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Confrontación

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Este día había una visita en la habitación de Rum, ella, Shirley en compañía de Oliver y Ollie.
Rum miraba a su ama y a su prometido, el ambiente que primero estaba lleno de tensión había cambiado, por ahora disfrutaban de un poco de té con galletas, luego de Shirley saltó una pregunta, estaba preocupada por el futuro de Rum. —¿Cuándo le propone Oliver matrimonio a mi querida Rum?
Él se sobresaltó, Ollie mostró sorpresa en su rostro por su amo, Rum estaba incómoda. —No es necesario preguntar eso mi señorita Shirley.
—¿Cómo no? Shirley quiere estar segura del hombre que te desposará. Además ustedes últimamente se llevan demasiado bien.
—Todo está en el proceso de las citas y de las pláticas. —Dijo de manera entusiasta ocultando la verdadera razón. —Rum y Oliver se llevan mejor pues ahora ella conoce su lado mas tierno.
—Si, si, al principio me pareció algo aterrador, pero es muy interesante y amable, me encanta su forma de trabajar, es talentoso con sus inventos.
—Oliver está feliz con Rum de igual forma, admira lo valiente que es ante la adversidad, su manera de memorizar cosas, no cualquiera lo hace, es una dulzura de chica, llena de amabilidad y bondad, la belleza que posee.
—Si me lo permite, señorita Shirley, no hay nadie mejor que mi maestro Oliver para ella.
—Pero aún no veo fecha de boda.
—Lo hemos estado hablando entre los dos, tendríamos que acomodarnos bien, ella es diferente de Oliver, eso es algo negativo, lo digo por el orden que existe en su habitación a comparación de la de Oliver.
—Aún no es el momento, pero no se preocupe, ya llegará el día ¿si?
—Está bien, esperaré que se decidan a tener su boda.

Al rato ellos fueron a caminar librados de que Shirley le siguiera exigiendo la boda.
—Oliver mi vida, a veces pienso que lo sabe.
—No te preocupes cariño, si lo supiera primero me mata a mi y luego a ti.
—Cierto, aunque no pensé que cuando lo hiciera fuera tan bonito.
—Ha sido maravilloso porque nos amamos. —Le propuso ir a pasear a los jardines de la mansión, justo en un pasillo cercano Anna escuchó la conversación, su corazón se estrujó al saber que ellos se habían entregado el uno al otro. Golpeó la pared para desquitarse, Nancy apoyó a su ama querida que ahora lloraba.
—Anna lo perdió, esa niña hizo algo indecente para atraparlo, que jugada más sucia.
—¿Qué piensa hacer?
—Nada, no quiere ganar el odio de Oliver por algo así. Detestaría que le mire con desprecio y enojo. Anna perdió, Nancy.

Han pasado unos días Kate estaba escribiendo una invitación para la fiesta del siguiente mes que estaba organizando, un baile se celebraría en la mansión, gracias a Oliver por el invento de una máquina para replicar el contenido de una carta o escrito no tendrían que hacerlo a mano una a una, solo guardarlas y sellarlas.
—Shaun encárgate de copiar e imprimir por favor.
—Claro, las tendrá lista en poco tiempo.
Mientras Shaun hacía ese trabajo ella se estiró un poco y se puso de pie. —Shaun ¿Piensas proponerle matrimonio a Louise?
—¿A que viene la pregunta?
—Simple curiosidad. —Dijo mientras servía un poco de té en dos tazas.
—Tal vez pronto no lo sé, no es algo que hablamos seguido, hasta el momento creo que estamos bien.
La puerta se abre, Emilico ingresó lista para ayudar, Kate le saludó y sirvió otra taza con té. —Muchas gracias. Vine a ayudar un rato.
—¿Cómo te has estado sintiendo?
—Bien, solo es algo más diferente de cuando estuve con Matty, se me antojan un poco más los dulces y por ahora no estoy tan cansada.
—Quizás cada embarazo es diferente.
Emilico asintió a lo que dijo Kate, los tres se pusieron a trabajar en las invitaciones, Kate tomaba las que ya estaban impresas y entre las dos se pusieron a doblarlas y sellarlas.

En la sala de investigación Oliver encontró solo a Anna en el interior en compañía como siempre de Nancy, miró a Ollie y este asintió. Se acercaron a ellas para hablar, intentó hacerle la plática con normalidad.
—Hola Anna.
Esta le volteó a ver dejando sus anotaciones de lado. —Hola ¿Oliver necesita algo?
—Bueno... pues Oliver quería saber si está bien Anna.
—¿Quiere escuchar la verdad? ¡PUES NO! ¡Anna no se siente bien al saber que Oliver se fijó en otra chica! —Ante lo que dijo Oliver y Ollie se hacharon hacia atrás. —¡No sabe todo lo que Anna siempre se preocupa por él! ¡Oliver es un tonto que nunca se dio cuenta del amor que Anna le puede ofrecer! ¡Solo se dejó atrapar por una niña que no tiene nada de inocente! ¡Sus acciones lo dicen todo!
Si, todo eso quería decir pero se mantuvo tranquila aunque por dentro estuviese ardiendo, ni siquiera el hollín salió de su cuerpo al tener tal control. —Si, Anna se encuentra bien, aunque se pregunta ¿en verdad Oliver se enamoró de aquella niña?
—Si, aunque ya lo sepas, quiere saber si sigues siendo su amiga, Oliver te lastimó y lo siente.
Ella no quería perderlo aún si solo lo tuviera de amigo. —Oliver, no se preocupe, está bien si ya decidió entregar su corazón a otra mujer. Y Anna espera al menos que ella sea atenta como lo ha sido Anna todo este tiempo.
—De eso no tengas dudas, ella es muy dulce con Oliver.
Luego de la charla entre ellos, se dedicaron a trabajar, pero Anna quería llorar, Nancy miró a Ollie y este a su vez, ambos sabían lo doloroso que podía ser para Anna no poder estar juntos como ellos.

Emilico salió con algunos sobres con las invitaciones para entregar, con una sonrisa hizo su trabajo de mensajera, solo quedaban cuatro invitaciones en su canasta y una de esas era para ella y Patrick, se encontró a Rum que iba a tomar un descanso a su habitación. —¿Shirley no está contigo?
—No, estaba por irme a la habitación, ella se quedó en la biblioteca leyendo.
—Esto es para ti y ella. —Le extiende dos invitaciones, esta las toma agradecida y luego le pide unos momentos para charlar. Tomaron asiento ya que a pocos metros había un sofá. —¿Entonces?...—Emilico sonrió y ladeó la cabeza esperando que le contara.
—Luego de que hablamos nosotras aquella vez, decidí pasar una noche con Oliver.
—¿En serio?
—Si, fue tan lindo conmigo, no pensé que fuese a ser así, eso hizo que dejara de temerle y ahora confío mucho en el.
—Me alegro de eso, él me parece muy divertido, que bueno que no terminaron.
—Y tú ¿estás bien? ¿Quieres que te acompañe?
—Si, claro, necesito encontrar a Lou o a Ricky, esta es de ellos.
Las dos caminaron buscándolos a los dos, incluso preguntando por ellos a algunos residentes, afortunadamente ambos venían tomados de la mano riendo y conversando, ellas dos los detienen.
—Que bueno encontrarlos, aquí les tengo su invitación para el baile.
Ricky tomó la invitación. —Muy agradecidos.
—Estoy emocionada, tendremos que buscar los atuendos. Nos vemos amigas.
Rum y Emilico siguieron su camino, ella siempre cuidando de su amiga. Emilico sonrió y la abrazó. —Muchas gracias, vete con cuidado ¿si?
—Seguro, nos vemos, hasta luego.

Cuando Emilico entró a la habitación Patrick y su hijo no estaban, dejó la canasta sobre un mueble, se aligeró un poco, dejó los zapatos dentro del armario y quedó solo con sus medias puestas.
Ahora se encontraba tranquila mientras acariciaba su vientre. —Mi familia crece, mi pequeño bebé. Te cuidaré y amaré mucho.
Esperó hasta que por fin Patrick entró con Matt, ella vio que llevaban consigo un hermoso ramo de flores de amapola.
—Emilico, mira lo que tenemos para ti.
—¿A ver?
—Son las primeras flores que nuestro hijo cultivó hace poco, claro con la ayuda de Patrick .
Le hacen la entrega y ella las toma para sentir el fresco y suave aroma, siendo transportada por un momento a un enorme campo lleno de lindas flores. —El mundo que anhelo es junto a ustedes y que sea primavera. Gracias por esto, son los amores de mi vida.

