» Capítulo 2
Mi cuerpo flotaba con calma sobre la gran masa de agua en donde estaba. Mi mente parecía en trance pero lentamente pequeñas lágrimas descendían de mis ojos al comprender todo.
- N-no quiero, qui-quiero a mi mamá y al abuelo -sollocé intentando secar mis lágrimas para luego apretar los dientes de enojo- ¡¿Acaso esto es el karma por no darle el asiento a esa señora?! -me puse de pie sobre la superficie del agua y señalé al cielo- ¡Escúcheme, señor ente celestial! ¡En mi defensa, ella empezó la pelea! ¡Tuve que haberle tirado el bastón por la ventana!
Lancé un grito frustrado que fue silenciado por mis manos mientras pisoteaba el suelo en forma de berrinche.
- Vamos a calmarnos -tomé aire para tranquilizarme- Estoy muerta, es un hecho.
Y ni bien terminé de decir aquello me largué a llorar, haciendo una bolita en el suelo. No quería irme de mi mundo sin haberme despedido de mi mamá y mi abuelo Miguel, me dolía mucho dejarlos solos y no poder decirles lo mucho que los amaba.
Solo tengo diecisiete años, era una adolescente tonta que tenía mucho por hacer pero que lo único que hacía era encerrarse en su habitación para ver anime o estudiar para ser la mejor alumna.
- ¡Odio esto, mi lista de deseos antes de morir se fue al caño porque si me morí! -pataleé enojada.
Pero mis lamentos se vieron interrumpidos cuando algo me tomó del tobillo. Un grito salió de mi boca por el susto, pero mi cavidad bucal fue llenada de agua cuando fui sumergida por aquella cosa que me hundió.
Repentinamente mi cuerpo estaba comprimido y algo intentaba jalarme hacia quien sabe dónde. No podía gritar y todo estaba oscuro hasta que sentí lo que parecían unas manos tomarme de la cabeza.
- ¡Vamos señora, un poco más!
- ¡Lo haces bien, cariño!
Mis oídos escuchaban palabras distorsionadas y luego de un minuto fui capaz de captar algo de luz, soltándome a llorar en cuando fui tomada en brazos ajenos.
Espera... ¿un llanto? ¿yo estoy llorando?
Quise reírme, ni que fuera un... bebé...
- Es una hermosa niña -dijo alguien moviéndome hacia otros brazos.
Mi llanto fue detenido bruscamente cuando mi boca atrapó el pecho de esa mujer, del shock ni siquiera me di cuenta o me pude negar, asi que solo succioné lentamente.
Entorné mis ojos y con mis diminutas manos hechas puño, me dediqué a ver con mi escasa visión. Los dos adultos que estaban frente mío parecían una pareja casada, el hombre tenía cabellos cortos de color rosa y sus ojos eran rojos, mientras la mujer era pelinegra con iris celestes.
Asentí satisfecha ante la vista, muy guapos los dos. 10 de 10.
¡No, Xiomara, no es tiempo de pensar en estas hermosuras!
Giré mi rostro indignada y saqué la tetina de mi boca para ignorarlos, pero ellos solo me miraron con ternura sobrecargada.
- Se llamará Keina ¿qué dices, Eshima? -plasmó una sonrisa gatuna- Un nombre digno para un miembro de la familia Murakami.
- "Prosperidad" significa su nombre -dijo calmada- Me parece hermoso, buena elección Toshiro.
- Claro que es hermoso, mis hijos no tendrían menos.
Inevitablemente hice un puchero y solté en llanto otra vez mientras esa señora me arrullaba en busca de calmarme. Pero no podía hacerlo, es decir, no pasó ni media hora desde que morí horriblemente y ahora al parecer he vuelto a nacer en otro cuerpo con todos los recuerdos de quien fue Xiomara; no logro procesar que tendré que relacionarme con gente extraña como si fuese mi familia y que deberé rehacer toda mi vida desde cero.
Todo esto es muy duro, no quiero.
- Ya está bien, nena -sonrió la azabache- Mami y papi están aquí, y tus hermanos llegarán pronto.
¡¿Ahora resulta que tengo hermanos?! ¡No, no, no, no, ni los sueñen, siempre he sido hija única, me molesta el solo pensar en compartir mis cosas!
- ¡Buaaaa! -púdranse, si yo sufro ustedes igual.
Si, parece infantil llorar para molestarlos, pero como ahora estoy en el cuerpo de un recién nacido lo único que puedo hacer es llorar.
- Tiene pulmones fuertes -dijo el ojirubí picoteando mi mejilla.
- Señora Murakami, debemos llevarnos a la señorita para asearla -ingresó una enfermera inclinándose levemente.
Hipé un poco para calmarme y ya no hice berrinche, dejándome llevar por esa anciana. Pero tenía muchas dudas que pronto resolvería, por ejemplo, porque tratan tan respetuosamente a mis nuevos padres o porque la tecnología de ese hospital parece tan antigua.
⸻⭑✦⭑⸻
Apreté con la poca fuerza que tenía mi pequeña mano y lancé mi sonajero hacia la cabeza de ese niño de dos años que me miraba mal, siendo contraatacada con una pelota de peluche.
Caí hacia atrás debido a lo débil que era y aguantando todas las ganas de llorar por el golpe en mi cabecita, logré ponerme de costado para luego gatear hacia el mocoso, dando paso a una persecución.
- ¡Nana, mala! -me gritó huyendo torpemente.
Lancé un grito inentendible en protesta mientras continuaba con mi gateo rápido para atraparlo, no me salían bien las palabras y no podía gritarle como me gustaría debido a que todavía era muy pequeña.
Porque si, actualmente tengo solo un año de edad.
Acepté fácilmente mi nueva vida junto a esta familia, si bien me dolió perder a mi antiguo yo, ya no podía hacer nada para volver al pasado.
Me reí al recordar que si estoy en el pasado, porque para mi mala suerte tuve que nacer en la década de los noventa ¡casi treinta años antes de morir!
Me frustré demasiado al saber que nada del 2023 estaría entre mis manos hasta pasadas tres décadas después. La ropa, la tecnología, la música, los animes y mangas, nada de lo que me gustaba existía en esta vida ¡Tendré que esperar a mis treinta años para tener disfrutar mis adorados gustos!
Aunque me recuperé rápidamente de mi depresión al pensar en que nací en Japón (si, me di cuenta tres meses después que era japonesas) y podría disfrutar de ellos desde un inicio, por ejemplo, Boku no Hero o Tokyo Revengers. Y luego me emocioné aún más, pues no nací como persona de clase media, sino que mis padres son dueños de la empresa más importante de armas en todo el país ¡eso significa que podré gastar dinero en mis pasatiempos de otaku!
- Keina, deja de perseguir a tu hermano, lo harás llorar -hablando de Roma.
Dejé de sentir el suelo debajo mío cuando fui alzada por mi nueva madre, Eshima Murakami, quien también tomó de la mano al niño llorón para llevarnos hacia la gran sala de estar, donde ahí estaba el resto de mi familia.
En uno de los grandes sillones estaba mi padre, Toshiro Murakami, leyendo un libro mientras acariciaba los cabellos rosas de una niña de once años con ojos celestes, ella es mi hermana mayor Gina, quien estaba durmiendo con su cabeza apoyada en el regazo de su padre.
Mi mirada se desplazó hacia el niño que corrió hasta saltar sobre el estómago de Gina para despertarla, ese era mi hermano mayor por un año, se llama Kiyoshi, él también tiene cabello rosa e iris color cielo.
- ¡Gigi-nee! -la llamó el menor con lágrimas en los ojos- ¡Nana me pegó!
- Kiyoshi, no despiertes asi a tu hermana -lo regañó el mayor sin quitar la vista de su libro.
- ¡Yoshi! -dijo Gina levemente enojada al sentir otro golpe, sentándose en el sillón- ¡No pegues tú también!
Al sentir la mirada de mi hermano, le saqué la lengua y me resguardé en los brazos de Eshima con una sonrisa arrogante.
- ¡Ah! -jadeó ofendido- ¡¿La vieron?!
- Mi niño, Keina es pequeña, no sabe lo que hace -oh claro que si sé lo que hago- Y como tú eres su hermano mayor, debes enseñare y cuidarla.
- ¡No quiero, Nana es mala!
Abrí mi boca ofendida y con esfuerzo me saqué mi hermosa sandalia para luego tirársela, aunque fue en vano ya que no llegó ni a un metro de distancia.
El lugar quedó en silencio y el color rojo subió por todo mi rostro por la vergüenza, pero al escuchar las risas de los demás recordé que ellos me ven como un bebé, asi que rápidamente me recompuse.
Cuando se calmaron las risas, fui sentada en la alfombra para jugar junto a Kiyoshi mientras mis padres se sentaban uno al lado del otro y Gina se unía a nosotros.
Mi hermana intentaba peinarme con diferentes moños pero era inútil debido a mis escasos cabellos rosas, mi hermano imitaba ruidos de robots y corría alrededor de los sillones, y yo me dediqué a pensar sobre mi nueva vida mientras jugaba con un camión de bomberos y un avión.
Sinceramente, no me costó adaptarme a esta realidad, tuve que aceptar que ahora soy Keina y no Xiomara. Aunque todavía no logro considerar a esa pareja como mis padres reales, pero les estoy tomando cariño lentamente; es difícil reemplazar a tu primera madre, y padre nunca tuve asi que es raro tener ahora amor paternal. Y con mis hermanos me he relacionado bien, como en mi anterior vida era hija única esta vez si puedo tratarlos como verdaderos hermanos sin problemas.
Es un ambiente lindo, me gusta y no pediría nada más.
¡No, mentira! ¡Estoy enojada, ahora tengo que esperar mucho tiempo hasta que se estrene Tokyo Revengers! ¡También por morir me quedé con la duda de lo que ocurre con el Spin-off de Baji, lo único que me consuela es saber que tuvo un buen final al terminar el manga!
Lancé un diminuto gruñido que salió con una burbuja de baba y jugué con más fuerza con el camión de bomberos hasta estrellarlo junto al avión en la torre de bloques que hizo Kiyoshi, recibiendo un grito furioso de él, pero lo ignoré para enfocarme en mi propio enojo, pues es muy molesto tener que reiniciar toda tu vida.
Pero no debo quejarme más, he tenido la oportunidad de renacer y me juré vivir al máximo sin remordimientos, haré todo lo que no pude en mi anterior vida y disfrutaré de la nueva compañía que me rodea.
Ahora soy Keina Murakami y no desperdiciaré la segunda oportunidad que se me dio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro