Compromiso
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Era el día siguiente luego de una noche algo ajetreada, Bárbara abrió los ojos y lo primero que vio fue a Anthony aún dormido, sonrió, y se quedó admirándolo hasta que se despertó, aún adormilado le deseó los buenos días eso la hizo feliz por lo que ella también correspondió el saludo. —Barbie de seguro estará preocupada.
—Bárbara hablará con ella más tarde.
Anthony se acercó a ella, había cero espacio personal, se puso algo nerviosa. —Di que me quieres, porque ya me gustabas desde hace un tiempo.
—No mientas, Anthony. —No creería a sus palabras, pero su mirada parecía sincera.
—No miento querida Bárbara. —El corazón de ella latía acelerado por la cercanía y sus palabras, un beso esperaba de su parte, Anthony viendo su inocencia no dudó en darle lo que ella quería, fue lento y tierno, se detuvo para mirarla, pedía por más. —Dulce Bárbara.
—Uno más y ya, Bárbara tiene que arreglarse para el desayuno. —Pidió y él no le negó otro beso. Luego se distanciaron. —No sabía que sería tan dulce lo que tanto ha esperado Bárbara.
Anthony se levantó al igual que ella luego la miró. —Hay más, pero no es de tu interés.
—¿A qué te refieres?
—Mira, mejor le decimos a Kate lo que planeamos y de ahí salimos a dar una vuelta al jardín pronto será Halloween y tendremos una pequeña fiesta.
Con eso alejó el tema de la cabeza de Bárbara, ella tomó su ropa para arreglarse.
Bárbara llegó feliz a su habitación en la cual estaba Barbie molesta esperándola. —No me diga que pasó la noche con él.
—Sucedieron tantas cosas en una sola noche que Bárbara no se lo cree. —Estaba flotando sobre nubes, Barbie la quería traer de vuelta a la tierra.
—Sabe que ese tipo es peligroso, ¿Dónde quedó su odio y repulsión hacia él?
—Aún lo tiene, Barbie, estos sentimientos negativos hacia él existen, pero también nacieron los de amor.
—Lo imaginé. —Barbie no confiaba en Anthony. —Espero que ese idiota no se haya sobrepasado con usted anoche.
—¿Sobrepasado con qué? Fue amable. —comentó mientras buscaba su vestido para tomar un baño, para Barbie su ama seguía siendo ingenua y ajena al mundo adulto. Estaría vigilando a Anthony, no confiaba en él, si llegaba a lastimarla no se iba a contener.
Sabiendo que Kate estaba aún en la habitación fue a hablar con ella, tocó y el que abrió fue John. —Anthony, pásale cuñado. —le agradeció por la invitación, Kate tomaba un té matutino para despertarse, le ofreció asiento.
—Buen día, tengo curiosidad. —Preguntó por Lira ya que la noche anterior Bárbara la corrió de la habitación y no supo más de ella.
—La envié a casa, obvio borré su memoria. —Anthony ahora sabía que ya no se encontraba en la mansión y le comentó que Bárbara le montó una escena de celos. —¿Bárbara?
—Pero si Bárbara te odia. —Comenta John, eso creía Anthony hasta que justo anoche ella le confesó lo que sentía.
—Por eso hermana, decidí comprometerme con ella. —Kate y John se miraron ¿funcionaría esa relación? —Solo déjenme intentarlo, no quiero que sufra, aunque fui el causante de su desgracia parte de su vida.
—Está bien, si hay una boda, estoy feliz de tenerla como cuñada.
Con el pasar de las horas algunos se enteraron de la relación de los dos, Edward no se lo creía, el psicópata con la sombra inútil, pronunció. Louise se encontraba en esa habitación visitando a Sara, por lo que comentó. —Era claro que Bárbara solo buscaba ser amada, pero Louise creyó que se fijaría en Christopher y no en Anthony. —Esto último con algo de desprecio, Anthony tenía una reputación no muy aceptable.
—Si ella es feliz con él no hay nada que hacer. —Comenta Mia mientras pone su taza de té sobre la mesa.
Louise solo venía por Sara y Mia, más allá con Edward siempre le guardó resentimiento, pero era interesante saber las opiniones de él. —Adivinen que.
Sara y Mia estaban tratando de adivinar. —¿Por fin dejarás de salir con ese humano?
—Mi señora, por favor.
—Ay Sara, Shaun y Louise se van a comprometer pronto.
