» Capítulo 21
Las molestas sirenas de los policías continuaban resonando en mis tímpanos y eso significaban problemas para todos nosotros si nos llegaban a atrapar.
- ¡Dispérsense! -ordenó Ran Haitani bajando del auto donde se sentaba.
- ¡Rápido y fácil! -le siguió el gordito pelado ese que comía una hamburguesa que no registro su nombre.
- ¡ToMan también se va! -habló Mikey.
Observé como todos los pandilleros del lugar, sean o no de mi banda, se alejaban a paso veloz del basurero para evitar que los arrastren.
Yo debía hacer lo mismo, pero al momento de querer dar un paso sentí como mis piernas se debilitaban y temblaban como gelatina, producto de la bajada de adrenalina y estrés que me produjo toda la situación.
Aunque antes de caer fui tomada por Baji, quien sin decir una sola palabra me alzó al estilo nupcial, asi bajar de los autos con cortos saltos.
- ¡Si me llevaras, quítate esa chaqueta horrenda! -gruñí, seguía enojada con él.
Keisuke chasqueó la lengua, pero acató mi pedido sin problemas. Y no pude evitar sorprenderme y sonrojarme hasta la coronilla cuando mi favorito me tomó con un solo brazo y con el otro se quitó la chaqueta de Valhalla, lanzándola al suelo.
Me alzó con un solo brazo. Repito. Alzó todo mi maldito peso con un brazo y no hizo ni una mueca de esfuerzo.
Maldición. Eso ha sido lo más hot que he presenciado a lo largo de mis dos vidas.
Me habia olvidado que en el spin-off se muestra como Keisuke levantaba un mueble con solo un brazo mientras que el otro estaba quebrado.
- Ahora la camiseta -dije sin pensar.
- ¡No te aproveches! -gruñó huyendo conmigo.
De repente, todo mi enojo se esfumó y me dediqué a disfrutar mi huida con el amor de mi vida, abrazándolo por el cuello y escondiendo mi rostro en su pecho, lo que hizo que mordiera mis labios para evitar que un chillido de loca salga de mi boca al tener mi cara entre medio de sus pectorales.
Bendita vida.
No me di cuenta cuanto corrimos hasta que Keisuke detuvo sus pasos, pues ¿qué carajos me interesa lo demás si estoy en los brazos de mi varón y disfrutando de cuerpo de esta manera?
Con delicadeza me puso en el suelo, quedándonos en un silencio completamente incómodo.
Desvié la mirada hacia cualquier lado, pareciéndome repentinamente interesante el rio que pasaba justo a detrás mío, incluso el sol que amenaza por ocultarse en el horizonte era mejor de ver en estos momentos.
- ¿Por qué? -rompió el silencio.
Entrelacé mis manos detrás mío y jugué con mis dedos, intentando disipar el nerviosismo que me atacaba por su tono de voz completamente serio.
- ¿Por qué fuiste ahí? -me preguntó frunciendo el ceño con enojo.
- Keisuke...
- ¡Keisuke nada! -gritó tomándome de los hombros- ¡¿Tienes idea de lo peligroso que fue que hayas aparecido en ese lugar?!
De mi boca se escapó con chillido de sorpresa cuando fui agarrada por él, y debido al impulso de la acción no pude evitar dar un paso hacia atrás. Malo fue mi cálculo cuando mi pie no encontró una superficie donde apoyarme, causando asi que cayera de espaldas.
Intentando no partirme la nuca con lo que sea que hubiera detrás mío, me sujeté de los brazos de Baji. Pero al estar con la guardia baja, su equilibrio se vino abajo junto conmigo.
Un grito quedó atorado en mi garganta cuando rodamos solamente dos metros hasta terminar en el rio, completamente mojados. Agradezco que no sea profundo.
Logré sentarme mientras arreglaba mi cabello y me estremecía por lo fría que estaba el agua, pero todos mis problemas se esfumaron al ver enfrente mío.
Baji estaba sentado al igual que yo, inclinado levemente hacia atrás y apoyándose con sus manos, lo que hizo que su camiseta negra pegada al cuerpo se levantara un poco y mostrara su marcado abdomen, sin contar que su precioso cabello chorreaba algunas gotas.
Bendita vida X2.
Me sobresalté cuando nuestras miradas chocaron, al parecer él no se olvidaba de anterior asunto.
Y yo que quería seguir disfrutando de la vista.
- Murakami Keina -pronunció arrugando el ceño.
- Baji Keisuke -devolví con una sonrisa nerviosa, debía escudarme en mi pésimo sentido del humor si quería vivir.
- ¡¿Qué crees que hacías ahí metida?! ¡¿Por qué demonios fuiste a la pelea?!
- Y-yo, yo solo... -tartamudeé en un vano intento de defenderme, me sentía algo intimidada por él.
- ¡Dices que me amas, hablas que quieres casarte conmigo y tener hijos, pero ahora casi mueres por tu imprudencia! ¡¿No ibas a hacer eso?! ¡¿Acaso me has estado mintiendo todo este tiempo y nunca te importé?!
De repente, mi estado de sumisión se vio opacado por sus palabras, dando paso al enojo. Me sentía completamente ofendida de que dude de todo lo que he hecho, pensando que en algún momento le he mentido.
- ¡Dos años he estado diciendo lo mucho que te amo y lo que me importas?! -exploté poniéndome de pie. Al ver que Baji copiaba mi acción, no tardé en estrellar mi dedo contra su pecho- ¿¡Y dudas de mi palabra?! ¡¿Cómo puedes hacer eso después de todo lo que hemos pasado?!
- ¡Claro que dudaría de tu palabra si me dijiste que me conquistarías y haríamos un futuro juntos para que luego arriesgues tu vida de esa manera! -contraatacó acercando su rostro al mío, ambos sumamente enojados- ¡¿No se supone que me dejarías en paz hasta que terminara el día?! ¡Solo me quedan unas horas!
Mi cuerpo se congeló al escucharlo, haciendo que el dedo que presionaba su pecho caiga lentamente a mi costado. La sorpresa se pintó en mi rostro, aun asi mi voz no fue capaz de encontrar un camino, ni siquiera un sonido salió de mi boca.
Todo mi organismo se vio paralizado cuando vi la expresión fruncida de Keisuke, la cual se teñía de tristeza y temor. Pero aquello solo fue el primer paso de su estado, pues solo entonces sus bellísimos ojos marrones se vieron cristalizados para luego expulsar dos pequeñas gotas saladas.
Mi labio inferior tembló ante la vista.
Yo había hecho llorar a mi favorito.
No podía creer que con mis acciones hice llorar a Keisuke. Mi corazón estaba destrozado, maldición, verlo en ese estado era sumamente doloroso.
- Lo siento, lo siento tanto -murmuré tomando su cara y asi limpiar sus lágrimas con mis pulgares- Haré lo que quieras ¿si? Pero por favor, no llores Keisuke, mi corazón no soporta verte asi.
En aquel ambiente frágil, Baji no apartó su mirada de mi y con sus manos se separó de mi agarre. Pensé que me alejaría, pero en cambio agarró mi mano para asi apoyar su frente en mi palma abierta, aun siendo tomada por sus cálidas manos gruesas.
- ¿Tienes idea del miedo que tuve cuando te vi siendo perseguida? -habló apretando un poco su agarre- Dime, Keina ¿Que mierda hubiera hecho yo si no podía salvarte? ¿Crees que podría seguir adelante sin ti luego de haber cumplido tu meta de aquel entonces?
Mi corazón comenzó a bombear rápidamente por sus palabras y mi sistema no podía procesar lo que estaba diciendo Keisuke. Lo único a lo que atiné es a abrir mi boca como un pez, sintiéndome una grandísima idiota por quedarme callada cuando yo nunca cierro la boca.
- Los miembros fundadores de ToMan serán mi más grande tesoro -dijo saliendo de su escondite y tomando mi rostro entre sus manos- Pero tú, Keina, eres mi jodida vida.
Mi antenita rosa se movió de un lado a otro ante lo dicho, provocando que mi rostro se pinte de rojo hasta las orejas.
- ¿Me estás diciendo que te gusto? -pregunté como boba, mordiéndome el labio inferior para esconder mi gran sonrisa, pero es que mi felicidad podría opacarse ni matándome.
- ¡Si, joder, si! -explotó sonrojado, apretando mis mejillas- ¡Hiciste que me enamorara de mi, asi que cumple tu maldita promesa de quedarte a mi lado y no hagas esas mierdas otra vez!
Demonios.
Dos años y medio años he tenido que esperar para este momento, y el resultado es lo más satisfactorio que alguna vez quise.
Baji Keisuke se me había confesado de una manera en la que solo él podría, siendo bruscamente honesto pero amable.
- ¿Estas completamente seguro de lo que acabas de pedir? -pregunté colocando mis manos en sus hombros, con claras intenciones de querer acercarme.
Aun con mi felicidad a tope, debía preguntárselo, porque en el momento que me dé pase libre no lo dejaré ir nunca más.
Será mío para siempre.
- Ahora que te doy el sí ¿dudas? -devolvió inclinándose hasta que nuestras narices se rozaron- Claro que estoy seguro, Keina.
Con su completo consentimiento, me coloqué de puntitas de pie y lo atraje hacia mi en un movimiento rápida pero suave.
No podía explicar lo que sentía la explosión de emociones que surgió en mi interior al momento de conectar nuestros labios. Parecía Chefcito de "Ratatouille" cuando probó el queso con la fresa. No, esto era muchísimo mejor.
Estaba besando a Keisuke, y se sentía de puta madre.
Mis manos se deslizaron hasta enrollarse detrás de su nuca mientras que las suyas se desplazaron a mi cintura, donde la tomó con suficiente fuerza para que no me separe de él.
El beso era lento con una sobrecarga de todo lo que habíamos retenido hasta este día, intentando demostrarle al otro lo mucho que sentíamos y dejar en claro nuestros sentimientos.
Y pude jurar que una cola de perro había salido de mi para menearse con fervor.
- ¿Tienes idea de lo mucho que esperé por esto? -hablé cuando nos separamos, aunque yo no quería, pero me estaba quedando sin oxígeno y ahora quiero vivir para verlo todos los días.
- Si, yo tuve que aguantarte -respondió con una sonrisa, mostrando sus colmillos hermosos.
- Y lo seguirás haciendo por el resto de tu larga y perfecta vida, porque no tengo intenciones de dejarte.
- Tampoco quiero que lo hagas.
Sin poder evitarlo, lancé un gritito de felicidad y me abalancé sobre él para abrazarlo por el cuello, moviendo mis pies de un lado a otro.
- ¡O-oye, Keina, cuidado! -dijo sosteniéndome de la cintura para mantener el equilibrio y no caernos.
Lo ignoré por completo y enrollé mis piernas en su torso, posteriormente comencé a darle muchos besos en toda su bonita carita.
31 de octubre de 2005, una fecha que solo me producía tristeza de solo pensarlo, se había vuelto en el día más feliz de mi vida.
⸻⭑✦⭑⸻
Fuera de aquel lindo momento (donde Keina no soltaba a Baji y le daba incontables besos mientras él intentaba caminar con ella en brazos), en el puente que se encontraba a solo unos veinte metros de donde se hallaba la nueva pareja conformada, unas cabecitas se asomaban por el borde.
- Al fin -suspiró Mikey comiendo un doroyaki.
- Kami de verdad atrapó a Baji -rio Kazutora apoyándose de espaldas al borde- No quiero esperar para contárselo a Pachin.
- Kami si es un ángel después de todo -habló Draken con una diminuta sonrisa- Algo diabólico, pero al fin y al cabo un ángel, y no sé que hubiéramos hecho hoy sin ella.
- Siento que no la merecemos -comentó el Hanemiya- Recuerdo que aun cuando las primeras veces la quisimos alejar, ella volvía y se nos pegaba como un chicle.
- Las chicas suelen tenernos miedo, pero Kami nos sonreía como si fuésemos una maravilla -sonrió Mitsuya con nostalgia- Sigo pensando que es rara por estar con nosotros con una sonrisa amorosa y apoyándonos en todo. Y puede sonar egoísta, pero no quiero que Kami se vaya, aun si corre peligro a nuestro lado.
- Hoy pensé que la perdíamos -soltó Mikey viendo el amanecer- Keicchan de verdad iba a morir hoy, y yo, yo no pude hacer nada.
- Ninguno de nosotros pudo -dijo Draken con seriedad- Es por eso que estoy nuevamente agradecido con Takemicchi, si él no hubiera intervenido...
Dejó la oración sin completar, pero los varones lo comprendieron. Todavía recuerdan como su preciada amiga escapaba por los autos y ellos no fueron capaces de ir a su ayuda, sintiendo el terror, la desesperación y la impotencia correr por sus venas al ver que podían perder a Keina en ese momento; razón por la cual le debían la vida al Hanagaki por impedir que Keina falleciera.
- Takemicchi de verdad es un héroe -murmuró Mikey con una sonrisa.
Nota: mis papis son novios, son noviooooss
Les traigo doble cap para su agrado, pollitos. Disfrutenlos, porque por unos días no voy a subir nada debido a mis exámenes jajan't
Espero les hayan gustado, no se olviden de comenta y votar <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro