Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 2: UN PROBLEMA PARA EL FUTURO

Aparto la mano rápidamente. Solo quiero desinfectar las heridas de su rostro, pero aquellos ojos me muerden como un lobo acorralado y me retiro por puro instinto. De todas formas, ya no hay ninguna herida abierta. «Es posible que me confundiera en la casa abandonada», pienso. Estaba muy oscuro. Tal vez las heridas no estaban en tan mal estado como yo creía. 

Se aparta un poco más, hasta quedarse en el borde de mi cama. Suspiro, mi padre tiene turno de noche, pero no tardará en volver. No tenemos demasiado tiempo para descubrir qué es lo que está pasando. 

Lo único que había conseguido es que se diera una ducha, aunque solo fuera para quitarse las manchas de sangre. La parte de la ropa había sido más complicada, solo espero que mi padre no note la ausencia de un pantalón deportivo roñoso y una camiseta de publicidad que sacamos hace un par de años para promocionar mi libro. 

—Está bien, no te tocaré —Intento sonar todo lo relajada posible—. Pero necesito comprobar que estás bien, ¿lo entiendes?

En sus ojos hay un destello de reconocimiento, pero también veo miedo en ellos. Sea lo que sea lo que le había sucedido, parece que empieza a comprenderme mejor.

—¿Qué tal vais por ahí? —pregunta Nate del otro lado de la puerta. 

—Ya casi estamos, todo está bien, no te preocupes —respondo subiendo un poco el volumen para que me escuche desde fuera.

Lo último que necesito es a otra persona más poniéndole nervioso.

—Hagamos una cosa —le digo—. Enséñame tu antebrazo, no te tocaré. Solo quiero ver tus heridas, nada más.

Me observa con recelo. Tiene el brazo oculto tras su cuerpo, en una postura claramente deliberada. El silencio se prolonga unos segundos y permanezco quieta como una estatua. Comienza a mover la boca, pero ningún sonido sale de su garganta y al final se rinde y extiende aquel largo corte ante mí. Solo que ahora ya no hay ningún corte.

En su lugar se ha formado una gruesa costra, como si la herida llevara días curándose. Lo mismo ocurre con la lesión que había observado bajo su patilla izquierda. Sigo la línea de su mandíbula hasta aquel extraño tatuaje. 

—¿Por qué un siete?—pregunto.

Él inclina la cabeza, confuso. ¿Es posible que no sea consciente de que lleva un tatuaje o es que no me ha entendido?

—¿Sabes quién te perseguía?

—Sí… —comienza, pero rápidamente se corrige y niega con la cabeza— Al… antes, alguien, salir yo… ellos n…no.

Puedo sentir la frustración en su rostro, que solo es comparable a mi confusión. En su estado no voy a conseguir sacar nada de información útil.

—Acuéstate —le aconsejo—. En unas horas te acompañaré a casa de Nate, allí estarás más seguro. Cuando te recuperes un poco volveremos a hablar. No se lo diremos a la policía hasta que no puedas explicarte. 

Aquellas últimas palabras parecen relajarle. Se recuesta sobre las sábanas, pero no cierra los ojos. Puedo notar su mirada perforando mi nuca hasta el último momento en el que salgo de la habitación.

—Vas a tener que dejar que se quede en tu casa. No he podido sacar nada en claro, pero parece que ya empieza a hablar mejor.

—¿¡Estás loca!? —chilla Nate. Enseguida se da cuenta de que está gritando y baja el volumen— ¿Estás loca?—repite.

—Solo hasta que se recupere un poco. Nadie tiene por qué saberlo, tus padres ni siquiera están en la ciudad. 

—¿Y si está loco? ¿Y si es un asesino? 

—¿Te recuerdo que era él el que estaba asustado de nosotros? —musito—. Si es un asesino está haciendo un pésimo trabajo.

Nate frunce el ceño. En el fondo es un buenazo, solo tengo que presionarlo un poco y cederá.

—No podemos llevarlo a la policía sin saber qué es lo que le pasa. Si les tiene tanto miedo puede que sea por algo. No quiero empeorar las cosas.

—¿Y qué propones? —Se cruza de brazos.

—Solo necesitamos algo de tiempo. Estoy segura de que mañana podrá hablar mejor, te prometo que en cuanto sepamos lo que le pasa iremos a la policía o a quien haga falta. Pero de momento necesita recuperarse. Cuando haya descansado un rato le acompañaré hasta allí, tu no te preocupes y vete a descansar un poco.

—Tu padre es jefe de policía, ¿por qué no se lo dices a él?

—¿De verdad piensas que estaría seguro con Bruno? Si se entera de que he dejado entrar en mi cuarto a un chico desconocido al que encontramos con un cuchillo y medio muerto no quiero pensar cómo reaccionaría. ¿Es que no recuerdas lo de Ian? 

Nate asiente a regañadientes. Cuando éramos pequeños un crio andaba molestándole y yo le empujé para que se apartara de él. Se llamaba Ian y era alto y desgarbado como una brizna de trigo. Al darse cuenta de que era yo la que había intervenido cambió su objetivo y comenzó a tirarme del pelo. Cuando mi padre se enteró se puso hecho una furia. Nunca olvidaré el miedo que me dio su mirada. 

Es agradable saber que tengo a alguien que me guarda las espaldas, pero Bruno puede pasar del amor paternal a la agresividad en lo que dura un suspiro. No estoy dispuesta a ver su reacción. 

Al final acordamos que se lo llevará antes del amanecer, cuando haya descansado un poco.

Entro de nuevo en mi cuarto y el chico misterioso ya está profundamente dormido. Estudio sus facciones con cuidado. El ángulo de su mandíbula ya no parece tan duro, al estar relajado se ha suavizado y junto con la palidez de su piel aquel extraño parece una estatua de mármol recostada sobre las sábanas. Es una imagen casi irreal.

Recojo su mochila del suelo y exploro su interior. Dentro solo hay una pesada bolsa refrigerada, como las que se usan para guardar comida fría o alimentos congelados. Está herméticamente cerrada y aún está fría al tacto. No estoy segura de querer saber que hay dentro.

Un par de años atrás me habían regalado por navidades una pequeña nevera para que guardara bebidas en mi habitación. Decido aprovecharla. Le subo la potencia al máximo y lanzo aquel objeto dentro. Es un problema del futuro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro