenazante mirada de Ryan. —Adelante John, no tiene oportunidad ante Ryan, además cómo disfrutaría ver que John fuese devorado por Sophie, eso sería un espectáculo sublime de ver.
Oliver con miedo tiró de la ropa de John para que volviera a sentarse, Ryan solo los miró por última vez y se retiró, John se echó a llorar del miedo que le provocó aquella sombra en ese momento.
—Ya, ya no chille. —Oliver le dio unas palmadas de consuelo.

Para el anochecer un grupo de chicas iba de camino al baño para refrescarse un poco antes de irse a descansar después de trabajar, cuando entraron una de ellas gritó y las otras solo se quedaron petrificadas al ver a una de sus compañeras tendida en el piso.
—¿Está muerta?
Otra se iba a acercar y su compañera la detiene. —No la toques, otros se harán cargo de ella, nosotras no hicimos nada.
Todas fueron a notificar, se podía percibir el terror en sus miradas, una de ellas hasta estaba recibiendo ayuda en la enfermería por el trauma causado.
Kate estuvo presente viendo como a una de sus sirvientas le cubrían el rostro con una sábana para luego llevarla a otro sitio.
Un encargado le hizo entrega de lo que llevaba en sus manos. —Esto estaba en sus manos.
—Gracias. —Le entregaron un pequeño frasco de vidrio.

Kate les siguió pues harían un estudio de la chica, la recostaron y se encargaron de ella, buscaron en los archivos su información, Sienna de quince años casi dieciséis, causa de muerte por envenenamiento.
Kate no sabía que había ocurrido ahí y todo apuntaba a que posiblemente ella fue la causante de la tragedia que ocurrió con Lou y decidió quitarse la vida para no tener que ser juzgada y encerrada si la hallaban culpable.
Todas las pertenencias de ella fueron puestas en una mesa, pero faltaba algo importante, una libreta que se entregaba a todas, pues a muchas les gustaba escribir o anotar cosas importantes.
Anthony llegó en ese momento y Kate dijo que solo faltaba esa libreta.
—¿Qué opinas de esto?
—No lo sé, es muy extraño, ella no parecía tener ese tipo de pensamientos, hasta diría que es inocente.
Anthony y Kate pensaron que ella no podía ser culpable, pero no lo podían saber, además era una buena doncella muy trabajadora así que posiblemente la verdadera culpable estaba ahí, ambos tenían sospechas de una chica en especial, pero había estado tan tranquila que no podían incriminarla sin pruebas válidas
—Tú sabes mucho de sigilo ¿no? —Kate miró a su hermano pues sabía de lo que era capaz.
—Claro, es mi especialidad, por eso no te agrado hermanita.
—Al menos nos eres de ayuda. Sé que es ella, hay algo dentro de mí que me lo dice.
—¿La puedo matar?
—No, igual no podemos culparla de estos hechos, habrá que ver si tenemos testigos de que ellas dos estaban juntas.
Su habitación estaría cerrada un tiempo, además no estaban admitiendo a más personal por el momento. Pero esperaban que todos los ataques se detuvieran pues ya sabrían que Elaine habría sido la culpable de todo lo que pasó con Lou.

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Continuará...

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Muchas gracias por leer :3