Llegó la cena, una sirvienta con velo arregló la mesa para ellos, mientras preparaban al niño para cenar, Matty hoy tenía para cenar papilla de avena y pan. Patrick se estaba haciendo cargo de darle de apoco la cena, Emilico sintió asco en un momento de la cena, solo se levantó y se fue corriendo al baño, Patrick le entregó la cuchara a su hijo para ir a atenderla a ella. —No hagas travesura ¿si? Tu papá vuelve en un momento.
Él acompañó a Emilico en el baño, su hijo al quedar solo con la cuchara comenzó a usarla como catapulta para lanzar la avena, con su mano libre tomó trocitos de pan para comer con la avena que quedaba en su plato. Unos momentos después Patrick salió del baño y se encontró a su hijo jugando con la avena sobre la mesa, el plato volcado sobre el piso, incluso estaba toda su ropa sucia. —Matty ¿y ahora que vamos a hacer? —Lo sacó de la silla para limpiarlo con una servilleta, Emilico salió del cuarto de baño viendo la escena.
—¿Qué pasó?
—No te preocupes, lo mismo de siempre, Patrick se hará cargo.
—Llamaré a nuestra sirvienta ¿si?

Si, aquella seguía siendo Elaine, solo la reubicaron a otra habitación ya que a la de Ricky y Lou no podía limpiar. No tardó en llegar para asear el lugar. Miró a los tres siendo felices aún en un momento lleno de caos, ¿Porqué una sombra si tenía derecho a tener hijos y su compañero siendo humano, no? La naturaleza es caprichosa a veces y bendice a quienes no lo merecen. Pensó, hace tiempo lo supo, toda la historia de las Sombras imitando a los humanos. —Él es la copia de mi querido Ricky, yo estaría dispuesta a ofrecerme para que tenga un descendiente. —Todo eso pensó mientras hacía la limpieza y le era más difícil quitar las manchas de la alfombra, hizo lo mejor que pudo para luego retirarse.

Patrick se encargó de Matt para asearlo, al menos la mesa quedó desocupada, Emilico se sintió un poco mal por hacer que quedara la cena por la mitad por su abrupta interrupción para ir al baño. Por fin estuvo listo, lo prepararon para dormir, Emilico le peinó, sus cabellos tenían leves ondas, su alegría era verlo crecer. —Mi Matty está creciendo.
El pequeño sonrió con alegría recibiendo los mimos y besos de su madre. —Ama...
Tanto Patrick y Emilico se sorprendieron, era la primera vez que la llamaba así. —Mi vida ¿Cómo dijiste? —Lo volvió a repetir, su corazón se derritió al escuchar como la llamaba. —Por fin lo dijo, me llamó mamá. Patrick...
—¡¿Si?!
—¿Si sabes que te dice papá?
—Eh no... Patrick no lo sabía.
—Si, mira... Matty ¿quién es él?
—¡Da-da!
Hasta el momento no se había dado cuenta que la primera palabra de su hijo era papá y solo pensaba que estaba balbuceando, hablaba pero a su forma y Emilico ya lo sabía pues siendo su madre comprendía lo que decía.
Patrick lo besó dejando la marca sobre su mejilla —Lo escuché todo este tiempo pero no imaginé que ya me dijera papá.
—Si, ¿no es encantador? Pero ahora es tiempo de dormir, mañana es otro día. —Emilico lo llevó a su cuarto para dejarlo allá un rato pues estaba mejor acondicionado que el de ellos. Lo recostó en la cuna y lo abrigó con la manta, fue al mueble y tomó el musical y le dio cuerda para que comenzara a tocar la suave melodía de este objeto.

En los días siguientes no se hablaba de nada mas que del baile, pues muchas chicas deseaban mostrar sus espléndidos atuendos. Rum estaba elaborando con Emilico sus vestidos, Shirley se encargaba de diseñar.
—¿Saben? Quisiera un día tener un lugar donde pueda vender mis vestidos, además puedo zurcir, bordar y cocer, antes de venir a la mansión quería servir a los nobles confeccionándoles la ropa en el taller de costura.
—¿Necesitas una diseñadora? Shirley es buena en eso, pero ¿Cómo puede salir de la mansión?
—No se preocupen de eso ahora. —Comenta Emilico. —Kate está pensando en cómo hacer que se integren.
—¿Y eso cuanto tiempo tomará? Yo quiero que la señorita Shirley, Oliver y el resto de sombras viajen por el mundo sin temor.
—Espero que no tarde, todos nos podremos ayudar e impartir nuevos conocimientos. No hay tanta diferencia, digo las sombras tienen poderes de hollín. —Sigue diciendo Emilico.
—Los humanos suelen tener miedo a lo desconocido. —dijo Rum.
—Eso es porque no han conocido que algunas sombras somos encantadoras. —Comenta Shirley mientras guiña el ojo.

