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Dibujos para Sanar el Corazón

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Justo después de tomar el desayuno Patrick y Emilico decidieron quedarse en cama con sus pijamas puestas con Matthew recostado boca abajo sobre el pecho de su padre el cual le sostenía para contarle lo que ocurrió en la semana a Emilico. Ella entre más lo pensaba lo veía ilógico, ese pensamiento nunca había cruzado por su mente y menos sobre Kate y Shaun. —Que feas cosas dijo sobre nosotros.
—¿Cómo fue tu relación con Ricky en esta salida?
—Pues de lo más normal, Ricky fue atento y me ayudó con Matt, salimos de compras y pues siempre pensamos en Lou y en ti ya que trajimos obsequios para ustedes. —Emilico se aferró de la manga del pijama de Patrick. —No tengo sentimientos de amor por más nadie que no sean por ti, este amor es diferente al que le tengo a mis amigos, sabes que mi corazón te pertenece.
—Emilico, el mío también te pertenece, Patrick nunca amaría a otra persona que no seas tú. —La rodeó con su brazo para tenerla cerca. —Ustedes son lo que Patrick más quiere. —Refiriéndose a ella, su hijo y Ricky. Emilico tenía claro que había afecto entre los dos al igual que ella con Kate.

John se trajo consigo a Fritz hasta la habitación de Patrick y Emilico, sin permiso previo entró interrumpiendo la calma y el momento familiar de los tres. —¡PATRICK! —Gritó de manera entusiasta, asustándolos de paso.
El nombrado se levantó molesto de la cama mientras Emilico tomaba a Matthew en brazos. —¡Toca antes de entrar! Idiota...
—John te lo pasa por hoy por que está de buen humor. Quiero invitarte a jugar y conversar con nuestro invitado.
—¡¿Huh?! —Patrick se asomó mejor y vio al hombre parado fuera de la habitación, al menos alguien si tenía educación, solo sonrió amable. —Disculpe, no estamos presentables aún.
—No se preocupe, puedo esperar.
—Si Patrick, por favor cámbiate.

Patrick terminó por cerrar la puerta luego de sacar a John a empujones de su habitación. —¿Tenemos un invitado en casa?
Emilico se acercó con el niño. —Mi amor, se me olvidó decirte que Kate lo invitó. Ya podrás presentarte con él al rato.
Ella dejó a su hijo sobre la cuna, ya que más temprano lo habían bañado, peinado y cambiado para el día, pero ello se quedaron en pijamas por comodidad.
Entraron al baño, Patrick estaba algo tenso por el comportamiento de John. —¿Cómo se atreve a entrar de esa forma? Recuérdame ponerle llave a la puerta.
—Si, si amor, pero ahora estás alterado y necesitas renovarte con una ducha. —Emilico tomó su mano ya que tenía todo listo para tomar su baño de la mañana.
Una vez duchándose Patrick miró a Emilico, puso una mano en su mejilla y sonrió.
—Eres lo que Patrick necesita para calmarse, con tu sola presencia logras iluminar el día. —Dijo provocando que Emilico sonriera y sus mejillas se pusieran de un hermoso tono carmín.
Cuando ya estuvieron listos, Patrick se despidió de su esposa e hijo para ir con John pues debía presentarse con el invitado, Emilico se dirigió a la habitación donde estaban los gatitos pues debía asignarles un nombre.

Kate lidiaba con un nuevo problema ya que Louise le puso la queja de una de las nuevas sirvientas. Shaun estaba avergonzado al igual que Lou, Ricky por su parte estaba disgustado de todas las suposiciones que decían de ellos. —En ningún momento le falté el respeto a mi esposa en este viaje.
—Entiendo, me veo envuelta en este malentendido junto a Shaun, pero créeme Louise, que Shaun solo hacía su parte, además cómo creen que seríamos capaz de hacer algo tan indecente, siempre existió distancia y respeto, en cuanto a lo que me contaste de John, tengo que hablar con él.
—También debo de estar presente, es mi señor y debe saber que nunca me propasé de alguna manera cuando salimos de la Mansión.
—Louise solo quiere que le asignes una nueva sirvienta a Lou ¿es tan difícil hacer eso?
—No, descuida, ya tomaré cartas en el asunto.

Por el pasillo hacia la sala de juegos Patrick caminó para reunirse con John y el invitado, el cual estaba en la mesa junto a otras sombras que le estaban mirando haciéndole sentir un poco incómodo.
Justo Patrick ingresa al lugar y John le hace señas para que se siente, el duque quería saber la personalidad de Patrick ya que la de John era muy distinta del muchacho que conoció fuera de la mansión. Tomó asiento deseándoles a todos un bonito día y fijando su mirada en el hombre.
—Buen día... ya me había presentado con los de la mesa, soy el Duque Gerald.
Patrick lo pensó pues no usaba el título de noble ya que siempre se identificó como Patrick Shadow, tan sencillo solo se presentó de esa manera ya que algunos se llamaban a sí mismos como Lord y Lady.
Fritz notó como el simplemente y con humildad se presentó ya que los de la mesa si asignaron su título de Lord seguido de su nombre. —Usted también es un Lord ¿no es así?
—¿Eh? Bueno pues...
John rodeó a Patrick con su brazo. —Es que Patrick es modesto, también eres un Lord y eres amigo del Rey de la casa.
—¡¿Huh?!... Con todo respeto no me considero como tal, simplemente soy Patrick.
Que sombra más interesante le pareció, muy distinto del que conoció como esposo de Emilico que si no mal recordaba se llama Ricky. Ambos poseen personalidades diferentes.
—Así que ¿de donde viene?
—De Inglaterra, Londres, vine a pasar mis vacaciones por estos lados atraído por el turismo a la Isla del hollín, ahora entiendo por que se llama así.
John estaba muy entusiasmado con el invitado. —En verdad el hollín es asombroso, le mostraría sus poderes pero a John le da vergüenza con usted. —John se retorció como chica enamorada y a la vez avergonzada, los demás se preguntaban por qué actuaba de esa manera.
—No, descuide, usted decide si me muestra sus poderes o no.

Se levanta bruscamente y le propone ir a un lugar para demostrar su control sobre el hollín pero justo entran Shaun, Louise, Ricky y Lou al lugar deteniéndole ya que Louise gritó emocionada por ver al invitado. Fritz se puso de pie ante las dos por cortesía.
—¡Dios mío! Es un placer, Louise se presenta. —Extendió su mano y él la besó.
—Un gusto mi Lady. —Shaun solo rodó los ojos ya que se estaba aguantando los ligeros celos que se asomaban.
En cambio Lou siendo totalmente más discreta y prudente solo se inclinó a modo de reverencia estirando su falda con elegancia. —Me llamo Lou, es un gusto tenerlo con nosotros.
—Muy agradecido por la bienvenida—Duque Gerald, para servirles. —Las dos recordaron a Lord Gerald, casualidades de la vida.
Para entrar en confianza se sentaron a la mesa a jugar olvidando por completo que habían venido en busca de John para aclarar el asunto de la falsa infidelidad que se generó días atrás. Fritz estuvo atento a las diferentes personalidades que había entre humanos y sus sombras, por lo menos ahora conocía a las mujeres que estaban con Shaun y Ricky, una encantadora y enérgica mujer, la otra dulce y reservada, ambas muy alegres, aquel miedo se había disipado, pero era consciente de lo peligroso que podían ser.

Kate se dirigía con Hope en brazos hacia el jardín, una vez en el amplio lugar vio que hacía un agradable día y su hija debía tomar algo de sol; pronto escucha la familiar y alegre voz de Emilico, la cual se encontraba con Matthew y los dos gatitos, los cuales estaban jugando con ellos.
—¡Emilico, hola!
La nombrada alzó la mirada y sonrió, yacía sentada sobre un mantel de picnic con el niño en brazos. —Hola Kate, no tuve tiempo para agradecerte por los lindos y juguetones gatitos.
—No hay de que, llevaba tiempo queriendo regalarte una mascota y de casualidad cuando estuve en casa de mi abuela, Maryrose tenía una gata con tres gatitos, iba a traerme uno, pero pensé dos se harán compañía.
—¿Así pasó? —Emilico dejó escapar una leve risa. —Quizás si Maryrose, Rosemary y tu abuela lleguen a la mansión a vivir los gatos se reencuentren ¿no?
—Si posiblemente.
Kate se sentó a su lado para pasar el rato en compañía de Emilico ya que al parecer los demás se olvidaron de ella al menos asignó otra chica y Elaine fue reasignada. Matthew estiraba sus pequeños brazos queriendo alcanzar a los gatos. —Mi vida, aún ni te sientas y ya quieres jugar con los gatos. —comenta Emilico de manera divertida.
—En poco tiempo estará corriendo por toda la Mansión ¿no?
—Si, si, pero por ahora solo levanta la cabeza cuando lo ponemos boca abajo, estamos de a poco entrenando para que pueda sentarse solo, por ahora necesita nuestro apoyo.
—Dime, Emilico ¿Qué nombres les diste?
El primer gato negro y de ojos color celestes, le llamó Budín y el segundo gato tres colores y de ojos color avellana, Pan con mermelada. —Así los nombré.
—Típico de ti, pensando en pan y dulces. —Dijo tratando de contener la risa, aunque no podía disimularla tanto.
—Bueno, si, es que me encanta el pan y los dulces ya deberían saberlo. —comentó con algo de vergüenza.
—Ya que me dejaron plantada ¿quieres ir con Shirley y Rum a tomar el té?
—Claro, vamos.

Ambas se levantaron, Emilico llamó a una sirvienta para que le ayudara con los gatitos, ya debían de ir dentro. Ambas tomaron a sus hijos y se los llevaron consigo.
Fueron a la sala del té, las miradas se posaron sobre ellas y los bebés que cargaban consigo. En ese lugar estaba Rum y Shirley, Isabelle, Mirabelle y Belle, Ollie y Oliver se les acercó haciendo que se sorprendieran.
—Bienvenidas bellas damas, estamos a punto de comenzar a tomar el té ¿se nos unen?
—Claro. —Dijo Kate, justo detrás de ellas dos se posicionaron Douglas y Doug los cuales acabaron de llegar para la hora del té.
—Pasen amigos, tomen asiento.
Una vez sentados a la mesa, la plática giraba en torno a los dos bebés de la mansión, Hope estaba dormida y Matthew intentando alcanzar el dulce de crema y fresas de la mesa, Emilico lo sostenía para que no lo tomara.
—Esa curiosidad por las cosas. —comentó Oliver analizando al niño. —¿Cuándo es que comienzan a comer sólidos?
—A partir de los 6 meses eso me dijo Eve, aún le quedan dos meses para eso.
Las gemelas pidieron cargarlo, Emilico se los pasó a Mirabelle, Matthew sonrió, las tres gritaron por ello.
Douglas viendo a la hija de Kate comentó —¿Planean comprometerlos cuando crezcan?
—No es mala idea, pero que ellos decidan con quienes quieran estar.
—Pienso lo mismo que Kate.
—Una boda entre sus hijos, yo digo que deberían arreglar el compromiso desde ya, es mejor asegurar el futuro. —Dice Shirley, Rum simplemente movía las manos en negación ya que no quería que se metiera en asuntos que Kate y Emilico habían decidido que no.
Oliver le pidió prestada a Hope a Kate, se la pasó con cuidado. —Que bella niña, alguna vez Oliver quiere tener un hijo o hija, no está de más que siga los pasos del gran Oliver.
—¡¿Huh?! ¿Cómo planea Oliver hacer eso?! —Pregunta Douglas.
—Oliver tiene novia, es normal que luego de la boda quieran ser padres.
—Anna es una buena opción. —Ante el comentario Rum se sintió triste.
—Tal vez, pero Anna y Oliver no tienen relación de amor alguna, solo de amistad. —Rápidamente presentó a su futura esposa, la estaba cortejando todo este tiempo, pero ella aún le costaba adaptarse a él y esperaba a que ella dejara de tenerle miedo para avanzar. —Oliver se enamoró de esta dulce y maravillosa chica, no sabe por qué pero sus sentimientos por ella florecieron de manera hermosa.
Aquellas palabras hicieron que ella le mirara ilusionada, alguien como él le prestó atención.
—Mi señor Oliver ¿Qué cosas dice? Por Dios. —Estaba ruborizada en frente de todos.
Los presentes le felicitaron, las cosas eran diferentes del pasado, en donde Belle la hubiese tratado mal pero eso había cambiado.

Por fin los otros le dijeron a John que Kate quería hablar con él y ahora estaban en la habitación, Shaun podía sentir la tensión volando en el aire pues ambos desprendían hollín.
—¿Algo que decir Kate? —John estaba enojado solo por pensar en que algo hubiera pasado entre los dos anteriormente.
—¿Algo que decir? ¿me preguntas eso? ¿Cómo puedes pensar que te engañé?
—Louise le dijo a John que te gustaba Shaun.
Kate estaba molesta, si tan solo no le hubiera ganado la impulsividad de contar el secreto al menos tendría ese pasado oculto.
—Creo que es mejor hablar las cosas con la verdad. —dijo serio Shaun ya que esto podía afectarlos más adelante.
—¡¿La verdad?! —Preguntó John ya que no quería saber nada por temor a que fuera real.
—¿No es lo que quieres John? —Preguntó Kate y este negó con la cabeza. Aunque fuera doloroso para ambos tenía que tomar valor y decirle todo con sinceridad. —Me gustaba Shaun ¿si? Luego me le confesé.
—¡¿Qué?! —John se sintió como un muñeco de trapo sin fuerzas para nada con la confesión que cayó al suelo sintiéndose derrotado. —Shaun dime tú ¿que le viste a Kate para quitármela?
Ambos vieron el drama de John, pero Shaun iba a ser sincero. —Diré solo la verdad, rechacé a Kate obvio ella ya lo sabía, agregando que Kate no es mi tipo de chica, la veo un poco sonsa.
Kate estaba asintiendo hasta que dijo eso último. —Oye ¿de que vas?
—En serio no sé que le vio usted, nunca lo comprendí.
—Es que John y Kate estaban predestinados. —Aquello que dijo Shaun le animó para decir sus cosas. —A los ojos de John, Kate es la criatura mas adorable que pisó este planeta, su belleza no se compara con ninguna otra, por dentro y por fuera es hermosísima, inteligente y audaz, me dejó sin habla solo con su presencia, amo cada rincón de su cuerpo.
Kate se ruborizó ya que era demasiado, Shaun sonrió pues hizo que su amo dejara de sentirse mal y dijera todo lo que sentía por ella.
—Nunca pasó nada entre ella y yo, no pude dejar de pensar en Emilico sino hasta que Louise se encargó de llenar ese vacío recurrente que sentía, no haga caso a las malas lenguas que se encargan de envenenar sus pensamientos, Kate también lo ama a usted prueba de ello su hija.

Shaun pidió permiso y se retiró, John miró a Kate y le suplicó que le perdonara por tener ese tipo de pensamientos. —No es necesario John, te amo aunque al principio no fue así, poco a poco se dio ese sentimiento, hicimos a Hope con mucho amor. —Ella lo llevó a la cuna donde la pequeña estaba despierta y tranquila. —Sabes, ella es el mejor regalo que me diste.
—Corrección Kate, que nos dimos.
Kate rio. —Está bien, que nos dimos. Te amo John. —Besó su mejilla, John la abrazó con fuerza.

