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Palomas de hollín fueron soltadas por Aileen para celebrar la unión de las dos parejas de recién casados, caminaron por el pasillo bajo la bendición de los residentes de la casa felices por los recién casados, Bárbara estaba feliz y avergonzada pues tuvo que demostrar un acto de cariño con él en frente de todos, la fiesta inició, los niños tuvieron un detalle con su cuidadora ya que estaban agradecidos con ella.
Shaun se acercó a Kate que estaba con Emilico. —Louise está impaciente por cortar el pastel.
—Lo traerán en unos minutos, además son dos que mandé a hacer.
Emilico le dio sus felicitaciones, la abrazó como agradecimiento, luego se separaron. —Pareciera que la fiesta es solo para las novias.
—Ah, es que ustedes son nuestro accesorio, nos vemos bien.
—¿Emilico que respuesta es esa? —Ante el comentario Kate no pudo aguantarse la risa, pues ellas siempre estaban bien acompañadas. Emilico le dijo a Shaun que tuvieran muchos hijos. —Con uno solo está bien. —No había necesidad de tener a pequeños niños inquietos, aunque él si quería tener tres niños, pero probablemente Louise no.

Louise estaba recibiendo las felicitaciones mientras cargaba a Courtney y Lou a Cornelius, Benjamin se acercó con Ben. —¡Louise!
—Oh, Benjamin, Ben.
—Quería darte mi enhorabuena. —Ben le dio sus felicitaciones de igual forma, para Benjamin era un poco doloroso decir aquellas palabras, Louise era tan dulce en ese momento que daría lo que fuera porque los viejos tiempos volvieran para pasar tiempo con ella, aún si no sintiera nada, pero ahora que era una sombra mayor se había vuelto más hermosa como ninguna otra chica.
Luego de ahí se acercó a Bárbara para felicitarla, podía notar su felicidad, aunque Barbie estaba fuera de papel pues con su vestido y el velo se avergonzaba.
Ben alejó un poco a Barbie mientras Benjamin estaba ocupado con los novios, para decirle. —Te ves encantadora, Barbie.
—Eh, ¿l-lo cr-crees? —Empezó a jugar con un mechón de su cabello mirando hacia otros lugares, nadie nunca le había dicho tal cosa, sus mejillas se tiñeron de rosa.
—Por supuesto, Barbie hace mucho que quiero pedirte algo, pero no me animaba.

Apartados de todos le declaró sus sentimientos, ella sorprendida no sabía que hacer, él le brindó su mano, se lo pensó tanto pues habían sido compañeros y amigos desde niños. —No se si pueda corresponder.
—Puedo seguir siendo tu ayudante, Barbie, pero también quiero una vida juntos.
—Está bien, aunque no soy como las demás chicas, así de guapas.
—¿Bromeas? —Para él ella era muy importante y hermosa, con un fuerte y dominante carácter, pero conocía su lado más sensible. Aceptó, pero lo mantendría en secreto un rato.
Volvieron con los demás siendo cómplices de algo importante, Barbie sonrió, su corazón comenzó a latir acelerado ya que era extraño que alguien como Ben dijera que la amaba.

Anthony trajo a Hope cargando. —Oficialmente es tu sobrina, Bárbara. —Se la entregó y Hope de manera cariñosa besó su mejilla, pues ambas habían tenido una química muy buena desde la primera vez que la sostuvo y cuando tomaban sus comidas algunas veces.
La fiesta continuó, lo que se terminó más rápido fueron los dos pasteles de boda, Shaun y Louise habían decidido ir a seguir la fiesta en un salón con algunos amigos. Kate habló con Anthony a solas para que le tuviera paciencia a Bárbara. —No te preocupes hermana, sé cómo tratar con ella.
—Eso espero, si la haces llorar... —Anthony la trató de calmar, ya sabía que se las vería con ella si lastimaba sus sentimientos.

Los bebés se quedaron rendidos por la fiesta, John al igual que Patrick enviaron a sus hijas con las niñeras ya que irían a celebrar con los recién casados dentro, Ricky y Lou no tenían con quién dejarlos ya que generalmente Louise era la que se encargaba.
—No se preocupen, tengo doncellas para eso. —Kate les asignó a una chica que estaría pendiente de los cuidados de los mellizos.
—Muchas gracias, queríamos estar un rato más con ellos. —Comentó Ricky.
—Claro, no tardaremos mucho. —Lou, no les podía dejar solos mucho tiempo por temor a que alguien los lastimara.
Cuando las dos parejas ingresaron Louise llamó la atención de Bárbara para decirle. —Buena suerte esta noche, Bárbara. —Sonrió y se fue tomada del brazo de Shaun.
A Bárbara le cayó el veinte de lo que seguía, no podía mover ni un músculo, había esperado tanto saber lo que harían dos personas en solitario. Anthony sonriendo se acercó. —Bárbara, vamos.
—S-sí. —Barbie los acompañó en silencio, pero antes de llegar se desviaron de camino, fue extraño pues era hacia el otro lado ya que ella y él habían decidido no compartir habitación, pero esta noche la pasarían los dos en la de él.