Sara esperaba algo mejor, desde cuando Louise había caído tan bajo y prefería amar a un humano y no a una sombra como debía ser. Todo era permitido con Kate al mando.
Cuando Emilico y Patrick lo supieron fueron a buscarla para darle un obsequio, ella estaba algo avergonzada pues era el tema de toda la mansión. —¡Señorita Bárbara, felicidades!
—G-gracias, pero es algo sin importancia ¿no? —No comprendía por qué todos se sorprendían, es que nadie esperaba ese cambio en ella.
—Esto es un pequeño obsequio de nuestra parte. —Patrick le entrega una maceta con una planta que apenas crecía, rosas rojas para ser exactas, ella las tomó y agradeció.
—Eso quiere decir que serás la cuñada de Kate, ¿le darás sobrinos? —Patrick llamó la atención de Emilico por ser indiscreta. —Perdón.
—¿Es obligatorio tener hijos?
No era necesario, le dijeron, Emilico le ofreció a su pequeña hija, Bárbara ya se había acostumbrado a convivir con esos pequeños retoños, así que la acogió en sus brazos, Alessia era una pequeña muy alegre, pero, aunque le parecían la cosa más bonita del mundo sabía que criarlos era un trabajo muy duro y suficiente tenía con los niños del ala infantil.
Patrick le dio la bienvenida por enamorarse de un humano, aunque Anthony no era lo que tenían en mente para pareja de Bárbara.
En el jardín Anthony decidió citar a Barbie y a Christopher antes que Bárbara llegara, por obvias razones a la que le molestaba era a Barbie, él lo sabía así que lo entendía. —Tomaré por esposa a Bárbara, no espero que lo aceptes Barbie, pero al menos entiéndela.
—Christopher no tiene inconveniente, si quieren unir sus vidas.
—Mira Anthony, lo haré por ella, pero pobre de ti si la engañas o lastimas como en el pasado. —Sabía que Barbie por su ama haría cualquier cosa.
—Te prometo cuidarla.
Bárbara llegó al jardín con la maceta en sus manos, estuvo recibiendo pequeños presentes de varias personas. —Disculpen la tardanza, esto debí dejarlo en la habitación, pero pensé en llevarlo al invernadero.
Viendo que le pesaba Anthony se hizo cargo de la maceta y luego tomó la mano de su prometida.
Durante la noche la invitó a dormir nuevamente con él, había traído varias prendas de su habitación para poder arreglarse, un suave perfume, su peine de plata y demás cosas, Anthony tomó sus vestidos y los acomodó junto a sus zapatos dentro del armario, ella estaba tomando un baño para antes de dormir, cuando salió traía puesto su camisón, él la esperaba con un poco de té así que tomó asiento al igual que él.
—¿Está rico?
—Por supuesto. —Bárbara muy feliz tomaba su té mientras movía sus pies pues no alcanzaba el suelo, a Anthony le pareció tierna su actitud, por lo menos había calmado su corazón, pero surgió otra duda. —¿Si nos casamos entonces también tendremos hijos?
—No lo había pensado, no está en mis planes tener un descendiente.
Bárbara bajó la cabeza con algo de tristeza pues le parecían muy lindos y ya que se había presentado la oportunidad de tener un hijo luego de la boda quiso hablar el tema.
—No me lo tomes a mal Bárbara, pero prefiero cuidarte a que te enfrentes sola para traer al mundo un niño.
—Pero Kate tuvo uno, Emilico también, Lou tuvo dos e incluso Rum tiene. —Anthony le hizo ver que la labor de todas ellas había sido muy dura.
—Hay probabilidades de que lo logres o que fallezcas incluso el bebé también e imagino que no sabes cómo vienen al mundo los niños.
—Pues Bárbara nunca se lo ha cuestionado.
—Es mejor que lo ignores. —Anthony bebió su taza de té, no quería hablar de eso con ella, además era muy manipulable así que sabía cómo tratar con ella. —Mi hermana tiene un programa de adopciones, podemos omitir todo el proceso de creación y que nos den un niño en busca de una familia. —No era la mejor respuesta, pues ella ya había imaginado un niño igual a ellos, justo como los demás, todos sus hijos se parecían a sus dos padres, pero como hacían para que eso pasara.
—¿Cómo es que pasa?
—Pasa cuando dos personas se aman demasiado. —Su mirada era seria, ¿Cómo decirle todo a la pobre? ella esperaba por lo menos algo que la sacara de dudas.
