Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

» Capítulo 19

- Dubidubiduba, dubidubiduba... Keinaaaaaa, la pandilleraaaaa...

Caminé de puntillas mientras movía mi cabeza hacia los lados, intentando que toda esta gente malota no se diera cuenta de mi presencia.

Una sonrisa orgullosa se me salió cuando vi que mi disfraz tuvo éxito, logrando asi que pasara desapercibida entre todos los pandilleros que se encontraban en el basurero.

Hoy era la batalla entre ToMan y Valhalla, y como siempre los chicos me prohibieron asistir a la pelea.

Obviamente me pasé sus palabras por donde no me daba el sol, si fuera otra pelea hubiera faltado con gusto a miedo que me respiren cerca, pero esta vez no.

Asi que, para evitarme la regañada de mi vida y que Mikey me deje sobre un árbol como la última vez que lo desobedecí, me vestí con grandes ropas para parecerme a un pandillero estándar y de ese modo cubrir el hecho de que soy una chica, siendo lo único al descubierto mis ojos celestes.

Aunque no me quejo tanto porque me veo asombrosa con jean sueltos, una gran sudadera roja con capucha que esconde mis cabellos rosas y un tapabocas, pero si tengo un poquito de calor ya que abajo de la sudadera llevo puesta mi chaqueta del uniforme de ToMan.

Escalé con cuidado los techos de los autos para buscar un bueno lugar donde sentarme cuando vi a lo lejos a dos personajes que ansiaba conocer, pero aun asi no me acercaré. Descubrí por las malas que los personajes tienden a ser diferentes a como los pintan en la obra original, asi que no me involucraré con los hermanos Haitani, puedo terminar con algún hueso roto si solo los miro.

Me estremecí de solo pensar en aquello y me senté en el techo de un auto algo lejos de ellos. Era momento de ponerme seria, debía estar atenta a todos los movimientos de ahora en adelante para impedir que el destino de Baji se cumpla.

- ¡Participantes, salgan!

Tragué saliva con nerviosismo viendo como ambas pandillas hacían su aparición en cada extremo del basurero.

- ¡Tokyo Manji Gang! ¡Valhalla!

Por la distancia a la que me encontraba no podía escuchar correctamente sobre lo que hablaban, pero por lo que entendí Draken a ha pedido que Baji vuelva en caso de que ToMan gane.

A diferencia del manga, esta vez Hansen no fue golpeado y se decidió que la batalla sería un "todos contra todos".

- ¡¿Deberíamos iniciar, Mikey?! -gritó Hanma.

- ¡Vamos, ToMan! -ordenó.

Apoyé mis brazos sobre mis rodillas y entrelacé mis manos mientras uno de mis pies se movía ansiosamente. No me podía quedar quieta viendo como todos mis compañeros y amigos se enfrentaban a golpes, pero en mi posición no podía hacer nada.

Solo debía esperar que Baji dé señales para asi evitar su muerte. Sin embargo, no tengo idea de cómo avanzará este gran enfrentamiento ya que cambie el destino de Kazutora; en esta oportunidad él está peleando del lado de ToMan y no de Valhalla, lo que significa que no le guarda rencor a Mikey y no buscará matarlo.

Y ahora que Kazutora y Manjiro no están peleando sobre la gran pila de autos, no tengo idea de lo que hará Kisaki y Baji, pues es en ese momento en que nuestro presidente cae inconsciente que ambos aparecen.

La pelea se desarrollaba como cualquier otra, pero lentamente mis chicos iban bajando el ánimo. Era de esperarse, después de todos los miembros de Valhalla nos superan en número y son mayores que los de ToMan, lo que implica que sean más fuertes.

Apreté mis manos con algo de impotencia, no me gustaba verlos asustados o rendidos.

- Esto es una locura -murmuré con una sonrisa temerosa- Pero no puedo dejarlos solos.

¡Es el momento de mi épica entrada!

Me puse de pie sobre el techo roto del auto y me quité el cubrebocas al igual que la capucha de mi sudadera. Inflé mi pecho con aire y me mentalicé sobre lo que estaba por hacer, podría morir, pero una vez escuché que el que tenga a morir que no nazca ¡y yo ya morí una vez, me la sudas parquita!

