Mal Sueño Pt 2.
Pov Jeongyeon
— Nayeon...
Sus ojos cambiaron de una confusión a ilusión, pero luego solo se volvieron fríos.
— ¡¿No que estabas muerta?! ¡Voy a matar a esa hija de puta Son!.- Nayeon estaba enojada, se veía en sus labios que temblaban.
— Vamos a hablar al baño ¿Vale? No quiero escándalos en mi trabajo.- Arrastré a Nayeon hacia el baño, fue algo difícil ya que su fuerza había incrementado con el alcohol en la fiesta.
El baño estaba bastante limpio, lo cual agradecí a los de servicios. Miré a Nayeon que solo seguía tirando pestes de Chaeyoung y Mina. Tomé su rostro entre mis manos y miré sus ojos fijamente.
— Ellas no tuvieron la culpa, yo les dije que te dijeran de mí supuesta muerte.- Sus ojos me mostraron esa ilusión nuevamente.— No les hagas nada, Nayeon. Por favor.
Ella se separó de mi y nos miramos fijamente sin decir nada, las palabras eran algo que no podían describir los sentimientos que teníamos ambas en el pecho. Ahí confirmé que nunca olvidaría a Nayeon, jamás en mi vida lo haría.
— Te extrañé mucho Jeongyeon.
— No parecía Nayeon, me abandonaste y buscaste tu mejor reemplazo, alguien con pene. Estuve 1 año en la cárcel pensando en alguien que se acostaba con otra persona, encima toda mi vida la tiene un empresario que mandó a que me encerraran en una celda de castigo más brutal.- Quería llorar, recordar esas horas gritando por ayuda y que lo único que me salvó, fue el poder de Hwasa, era doloroso.
— ¡Ese hijo de puta!.- Nayeon mordió su pulgar.— Él me obligó a decirle todo, no sabía que te iba a hacer algo tan repulsivo.
— Nunca tuviste que hacer eso, aunque te amenazaran, Nayeon.- Me acerqué a ella y levanté mi camisa, mostrando mis a cuchilladas y moretones.— Todo esto, fue por culpa de esa traición.
— Sé que no hay manera de pedirte perdón amo-
— No me digas amor, la única que puede decirme así es Soyeon.- Me daba náuseas escuchar ese sobrenombre en sus labios.
Sus ojos temblaron y pasaron de tristeza a furia en un instante.
— ¿Tienes una novia? Claro, como tienes pene, todas te creen exótica.- Estaba comenzando a decir estupideces.— Seguro que esa tipa solo te quiere por el sexo y-
— ¿Tú no? ¿No sólo me querías porque tenía un pene gigante?.- Estaba furiosa, no todas son así, no todas son como Nayeon que no hizo nada por mi en estos años y tiene el descaro de reclamar. Bajé mi cierre del pantalón y saqué mi miembro flácido.— Mira, aquí está lo único que amas de mi. Mi pene es lo único que quisiste de mi, admítelo.
— Te amo Jeongyeon, te amo como nunca voy a amar a alguien en mi vida.- Se acercó a mi y tocó mi pecho.— Sé que soy una imbécil, una tarada que no fue a por ti apenas pudo pero... Tenía tanto miedo de todo, Jihyo me traicionó y ya no tengo alguien con quien compartir mis penas... No sé en quién confiar.
— Sé que fue difícil pero porque... ¿POR QUÉ ME DEJASTE SOLA TODO ESTE TIEMPO?.- Mis ojos eran una fuente, ya no podía soportar el dolor de no tenerla a mi lado.— Te amé tanto... Tanto que deje de amarme a mi, creí que sería suficiente pero no fue así. Nada salió bien y ahora me siento tan sola...
— Vuelve conmigo a la mansión, prometo hacerte la esposa más feliz de esta vida. Abandona todo... Por favor, quiero ser tuya Jeongyeon.- Su mano tocando la mía, la extrañaba mucho.