Días mas tarde Fritz ya formaba parte del lugar, era amable con los más jóvenes del ala infantil, las sombras le eran interesante, sabía que no gozaban de la libertad debido a los rumores y temores infundados en los pueblos que rodeaban la mansión.
Se dedicó a trabajar la pintura familiar de Kate y enseñar a los niños a explorar diversas áreas del arte y desarrollar sus talentos ocultos.
A este punto todos los niños conocían la historia de su vida, fue acusado falsamente, arrestado en Gran Bretaña y deportado a Australia como criminal, su esposa se llamaba Sophia, logró escapar y esconderse con su familia, el día que unos hombres descubrieron su escondite escaparon, él lamentablemente se separó de su amada esposa y de su pequeña hija. Sophia antes de morir le entregó una pulsera con el emblema de su familia con la esperanza de que la bebé se reuniera con él; su pequeña hija Bárbara fue adoptada por una familia de granjeros, cuyos hijos la aceptaron como hermana, pero sabiendo que solo era adoptada ambos tuvieron sentimientos por ella.
—Duque Gerald, ¿Cómo encontró a su hija? Cuéntelo otra vez ¿si? —Preguntó una sombra ya que le encantaba escuchar sus anécdotas de vida.
—Mi hija vendió la pulsera por necesidad, afortunadamente llegó a mis manos y un día por accidente la dejé caer y ella que se encontraba en el mismo lugar que yo la recogió, fue nuestro encuentro de padre e hija. —Comentó Gerald mientras hacía un bosquejo en su libreta, el retrato de una sombra y una humana. —¿Les gusta como quedó? —Ambas lo tomaron viendo lo bello que quedó, asintieron y agradecieron ya que luego lo enmarcarían para ponerlo en la habitación.

Bárbara como encargada llamó su atención, los niños solo se dispersaron. —Oh, Bárbara, Barbie ¿necesitan algo? —Miró aquella sombra, lucía triste a comparación de otras, su compañera reflejaba la melancolía que llevaba.
—Bueno solo... es que, pues.
—Puedo ver que ambas son muy hermosas ¿Qué tal una sonrisa? —La dos se sorprendieron por la petición, se miraron mutuamente. —Toda tristeza tiene un fin, puede que no veas sol ahora pero procura sonreír y aquellos días nublados desaparecerán.
—¿Cómo puede Bárbara ser feliz desde que perdió al amor de su vida?
—Mi hija se sentía igual que tú cuando perdió al hombre que siempre la amó, anímese, siempre tendrá personas que la amarán incondicionalmente, por ejemplo Barbie.
La mencionada se aferró del brazo de Bárbara y asintió. —Nunca me apartarán de usted, solo quiero su felicidad.
Gerald viéndolas de esa manera no desaprovechó y las dibujó, cuando finalizó ambas se sorprendieron por tan bello dibujo, él podía ver más allá sacando lo mejor de ambas y plasmándolas en papel.

Cuando volviera a casa escribiría un libro de cuentos narrando historias sobre las sombras y los humanos, ambos van de la mano. Alguna vez podrían salir y ver el mundo si preocupación.
Por las tardes se dedicaba a trabajar en la pintura de Kate y John junto a su hija; ellos dos en su forma de sombra sosteniendo a su hija la cual si exponía su rostro. Mientras movía el pincel y plasmaba los colores pensó que era una experiencia encontrar seres diferentes a los humanos.

El trabajo estuvo hecho en tres semanas, permaneció conviviendo con todos ellos una semana más para enseñar a los niños y al menos tener una memorable despedida.
—Esto es lo prometido —dijo Kate poniendo delante de él una bolsa con monedas.
—Oh, no puedo aceptarlo mi Lady. Convivir con ustedes es pago suficiente, solo debo darle las gracias por la confianza que me brindó.
—No me lo esperaba, mi más grande deseo es que las sombras puedan convivir en armonía con los humanos.
—Y le agradezco por la fotografía, lo cuidaré como tesoro.
—Claro no hay problema.

El Duque terminó de empacar sus cosas, muchos recibieron de sus manos lindos dibujos, al salir de su habitación sirvientes se hicieron cargo de llevar su equipaje, John se acercó y lo abrazó en medio de un llanto. —¿Deja a John y se va?
—Bueno John, muchacho, ya debo volver a casa. —Le devolvió el gesto. —A mi nieto le contaré historias para que empiece este cambio de aires para las sombras.
—¿En serio?
—Lo prometo.
Patrick y Emilico se acercaron, él con un ramo de flores de su preciado jardín para despedirlo. —Esto es como muestra de nuestro aprecio. —Los demás se acercaron para despedirse y él tomó la flores.
—Muchas gracias, en verdad lo pasé muy bien en este lugar, gracias a todos por abrirme las puertas.
Pronto se marchó en el tren llevándose recuerdos de una extraña casa llena de Sombras y humanos cohabitando en armonía.
John a pesar de que al principio no le agradaba terminó por apreciarlo y ahora lloraba su ausencia.

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Continuará...

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