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Eres Linda.

Pov Jeongyeon.

La cabeza me dolía a mares.

No podía moverme, no quería hacerlo pese a que quería hablar con Nayeon y contarle lo que vi.

La pierna, mi brazo... Mi cara. Lo recuerdo todo.

Pese a todo, me alegra no haber dicho nada. Aún podía seguir estando en el departamento con Nayeon.

Quise sonreír pero todo me dolía.

- Hey Jeong, despierta.- Esa voz... Era de Chaeyoung.- Sabes que tienes que hablar con la jefa. Está bastante preocupada, ahora mismo está buscando a Kim Dahyun y la quiere destripar.

- C-Chaeyoung...- Apenas pude decir esa frase, sentí las manos frías de Son en mi cara y suspiré, al menos me escuchó.

- Vaya, ya era hora, han pasado 8 horas desde que te encontramos casi muerta.- Moví mi mano izquierda, ya que estaba medianamente sana.- Te ayudaré a comer ¿Tienes hambre?

- N-No... S-Solo qu-quiero hablar... Con... Nay.- Apenas podía hablar por la vendas y el dolor en mi pecho, los golpes que Dahyun me dio cuando estaba media inconsciente dieron sus frutos.

- Muy bien Romeo, te traeré a Julieta. Pero si tienes hambre sólo dime, iré a prepararte algo.- Chaeyoung iba a levantarse pero tomé su mano, quería agradecerle.

- G-Gracias Chae... Young.- Sentí una suave caricia en mi mano, y luego se fue. El silencio me daba bastante curiosidad pero el sonido de la leña me hacía tranquilizarme como un niño con una canción de cuna.

[°]

POV Nayeon.

Los vinos añejos que teníamos en la bodega estaban deliciosa. Jihyo no se había ido, inclusive habló un rato con Tzuyu pero no sé nada de esa conversación y creo que no me incumbe.

- Ah, hace mucho que una noche no me parecía tan aburrida.- Moví la copa en mis dedos y suspiré, quería matar a Dahyun o a alguien.

- Nayeon, adivina que... Jeongyeon está preguntando por ti.- Tiré la copa al escuchar eso, no pensé que iba a tener a Jeongyeon hablando tan pronto. Salí corriendo ante los gritos de Chaeyoung, no necesitaba hablar con ella, sino con Jeongyeon.

Llegué al lugar, Jeong se había sentado en el sofá y trataba de moverse para quitarse la vendas que enredaban sus manos. Parecía una momia pero al menos sus ojos estaba descubiertos.

- Hola Yonnie.- Apenas escuchó mi voz, ella se volteó lo más rápido posible y trató de levantarse.- No te muevas mucho, idiota. Aún tienes todo adolorido.

- N-Nayeon... V-Ven por favor...- Mi corazón se sentía cálido, Jeongyeon y su estúpida voz gruesa pero tranquila me hacían estragos. Me acerqué a ella y me senté a su lado con cuidado, sin que yo espere nada, Jeongyeon tomó mi rostro y lo acarició como podía, los temblores en su mano me hacían saber que le costaba hacer un mínimo movimiento.- E-Estás bien... M-Menos mal... Dahyun... Es un monstruo, c-casi me mata.

- Lo sé, te pudimos encontrar justo momentos antes de que llegue el fuego a tu cuerpo.- Jeongyeon sonrió y juntó su nariz a lastimada con la mía, me sonroje con fuerza pero me abracé a ella, sin presionar mucho.

- G-Gracias Nayeon.- Jeongyeon estaba tan tranquila, tan en paz que solo pude sonreír con alegría. Solo quería verla viva y sonriente, no me importaba nada más hoy.- Q-Quiero decirte algo...

- Adelante Jeong, te escucho.

- M-Me gustas... Estoy comenzando... A A-amarte.- Me sorprendí. Nunca pensé que alguien como Jeongyeon se atrevería a dar el primer paso. Pensé que sería yo la que dijera algo.- S-Sé que es rápido... Pero nunca me había sentido así con alguien...

Quité las vendas de la cara de Jeongyeon y sonreí al ver su rostro. Aunque estaba bastante golpeado por la idiota de Dahyun, seguía con ese encanto y los ojos que tanto amaba ver.