— No puedo.
— ¿No puedes? ¿P-Porqué?.- Nayeon tomó mi rostro en sus manos y me miró fijamente.
— No confío en ti, Nayeon. No quiero volver a confiar en ti, porque cuando lo hice me mandaste al infierno. Si sigo aquí fue porque Mina Y Chaeyoung me ayudaron con mis conflictos mentales y me fueron a visitar cuando podían. Tú no hiciste nada.- Iba a acomodar mi pantalón pero la mano de Nayeon tocó la mía.
— Yo... Prometo que cambiaré Jeongyeon, en serio que no quiero estar sin ti, sabiendo que ahora mismo estás viva y amandome. Tengamos una familia, un pequeño bebé y una casa enorme donde podamos pasar nuestros días juntas.- Nayeon se acercó más a mi rostro y sentí su respiración en mis labios.— Cásate conmigo Jeongyeon, seamos una pero déjame estar a tu lado.
Yo iba a pronunciar una palabra cuando los labios de Nayeon se estrellaron con los míos. Esa sensación cálida era algo que no había olvidado en casi dos años.
No supe cuando ni cómo pero fui recorriendo su cuerpo con mis labios, sus ropas cayeron al suelo al igual que las mías. En un instante, estaba sentada en un escusado mientras Nayeon me besaba con cariño, con anhelo y sobretodo, necesidad.
— Te amo mucho Jeongyeon.- Nayeon estaba feliz, sus ojos se veían iluminados y eso me hizo reír un poco. Tomé su cintura, dándole un punto donde apoyarse y se sentó en mi miembro erecto.
Ambas soltamos un gemido pero no duró mucho ya que nos fundimos en un beso pasional. No fue un beso francés, solo un beso de labio tranquilo.
Parecía que ambas éramos vírgenes, Nayeon no se movía por nada del mundo y solo tocábamos nuestros cuerpos con ganas de seguir sintiéndonos.
— V-Voy a moverme.- Susurré en su oído, ella solo asintió y se apoyó en mi hombro, moví su cintura en círculos mientras yo levantaba un poco mi entrepierna. La sensación de estar en ella era algo que no pensé que iba a extrañar hasta que lo sentí de nuevo.
Nayeon no paraba de besarme y yo, de corresponderle. Ambas estábamos teniendo el contacto que habíamos deseado por año y medio. Ambas nos separamos y Nayeon acarició mi mejilla.
— Te amo mucho, Jeongyeon. Te amo demasiado.- Su cadera se movió un poco y solté un suave jadeo.— Lamento no ir a por ti, lamento hacerte daño yéndome con el primer hombre que me trató bien, lamento ser... T-Todo lo que o-odias en una persona.- Nayeon comenzó a llorar y yo limpiaba sus lágrimas con mis dedos como podía. A veces era algo testaruda, necia y terca pero seguía siendo la única mujer que he amado.
— Tranquila...- Susurré. Ella volvió a abrazarme y acaricié su espalda con mis dedos. La bulla del bar había incrementado por lo que supuse que ya estaban en la hora loca, no era momento de unos tragos finos, yo no era necesaria mi presencia.
Ambas nos abrazamos unos minutos, no decíamos nada porque sentía su calor y ella el mío. No era sexo duro y sin sentimientos, estábamos haciendo el amor.
Nayeon comenzó a mover sus caderas lentamente mientras yo la seguía como podía. Sus labios nunca se separaron de los míos, seguíamos besándonos y haciendo el amor. Sus senos se pegaron a los míos y se comenzó a mover mucho más rápido.
No pude aguantar mucho tiempo, me vine en ella, besandola un poco más intensa debido a que no podía soltar un jadeo fuerte. Nayeon también gimió pero lo retuvo en mis labios.
En mi vida había disfrutado tanto de algo sexual como esta ocasión. Sentía que ambas nos volvimos una por un momento. Nayeon estaba sonrojada y sin sacarme de su interior, me volvió a besar.
— Te amo.- Susurró y descansó su cuerpo en el mio.
— Yo también.- Suspiré y levanté su cuerpo. Por más que quisiera seguir con ella encima, no podíamos olvidar que estábamos en el baño de un bar.
Cómo pude la vestí, sus ropas eran algo sencillas por lo que fue relativamente fácil. Cuando ambas estuvimos vestidas, salí por la puerta de servicio, dispuesta a encontrar a la jefa, aunque no fue necesario ya que ella me encontró a mi.
— Ah... Pensé que te habías ido a pelear con ella... No nos convenía que te pelearas con la mafiosa más grande de Corea.- La señora Kang sonrió y pasó por mi lado.— Puedes llevarla a su casa ¿Por favor?
— La llevaré a mi departamento, está cerca de aquí.- La señora asintió y yo salí del local con una cansada Nayeon en mis brazos.
Las calles estaban aún más vacías que en la mañana, eso lo agradecía pero también era extraño y algo aterrador.
Mi departamento aún tenía una luz, por lo que supuse que Soyeon seguía estudiando o esperándome. Saqué mi celular y eran las 12 de la noche, más temprano de lo que planeaba regresar.
— Hola unnie.- Soyeon tomó mi saco pero se sobresaltó al ver el cuerpo de Nayeon siendo cargado.— ¿E-Esa es...?
— Miss Bunny, si, es ella.- Quise reír por su cara pero tuve que estar seria.— Ella dormirá hoy aquí, estuvo algo borracha y pues, no terminó muy bien.
— ¿Estás segura que quieres que esté aquí, unnie?.- Soyeon sabía lo que pasó con ella, por lo que entendía esa duda inocente.
— Si, te dije que pese a todo, le guardo un cariño intenso.- Nayeon se acurrucó en mi pecho y sonreí levemente.— Vamos a mi habitación, la arroparé mientras me cuentas tu día.
Soyeon me siguió, hablando y exagerando todo lo que le había pasado hoy. Reía, a veces se ponía sería, luego saltaba y era una rutina, me encantaba escucharla tan emocionada de estudiar.
Esta escena me hizo pensar en lo que dijo Nayeon, hacer una familia con ella, olvidándonos de todo.
Besé la frente de Nayeon y sonreí mirándola.— A veces no se porque la quiero tanto, Soyeon. Simplemente me enamoré de ella.
— Es entendible unnie.- Soyeon me abrazó y yo le correspondi.— Siempre vas a tener mi apoyo, pese a todo.
— Gracias Soyeon.- Besé su frente y me separé de ella.— Ve a dormir, mañana tienes clases temprano.
Soyeon salió casi corriendo de la habitación, haciéndome reír un poco. Cuando las luces del departamento se apagaron, fui directamente al closet y saqué mi pijama.
Mañana tenía trabajo en la tarde, así que no tenía mucha prisa por dormir.
Me acomodé con la pijama e iba a salir de la habitación cuando el suave movimiento de Nayeon me hizo sobresaltar.
— Duerme conmigo, Jeongyeon.- Sus ojos adormilados me hicieron dudar de mis convicciones pero solo mordí mi labio inferior y la miré.
— Descansa Nayeon, mañana tienes que irte temprano para tus negocios.- Volví a intentar salir cuando los pasos de Nayeon me detuvieron.— Nay-
— Me vale una mierda mi trabajo, Jeongyeon. Te abandoné porque quería más dinero pero... Todos estos meses sin verte y con dinero, no se comparan cuando te beso o siento tus ojos sobre mí.- No pensé que me podía sentir tan sola.
Suspiré y me acosté a su lado, ella sonrió y se acercó más a mi, tratando de quedarse en mi pecho. No tuve más opción que arroparla con mi cuerpo.
Fue, de lejos, una noche tranquila.
[°]
Al día siguiente, mi alarma sonó temprano. Iba a levantarme pero la manos de Nayeon apresaba mi pecho y sus piernas estaban enredadas en las mías.
— Nay... Nay...- Susurré en su oido, ella comenzó a moverse un poco por lo que seguí llamándola.
— ¿Qué pasa amor?.- Murmuró suavemente, no quería decir que no me diga así, por lo que solo ignoré ese tema y acaricié su rostro.
— Tengo que hacerle el desayuno a Soyeon, tengo que levantarme.- Nayeon se abrazó más a mi cuello por lo que solo suspiré y traté de levantarme.
— ¿No puede hacerlo ella?.- Su voz somnolienta era linda, casi me ganan las ansias de quedarme a dormir con ella.
— Lo puede hacer pero yo siempre lo preparo y comemos juntas.- Nayeon abrió un ojo y me besó, no me negué pero tampoco podía quedarme a tener sexo.
— Uhm... Está bien, te acompaño.- Nayeon acarició mi mejilla y sonreí levemente.
— Gracias.
...
— Vaya, leche con sándwiches de jamón. Es de lejos, lo más rico que preparaste unnie.- Soyeon comía rápidamente sin dejar de mirar de reojo a Nayeon, que tomaba mi mano por debajo de la mesa.
— Come todo lo que puedas, Soyeon. Hoy llegaré aún más tarde por el trabajo.- Soyeon asintió y Nayeon me miró algo curiosa.— Trabajo en el bar donde nos encontramos ayer, pagan muy bien.
— Me imaginé que volverías a tu empleo de banquera, Yonie.- Soyeon alzó la cabeza para mirarme.
— Aún si quisiera, no podría por mi antecedente policial. Además el bar está cerca de casa y Soyeon puede asistir a su clases con facilidad.
Terminamos nuestra comida y Soyeon salió casi corriendo del departamento, por lo que empecé a barrer y a arreglar todo. Nayeon tomó mi mano cuando iba a recoger uno de los cojines, la miré esperando su pregunta.
— ¿Te puedo ayudar en algo?.- Yo asentí y señalé la mesa.
— Llévalos a la cocina por favor, yo los lavaré en un rato.- Ella asintió y empezó a llevar los platos a la cocina. Generalmente aprovechaba el día para comprar insumos pero no quería dejar sola a Nayeon ni tampoco quería salir con ella.
Terminé de barrer y limpié mi frente de mis cabellos que cayeron, tapandome la vista. Vi que Nayeon estaba limpiando y secando todos los cubiertos y platos, algo que nunca esperaría de la anterior Nayeon que tenía bastantes asistentes que le hacían la vida muy fácil.
Me acerqué a ella y la abracé por la espalda, ella sonrió levemente y me tocó la mejilla con la espuma del limpiador.
— ¿Quieres terminar de lavar? Pues no te voy a dejar, ya casi termino.- comencé a darle pequeños besos en su cuello pero ella solo se reía, lo cual se me hizo aún más raro.
— ¿No quieres tener sexo?.- Pensé que eso buscaba y si le daba eso, se iría. Ella solo negó y secó sus manos.
— Quiero hacer las cosas bien, ahora que tienes a una pequeña en tu tutoría, no puedo pasarme de pervertida.- Sonreí levemente y la abracé aún más fuerte.— Iremos a comprar cosas ¿Verdad? Aún faltan cosas para preparar el almuerzo.
— Creí que te irías con tu mafia.- Susurre y ella sonrió de una manera coqueta, cosa que me hizo sonrojar.
— ¿Chaeyoung no te lo dijo? Le pasé el poder a ella, ahora ella se encarga de todo con su esposa y su bebé. Ya no quería seguir ahí así que, ya no tengo una mafia.- Me emocioné aún más.— En serio quiero intentarlo contigo, Jeongyeon. Esta noche fue la única que dormí tranquila en meses. Te extrañé demasiado.
— Te daré la oportunidad, Nay.- Nos fundimos en un lindo beso.
3/7
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