» Capítulo 7
Mi bolígrafo de tinta roja con brillos se movía por toda la hoja del cuaderno, haciendo hermosos garabatos y sacándome un suspiro embelesada.
- Deja de escribir en mi cuaderno -gruñó Baji concentrado en resolver los ejercicios- Ese color me manchará todo.
- Pero mira que bonito me quedó -sonreí mostrando mis dientes- Vamos, Baji-san, mira lo que te hice.
Él suspiró con fastidio, pero aun asi giró levemente su cabeza hacia mi lado. En la hoja había una gran casa con árboles y flores a su alrededor y dos personas de palitos junto un gato.
- ¿Se supone que eso es un gato? -me preguntó conteniendo una sonrisa burlona.
- ¡Ah! -solté ofendida- Pues perdón por no ser Picasso, señorito.
- No pierdas el tiempo dibujando y fíjate si están bien -desvió el tema señalando con el lápiz su hoja.
Suspiré dejando de lado mi bolígrafo rojo y tomé entre mis manos su cuaderno. Mi cabeza asentía mientras corregía y podía sentir la mirada persiste de Baji, haciendo que pierda toda concentración y un sonrojo pequeño nazca en mis mejillas.
- Los primeros cinco están bien -respondí aparentando calma y devolviéndole el cuaderno- Pero en los últimos tres no debes olvidarte la regla de los signos.
- Signos de mierda -soltó enojado borrando los ejercicios.
Reí divertida ante su frustración y me senté mejor en mi silla. El profesor de matemáticas nos había dado estas actividades para realizar y quienes terminaran podían hacer lo que quieran hasta que suene el timbre de salida, y como fui una de las primeras ahora solo me dedicaré a ver con adoración a mi favorito.
Mi bello y tierno gatito Keisuke se esfuerza tanto en aprobar sus exámenes, es tan estudioso que me llena el corazón de ánimos. Si pudiera darle mi cerebro no tendría que estar sufriendo por estudiar, pobrecito mi amor, prometo ayudarte en todas las materias para que nos graduemos juntos ¡Ay, que hermoso sería ir a la graduación juntos! De solo verlo en traje hace que me emocione, se vería tan sex...
- ¡Ya entendí! -me interrumpió sonrojado.
Levanté mis manos en señal de rendición, pero mi sonrisa aún seguía en mi rostro.
- Agh, al fin -murmuró aliviado cuando el timbre sonó.
- Oh... yo quería pasar más tiempo contigo -suspiré desanimada.
Hice hacia atrás la silla con la fuerza de mis pies y la ubiqué en su lugar correspondiente para asi guardar mis útiles en mi bolso.
Vi de reojo como Baji se levantaba de su asiento ya con su bolso en mano y se alejaba a paso apresurado hasta la salida.
- ¡Baji-san! -lo llamé mientras trotaba hasta su altura.
- ¿Ahora qué? -bufó irritado.
- ¿Acaso no sabes decir "gracias"? -pregunté con un puchero fingido- Te ayudé con matemáticas, pero no me has agradecido.
-... G-gra-cias -dijo con esfuerzo sin dirigirme la mirada.
- ¡No hay de qué! -sonreí en grande entrecruzando mis manos detrás de mi espalda.
Y mi sonrisa se amplió al ver que no me apartó en todo el camino hasta la salida de la escuela, al parecer se había resignado a que yo lo deje en paz.
- Baji-san ¿podría hacerte una pregunta?
- Ya me la hiciste.
- ¡Otra!
- Hazla rápido, Murakami. Tengo cosas que hacer.
- ¿Conoces algún taller de motocicletas? -le pregunté inocente mientras nos deteníamos a un costado de la salida para no estorbar a los demás estudiantes- Es que mi hermana desea arreglar su motocicleta, pero no encuentra un buen lugar que haga bien su trabajo.
Todo lo que dije era mentira, pero quería que Keisuke me recomendara el taller de Shinichiro para asi iniciar mi plan de salvación, pues ya estamos a primero de julio y solo falta un mes para que ocurra el gran suceso.
Y tengo algo en mente que espero que funcione.
- Mmmmm... un taller de motocicletas -murmuró haciendo una mueca pensativa- Si, conozco uno, ha abierto hace poco ¿no importa?
- ¡Claro que no! -sonreí suavemente- Si lo recomienda Baji-san, entonces debe ser bueno.
- Se llama S · S Motors, se encuentra en XXXXXX -me dijo dándome la espalda e ignorando mi alago.
- Gracias por tu ayuda, sabía que no eras malo -jugué viéndolo alejarse.
- ¿Cuál "gracias"? Solo te devolví el favor por ayudarme con matemáticas.
- ¡Mientes, me amas! -canturreé- ¡Nos vemos mañana, Baji-san! ¡No me extrañes!
Suspiré sonriente al verlo irse con su postura algo encorvada y maleante, sacándome otro suspiro completamente embobada. Había sido un día perfecto que pude compartir junto a mi favorito.
Pero tuve que salir de mi trance de tonta enamorada cuando vi a Kiyoshi sacar la cabeza del auto al venir a buscarme.
- ¿Qué tal tu día en la nueva escuela? -me preguntó cuando me subí.
- Súper -sonreí abrochando mi cinturón- Mis compañeros son agradables y las materias no son difíciles para lo que sé ¿y el tuyo?
- Lo de siempre -se cruzó de brazos desinteresado- Lo único diferente es que nos sumaron una hora más de entrenamiento con el equipo.
- Vaya ¿entonces tendrás tres horas de práctica? -pregunté sorprendida- Pensé que te sobreexplotaban porque eras el capitán, pero esto ya es mucho.
- Se acercan las nacionales, no podemos bajar los brazos ahora -se encogió de hombros.
- Lo sé, y estoy orgullosa de ti por haber clasificado junto a tu equipo -sonreí cálidamente- Pero no te esfuerces y tómatelo con calma, si llegas en un estado deplorable no podrás ni levantar el palo de hockey... Y Gigi-nee se enojará.
- No me lo recuerdes, la última vez que se enojó me obligó a arreglar todo el jardín de la mansión -se estremeció cómicamente.
- Te lo merecías.
- Cállate, estás más charlatana de lo normal.
- Tuve un buen día.
⸻⭑✦⭑⸻
Terminé de atar los cordones de mis patines y me puse de pie con una gran sonrisa por lo que se aproximaba en unos minutos. Tomé mi gran bolso que utilizo cuando voy a los entrenamientos para llevar mis cosas y me despedí de mi entrenadora con rapidez.
Esta ocasión le dije a Mako-san que no me buscara en auto sino que yo me iría por mis propios medios, pues si quería que mi plan funcionara no podía permitir que los adultos me descubran.
Sé sobre patinaje en todas sus formas, pero amaba el patinaje artístico sobre hielo, y cuando tengo tiempo libre me gusta andar por las calles y aceras con patines normales, asi como lo hice hoy.
En ruedas no tardé mucho en llegar a mi destino, pues solo me demoré unos veinte minutos. Frené con gracia frente a la puerta y no dudé en abrirla, haciendo sonar la pequeña campana y con mi corazón latiendo a una increíble velocidad.
- ¿Ha-hay alguien ahí? -pregunté con un gran sonrojo de timidez.
- ¡Buenas tardes! ¿Qué es lo que buscas?
De mi boca no salía nada y la calidez de mi pecho aumentaba. Enfrente mío estaba mi segundo favorito de Tokyo Revengers, Shinichiro Sano, con una brillante sonrisa y con pequeñas manchas de aceite en sus mejillas y overol.
¡No, basta Keina! ¡No puedes deslumbrarte con otro hombre que no sea tu querido Keisuke!
¡Ay, pero es que Shinichiro es tan precioso!
¡Concéntrate en tu misión!
- Oh, si -murmuré recordando- ¿Me podría ayudar?
- Claro -sonrió cálidamente- ¿Qué ocurre?
- Es que me perdí -me rasqué la mejilla avergonzada. Deberían darme un maldito Oscar- No tengo teléfono y no sé cómo avisarle a mi hermana sobre mi situación. Lamento molestar, pero es la tienda abierta más cercana que encontré.
- No te preocupes -dijo acercándose hacia mi mientras buscaba algo dentro de su overol- ¿Te sabes el número de tu hermana?
Asentir al mismo tiempo que recibía el teléfono del pelinegro, intentando contener un chillido de fan al tener a un personaje tan de cerca.
- ¿Quién habla? -atendió con su tono frío ante el número desconocido.
- Gigi-nee, soy yo, Nana.
- ¿Nana? -repitió sorprendida- ¿De dónde me llamas?
- Es de un chico muy apuesto que me prestó su teléfono -sonreí internamente al ver al Sano ruborizarse un poco- Lo siento, estaba buscando una bonita tienda para comprar algo y me perdí ¿puedes venir por mi?
- Está bien -suspiró- Pasaré por ti en unos quince minutos, tengo que terminar de firmar unas cosas.
- ¡Ok, muchas gracias, Gigi-nee!
- Pásame a ese chico para que me diga la dirección.
Con una expresión gatuna le extendí el teléfono a Shinichiro, quien me miraba sin entender.
- Mi hermana mayor quiere hablar contigo -subí y bajé mis cejas con sugerencia.
- E-está bien.
Sonreí con victoria al verlo tomar el aparato y alejarse unos pasos para hablar, me daba gracia las diferentes expresiones que hacía el Sano al escuchar la voz de Gina, y estaba más que segura que le dio unas cuantas amenazas si se atrevía a hacerme algo, pues para ella él era un desconocido con su pequeña hermana.
- ¿Cuál es su nombre? -pregunté cuando cortó la llamada- Yo me llamo Murakami Keina.
- Soy Sano Shinichiro -se presentó con una pequeña sonrisa.
- ¿Cuántos años tiene? -hablé con fingido interés- Parece muy joven para tener un taller propio ¡sin ofender! Es que no es común ver negocios con gente joven.
- Cumpliré veintitrés este año -respondió concentrado- ¿Y tú?
- Tengo doce, cumpliré trece en octubre -devolví.
Patiné unos centímetros para acercarme y entrelacé mis manos detrás de mi espalda mientras veía como él se sentaba en un banquito para arreglar una motocicleta.
- Me olvidé de agradecerle por la ayuda -me acuclillé a su lado sin estorbarlo- Y perdón si lo importuné con mi visita inesperada.
- No, por favor -rio encantador- Ha sido un placer poder ayudarte, Murakami-chan.
- El placer es mío por terminar en el taller de alguien tan genial como Sano-san -sonreí en grande abrazando mis rodillas.
El mayor se avergonzó un poco pero aun asi siguió con su trabajo sin perder la concentración, asi que me dediqué a ver su lindo perfil.
- Sano-san ¿tiene hermanos? -pregunté para romper el hielo y asi conseguir lo que busco.
- Si, tres en realidad -contestó con palpable alegría.
- Yo tengo dos, soy la más pequeña -sonreí suavemente- ¿Puedo saber cómo se llaman? Los míos son Gina y Kiyoshi, la mayor y el del medio respectivamente.
- Pues, el mayor es Izana, le sigue Manjiro y después está Emma.
- A pesar de no ser japonés, Emma es un nombre hermoso –alabé con sinceridad- Debe ser una bebé tan linda como su nombre.
- No, no -rio divertido- Emma no es una bebé, tiene un año menor que tú, y Manjiro es de tu misma edad.
- ¿Ah si? -pregunté sorprendida, pero por dentro gritaba victoriosa al ver que conseguí lo que quería- Si tenemos la misma edad y son hermanos de Sano-san, deben ser geniales... Ojalá pudiera conocerlos, no conozco a gente de mi edad para jugar.
- Sin ofender, pero no creo que a Manjiro le interesa conocer a una niña -sonrió apenado al verme decaída- Pero a Emma le encantaría tener una amiga, seguro se llevarían bien.
Claro que sabía que Shinichiro me diría aquello, pues es sabido que a mi hermosa rubia nadie se le acerca debido a la fama de Mikey, asi que como su hermano mayor seguro quiere que su pequeña hermanita tenga sus amistades.
Todo va de acuerdo al plan.
Casi se me sale una sonrisa macabra pero el sonido de campana hizo que girara el rostro junto al pelinegro.
- ¡Gigi-nee! -pronuncie patinando hacia ella.
- Hola, Nana -acaricio mi cabello para luego mirar a Shinichiro- Muchas gracias por cuidarla en lo que venía, Sano-san.
- N-no hay de que -murmuró completamente rojo.
Abracé el torso de mi hermana y sonreí como gato, era obvio que reaccionaría asi ante ella, cualquier hombre que vea a Gina se quedaría como estatua y querría besarle los pies. No solo es la mujer más bonita que conozco, sino que su porte es sumamente elegante e impone seriedad y autoridad.
- Sano-san tiene una hermana de mi edad -comenté inocentemente- ¿No crees que es genial? ¡Podría tener a alguien con quien jugar
- Claro -asintió Gina- Pero ahora no, debemos irnos a cenar.
- Pero si me voy ahora, no creo que la vea nunca -bajé mi cabeza triste.
- Si quieres pueden juntarse aquí en mi taller otro día -se unió Shinichiro con un diminuto sonrojo- A Emma no le gusta porque es sucio, pero si le digo que viene una chica que quiere conocerla seguro vendrá.
- ¡Si! -acepté inmediatamente girando a ver a mi hermana- ¿Puedo volver algún día? ¡Porfiiiiiis!
- ¿A ti te parece bien, Sano-san? -preguntó Gina algo insegura- No queremos molestar más de lo que ya lo hicimos.
- No me molestan -rascó su nuca nervioso- Estaríamos encantados de que nos visiten otra vez.
- ¡Muy bien! -celebré patinando alrededor de los dos- Ya tiene el número de Gigi-nee, asi que puede mandarle un mensaje con la confirmación ¿qué dice, Sano-san?
Shinichiro asintió sin quitare la mirada a Gina y yo reí malvadamente en mi interior.
¡Mi plan de involucrar al pelinegro con mi hermana ha funcionado!
Ahora toca las demás fases para que ellos queden juntos, pero eso para después. Por el momento me enfocaré en seguir involucrándome con los Sano para impedir todas las demás tragedias.
¡Además podré conocer a mi hermosa Emma, mi top 2 de personaje femenino favorito de Tokyo Revengers!
La semilla ya fue plantada, ahora debo dejar que crezca.
Nota: como andan genteeee
Pregunta super random porque soy curiosa (chusma): ¿cómo conocieron Tokyo Revengers? Yo estaba en tik tok y me aparecio un video edit de Mikey en el primer captitulo del anime, dije "fua mira que lindo" , me busque el manga y me lo lei completito.
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