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Empecemos Juntas.

Pov Jeongyeon

Las Islas Jeju siempre fueron mi anhelo como viaje de fin de semana. De hecho, recuerdo haberle pedido a mi hermana un pasaje hacia allá pero ella solo se rió y me acarició la cabeza.

Ahora estaba alistando mis maletas hacia las islas, junto con Nayeon que no dejaba de sacar maletas de quien sabe donde.

— Solo nos quedaremos 2 semanas ahí, Nay. No tienes porque llevar todo tu closet.- Creo que era la cuarta maleta que le veía cerrar.

— Son 2 semanas Jeong y con mucha gente ahí, sabes que no me gusta estar desarreglada y mucho menos en un lugar así.- Nayeon suspiró y me miró como si hubiera insultado a su padre.

— Está bien, lleva lo que desees.- Tenía que haya la manera de meter esas maletas en el cuarto pequeño que alquilé.

— ¿Soyeon está bien con que te vayas?

— Si, me dijo que cuidaría la casa y yo le creo.- Nayeon asintió aunque seguía algo insegura. Era normal, una adolescente de 15 años no se podía quedar sola por 2 semanas.

Pero yo confiaba en la pequeña Soyeon y ella también confiaba en mi, así que le dejaré su primera misión importante aparte de estudiar para ser mejor que yo.

Chaeyoung llegó intempestivamente, parecía que vio un fantasma pero solo era Mina con sus antojos.

— Díganle que no puedo conseguir ramen a esta hora, por favor...- Chaeyoung me miraba suplicante y luego a Nayeon, con una sonrisa nerviosa.— Entre ustedes se comprenden, dile por favor.

— Amarrate el pito la próxima vez, Chaeyoung.- La más baja puso una cara que me hizo reír.

— Yo te ayudo, vamos Chaeyoung.- Dejé mi playera de una banda encima de la maleta y saqué de la habitación a la coreana.— ¿Sabes? Deberías de hacerle caso a Nayeon.

— No mientas que no han tenido sexo, además Mina es mi esposa legal.- Me puse a pensar que de verdad, no había tenido sexo con Nayeon desde lo del baño y ni siquiera lo reconozco como sexo.

— Pues solo lo hicimos una vez y no duró tanto como suele durar.- Sonreí al ver la ceja levantada de Chaeyoung.

— En serio que sigues siendo virgen, seguro fuiste monja en tu otra vida. Una monja con un gran y enorme pito.- Solté una carcajada. No podía negarlo, había pasado los días con Nayeon abrazando y besando su cabeza mientras veíamos películas de terror.

— Capaz y si, pero simplemente quiero que nos tomemos el tiempo de conocernos. No es tan raro, considerando que Nayeon no ha intentado nada raro.- Estaba cómoda por ahora, no quería cambiar nada.

— Eres rara pero entre toda esa rareza, está tu amabilidad.- Solté una risa y seguí a la cocina.

Ahí vi a una Mina sentada con el ceño fruncido. Si me dio miedo, sinceramente.

— H-Hola amor... Jeongyeon me ayudará con la comida.- Chaeyoung era bastante sumisa con Mina.

— Tengo mucha hambre Chaeyoung.- Yo solo reí y fui a la repisa donde guardaba los condimentos. De alguna manera, solo cocinaba cosas sencillas para Nayeon, Soyeon y yo así que no creo que alcanzará para las 5.

De todas maneras comencé a preparar todo mientras Chaeyoung trataba de calmar a una Mina muy estresada. Esa panza ya se notaba, creo que muy pronto tendremos al primero Son Myoui y espero estar para poder verlo.

Luego de 30 minutos, dejé a la pareja sola para irme al cuarto a seguir empacando cosas, aunque solamente me quedaba guardar mis boxers.

— Te demoraste mucho Jeongie, incluso me di la libertad de acomodar tu ropa interior en la maleta. Tenemos que salir en la noche así que lo mejor será cansarnos para dormir en el camino.

Asentí y miré mis cosas apiladas en una esquina, así recordé el motivo del viaje. La mansión de lady Hwasa.

Aparte del dinero, me había dejado todas sus propiedades y tenía que ir a ver el local antes de decidir que hacer con él. No quería quedármelo pues me hacía recordar tiempos horribles pero la voluntad de Hwasa me seguía persiguiendo como un pensamiento recurrente.

Nayeon notó eso y me abrazó por la cintura, sorprendiéndome.

— No te preocupes Jeongyeon, se que hallarás como solucionar todo.- Sonreí un poco y abracé a Nayeon con fuerza. De alguna manera, estos pocos días que estuvimos conviviendo de nuevo, bastaron para que la amara nuevamente.

Aunque aún seguíamos a prueba, no quería ilusionarme.

— Vayamos a alistar las cosas para dejarle a Soyeon, no creo que Mina quiera venir a cuidar la casa de vez en cuando.- Nayeon asintió y salimos de la habitación, encontrándonos a una Mina llorando junto con una Chaeyoung completamente confundida.

— No pregunten por favor, solo se que me pidió un tiempo y luego se puso a llorar cuando fui al baño a orinar.- Nayeon soltó una risa y yo sonreí levemente.

De alguna manera, se sentía pacífico.

[°]

Salimos de la casa a eso de las 8 de la noche, la reserva del hotel me había llamado justo antes de partir para decirme que estarían esperando en el aeropuerto.

Todos los que volaban a esta hora se veían cansados, algo que me hizo sentir que sería un viaje muy aburrido y lleno de personas mirando sus celulares preocupados.

Nayeon estaba mirando su celular también, aunque estaba jugando un videojuego de estrategia, era increíblemente buena y se lo pasaba de manera rápida.

Nayeon y yo estábamos en la sala de espera prácticamente solas, por lo que llevé mi brazo a su brazo derecho y la acerqué a mi.

Nayeon soltó una risa burlona y apagó su celular.

— ¿En serio quieres que nos noten aquí? No tengo problemas pero creo que eras tú la que quería mantener el perfil bajo siempre.- Nayeon tocó mis labios con sus uñas de manera suave, yo estaba hipnotizada ante sus ojos y no respondía.— Te ves embobada amor, tal vez deberíamos de tomar un pequeño descanso de nuestra vida secreta.

— Lo podemos intentar en Jeju Nay, aquí no es muy cómodo que digamos.- Nayeon rió y dejó un beso en mis labios.

En ese momento, la anunciador a comenzó a llamar nuestro vuelo, por lo que tomé mi mochila y la de Nayeon.

— Vayamos de una vez, Nay. Quiero descansar en una cama lo más antes posible.- Nayeon tomó mi mano y seguimos a las personas que embarcaban.

Era demasiado equipaje, que salió muy caro, aunque Nayeon se encargó de pagarlo e incluso amenazó un poco a los trabajadores para que no le tocarán las maletas como si fueran cualquier cosa.

Subimos al avión sin ningún inconveniente, de hecho, fuimos las primeras en abordar por lo que nos olvidamos de andar chocando con gente aleatoria.

Me puse los auriculares pero sin encender las canciones de mi celular, quería ver si Nayeon podía dormir antes o se quedaría jugando su juego.

— Deja de mirarme así Jeong. No me voy a ir.- Otra vez me notó. Ladee la mirada y escuche su risa.— Si quieres saber que voy a hacer, voy a jugar hasta que tenga cansancio mental, mi mente aún no está cansada.

— Entendido, yo estaré durmiendo.- Presione el "play" de mi reproductor y comencé a escuchar las melodías suaves que había descargado en mi celular.

Así comenzamos nuestro viaje. Aunque no hubo turbulencia, no pude dormir tranquila debido a que estaba pensando en todo lo que haría mañana con las propiedades y las cosas de mad am Hwasa.

Ella ocupa un lugar de mi corazón, no la amo de manera romántica pero si es un cariño fuerte. Nayeon ocupa mi mente ahora y de eso estoy segura.

Aún así, Hwasa parecía quererme más de lo debido, por eso me dejó todas estas cosas cuando pudo venderlo o simplemente dejarlo a su nombre, después de todo no tenía hijos, al menos que yo sepa.

Mis ojos comenzaban a pesar, estaba relajando mi mente y solo sentí la mano de Nayeon acariciando mi cabeza lentamente mientras me tapaba con mi chamarra.

...

Desperté cuando Nayeon tiró de mi ropa, me dolía la cabeza al dormir mal posicionada pero solo hice una mueca y me estire.

— Vamos Yonnie, ya tenemos que dejar el avión.- Nayeon tomo mi mochila y yo me levanté con toda la flojera del mundo. Salimos del aeropuerto e inmediatamente un chico de sonrisa tierna nos llevó a nuestro hotel en las Islas.

Dijeron que era el hotel más costoso y cómodo que se podía tener, así que lo contraté pensando más en Nayeon y en qué tenía que disfrutar la, posible, última vez que revise las Islas Jeju.

El hotel era gigante, parecía un mundo totalmente nuevo. El lugar estaba iluminado de pies a cabeza, los árboles y las fuentes le daban ese toque tropical que siempre soñé en ver.

Cuando entramos a la recepción, el joven de sonrisa inocente trajo las maletas de Nayeon junto con la mía, era como si Nayeon se hubiera mudado. Sólo suspiré y me acerqué a la secretaria, que me miró curiosa.

— Muy buenas noches señorita, hice una reservación de un cuarto con cama matrimonial y todo el paquete premium. Está a nombre de Yoo Jeongyeon.- La joven comenzó a buscar en su computadora y yo solo miraba como Nayeon hablaba con el chico sobre las maletas.

— Oh, justo está aquí.- La chica me sonrió y me dio unas llaves de madera suaves, con el número 701.— Que lo disfrute, guapa.

Me guiñó el ojo. No sabía que hacer. Felizmente no vio Nayeon o iba a reaccionar de la peor manera.

— ¡Hey!.- Oh no... Rápidamente la levanté en brazos y la llevé al ascensor, al parecer Nayeon tenía muy buenos dotes para escuchar.— ¡No le dijiste nada Jeong! ¡Dile algo, no seas así!

— No sabía que decir, Nay, ya se me ocurrirá algo.- Nayeon hizo un puchero y me dio la espalda. Sonreí un poco y besé la nuca de Nayeon.— No te enojes bebé, sabes que solo quiero estar contigo.

— Aún así... No me gusta que te miren con deseo... Me hace sentir extraña.- Reí levemente y la abracé por la cintura.

— Pues bien... Les pediré espacio a la próxima, tranquila.- Nayeon sonrió y besó mi mejilla. Presione el botón 7 que nos llevó a lo más alto del hotel, aunque habían cuartos más arriba pero estábamos bien aquí.

Toda la isla se veía, era hermosa con las luces y el mar alumbrandose con lámparas hechas por los nativos. Sonreí un poco al sentir la brisa marina, esa que tanto quería sentir cuando era una pequeña bebé.

— Te ves muy alegre ¿Recordaste tu niñez?- Nayeon se acercó a mi y miró el punto fijo que observaba.

— No tanto mi niñez, estaba recordando mis sueños de pequeña.- Apoyé mi mano en la baranda y suspiré.— Siempre quise venir pero nunca tuve dinero para comprar un boleto y salir de mi rutina aburrida, incluso mis padres cuando murieron, solo conocieron Seúl.

— Ya veo...- Nayeon solo siguió mirando, algo que agradecí en vez de intentos de consuelo.

— Vamos a la habitación Nay.- En fin, eran tiempos nuevos, ya tenía una persona a la cual amo con todo el corazón y ella también lo hace.

Sólo quedaba empezar juntas de nuevo, quiero estar con Nayeon ahora.

Ambas seguimos el camino que nos indicaron y abrí la puerta del hotel. Lo primero que vimos fue la habitación iluminada y con una fragancia a flores suaves. Mientras más nos metimos, se hacía más grande.

Las maletas estaban en la sala apiladas cuidadosamente, pero lo que me sorprendió es que la sala era algo enorme, casi del tamaño del departamento donde vivo con Soyeon.

— Vaya, hace mucho que no miraba una de estas habitaciones.- Sugirió Nayeon. Yo sólo tomé el control remoto de la televisión y la prendí. Había un reportaje por tormentas posibles para el día de mañana en Seúl. Debí poner una cara de miedo o preocupación porque Nayeon se me acercó.— Deberíamos de olvidarnos de todo ahora, Jeongyeon.

— No puedo, Soyeon es mi posible única hija y no quiero que le pase nada. Tal vez fue un error venir aquí tanto tiempo... La mafia aún me conoce y tal vez la buscan o algo así...

— Escúchame Jeongyeon...- Nayeon tomó mi rostro en sus manos y sonrió.— Confío en ella, se que se cuidará muy bien. Deja de pensar en todo lo malo y piensa en relajarte, ya no estás a la defensiva, ya no tienes porqué.

Era cierto, era libre desde hace tiempo pero aún me sentía en una cárcel donde tenía que pelear por comida o simplemente por dormir.

—Pero la mafia...

— Chaeyoung la está cuidando, lo más probable es que esas dos dejen guardias o la vigilen 24 horas. No te preocupes Jeong.- Nayeon juntó nuestras frente y acarició mi mejilla con su pulgar.— Si algo malo pasa, yo me encargaré. Ahora solo quiero que te relajes. Ya no estás sola.

— Está bien.- Cerré los ojos y dejé que las caricias de Nayeon me hipnotizaran.

Nos quedamos un buen rato así, solo sintiendo las olas resonar en la ventana y nuestros latidos coordinados. Nayeon se separó primera para dejarme un beso en la mejilla.

— Vamos a dormir Jeong, mañana tenemos que hacer muchas cosas antes de disfrutar de nuestras vacaciones.- Rodee la cintura fina de Nayeon con mis manos y besé su cuello.— Hey... Tranquila Yonnie, yo también te amo.

— Te amo mucho.- Mis besos subieron a su mejilla y luego a sus labios, los que comencé a besar con todo el amor que sentía en ese momento.

Eran tiempos nuevos y estábamos empezando juntas.

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