» Capítulo 31
Mi nombre debería ser algo asi como Keina "sin miedo a morir" Murakami, porque sino no me explico por qué sigo metiéndome en la boca del lobo cuando sé que nada malo ocurrirá.
Quiero a mi novio. ¡Buaaaa, cariño mío! Extraño sus brazotes abrazándome, su bonito cabello atado, su perfecta sonrisa y su perfume. Qué difícil es la vida sin ti amorcito... aunque nos vimos hace unos minutos ¡No importa, iré a verte y te comeré a besotes, papucho mío, solo espérame chikistrukis, esta linda pronto estará contigo!
Suspiré y sacudí mi cuerpo para eliminar todo rastro de nervios. Restregué mis manos entre si viendo el deposito que tenía enfrente mío, el cual descubrí gracias a mi red de información que tenía por la influencia del dinero de mi familia; y vaya que con unos cuantos yenes podías hacer mucho.
Esto puede salir o muy bien o muy mal, pero tengo el poder de la autora, asi que ni modo.
Di unos cuantos toques suaves a la puerta, esperando a que me atiendan mientras observaba el auto negro estacionado enfrente del depósito. El sonido de un cerrojo hizo que girara hacia este con una sonrisa tranquila.
- ¿Kami-san? -soltó el pelirosa viéndome sorprendido.
- ¡Hola, Haruchiyo! -agité mi mano- ¿Puedo pasar?
- Y-yo... -parecía aturdido, sin saber qué hacer.
- Sé que Mucho está ahí dentro, asi que no debes preocuparte -sonreí para tranquilizarlo- Tú no tienes la culpa de nada de nada de esto, solo sigues ordenes de él.
Sanzu bajó la mirada con vergüenza y se hizo a un lado para dejarme el paso libre, yo acaricié su brazo con re confortación y caminé al interior del depósito con él a mis espaldas.
-... Ustedes ahora sin mi enemigo -llegué a escuchar cuando me detuve- Sus vidas terminan aquí.
- Mucho -hablé sobresaltando a los presentes.
Cada uno de los varones giraron a verme sorprendidos, uno más que otro, pero yo solo mantuve mi semblante calmada y cálido.
- ¡Kami-chan! -soltó Takemichi desde el suelo.
- Kami... -murmuró el más alto girándose a verme- ¿Qué haces aquí?
- ¿Puedes soltar a Hajime y a Seishu? -pregunté ignorando su pregunta- Están lastimados, deben tratar sus heridas o podrían infectarse.
- No -respondió cortante, pero sin llegar a ser brusco- ¿Qué haces aquí?
- A rescatar a mis chicos -sonreí ladeando mi cabeza- Es normal ir al rescate de tus amigos cuando están heridos ¿no? Aunque no pensé que el causante de sus lesiones fuese uno de los míos... Mucho ¿esto es por Kurokawa-san?
Lo siento Takemichi por arruinarte el protagonismo genial que tuviste en esta escena, pero soy una entrometida que lo que menos hace es seguir las reglas de la obra original, porque ahora yo también soy un personaje de esta historia.
No, no soy un simple personaje, soy la protagonista porque yo asi lo decidí con cada una mis acciones.
- Mucho, está bien ¿si? -dije calmada acercándome a él- Sé lo leal que eres a Kurokawa-san, él fue quien te dio un motivo para seguir adelante, asi que entiendo si quieres ir a su lado, lo que menos quiero es atarte a ToMan si no te gusta, si deseas unirte a Tenjiku está bien, es el camino que tú mismo has elegido y yo te apoyo, porque eres mi amigo ¿no? Eso te dije la primera vez que cree el sexto escuadrón.
Mis palabras hacían eco en el depósito y los varones no me quitaban sus miradas de mi, provocando que me pusiera algo nerviosa, pero no era tiempo de mostrar mis emociones, debía hacer que mi voz llegara a ellos de la mejor manera posible.
- Pero por favor, no les hagas daño -continúe con suavidad- Si sigues con esto, te convertirás en un traidor, lo mejor de esto es que abandones ToMan con normalidad y luego nos encontremos en la pelea como rivales y no enemigos, todos lo entenderán si lo haces de esa manera, y si no, yo les haré entender a la fuerza.