—¿Algo más?
Con una pequeña muestra sería suficiente, se puso de pie y la cargó, luego la dejó sobre la cama y se aproximó a ella, lo suficiente para ponerla nerviosa. Notó como la mirada de Anthony recorría todo su cuerpo, un leve sonrojo se hizo presente en él por tener ese tipo de pensamientos con ella, besó sus labios de una manera tan diferente, era apasionado, a Bárbara le costaba un poco seguirle el ritmo a Anthony, incluso su corazón latía acelerado y su cuerpo se sentía diferente, de repente hacía mucho calor, se preguntaba que estaba pasando. —Anthony... —Dijo suavemente.
—Perdóname Bárbara. —Se detuvo y de inmediato se apartó de ella, estaba recuperando el aliento. —No estás lista para eso.
—¿Para qué, Anthony?
Prefirió alejarse de ella, solo dijo que saldría un rato, quedó confundida ¿Qué había pasado? Estaba ahora sola en la habitación, así que se sintió mal. —¿Bárbara es el problema? Puede soportar todo, hasta ahora nada le ha pasado. —Siempre había alguien que la protegía y salvaba de la muerte. Lloró en la soledad de la habitación volviendo a sentirse insuficiente como en el pasado.
Pasó una hora y media, él volvió a la habitación y la vio aún despierta. —Veo que aún no te has ido a dormir.
—Bárbara no tiene sueño. —Se levantó de la cama. —Creo que será mejor que regrese a mi pieza.
—No, Bárbara, tranquila, te puedes quedar aquí.
—Bárbara sigue siendo un problema para ti ¿no es así? pero también puede soportar todo. —Estaba convencida de poder darle un descendiente en el futuro.
—No es necesario, Christopher se preocupaba por tu salud y temo que incluso no resistas el crear una nueva vida, se requiere de toda tu energía.
Bárbara lo pensó un momento, si las cosas eran así lo aceptaría y no hablaría más del tema.
Anthony la obligó a acostarse, ella requería descansar y no quería presionarla, pero ella también quería ser como las demás. —Buenas noches, Bárbara.
Unos días más tarde Evelyn estaba probándose su vestido de novia frente al espejo. Bárbara ilusionada estaba sentada viendo un catálogo para novias con bellos vestidos. —¿No es hermoso? —Se dirigió a todas las presentes, Kate aplaudió.
—Serás una novia muy hermosa el día de la ceremonia.
Agradeció el cumplido, Emilico se encargaría de las flores de ese día, Louise miraba con felicidad a la futura novia, que por cierto hace poco había recibido su anillo de compromiso, así que ella sería la siguiente en casarse y por último Bárbara, esta última estaba esperando la propuesta oficial.
Eve le hacía unos ajustes, el vestido había sido confeccionado por Rum y Shirley, ambas se pusieron manos a la obra cuando recibieron tan importante pedido ya que además la paga era muy buena.
—Recuerdo mi boda con Ricky, fue adorable. —Sonrió al hacer memoria, la fiesta estuvo muy bien elaborada y esta tendría una temática otoño-invierno.
La habitación de ellos estaría lista para su nueva vida juntos, todas las pertenencias de los dos estarían acomodadas días antes de la boda.
En ese mismo instante, algunos estaban reunidos en una sala para jugar junto a Gilbert y Gil, solo para pasar el rato y platicar sobre la vida de casados, John le hizo una pregunta algo íntima. —¿Entonces si planean consumar su matrimonio?
—Por supuesto, ya lo hablamos, aunque para mi es algo sin mucha importancia.
Para muchas de las sombras eso era un tema desconocido o no tenían la necesidad como pasaba con los humanos.
Anthony estaba junto a su sobrina enseñándole a jugar cartas. —A ver ¿Cuánto es tu apuesta? —Hope tomó varias fichas y las colocó sobre la mesa, pero al ser pequeña Anthony tomaba ventaja de que no supiera el valor de cada carta así que él siempre "ganaba" —Volví a ganar ¿me darás tu cachorro de madera?
—¡No! —Tiró las cartas al aire al igual que las fichas, cansada de perder contra su tío, además había perdido la mitad de sus juguetes.
—Que carácter. —Estaba sorprendido por la actitud de ella, se bajó de la mesa de juego y fue corriendo a la mesa de su padre buscando refugio pues estaba triste de perder sus juguetes favoritos.
Patrick sostenía a Alessia la cual ya había roto algunas cartas, por si fuera poco, ya no tenía más que apostar. —Patrick está fuera.
Ricky sonrió pues él si había tenido un buen juego. —Mis hijos me dan la suerte hoy, poder doble.
Shaun aún seguía en la jugada. —Viendo que la boda de Evelyn y Gilbert se acerca, Louise y yo la tendremos en abril. —Todos miraron a Anthony pues él también debía planear su boda con Bárbara.
—Nosotros lo planearemos con calma, además falta que lleguen los anillos. —El anillo de compromiso de Bárbara tendría una rosa de zafiro, todos estaban planeando sus bodas.
El olvidado de Oliver tenía que escuchar a todos hablando de sus matrimonios futuros, ocultaba a Anna sus sentimientos para no hacerla infeliz, pues aún pensaba en la dulce Rum y añoraba ver sus hermosos ojos soñadores, solía mantenerse ocupado reparando las cosas, remodelando lugares y pensando inventos para beneficiar la mansión, todo para no pensarla, pero era algo imposible pues escuchaba el eco de su suave voz resonando en su memoria.
Rum por su parte criaba a su hijo y trabajaba para mantenerlo, Shirley era la que se encargaba de limpiar la casa y decorarla, afuera tenían un arco y un camino de piedras, y poco a poco habían mandado a poner unas cercas rodeando su territorio.
Hoy día estaba Rum y Theo de compras para la cena, algunas mujeres se acercaban al coche solo para verlo y decir que estaba muy bonito y bien cuidado.
Justo en ese momento mientras ella estaba viendo unas cosas, entra a la tienda la madre de Vincent, aún para ser vecinos no tenía mucho tiempo para andar de casa en casa y reconoció esa silueta, palideció al ver a Rum pues a quien conoció fue a Shirley, primeramente. —¡Eres tú! —Señaló a Rum la cual volteó pues no la conocía.
—¿Y-yo? —el rubor de sus mejillas se hizo más intenso pues en verdad no le gustaba involucrarse con personas y menos si no las conocía.
—Shirley. —Dijo el nombre, Rum correspondió y preguntó con timidez si quería algo, así que dijo que era la madre de Vincent y Rum entendió que posiblemente Shirley ya había pisado la casa de la familia de él.
Tuvo que aclarar todo luego de hacer las compras, las dos estaban sentadas en una banca. —Así que tú eras la muchacha que iba a ser la novia de mi hijo.
—Una disculpa, nunca fue mi intención casarme con Vincent pues sé que se vería mal aceptar a una persona y criar un hijo que no es suyo, además estoy bien con mi hijo.
Ella lo entendió, al menos era responsable y se había esforzado por sacar adelante a su hijo. —Lo siento tanto.
—No se preocupe.
—Mi hijo está enamorado de Shirley, pero yo no permito esa relación.
Ahora sabía por qué desde hacía tiempo Shirley había estado algo desanimada y casi que no quería estar con Vincent. —Está bien, sé que es algo nuevo para usted la existencia de Shirley, pero al menos puede considerar conocerla, tienen muchas virtudes y la vida no ha sido muy amable con ella, yo siempre la he querido desde que era una niña, puede usted intentarlo también, ella es muy dulce y divertida.
Rum debía irse ya, además Theo ya estaba ansioso por llegar a casa y tomar una siesta, ella se despidió. Además de que solía tener miedo pues su hijo ya había despertado su otra mitad hacía una semana atrás.
El día de la boda llegó, muy temprano hubo movimiento pues la comida debía empezar a prepararse para el desayuno y luego para el banquete de la boda, la ceremonia sería en una sala y la fiesta afuera. Evelyn estaba un poco nerviosa. —Estoy muy feliz por usted. —Eve le tendió su bata para que se cubriera.
—Muchas gracias.
El vestido estaba esperando ser estrenado, Eve se hizo cargo de preparar todo para ella, tomaron el desayuno juntas pues luego tendría que pasar arreglándose parte del día.
Patrick venía caminando a su habitación ya que estuvo con su hija atendiéndola hasta que se quedó dormida, entró y miró a la encargada de preparar el ramo igual que Alessia. Emilico se esforzaba por hacer su trabajo como madre, ayudante y maestra, se acercó a la cama y tomó a los dos gatos pues debía alimentarlos, aunque luego se irían al comedor a pedir comida. —Ustedes dos si son hambrientos. Vamos a desayunar.
Luego de un rato Emilico se despertó y recordó que debía preparar el ramo, su cuerpo quería aún quedarse en cama, Patrick entró a la habitación y le deseó los buenos días.
—Amor ¿es tarde?
—Tenemos tiempo. —Viéndola algo preocupada se acercó y se sentó en la cama, ella preguntó por la niña. —No te preocupes, Patrick se hizo cargo, además su niñera se ocupará de ella y nosotros tendremos...
Ella sonrió tímidamente. —¿Nuestro tiempo a solas? —Asintió pues mientras era aún temprano no había que desaprovechar el momento.
Patrick la miró con deseo, se acercó a ella para besarla con pasión y demostrarle su amor, con su mano la acarició por encima de ropa, Emilico disfrutaba las caricias de su esposo, le encantaba recorrer sus fuertes brazos y pasar sus delicadas manos sobre su pecho y llegar a los botones para desabrocharlos.
Se miraron un momento él pudo notar ese rubor encantador en sus mejillas, Patrick retiró la parte inferior y la dejó a un lado, luego se quitó su ropa de dormir por completo y siguió con su trabajo de complacer a su esposa. Disfrutaba verla retorcer de placer, ahogaba leves gemidos, se aferraba de las sábanas. —Patrick... —Pronunció su nombre, él sabía que estaba haciendo un excelente trabajo. La temperatura había subido por lo que Emilico terminó por quitarse el resto de la prenda con la ayuda de Patrick.
No la dejó de admirar. —Emilico, Patrick te ama tanto. —Ella sonrió y le pidió que se lo siguiera demostrando con hechos, obedeció a su petición, era lo que más deseaba en ese momento, estaban muy juntos, podían sentir la respiración uno del otro, ella lo abrazó y de a poco fue enterrando sus uñas lastimándolo, pero a él no le importaba, solo quería disfrutar con ella aquella mañana.
Se quedaron descansando un rato, irían a desayunar al rato, Patrick era muy delicado con ella que reposaba sobre su pecho, podían quedarse todo el día ahí si no fuera por las responsabilidades que tenían. Se levantaron pues pronto llegarían a limpiar así que ambos miraron la cama desordenada. —¡Qué vergüenza!
—Si, no te preocupes Emilico, quitamos las sábanas y asunto arreglado. —Ambos se encargaron de quitarlas y enviarlas a la lavandería de la casa, solo que ella estaba más apenada pues iba algo húmeda.
—Es culpa tuya Patrick.
—Bien pero no vas a negar que Patrick hace un buen trabajo.
—¡Patrick, por favor! —Emilico tomó su ropa y se metió al baño, esperaba que el agua bajara su temperatura ya que sus mejillas estaban más ruborizadas de lo normal, Patrick tomó su pijama y se la volvió a poner justo tocaron a su puerta y él dejó ingresar a su doncella para que limpiara.
—Buen día mi señor, Patrick.
Patrick estaba un tanto nervioso y de igual forma saludó, solo dijo que estaría en el baño así que la dejó sola en la habitación.
Elaine borró su sonrisa, odiaba tener que servirles a las sombras, pero por ella su familia se sostenía así que lo soportaba y odiaba tener a Lou en medio con sus hijos. Barrió el piso, sacudió los muebles y luego miró la cama sin sábanas, era casi inusual pero sabía perfectamente lo que había ocurrido, colocó unas nuevas y asunto arreglado. —Que asqueroso, una sombra y una humana. Si, por eso permití que a su amado hijito se lo llevaran esos hombres. —Esperaba que se hubiesen deshecho del pequeño.
Al terminar, se retiró dejando todo en orden pues no quería verlos.
Mucho más tarde se estaba preparando todo, Kate llegó al lugar para hablar con Edward sobre la música y que en esta ocasión quién daría todo el discurso matrimonial sería Christopher. —¡¿Cómo?! Me he ocupado de esto desde que tú te casaste, Kate.
—Lo sé, pero solo será por esta vez ¿sí?
Edward solo se encargaría de la melodía, pues la chica que se encargaba de tocar mientras entraba la novia se había lastimado accidentalmente una mano.
Barbie estaba eligiendo su vestido cuando a su puerta tocó Bárbara. —Adelante.
Ella siguió. —¿Aún no has terminado de elegir? —Barbie comentó que estaría lista en un momento, ella miró el cuerpo de Barbie, era tan adorable y estaba en forma, si se comparaba estaba igual a ella, la ayudó a ajustar un poco el corset, no necesitaba dejarla sin respirar pues Barbie tenía una linda cintura. —Listo Barbie. —Bárbara escogió un vestido muy bonito para ella.
—Muchas gracias, este es precioso.
Bárbara quería hablar sobre lo de Anthony. —Barbie, ¿aún estás molesta por la decisión tomada?
La mencionada dirigió su mirada a ella y negó. —Es solo que temo que la vuelva a lastimar.
—Bárbara estará bien. —Pareciera que la que iba a contraer matrimonio era ella, pero para eso faltaban unos meses. Levantó su mano y dijo. —¿No te parece bonito el anillo?
—Si. —Ella mejor que nadie podía sentir la alegría de Bárbara, ya que hace unos días Anthony pidió su mano oficialmente. —¿No será que usted ve en él a Christopher?
—No, sé que Christopher está muerto, es solo que me fui enamorando de Anthony, aún siento desprecio y lo detesto, pero Christopher fue quién lo salvó y pasar el tiempo con él hizo que Bárbara se sintiera atraída ¿Bárbara hizo mal?
—No lo sé, pero si así lo quiso usted tiene mi apoyo.
Ambas luego abandonaron la habitación pues debían ir con la novia para brindarle apoyo.
La pobre Evelyn estaba en su habitación llorando pues estaba nerviosa y muy sensible. Eve le estaba preparando un té de rosas para calmarla, Emilico le pasó un pañuelo, por fortuna quien estaba maquillada era Eve si no ya se le hubiese corrido toda la pintura del rostro por llorar. —No llore señorita Evelyn todo está bien.
—Disculpen es solo un poco de emoción. —En realidad estaba mintiendo, se secó las lágrimas para no preocupar a las chicas, en eso tocan a su puerta y ella les avisa que puede pasar.
Bárbara y Barbie entraron, la primera traía un obsequio para que Evelyn usara en el evento, se acercó y se lo ofreció, recibió el agradecimiento de su parte, al abrirlo, miró una pulsera muy bonita con pequeñas piedras preciosas. —Puedes usarlo hoy si lo deseas.
—Está hermosa, claro que lo usará. —Con toda la felicidad del mundo acercó a Bárbara y luego a Louise pues ya que eran las próximas en contraer matrimonio le bendijo a cada una, para ambas era muy importante y más para Bárbara pues pensó que ese día nunca llegaría por que la persona que amaba había dejado este mundo. Evelyn les dio un abrazo a las dos.
El clima estaba agradable para la boda, todos los sirvientes estaban de un lado al otro para darle los últimos retoques, Anthony llegó junto a Christopher, este último ya tenía su discurso preparado, Edward los miró con desprecio, cómo era posible que ese engreído era el sucesor, los detestaba a los tres, Kate, Anthony y Christopher, al menos el que conoció ya no vivía más.
Kate preguntó por Bárbara. —Supongo que irás con ella ¿no?
—Por supuesto, hermana. —Ella había apartado ya sus asientos pues Bárbara no podía estar sin Barbie. —Iré por ellas en un rato.
Emilico había dejado el ramo en la habitación pues Hope y su hija Alessia habían formado una pequeña pelea entre ellas por unos juguetes y ahora las traía consigo a las dos llorando. Se sentó con ambas en un sofá. —No peleen, ustedes deben llevarse bien. —Suspiró pues ninguna aún podía pedirse perdón y reconciliarse, bueno quizás cuando se les pasara todo el enojo lo olvidarían. Se las ingenió para calmarlas y les demostró que podían compartir y jugar ya que ella tomó el control.
Lou llegó para ayudarla. —¿Estás bien, puedo ayudarte?
—Muchas gracias, Lou, al menos ya no lloran, tengo la muñeca de Hope como marioneta y el resto de los juguetes guardados en la bolsa. —Su habilidad era de gran ayuda haciendo que la muñeca cobrara vida en sus manos, las niñas creían en verdad que podía hablar.
—Qué bueno. —Lou también dejó a Courtney sentada sobre la silla, esta apenas y podía hacerlo pues era más pequeña que Alessia y Hope las cuales ya lo hacía.
