6. Hacerte mío
Jungkook
No puedo creer que este haciendo esto.
— ¿Cuando me soltarás la mano?
—Hasta que no me vaya de aquí no pienso soltarte. — dice Taehyung con una leve sonrisa que intenta calmarme, pero está lejos de lograrlo. Me siento sudoroso y poco a poco noto como ese sudor se acumula en mi mano.
Le estoy transmitiendo mis bacterias a Taehyung.
—Cuentame Jungkook. ¿Qué hacías con los psicólogos que no te daban confianza y solo se reían de ti?
Trago saliva al oírlo decir eso. Es extraño que alguien más me lo pregunte.
—Ellos... Me hacían trabajar en un tipo de terapia de shock y exposición.
A Taehyung se le descoloca la mandíbula.
—¿Qué...?
—No, Taehyung. No es el tipo de shock eléctrico que estás pensando.
Evito reírme. ¿Cómo es posible que no sepa algo tan simple como eso?
— Significa que me hacían trabajar en cosas que a mí no me gustaban. Esto es un ejemplo — me animo a levantar un poco nuestras manos unidas. Me da miedo tener su piel sobre la mía. Es... Siento que estoy haciendo algo peligroso.
—¿No te gusta teneme de la mano?
—No... Bueno... Si pero no. Tu me entiendes por qué.
—Lo sé, pero aún así. ¿No crees que esta fobia te hace estar más solo de lo que te sientes?
—Es que no solamente me siento solo en sentido figurado. Estoy solo literalmente Taehyung. A mí nadie me quiere y yo no le importo a nadie. ¿Por qué tengo que preocuparme por quitarme esta fobia? ¿Solo para ser...?
Me detengo ¿Que estoy a punto de decir?
¿Debería decirle la verdad?
—¿Quieres recuperar tu anterior vida, Kookie?
Parece como si él pudiera ver a través de mi. Y eso me da pánico.
—Empece con mi fobia a los trece años... Todo era mejor antes de esto.
—¿Por qué empezó?
Bajo la cabeza al instante.
—No puedo contartelo. No ahora, Taehyung.
Él también baja la cabeza y me da un apretón en la mano. Eso me pone los pelos de punta.
— ¿Sabes? Los psicólogos me decían que no tenía que usar mis guantes. Ese era el primer reto, pero me fue imposible.
—Tienen un poco de razón. Esos guantes de látex que usas pueden sacarte hongos en las manos.
Le suelto las manos, horrorizado.
—¿Q-que...? Imposible.
—Es verdad. Las manos te sudan y eso se pega al plástico.
Mi cara no puede exigir tanta sorpresa. Estoy atónito.
Observo mis manos como todo un loco.
—Jungkook, cálmate ¿Si?
—¿Cómo quieres que me calme? Acabas de decirme que...
—Si, pero tus manos no tienen nada. Míralas, solo costras y heridas que se van a ir yendo si usas la crema que te traje.
—¿Me la vas a regalar?
—Claro. La compré para ti.
—¿Qué voy a hacer con todos mis guantes?
—No lo sé. Pero ahora que está por venirse el calor no te recomiendo que los uses todo el tiempo. ¿Te los cambias en el mismo día?
—No... Siempre uso los mismos el día entero. Llego aquí y los tiro a la basura, son descartables.
No puedo evitar ver mis tres cajas llenas de guantes. Hongos...
Eso sí es más preocupante que tener la mano de Taehyung entre las mías.
Él parece entenderme.
— Tienes 23 años... ¿Hace diez años que no tocas a nadie ni nada?
Le asiento con la cabeza.
—Han pasado diez años y nada ha cambiado, Taehyung. ¿Cómo puedes creer que cambiaré ahora?
Él me sonríe y parece querer abrazarme.
—Bueno, supongo que tienes la suerte de haberte encontrado con alguien a quien le gustas mucho. Intentaré ayudarte, pero tienes que cooperar.
—Me da... Miedo cooperar. Me harás hacer cosas que me disgustan, tal como los psicólogos... Posiblemente te rías de mi fobia.
—No me voy a reír. Te lo garantizo.
Hago un puchero y él detiene su mano justo delante de mi mejilla.
—¿Me dejarías?
Los ojos se me llenan de lágrimas.
—Tengo miedo.
Taehyung ladea la cabeza y me sonríe con compasion.
— Yo te cuido.
Y lentamente apoya su mano en mi mejilla. Primero siento un escalofrío que me recorre desde la nuca hasta el final de mi columna vertebral. Luego el calor de su mano contra mi piel.
Y el mundo que tengo delante de mi se pierde en el preciso instante en el que su pulgar se mueve de un lado a otro para acariciarme.
Taehyung me está dando un mimito.
Vaya sensación tan reconfortante...
Aún así, solo son cinco segundos y eso me basta para levantarme del sillón y alejarme de él.
Voy corriendo hacia el baño y abro la canilla, pero Taehyung llega a mi lado y la cierra.
—Jungkook, mírame. No lo hagas, no hace falta. Tu cara está bien, tu piel está sana y tú estás limpio.
—¿Cómo sabes qué estoy limpio? Acabas de tocarme.
—Lo sé porque es normal. Por favor, solo haz un esfuerzo. Por ahora debes contenerte.
—Tocaste mi cara, voy a morir.
—¿Acaso viste que alguien se muera por tocar la cara de otra persona?
Su pregunta me deja helado. Me observo al espejo y ese tipo de alucinación de contaminación oscura como la brea ha desaparecido.
Taehyung vuelve a repetir la pregunta anterior y yo solo puedo contestarle:
—No... Nadie ha muerto porque lo toquen.
—Exacto. Puedes dejarte tocar por alguien más. No te hará ningún daño.
Lo miró con arrogancia.
—¿Qué crees que pasaría si abrazo a alguien? Taehyung, otra persona puede tener cualquier tipo de contaminación microscópica en la ropa y jamás lo sabría.
—Entonces abraza a una persona estando desnudo y ya.
—Aah... — me quedo sin palabras.
¿Por qué lo imaginé de esa manera A ÉL?
Taehyung se apoya en el marco de la puerta del baño y me sonríe.
—¿Que? —dice divertido.
—N-nada... No es nada.
Paso de largo el fregadero y me siento en el sillón apretando las manos en mi pantalón.
No me lave la cara, ni las manos.
Todavía no estoy muerto. Los gérmenes deben estar avanzando poco a poco. ¿Voy a morir intoxicado por las bacterias de Taehyung?
¿Acaso eso es posible?
Taehyung se sienta a mi lado y me observa, tengo los ojos llenos de lágrimas y no me atrevo a verlo.
— ¿Me imaginaste desnudo? — me pregunta con arrogancia y luego suelta una risa.
—¿Acaso lees mentes?
—No. — él me toma de la mano y ahí está esa sensación de amor y suciedad otra vez — pero tus mejillas rositas me dicen lo que piensas.
Caray.
— ¿Has besado a alguien alguna vez? Al menos antes del arranque de tu fobia.
Le niego con la cabeza. En realidad es mentira, yo si he besado a alguien antes, pero solo fueron piquitos, éramos niños de trece años, no estábamos para esas cosas.
Aún así eso no se lo digo.
—¿Tienes idea de la cantidad de gérmenes y cosas asquerosas que se pueden transmitir por la saliva? Eso sin mencionar algún tipo de enfermedad sexual como el herpes labial o restos de...
— Ya Jungkook. No creo que andes con una persona que tenga herpes labial.
—Bueno, claramente no. — digo secando mis lágrimas. —¿Tienes alguna enfermedad así?
Él niega con la cabeza.
—A decir verdad soy virgen.
—¿Eh? ¿Tú? — no puedo evitar soltar una carcajada — en serio, es un muy mal chiste.
Taehyung me mira con una ceja alzada.
—Lo dije de verdad.
—Es... Imposible. ¿Estamos hablando del mismo tu? Eres hermoso, y... Bueno tienes buen cuerpo. No me creo que no hayas estado con nadie antes.
—Bueno, esa pregunta también aplica para ti — me mira todo el cuerpo y eso me hace sentir sucio —¿Te han dicho que tienes lindas caderas?
Le sonrío.
— Las dos chicas con las que salí una vez me dijeron que envidiaban mi cadera y mi cintura. Una de ellas se enojó porque yo tenía mejor cuerpo que ella. Ambas me rechazaron, al igual que los otros. Al menos me dijeron algo bonito.
—Tienes las caderas más hermosas que haya visto jamás.
La voz de Taehyung hace que me ponga violentamente rojo.
—Entonces... Jamás has hecho nada con nadie. — susurro como si fuera un secreto.
—¿Que opinas del sexo?
Esa pregunta si que me arranca la paz interior.
— Hasta la palabra suena sucia, Taehyung. Qué asco. ¡Piensa en las enfermedades!
Él recuesta su cabeza en el respaldo del sillón y sus dedos se unen con los míos. Mi corazón se acelera por la calidez y el temor.
—Bueno, por ese lado sí debo darte la razón. Inevitablemente, Jungkook. Pero aún así, supongo que a todo el mundo le gusta. Créeme, si no tuvieras tu fobia te hubiera hecho mío en nuestra primera cita... Te hubiera hecho las cosas más sucias que jamás hubieras imaginado, y posiblemente me hubieras rogado para que te siguiera haciendo mío.
Oh fuck.
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