-... Lo siento, Kami, no pudo dejar a esto tres asi -dijo serio- Los necesito, para Tenjiku e Izana.
Les di una mirada rápida al trio del primer escuadrón– Es por Hajime ¿no? Es por su habilidad con el dinero, no hay nadie en Japón que no conozca lo genial e inteligente que es.
- Kami-chan -murmuró Koko algo sorprendido.
- En ese caso, yo iré en su lugar.
El lugar quedó en completo silencio luego de mi sugerencia, provocando que una mini Keina se desmaye por una bajada de presión. La entendía, era un ambiente muy pesado, tanto que quería huir y tomarme un batido de chocolate con mi favorito, pero ya no podía dar el brazo a torcer.
- Murakami ¿qué demonios estás diciendo? -preguntó Inupi alterado.
- No hay mucha diferencia entre mi y Hajime -me encogí de hombros- Obviamente, no tengo la misma habilidad de producir ágilmente el dinero, pero soy una Murakami, pertenezco a una familia con la única empresa armamentista de Japón, el dinero básicamente me llueve al igual que las conexiones con la gente, sin contar mi propio sueldo como patinadora. Si quieren poder económico, yo también soy una buena opción.
- ¡¿Acaso estás loca?! -gritó Koko forcejeando.
- Depende de donde lo veas -bromee para intentar calmar el ambiente.
- Estarías traicionando ToMan -dijo Mucho con algo de brusquedad, como si le molestara lo que acababa de decir- ¿Estás segura?
- Pues claro -sonreí como si nada- Si irme de ToMan salva a todos mis amigos, lo haría todas las veces que sean necesarias. Asi qué ¿qué dices? Yo a cambio de todos los que están aquí, incluido Haruchiyo.
- ... Bien -asintió alejándose de los tres amarrados- Sanzu ¿qué harás tú?
- Yo... seguiré lo que diga Kami-san -dijo con seguridad sin cambiar su postura de soldado- Si ella quiere que me quede, lo haré, si me pida que la siga, lo haré.
Una mini Keina quiso golpearlo, estuve trabajando todos estos años para evitar que dependa de alguien, pero no funcionó, aunque agradezco que me siga a mi que yo no tengo impulsos oscuros como cierto enano diabólico– Me gustaría que te mantengas en ToMan, alguien debe liderar el sexto escuadrón ¿no?
- De acuerdo, andando -Mucho hizo una seña con la cabeza para que lo siga.
- Espera un poco -pedí.
Me acerqué a los tres amarrados, no los liberaría, de ser asi ellos detendrían a Mucho y mi plan no funcionaría, asi que los dejé como estaban.
- Chicos, esto es una decisión mía ¿si? -dije con suavidad- Ninguno de ustedes tiene la culpa, quiero que se graben eso en la cabeza, esto también va para ti Haruchiyo, no quiero que ninguno de ustedes tome represalias contra esto, tanto Mucho como yo hemos decidido irnos de ToMan, no somos traidores, solo elegimos el camino que queremos seguir y eso no está mal. Lo malo es cuando lastimas a tus seres queridos para lograrlo.
Antes de que pudiera hablar, me di la vuelta ignorándolos por completo, pero cuando estuve a punto de cruzar la puerca con Mucho, giré mi cabeza con una sonrisa divertida.
- No crean que se han salvado, ahora deben impedir que Keisuke venga por mí -dije alzando mi pulgar- ¡Pero no lo golpeen, su carita es lo que mantiene viva!
Ahora si, finalmente pudimos irnos del depósito. Yo me mantenía impasible dentro del auto que conducía Yasuhiro, pero por dentro había una mini Keina que le rezaba a un gran altar con la foto de Baji mientras danzaba con velas en las manos.
Mi cielo, mi bebé, mi rey, la razón de mi existir, mi todo, si estás escuchando a este simple mortal, quiero que dejes quieto ese suculento cuerpo que tienes y no me vengas a buscar, recuerda seguir el plan, sabes que es muy importante que lo hagas. Confió plenamente en ti, corazón de melocotón. Extraño tu bellísima cara, pero tendré que estar en abstinencia por un día completo. Ah... mi bonito gatito, juro que cuando vuelva te daré unos besotes que...
