Buscando.
Pov Tzuyu:
Los días habían pasado. Una semana sin saber nada de Dahyun Kim y su novia.
Nayeon y su marido decidieron tomarse un tiempo, después de todo ambos estaban bastante cariñosos y dudo que la coneja quiera separarse de ella tan pronto.
Llevaba buscando a Dahyun pero pareciese que su presencia se hubiera esfumado. Incluso fui a confrontar a Momo Hirai pero simplemente no estaba en su casa.
— Esto es tan frustrante... Además que no pude salir a buscar nuevas víctimas para la venta de este mes.- Estaba acostada en mi sofá, mientras mi hermosa esposa me acariciaba el rostro y sonreía. Era hermosa y la amaba bastante.— Shiba ¿Podrías encargarte de ese tema de los órganos? Quiero solucionar esto de una vez.
— Está bien... Pero mandaré a uno de los chicos.- Sana besó mi rostro.— Ahora corre Tzu, a menos que quieras ver como destripamos a unos civiles.
— Me encantaría pero necesito más pruebas, sobretodo del padre de Dahyun. Estoy casi segura de que él sabe más de lo que dice... Sobretodo con ese historial en blanco del retiro del servicio militar.
— ¿Hablas de que no hay registros de su salud mental o física? A mi también me parece extraño, por lo que me llega a suponer que no fue o simplemente hizo algo raro ahí.
— Sabes que Dahyun está loca, mata a las personas como si fueran pollos o gallinas, no le da pena ni siente empatia por las demás personas... Su padre debe estar muy consciente de ello.- Sana se levantó y besó mis labios rápidamente.— ¿Ya te vas?
— Quiero hacer el encargo lo más rápido posible, además que espero que vengas temprano hoy.- Sana me miró con seriedad pero yo solo reí, hace mucho que no dormíamos juntas debido al encargo de Miss Bunny.
— Lo intentaré, tengo que ir a ver esos documentos militares y averiguar algo.- Me levanté del sofá y abracé a mi esposa.— Te veo después amor, te amo.
— Yo también te amo Chewi.- Sana me besó en la mejilla y comenzó a caminar al almacén, donde teníamos recién llegados que iban a probar sus habilidades.
Precisamente por eso necesitábamos un encargado, me ha pasado que robaban los órganos y los vendían de manera independiente. Aunque no les salía bien, después de que me enterara, su familia y él se volvían una de las mejores ventas que teníamos.
Me puse mi sombrero con la máscara que siempre llevo. Mi siguiente parada era el centro militarizado.
Las calles de Busan en la mañana eran tranquilas, lo gracioso de todo esto es que siempre aquí surgían las mafias y todo lo delictivo, de lejos, una joyita si eras un criminal inteligente.
— Señor, buenas tardes ¿En qué podemos servirle?.- El mesero de ese restaurante local me conocía, así que solo toqué la carta y di un pequeño círculo. Él entendió y llamó a una tal Susy.
— B-Buenas tardes... Me dijeron que usted es... El detective del pueblo.- Asentí y le di mi tarjeta, que solo contenía mi apodo.
— Puede decirme como quiera... Sin embargo, hay algo importante de lo cual quiero hablar con usted.- Saqué una bolsa llena de billetes en wones.— Escuché que su hijo estuvo con Kim Dahyun en el servicio militar... Pero él se suicidó tiempo después ¿Podría decirme que pasó?
La señora, con una mueca llena de dolor, asintió. Les presentaré a mi querida amiga Susy. Madre de 3 hijos de los cuales, el del medio decidió ser militar. Su esposo murió en una negligencia de fábrica cuando el hijo menor era de apenas 2 años. Su hijo del medio falleció cometiendo suicidio y dejó una carta para su mamá y una nota toda garabateada diciendo: "no puedo soportarlo más"
— Mi hijo... Me contó de esa tal Kim Dahyun en la carta que dejó. Decía que sus compañeros y él solo podían hablarle frente a los profesores o directivos, ya que si le dirigían la palabra después, no eran tratados de buena manera.
— Usted fue la que me contactó... De hecho... Usted me dijo que tenía información de ella.- La señora asintió y me dio una foto. Era Dahyun con una maleta y la chica, Momo Hirai con otra, ambas parecían estar en un aeropuerto y con lentes de sol.
— Fui a recoger el encargo de mi hijo que vive en Estados Unidos y las vi... Reconocí a la señorita Dahyun por sus rasgos y altura, por lo que tomé esta foto como prueba, aunque tuve que correr.
— ¿Pudo ver a donde se dirigía?.- La señora solo negó pero no importaba tanto, no podía viajar a otro país solo por esa niña rara.— Muchas gracias por la información... Pero ¿Su hijo dijo algo más de ella o del escuadrón?
— También dijo que... Bueno, todos ellos murieron un día en el bosque. Fue extraño, todos estaban en la zona iluminada, además que no eran marcas de animales los que encontramos, sino eran de un bisturí.- Anoté eso en mi pequeña libreta, era obvio que Dahyun había hecho pero solo tenemos un testamento contra miles que la eligieron como mejor cadete.— Quiero que haga algo contra esa chica, señor. Ella me arrebató a mi hijo, él quedó con muchos traumas después de ver a sus compañeros agonizar.
Asentí, no sentía que podía negarme. Dahyun era una muy mala persona y merecía todo lo malo que pudiera pasarle a alguien.
— Le avisaré cualquier cosa, por otro lado aquí tiene los 4 mil dólares en wones que prometí ... No es mucho pero me encantaría dárselos como muestra de agradecimiento.
— Muchas gracias señor, que dios lo bendiga.- Asentí y salí del lo la de comida.
Dios... A veces me preguntó donde estás o qué haces, ese chico tenía futuro pero se encontró con una lacra como Kim Dahyun... No me imagino lo que habrá visto para querer matarse.
Sacudí mi cabeza y seguí mi camino. La base militar estaba bastante cerca de ese pueblo así que podría sacar algo más que un simple testamento y las palabras de agradecimiento de una señora infeliz.
[°]
Pov Narrador.
— Dios Mina ¿En serio quieres ir a Estados Unidos? Digo, tienes las tiendas aquí y podemos comprar lo que quieras.
— Si Chaeyoung, aun así iremos y tú me ayudarás, o sino le diré a Nayeon que usamos su carro para ir a un bar ayer.- Chaeyoung asintió y tomó la mano de Mina.— Además serán vacaciones. Como Dahyun ya hizo su movimiento, nos quedan tan sólo 6 meses de tranquilidad relativa.
— Sólo iremos 2 días Mina, tenemos que proteger la empresa de cualquier policía. Como siempre, tú los seduces y yo los mato.- Ambas estaban en la casa de Mina, una pequeña residencia llena de lujos pero sencilla a su manera.
— Está bien, solo 2 días pero tienes que prometerme que no golpearas a un civil, sabes que te quiero y que no podría meterme con nadie que no sea superior a ti.- Mina se sonrojó ligeramente y Chaeyoung la abrazó con fuerza.
— ¡Dilo otra vez Minari!.- La japonesa negó pero Chaeyoung comenzó a besar su rostro muchas veces.— Yo también te amo.
— Hey, yo te dije que te quiero.- Mina sonrió un poco pero Chaeyoung solo se rio.
— Se que me amas... Así que no tienes porqué decirme nada.- Ambas se rieron y fundieron en un beso algo largo.— H-Hey... Mejor paremos ahora o te haré el amor otra vez.
— Está bien, déjalo para la noche en el avión privado.- Ambas se levantaron y tomaron las maletas vacías para comenzar a arreglar sus cosas.
El avión privado era usado, generalmente, para misiones pero Nayeon les había dejado usarlos para sus vacaciones.
Pasaron 14 horas de vuelo. Mina y Chaeyoung no hicieron más que hablar, besarse y dormir.
Las mañana en Nueva York eran más cálidas que cualquiera en Corea por lo que ambas salieron a caminar apenas llegaron.
— Fiu, salir con un polo en esta época es bastante incómodo, no me gusta.- Chaeyoung seguía quejándose pero Mina solo le dio un pequeño pellizco.— Hey...
— Cállate Chaeyoung, apenas llegamos y estas molestando.- Mina suspiró y tomó la mano de la coreana.— Vamos por un helado.
— ¡Hecho!
Ambas iban conversando cuando la mirada de Chaeyoung se fijó en alguien conocida. Una Kim Dahyun con el cabello negro y todo el outfit cambiado que hablaba con una peli negra alta y con rasgos más japoneses.
— Mina... Mira por ahí.- Mina volteó el rostro y vio la misma escena, jalando a Chaeyoung.
— Atrapemos a una de ellas... Espero que hayas traído tu pañuelo.- Mina lo dijo de broma pero Chaeyoung sacó el pañuelo y sonrió.— Luego me dirás porque tienes eso, ahora vamos.
La gente en Nueva York piensa en muchas cosas excepto en los demás. Dahyun dejó a Momo a un costado, para poder ir a conseguir algo de dinero en un cajero.
Ambas mafiosas tocaron el hombro de Momo, quien al voltear fue tapada con el pañuelo y llevada a un callejón oscuro.
— ¡¿ Qué demo-?! ¡Dahyun! ¡Dahyun!.- Momo tenía fuerza pero el pañuelo le quitaba el aire y poco a poco su resistencia se hacía mínima.
— ¡Cállate! Dios, que molesta.- Chaeyoung agarró su polo y lo puso cubriendo el rostro de Momo.
— Vaya, te ves muy bien con esas cicatrices Chaeng.- Mina empujó a Momo más adentro del callejón mientras marcaba el número de Nayeon.
— Gracias cariño.
—¿Qué pasa Mina? Estaba leyendo algunas cuentas...- Nayeon se notaba algo estresada.
— Tenemos a la amante que describió Tzuyu. Necesitamos refuerzos, felizmente estamos cerca de nuestro refugio.
Nayeon soltó una risa.— Ahora mismo vuelven a Corea, además que tendrán su recompensa... Muchas gracias.
La llamada se colgó y ambas chicas llevaron el cuerpo hacia el hotel. De lejos fu difícil aparentar que la chica inconsciente había tenido un golpe de calor debido a que los mozos se acercaban pero Mina y sus dotes de seducción hicieron que nadie notará la verdadera situación.
Eran las 6 de la tarde, ambas esperaban los refuerzos y la llegada de la armada de Nayeon.
— Mierda... Dahyun no viene por su noviecita, pobrecita la Japonesa, se veía que la quería.- Chaeyoung estaba cuidando a Momo que aún seguía sin despertar pero parecía más que dormía.
— De hecho, yo no diría que no la vino a buscar.- Mina sonrió y miró las patrullas repasando el lugar una y otra vez.— Esas patrullas están rondando hace un buen rato además que creo que vi su cabello negro en una de ellas. Solo hay que esperar a las 11 y podremos volver a preguntarle cosas a esa japonesa.
— Ah... ¿Qué demo-?.- Chaeyoung movió la mano saludando y Momo abrió los ojos asustada.—¡Dahyun! ¡Dahyun!
— Dios cállate, solamente queremos que regreses a Corea a contarnos cosas... Ya sabes...- Mina se acercó a Momo y golpeó su rostro con sus uñas largas.— Además, Dahyun no vino a buscarte... No te preocupes... Nadie nos interrumpirá.
Momo solo miró asustada a ambas mafiosas.
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