- Yo tampoco, te diré que nunca tuve una relación seria... Siempre fue sexo de una noche y eso me hacía sentir bien. Sin embargo, creo que eres mucho más que un simple acoston, me siento bien contigo, me encanta verte dormir y sobre todo, me encanta tu personalidad.- Jeongyeon se sonrojo y sonrió como una niña pequeña. Como quiero proteger esa sonrisa tan linda y hermosa.

- Eres muy linda Nay, me encanta como eres de segura y me sacaste de ese hueco de vida que tenía.- Jeongyeon se acercó más a mi, como le permitía su cuerpo, y besó mi mejilla suavemente.- No fue una manera convencional pero lo hiciste. Por eso te estaré agradecida.

No me resistí y besé esos suaves labios que tanto quería sentir, Jeongyeon me siguió el beso como pudo. Su cuerpo temblaba, el simple hecho de estar sentado le estaba gastando energías a Jeongyeon y eso me hizo soltarla. Pese a que quería seguir besando y abrazando a Jeongyeon, tenía que hacerla descansar.

- Vamos a dormir Jeong, le diré a Chaeyoung que nos lleve a nuestra casa.- Ella asintió y yo besé su mejilla, me encantaba sentir esta tranquilidad. Mirar los ojos de Jeongyeon me hacían sentir paz.

- Ehm... Yo ya me tengo que ir.- Chaeyoung apareció justo a tiempo.- ¿Quieren que las lleve? Pasaré por su departamento.

- Justamente iba a llamarte, Chae. Por favor, ayúdanos a subir las cosas que nos dieron los médicos.- Chaeyoung asintió y salió corriendo a la sala nuevamente. Yo ayudé a pararse a Jeongyeon, apenas pudimos hacer que entre al auto. Mi pequeña estaba aguantando el dolor en su cuerpo.

- Muy bien, vámonos de una vez.- El carro se encendió, Chaeyoung trataba de manejar de manera tranquila mientras yo tomaba la mano de Jeongyeon y la acariciaba lentamente.

La noche en Seúl siempre ha sido bastante movida, generalmente todos se mueven a tomar o a reencontrarse con su familia. Chaeyoung ya tenía donde ir una noche de Seúl y yo también.

Tenía a Jeongyeon, mi nuevo hogar.

- Nay... Tengo algunas cosas que decirte... Sobre Dahyun...- Miré a Jeongyeon pero solo sonreí.

- Mañana me puedes contar todo, cariño. Hoy vamos a descansar de este día tan movido.- Besé su cabeza con cariño, ella solo suspiró y se relajó en mis brazos.

Chaeyoung nos dejó en el departamento. Felizmente Jeongyeon ya podía moverse lentamente, así que no fue tan difícil poner las cosas en nuestro departamento.

- Lamento ser... Tan lenta...

- No lamentes nada cariño, ahora solo acuéstate, vamos a dormir de una vez.- Jeongyeon miró su ropa, apenas me había dado cuenta de que su pantalón seguía rascado y sus vendas tapaban su desnudo torso.

- Y-Yo puedo cambiarme, no quiero incomodarte.- Negué y saqué su ropa del ropero.

- No me incómodas, ahora te cambio y podremos dormir de una vez.- Jeongyeon levantó un poco sus piernas y trató de quitarse el pantalón malogrado, pero simplemente se rindió, no podía mover muy bien la mano.- Muy bien, déjame ayudarte...

En dos movimientos, Jeong ya tenía su pijama limpia y el sucio pantalón malogrado ya estaba en la caja de basura. Tuve que ponerle una camiseta holgada para sus heridas.

- Listo... Ya estoy mucho mejor.- Jeongyeon jaló mis manos y me sentó en su regazo, me preocupé pero me acurruque en su pecho. Se sentían las vendas pero el corazón acelerado de mi acompañante me hacía ignorar ese tema.- Gracias Nay...

- No agradezcas cariño, lo hubiera hecho aunque me hubieras dicho que no.- Jeong comenzó a besar mi rostro, sus movimientos eran toscos pero delicados al mismo tiempo. No quería que se detenga.- Vamos a dormir Yonnie, estoy algo cansada.

Jeong asintió y se acostó antes que yo. El movimiento lento de Jeongyeon me hizo reír pero solo apagué el foco, me acosté al lado de Jeongyeon y nos tapé con la colcha de la cama.

Jeong puso la mano en mi vientre y me atrajo hacia ella. Sonreí con los ojos cerrados.

Ese calor que tanto amo estaba conmigo, podía dormir en paz.

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