- Llegamos -dijo Mucho interrumpiéndome.
Me llevas la madre, Yasuhiro, yo quería seguir imaginándome con mi favorito, la cagas, grandote pelón.
- ¿Me darán uniforme? -pregunté siguiéndolo por los pasillos de las instalaciones de Tenjiku- He visto su chaqueta, está genial.
- Si Izana quiere, si.
Hablando de Roma, no planee la reacción del morenazo ya que él piensa que vendrá Koko, no yo. Bueno, miedo y vergüenza nunca tuve, asi que voy con mi santo Keisuke en el bolsillo y para adelante.
- ¡Kurokawa-san! -dije al verlo en aquella azotea- Tanto tiempo ¿cómo te encuentras?
- Mucho ¿por qué la trajiste? –preguntó con una sonrisa fría.
- Ella tiene acceso a la empresa Murakami –respondió- ¿No es mejor tener de tu lado a una compañía armamentista? Además, ella se ofreció.
- ¿Si? –ladeó la cabeza sin borrar su sonrisa- Mucho, déjanos solos.
Una vez se alejó por completo, quedamos únicamente Izana, Kakucho y yo. Y ahora que veo al de cicatriz, es tan lindo, otro de mis bebés y protegido, te quiero tanto chiquito.
- ¿Por qué una fundadora de ToMan se cambió de bando? –preguntó viendo como me sentaba en un bloque de cemento.
- Sencillo, quiero salvarlos –dije con una sonrisa suave, ganándome la sorpresa de ambos- Quiero que todos, incluyéndolos, seamos amigos con un bonito final feliz.
- ¿Acaso estás jugando con nosotros? –oscureció su mirada violeta- ¿Eres un espía de ToMan?
- Claro que no, solo busco que esta pelea no termine mal –respondí seria- Kurokawa-san, te seré sincera ahora que estamos solos junto al pequeño Kaku, sé que es de irresponsable hablar temas serios frente a los niños, pero asi lo haremos.
- ¿Pequeño Kaku? –repitió el mismo- ¿Niños...?
- Kurokawa-san, somos amigos –solté cruzándome de brazos- Y como mi amigo, yo me encargaré de que seas feliz.
- No somos amigos –me contradijo serio.
- ¡¿Cómo qué no?! –me puse de pie en un salto, completamente indignada- ¡Compartimos comida! ¡Mi comida! ¡Eso te hace amigo mío!
- Tú me lo ofreciste –continúo negándose.
- ¡Y lo aceptaste!
- Tenía hambre.
- ¡Agh, bueno no importa! –suspiré despeinando mis cabellos rosas- ¡El caso es que cumpliré lo que dije!
Hice un sonido presumido y pasé de largo de ellos, ignorando sus miradas incrédulas. Pero antes de bajar de la azotea, me di vuelta para mirarlos con ojos entrecerrados y señalarlos con dos de mis dedos.
- ¡Y ambos se casarán en un bonito día de primavera, tendrán dos perritos labradores y si les apetece, adoptarán a un chamaco o chamaca! ¡Adiós!
Me fui de allí azotando la puerta y bajé las escaleras a paso rápido sin saber dónde ir ya que no conocía las instalaciones, pero no pasa nada, puedo pedir ayuda a alguien de Tenjiku. Lo importante es que mi plan iba muy bien, solo debía esperar a que Keisuke cumpla con su papel en el santuario.
⸻⭑✦⭑⸻
Eran las dos de la madrugada cuando se decidió llevar a cabo una reunión de última hora con todos los miembros de la Tokyo Manji.
- ¡La reunión de emergencia sobre ToMan vs Tenjiku empieza! -gritó Draken, haciendo que los pandilleros callen- Todos, escuchen bien. Hoy, 22 de febrero, Tenjiku y ToMan tendrán un enfrentamiento total, la guerra por fin empieza. Prepárense, Tenjiku no es del tipo con los que se juega. Se llaman a sí mismo como "organización criminal", ellos usarán trucos sucios.
Todos estaban callados con sus corazones latiendo rápidamente, nadie era capaz de decir una sola palabra, ni siquiera los capitanes, quienes ya sabían sobre la situación actual de Keina. Sin embargo, el silencio fue roto cuando un pelinegro se abrió paso entre las filas hasta quedar enfrente del presidente, justo a los pies de las escaleras.
- Mikey –habló serio- ¿Puedo hablar?
- ¿Es sobre Keicchan? –preguntó, recibiendo un asentimiento corto como respuesta- Está bien ¡Todos, presten atención!
Baji se dio la vuelta para quedar de frente a los miembros de la pandilla, asimismo, sacó del bolsillo de su chaqueta un grabador de audio.
- Algunos estarán enterados, otros no, pero Keina se fue del lado de Tenjiku –soltó ganándose las exclamaciones de los varones- Sé que es algo que no pueden creer, incluso a mi me sorprendió, pero ella lo está haciendo por un bien mayor.
- ¿Qué quieres decir, Baji? –preguntó Yuzuha.
- Ella conoce todos los movimientos de Tenjiku, es por eso que les pedía a los capitanes que cambiaran su ruta habitual cuando vinieran al santuario –respondió.
- Los bastardos de Tenjiku iban a hacer una emboscada ¿no? –concluyó Kazutora- De esa manera sacarían de camino a lo más fuertes, dejando en desventaja a ToMan.
- Asi es, como sabe lo peligroso que es Tenjiku, decidió irse de aquella parte para evitar que todo salga mal, es como si sirviera de apaciguador –continuó escondiendo la molestia que sentía no tenerla cerca- Y como sabía que podría haber problemas por su decisión, Keina preparó esto para ustedes.
Una vez el santuario quedó en completo silencio, el azabache le dio play a la grabadora de sonido.
- ¿Hola? Amor ¿esto está grabando? –se escuchó la voz femenina de la Murakami.
- Si, ahora habla –ese fue Baji en tono cansado.
- Mooo, pero no me trates asi, ya te beso asi se te bajan los humos...
- ¡Keina, habla o borro esto!
- Bueno, pero no me grites que digo "nia"... Jejeje ¡Hola, muchachos! Les habla la genial Kami, si están escuchando esto es porque seguramente ya estamos cerca del conflicto contra Tenjiku. Quiero que sepan que jamás los traicionaría, son como mi familia, pero tuve que hacer esto antes de las cosas se salieran de control. Los adoro, a cada uno de ustedes, es por eso que no puedo quedarme de manos quietas cuando veo que podrían estar en peligro, por algo soy una de sus líderes ¿no?
- Kami-chan... -murmuró Takemichi.
- Como podrán deducir, este podría ser la pelea más grande que tendrá ToMan, es por eso que les pido de corazón que se tomen esto con calma, cuidado y seriedad. No bajen la guarida hasta que la pelea haya terminado y cuídense la espalda como compañeros... Y por último, vengan a buscarme el 22 de febrero a las 8 horas en el muelle de Yokohama ¡Sin utilizar armas ni trucos sucios, sean el genial ToMan que conozco! ¡Los estaré apoyando, ganen la pelea y vayamos a comer juntos en lo de la abuela Naho!
- ¿Listo?
- ¡Sip, ahora bésame, cucurrumí!
Baji rápidamente apretó el botón de pausa, pero el audio continuaba reproduciéndose.
- ¡E-espera, Keina, pon tus manos abajo! ¡¿Q-qué haces?! ¡Deja mi camiseta, pervertida! ¡Prometiste que aguantarias hasta el matrimonio!
- ¡Solo quiero un beso, maldición! ¡¿Sabes lo difícil que fue concentrarme teniendo a semejante hombre en frente?!
Sin poder aguantar toda la vergüenza que atacó a su organismo, Baji estrelló la grabadora contra el suelo, partiéndola en miles de partes; su rostro era completamente rojo y el humo salía de sus orejas con furia. Su novia jamás cambiaria, sigue coquetandole aun si ya son pareja.
- Bueno –canturreó Mikey para disipar el incómodo silencio- ¡Ya escucharon a Keicchan, tenemos que ir a buscarla! ¡En unas horas aplastaremos a Tenjiku!
- ¡ToMan, ToMan!
Nota: me divertí mucho escribiendo este cap asjasja
A veces olvido que esto es una comedia y me pongo seria, pero luego luego se me pasa asjajsjas
Espero les haya gustadoooo <3
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