Con todo eso, Hope se bajó del sofá, Alessia al ver que ella si podía desplazarse a donde quisiera, la trató de imitar, pero solo perdió el equilibrio, las dos rieron al verla, no faltaba mucho para que creciera y pudiera caminar por el lugar. —Iré con Ricky, Emilico ¿vienes?
—Si. —Ambas tomaron a sus hijas, Emilico se adelantó pues Hope ya les llevaba la delantera. —Ese no es el camino.
—Quiedo a Mami. —Con su lindo vestido rosa iba tras su madre, pero hubo cambio de planes y se la llevaron por otro camino tomada de la mano.
Los chicos estaban reunidos festejando antes de la boda. —Gilbert es afortunado hoy día, se casa con una de las mujeres más hermosas de la mansión. —Todas y cada unas de las integrantes de la casa poseían belleza y cualidades únicas. Muchos admiraban a Evelyn y él se la había quedado, ellos decidieron unir sus vidas y hoy era el día más importante de sus vidas.
John hizo un brindis por la felicidad de ellos dos, todos alzaron sus copas, Ricky bebió su copa y con su otro brazo sostenía a Cornelius, Gilbert miró a su segundo paciente sorpresa. —Este pequeño también encontrará un amor maravilloso, de eso no tiene dudas Gilbert.
Ricky agradeció, luego le pasó a su hijo a Patrick pues estaría un momento en el baño, su amo lo sostuvo, era tan tierno ver al hijo de Ricky con las mejillas rosadas y cargaba esos mismos ojos azul cielo, tanto Courtney como Alessia los tenían.
Patrick hizo una pregunta —Gilbert, ¿ustedes tendrán hijos?
Él negó pues no era lo que buscaban, solo querían estar juntos como pareja y nada más. —Si Gil los quiere tener con Eve, nosotros estaremos felices de que ellos puedan tenerlos.
Douglas mencionó a su ex. —Estaba comprometido con Sara, pero ella prefirió romper nuestra petición y hacérsela al maldito de Edward. —Solo él sabía el resto, de que Edward solo la utilizaba para beneficio y aunque ahora estuvieran juntos él mostraba cero interés por ella y nada más.
Benjamín comentó que era un poco difícil ver a la chica de tus sueños y no poder estar a su lado.
John algo interesado preguntó. —¿A Benjamin le gusta alguien? —Negó, pero en realidad había alguien que le había llamado la atención hace rato, solo que no estaba disponible y se arrepentía por haberla impulsado a aceptar a alguien quién en principio ella tenía dudas en si entregarle su corazón o no.
Lou y Emilico ingresaron luego de tocar la puerta, ella soltó la mano de Hope pues la niña al ver a su padre corrió hacia él, John sorprendido de ver a su princesa la recibió con sus brazos abiertos, mirando el lindo atuendo que cargaba.
Emilico y Lou se acercaron saludando a todos, para ir con Patrick. —¿Y Ricky?
—En el baño, no debe tardar. —Patrick elogió a las niñas con sus encantadores vestidos para la fiesta. —Y ustedes dos se ven muy hermosas. —Ellas sonrieron por el cumplido.
Los demás también notaron lo bonitas que estaban, ambas se sonrojaron por las lindas palabras de ellos, luego llegó Ricky algo perdido pero listo y luego miró a su esposa en la habitación. —Ricky, traje la niña, pronto nos tendremos que ir para adelantarnos.
—Si. —Sonrió y tomó su mano para llevarla a tomar asiento. —Están ustedes muy guapas.
—Gracias, si vieras a Evelyn, es un sueño, todas en su día lucen muy esplendorosas.
—No hay duda de eso, tu igual estabas deslumbrante, incluso ahora para mí lo eres.
Anthony tocó a la puerta pues venía por Bárbara y Barbie, Eve abrió y con algo de nerviosismo le atendió. —Por favor dile a mi prometida y a Barbie que vine por ellas.
—Si, señor.
—En un rato las veremos en el lugar de la ceremonia.
Eve cerró la puerta y les avisó a las dos que debían ir con Anthony, ellas se levantaron del asiento y se dirigieron con él.
—Vamos hermosas damas, pronto debería comenzar la boda.
Bárbara parecía embobada con las palabras de él, mientras Barbie sentía pena por su ama, conociendo a Anthony no podía esperar nada bueno de él.
Todos fueron reuniéndose, el novio llegó, todos estaban en sus asientos, la boda pronto iniciaría.
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Continuará...
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Muchas gracias por leer, hasta la próxima.
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