Terminaron de cocer por el momento, Rum viendo que el vestido de su amiga estaba justo le pregunta. —Emilico ¿no te molestará el vestido así tan justo?
—¿Eh? Pues aún estoy empezando, no se me notará hasta dentro de unos meses, todavía puedo lucir mi ropa común antes que mi vientre crezca.
—Oh, ya veo.
—Eres muy afortunada de tener otro bebé. Aunque parece agotador ¿Cómo harán con dos bebés? —Pregunta Shirley.
—Ya nos las apañaremos, no será fácil lo sé pero siempre tengo el apoyo de Patrick.

Varias noches después justo luego de la cena, Lou y Ricky se encontraban afuera viendo el cielo nocturno. —¿Entonces Lou?
Ella le mira —¿Qué pasa amor?
—¿Te he dicho que luces hermosa hoy?
Ella se puso a pensar. —Si~ Como unas diez veces.
—Brillas como un lucero, eres una estrella resplandeciente, la que ilumina mi vida.
—Que dulce y lindo eres. —dijo sonriendo enternecida por las palabras de él, se acercó para marcar mejilla con un beso dejando lápiz labial sobre este. —Mi amor ¿por qué no nos encontramos en un rato en nuestra sala favorita?
—Claro mi vida. Te estaré esperando con ansias.
Se dirige a su oído para decirle en secreto. —Te complaceré en lo que quieras. —Con sus palabras lo dejó muy sonrojado y deseoso de pasar un rato juntos. Ella solo dejó escapar una pequeña risa y se fue corriendo a la habitación.

Él estuvo aparentando estar calmado y sabía a que sala ir, caminó sin sentir la presencia de alguien más que lo comenzó a seguir. Entró a la sala la cual contaba con chimenea, Cómodos sofás, un escritorio, libreros, y una gran ventana con cortinas que la cubrían. El lugar estaba solitario tenía un buen ambiente cálido para una buena velada. Se sirvió una copa de licor, tomó un par de tragos antes de que la puerta hiciera un peculiar rechinido, muy feliz volteó pues ansiaba recibir a Lou en sus brazos. —Al fin llegas amor... —Quedó petrificado cuando la miró.
—No esperaba que me dijera algo así. —Dijo Elaine muy ruborizada y algo agitada, lo había seguido, estuvo un rato decidiendo en si entrar o no y cuando por fin tuvo valor lo hizo, su corazón latía acelerado, cerró la puerta, solo no le puso seguro.
—No... bueno no quise decir eso yo en realidad... —Estaba nervioso, pues Lou podría entrar en cualquier momento y malinterpretar la situación.
—Sabía que usted podría sentir algo por mi. —Se acercó a él acorralándolo.
—No, espera.
Calló sus labios con sus dedos. —No diga nada, sé lo que busca y quiere, puedo darle una de mis noches. Además su esposa no puede darle hijos, estoy dispuesta a ocupar su lugar.

Él estaba asustado por la actitud de la chica, se apresuró a salir de su acorralamiento. —No te equivoques niña.
—Ya no soy una niña y llámeme por mi nombre.
—No sé cómo sabes lo que pasa entre mi esposa y yo.
—Eso no importa. Solo déjese llevar, estoy a su disposición. —Se retiró su uniforme dejando solo la ropa interior que marcaba su figura.
Lo que ellos no sabían por estar concentrados en ese momento, es que Lou llegó y escuchó voces dentro, abrió solo un poco para encontrarse aquella escena tan devastadora y dolorosa, solo decidió esperar un poco.
Ricky sin saber que hacer desvió la mirada y tomó la ropa de la chica y se la tiró. —Por favor cúbrete, te vas a enfermar y me estás poniendo nervioso.
—No necesito estos trapos ni estos otros. —Los dejó a un lado y se fue contra él tirándole al sofá, el pegó un grito pues era muy agresiva con él. Ella se iba acercando para intentar robarle un beso, quería probar sus labios, el intentó mantenerla alejado, además no podía lastimarla pues era una simple chica e iba en contra de sus principios.
Cuando daba todo por perdido Lou se encargó de apartarla y propinarle una cachetada, ella se sostiene la mejilla, sus ojos pronto se aguaron, ambos podían notar el rencor y el odio en su mirar.
—No creas que esto se va a quedar así, ahora veo clara tus intenciones. Todo lo que dijiste la otra vez ¡querías quitarme a mi esposo!

Ella simplemente se quedó en silencio, sabía que tendría un castigo. Terminó por vestirse ya que luego la llevaron a la presencia de Kate.
Kate los miró. —Es muy grave lo que causaste, solo por un hombre.
—¡Es que no lo entienden, yo si lo amo de verdad!
—Eso no es amor, es obsesión, pasarás unas semanas encerrada reflexionando tus acciones.
—Bien acepto mi castigo. —Dijo, ya no tenía más opción, aunque estaba muy resentida con todos y quería venganza. Odiaba el momento en el que entró a la mansión gobernada por monstruos. Un par de sirvientes que estaban con el rostro cubierto, se la llevaron.
Ellos se retiraron, Kate quedó sola en la oficina, cansada de los problemas. —El amor es tan complicado, es enfermizo en algunos casos y hermoso en otros.

Ricky estaba aliviado, suspiró un poco y Lou le habló con cariño. —¿Estabas asustado mi osito?
—Si, osita bella. No sé que hubiese pasado si no llegabas.
—Solo debías apartarla, nadie toca a mi Ricky, eres solo mío lo sabes.
—Si, además arruinó nuestro encuentro.
—Eso tiene solución. —Lo tomó de la mano y lo guio hasta una sala vacía similar a la otra, cerró la puerta. —Nadie nos molestará. —Lou se fue directo a los labios de Ricky, estaba impaciente por ser suya esa noche.

Quedaban dos semanas para el baile, esa mañana Rum no estaba bien. —Tienes mucha fiebre. —Dijo Shirley mientras remojaba en agua helada la compresa y la ponía sobre la frente.
Oliver y Ollie estaban allí haciéndole compañía. —¿Algo más que sientas?
—Dolor de cabeza... y mareos, me molesta un poco la garganta.
Oliver miró a Lola esperando el diagnóstico.
—Es muy común que ocurra cuando hay cambio de estación, lo mismo cuando llega primavera con las alergias en algunos. Que repose hasta que se encuentre mejor, debes hidratarte mucho y comer bien.
Rum no sentía mucho apetito y estaba muy cansada.
Luego de que Lola se retirara para llevar su reporte con Loretta, Shirley se fue a buscarle algo ligero para que comiera.
La dejaron a merced de Oliver y Ollie, ambos estaban preocupados pero trataban de hacerla sentir mejor o sacarle una sonrisa.
—Lo mejor para bajar la fiebre es tomar una ducha fría. —Se incorporó y se quedó sentada un momento pues se sintió mareada, como pudo se levantó, ambos la ayudaron pues se tambaleaba de un lado a otro, la acompañaron hasta el baño, le dejaron su espacio y se quedaron afuera.

Estuvieron esperando un largo rato. —A Oliver le está preocupando que no salga.
—Lleva ya mucho tiempo ahí dentro, solo era una ducha ligera. ¿Y si entra mi señor?
—Si, verdad. —Oliver pide permiso para entrar pero no escucha respuesta, solo el agua de la ducha corriendo, se adentra al siguiente cuarto y la ve a ella bajo el agua desmayada aún con su prenda puesta, de inmediato va con ella para cerrar la llave y con fuerza llama a Ollie.
Él entra al cuarto de baño cubriendo sus ojos. —¿Puedo pasar? —Oliver le dijo que solo entrara. —¿Qué le pasó? —Ollie de inmediato tomó su muñeca para sentir su pulso, mientras Oliver la llamaba e intentaba que reaccionara, decidido la tomó en sus brazos para llevarla a la sala de socorro.

Al salir de la habitación Shirley que venía con algo de comida con una sirvienta a su lado que transportaba el carrito, se asustó y fue corriendo para intentar saber que ocurrió en su ausencia. —¡Shirley se las deja unos momentos! ¡¿No pudieron cuidarla bien?!
—Oliver no tiene culpa, ni Ollie, ella quería bajar la fiebre con una ducha de agua fría. Tardaba mucho, cuando Oliver entró la encontró inconsciente en el piso de la ducha mientras el agua la mojaba.
Al ver que la traían de inmediato la atendieron. Loretta y Lola estaban en ese turno, esta le trajo ropa para cambiarla. —Señorita Shirley, puede pasar, necesitamos retirarle el atuendo mojado.—Si.
Oliver y Ollie se quedaron sentados esperando, Shirley al rato apareció con la ropa húmeda en sus brazos para hacerle compañía a los dos.
—Espero que nada le pase, amaneció muy mal, las brisas de otoño son muy frías.
—No te preocupes, ella es fuerte, es solo una gripe o un simple resfriado. —Comentó Oliver para no preocupar a Shirley.
Al cabo de un rato Lola le dijo a Shirley que podía pasar, solo se le informó a los dos que ya estaba estable pero deberían irse y pasar luego en horas de visita.
Ellos sin mucho que poder hacer se retiraron, Shirley se sentó en una silla para hacerle compañía, Rum solo dormía ya que estaba con la temperatura normal gracias a las dos por lograr bajarla.

Cuando despertó, Rum no se acordaba de mucho, solo que se iba a bañar. —¿Qué ocurrió? Señorita Shirley.
La nombrada de inmediato se levantó de la silla y tomó su mano. —¡Que bueno que ya estés despierta! Nos diste un gran susto. ¿Cómo te encuentras?
—Algo mareada y con hambre.
—Descansa ¿si? Iré por Loretta para decirle que estás despierta.
Rum fue revisada e interrogada para saber su estado actual, Shirley se retiró para buscarle unas cosas ya que debía quedarse ahí hasta el día siguiente.
—Rum, necesitas alimentarte bien, descansar lo suficiente, hidratarte, estamos en temporadas donde cada vez hace más frío, se acerca el invierno. Te doy este frasco de vitaminas, te ayudará mucho a fortalecer tus defensas.
Le ofrecieron una comida ligera para que recobrara fuerzas, Shirley llegó con cositas para ella. —Te traje tu abrigo, unos libros para que te entretengas, tu peluche favorito. ¿Necesitas algo más?
—Estoy bien, muchas gracias por hacerme sentir cómoda.
—Por supuesto, Rum, Shirley se preocupa tanto por tu bienestar. Te dejo, mañana vengo por ti.
—Está bien.

Shirley la dejó, se puso su abrigo para sentirse más cálida, acomodó los libros sobre la mesita y se dispuso a leer uno de ellos con su peluche en medio. La historia era muy bonita y tranquila. —Esto es muy interesante. —Sus ojos brillaron con ilusión con lo que leía. —¡Que felicidad! Oh Dios mío. —Dijo mientras tomaba el libro y lo ponía contra su pecho.

Poco después recibió la visita de Emilico y Kate. —Buenas tardes Rum, nos dijeron que estabas enferma.
—Nos preocupaste mucho cuando nos contaron. —Comentó Emilico.
—Gracias por sus preocupaciones, me encuentro mejor. —Dijo mientras abrazaba su peluche de conejito. —Solo fue el cambio de estación.
—Ya veo, tienes que cuidarte más. No querrás perderte el baile. —Le aconsejó Kate.
—S-si, espero estar mejor pronto.
Emilico le abrazó fuerte, Rum correspondió ese cálido abrazo de su mejor amiga. —Soy feliz. —Pensó, pues todos se habían preocupado por ella. Le dejaron algunos obsequios de sus amigos, habían flores, cartitas de "mejórate pronto" y golosinas.

Al día siguiente Oliver estuvo temprano pues sabía que Shirley la vendría a buscar al rato y quería ver como se encontraba.
—Tienes visita. —Le avisa Eve a Rum.
—¿Si? Pero no estoy arreglada ¿Qué hago?
—No te preocupes, ven te ayudo un momento. —tomó un peine de su bolsillo y le retocó el cabello.
Eve al volver con Oliver le hizo pasar, el de inmediato se apersonó con energía ante Rum.
—Amada mía, Oliver quiere saber ¿te encuentras bien esta mañana?
—Si, bueno, tuve un poco de fiebre más temprano, pero estoy mejor.
—A Oliver le alegra saber eso. Ten te traje una rosa, la primera de la mañana.
Ella la toma viendo las pequeñas gotas de rocío sobre los suaves pétalos de apariencia de terciopelo.
—Es muy hermosa.
—No tanto como tú pequeña.
Ella sonrió con timidez y un leve sonrojo se hizo presente en sus mejillas, Oliver aprovechando que estaban solos besó su mejilla, ahora ambos estaban colorados, solo que a él no se le notaba.
Se despidió pues la vería más tarde cuando estuviese en la habitación, además Shirley venía con su ropa para ya irse de la sala de socorro.

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Continuará...

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