—Barbie ¿nos esperas un momento? —Estaban muy alejados y solo había una larga escalera que llevaba hacia arriba, la azotea. Tomó la mano de Bárbara y subieron, Barbie se quedó pensativa.
Cuando llegaron arriba ella se acercó a ver el cielo con todas sus brillantes estrellas. —¿Algún motivo por el cual vinimos? —Se recostó del muro de la azotea esperando una respuesta.
Saltaron las alarmas de Barbie, arriba se encontraba la azotea, ¿Qué estaba pensando él al llevarla hasta arriba? Tal vez empujarla desde ese lugar. —¡Señorita Bárbara! —Corrió y subió cada escalón para llegar cuanto antes, cuando llegó abrió la puerta, pero su sombra estaba llorando y Anthony parado en frente de ella casi a su altura con una mano en su hombro, Barbie no entendía que pasaba y qué la había hecho llorar.

Tan solo unos minutos atrás Anthony se dirigió al cielo, estaba de un color muy bonito iluminado por las estrellas. —Señor Christopher, cuidaré de ella por usted, sé cuanto aprecio le tenía, por eso yo. —La miró al igual que ella y le prometió amarla, aún si de principio no fue así pues detestaba a las sombras, pero que mal le hicieron, no tenían la culpa de lo que pasó en el pasado.
Lo que ella imaginó alguna vez nunca sería, era hora de dejarlo ir. —Christopher, Gracias por lo que viste en Bárbara cuando no era más que una pequeña y simple sombra, siempre lo agradecerá, promete ser feliz y cuidar de su muñeca viviente. —Dijo a modo de broma y para ese punto no pudo retener más las lágrimas y solo salieron sin control, Anthony la entendía por eso le brindó su apoyo y comprensión. Fue cuando Barbie los encontró.

Cuando por fin estaban en la habitación, Anthony se recostó en su cama, con una botella de vino, esperando por Bárbara. —Tengo queso y miel, como te lo dije, para empezar la luna de miel. —Ella se acercó y se sentó cerca de él. —Pero ¿tiene que estar ella? —Señaló a Barbie.
—Descuide no quiero ser testigo de lo que pasará esta noche, me iré en un momento. —Se acercó a Bárbara y le dio un beso, pero antes de que se fuera, Bárbara le pidió un favor.
Las cosas que tenía Anthony cerca se las arrebató —¿Puedes llevarte esto, Barbie? —Ella asintió y tomó el queso y la miel ya que pasaría por la cocina para devolverlo y solo se quedó la botella de vino. —Muchas gracias. —Barbie se retiró, pero antes le hizo señas de "tengo los ojos puestos sobre usted" a Anthony.
—Barbie te quiere demasiado.
—Si, Bárbara también. — Ella no sabía por dónde iniciar, estaba algo cansada por estar despierta desde temprano solo para estar parte del día arreglándose, pasó un rato de pie escuchando el largo discurso que dio Christopher, luego se la pasó bailando y comiendo, saludando a muchos de los residentes invitados. Se quitó el velo, su cabello estaba recogido y no podía encontrar los ganchos que lo mantenían sujeto.

—¿Te ayudo? —Ella no se negó, tomó asiento sobre el borde de la cama y él se acercó para ayudar a retirar cada gancho, ella se quitó los zapatos de tacón bajo y los aventó, traía consigo medias blancas ya manchadas de hollín al igual que su vestido que era de un hermoso azul claro. Anthony desató todo su cabello dejando libres sus ondas, ella con su mano se peinó un poco.
—¿Mejor? —preguntó Anthony, su voz apenas un susurro en la quietud de la noche.
—Sí, mucho mejor. Gracias —respondió Bárbara con una sonrisa, estaba muy agradecida con él por el gesto.
Anthony sonrió y le tomó de la mano. —Hoy ha sido un día largo, pero has estado radiante todo el tiempo.
Bárbara bajó la mirada, ligeramente avergonzada por el cumplido. —Ha sido un día especial, pero también agotador.
Ella podía sentir su corazón latir con fuerza, su cuerpo se estremeció un poco, Anthony la miró, pero no sabía cómo iniciar a pesar de haberlo intentado una vez.

Para comenzar le preguntó si estaba dispuesta a intentarlo. —No iré más lejos si así lo decides ¿Quieres seguir adelante con esto?
Bárbara ya lo tenía decidido desde hace mucho. —Por supuesto, ahora Bárbara es tu esposa. —Se subió por completo a la cama esperando por él.
Anthony tomó una de sus manos y retiró los guantes de seda, no sin antes quitar los anillos para volver a colocarlos en su lugar.
La atrajo hacia él para verla un momento y avergonzarla con su mirada, si poseyera un rostro estaría con las mejillas ruborizadas; la besó de manera tierna para luego ir más intenso, le besó en varios sitios de la cara para bajar a su cuello y disfrutarla, ella no sabía por qué su respiración se entrecortaba, estaba segura de que algo no iba bien con ella ya que siempre tuvo una salud delicada y por eso no se esforzaba en hacer muchas cosas.

No es como si hubiera corrido en una carrera, pero sentía su corazón muy acelerado nuevamente; la mano de Anthony desabrochó el vestido por la parte de atrás y lo fue bajando de a poco para besar su hombro, notó que ella llevaba otra prenda por debajo, de encaje en los bordes y de color blanco; se detuvo un momento para mirarla y preguntarle. —¿Estás bien? ¿Quieres continuar?
—S-sí, si un ataque de Hollín no me ha matado, esto no lo hará.

Había pasado una hora desde que llegaron a la habitación, Bárbara no le puso atención cuando entró al lugar, la decoración para la ocasión era muy romántico, todo el empeño que pusieron, ambos estaban recostados en la cama conversando plácidamente sobre algunos planes a futuro mientras bebían una copa de vino, con su mano libre tomó uno que otro pétalo de rosa y lo lanzaba de manera divertida, Anthony estaba mirándola, en definitiva el alcohol estaba haciendo efecto en los dos; disfrutaba escucharla reír y recibir su cálido abrazo, él le dio un beso en la mejilla, Bárbara estaba muy feliz de que le demostrara afecto, miró su anillo en el dedo, ahora era la esposa de Anthony.

Le propuso ducharse. —Estoy agotado, vamos a refrescarnos un rato.
—De acuerdo. —Bárbara fue primero, él se encargó de acomodar la cama para dormir ya que estaba llena de los pétalos de rosas, levantó la sábana blanca y todas cayeron al suelo.
Luego de un rato fue su turno de tomar una ducha rápida para quitar todo el peso de la fiesta y relajarse, mientras ella ya con su ropa de dormir puesta se peinaba su cabello y aplicaba un poco de su perfume. Cuando él salió del baño la vio tomando sus zapatos y adornos junto al velo para guardarlos, luego volvió para recoger su vestido y hacer lo mismo para conservarlos como recuerdo.

—Deberías de ordenar también tus prendas, querido esposo.
—S-sí. —Anthony tomó su ropa y las sacudió un poco, todo permanecería en su armario, ya mandaría a la lavandería para dejarlos impecables.
Él buscó su ropa para dormir ya que aún estaba envuelto en toalla, las luces fueron apagadas y ambos se acostaron para dormir, ella se quedó despierta un poco más pensando en todo lo vivido ese día y de cómo Anthony la hizo sentir por primera vez. No pensó que pudiera contraer matrimonio luego de la muerte de la sombra Christopher. Pero ahora soñaba con tener su propia familia pronto y tal como deseó un bebé con lindas pequitas en su nariz.

El nuevo día llegó los dos aún continuaban dormidos, nadie les molestó en aquel momento para hacer la limpieza o recibir el desayuno, Bárbara se despertó primero viendo que era prisionera de los brazos de Anthony ¿Cómo se suponía que se levantaría sin despertarlo? Como pudo quitó su brazo y lo miró dormir como muchas veces lo hizo, pero ahora era su esposa, se levantó y estiró, miró que eran las nueve, el desayuno se servía temprano y ya tenía algo de hambre, quería ver fuera y sentir la brisa acariciar su rostro por lo que fue y abrió la ventana, todo era tan distinto de antes, un nuevo comienzo con alguien que no creyó que nada pasara, había más odio que amor eso era seguro, pero fue reconfortante perdonarlo e iniciar con el rostro de Christopher. Lo tenía tan claro, su nombre antes lo fue, medio hermano de Kate y que al principio ellas no se cayeron bien, pero más por ella que por Kate. El destino se reía de ella seguramente, se apartó de la ventana pues escuchó a Anthony moverse, ya estaba despierto, emocionada se puso en frente y le deseó los buenos días, el correspondió al saludo.

—¿Tienes hambre? Perdón me quedé dormido más de la cuenta.
—No te preocupes, también me desperté hace poco.
Cuando se levantó llamó a una doncella para ordenar el desayuno, Bárbara estaba sentada muy feliz y tranquila, el volvió y besó su cabeza ya que iría un momento al baño, ella iría luego.
Se tardó en el baño y el desayuno llegó, ella hizo arreglos en la mesa, le dio su toque, para cuando él salió todo estaba servido. —La mesa luce muy bonita.
—Bárbara es buena acomodando las cosas, ya regresa. —Se metió al baño un momento, él tomó asiento pues la esperaría para comer juntos.

Durante el desayuno ambos compartieron como siempre, ella le tenía mucha más confianza y se divertía a su lado dándose mutuamente bocados de comida, Anthony sabía lo alegre que era en el pasado y esa Bárbara estaba floreciendo nuevamente.
Mucho más al rato ambos saldrían a pasear pues era un bello día, caminaron tomados de la mano hasta el jardín, en el invernadero todo este tiempo cuidó de su rosal, este día habían florecido.
—Las regaré para que crezcan mucho más.
—Fue un lindo detalle de Patrick y Emilico obsequiártelas. —Veía como las cuidaba con delicadeza y mucho amor, por esos lindos sentimientos el rosal que era una pequeña planta ahora estaba más grande y floreciente.

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Continuará...