- ¡Oigan, ustedes! -grité con todas mis fuerzas.

Cada varón que estaba presente giró a verme y no pude evitar sonrojarme por la atención recibida, o sea, me gusta que me presten atención pero no asi.

- ¡¿Qué están haciendo?! -volví a gritar, esta vez con una gran sonrisa.

- ¡Keicchan! -habló Mikey sorprendido- ¡¿Qué haces aquí?!

- ¡Vengo a apoyar a mis chicos! -sonreí para luego sacarme la sudadera y quedarme con la chaqueta blanca desabotonada y con un top negro debajo- ¡Pero llego y lo único que veo es esto! ¡Estoy algo decepcionada, se supone que mis chicos son personas fuertes que no se rinden!

Cada miembro de ToMan me miró sorprendido ante mis palabras, y si mi vista no me fallaba, varios de ellos se sentían avergonzados.

- ¡Pónganse de pie y no dejen que algo tan simple como Valhalla los venza! -hablé colocando mis manos en forma de jarra, me sentía una reina hablándole a sus solados- ¡Ustedes son más fuertes que ellos!

- Como siempre, Kami haciendo sus apariciones y diciendo disparates -suspiró Draken con una sonrisa.

- Ese es su encanto -se unió Mitsuya- Pero Mikey la volverá a dejar sobre un árbol, asi que espero que no se emocione tanto.

- ¡Si ganan, pagaré una cena para todos! ¡Pero si pierden, los obligaré a pasar una noche de chicas! -los amenacé con una sonrisa brillante de villana- ¡Con maquillaje y peinados!

- ¡Si, señora! -gritaron poniéndose de pie al estilo militar, todos sabíamos que esas noches no terminaban bien.

- ¡Chicos, perdamos! -habló Mikey con un puchero- ¡Yo si quiero ser peinado por Keicchan!

- ¡Mikey! -lo reprendió Kazutora.

Reí divertida ante la situación, estaba sumamente feliz de verlos levantándose con más ánimos de ganar.

Apreciando como ToMan iba en ventaja y arremetía contra sus oponentes con fuerzas, me mantuve en mi sitio sintiendo como mi chaqueta del uniforme ondeaba gracias al leve viento.

- ¡Kami-chan! -gritó Takemichi con una mirada asustada.

Tuve que dejar de ver como Draken le daba la golpiza de su vida a Hanma para dirigir mi vista hacia el suelo, encontrándome con un ojiazul desesperado.

Ladee mi cabeza como un cachorro, no comprendía el motivo de su desesperación por correr hacia mi, incluso estaba dejando de lado su miedo para luchar contra quienes se le ponían en el camino.

- ¡Kami-chan, debes irte ahora! -volvió a gritar mientras intentaba ponerse de pie, pues uno de Valhalla lo golpeó- ¡No puedes quedarte aquí!

Rasqué mi mejilla con una mueca de incomprensión ¿por qué quería que me fuera? O sea, sé que soy una débil que llora si aparece un grillo, pero no es para que me trate asi.

Inmediatamente, mi antenita rosa se movió en advertencia ¿tal vez Takemichi quiere que vaya del basurero para que yo no vea la muerte de Keisuke?

- ¡No, no me iré! -dije cruzándome de brazos, me negaba a huir y permitir que mi favorito muera- ¡Oblígame!

- ¡Por favor, Kami-chan! -lloriqueo cómicamente- ¡A Baji-kun no le gustaría verla aquí!

- ¡Entonces que venga él a sacarme! -giré mi rostro con un puchero, actuando infantilmente.

Vi de reojo como el Hanagaki parecía rendirse e irse de ahí hacia otro lugar. Suspiré casi sin ánimos y volví a ver el panorama en busca de Baji.

Sin embargo, el ruido sobre el metal hizo que me alertara.

- ¡Vaya, la información de que la perra de ToMan iba a venir era cierta!

Di un paso atrás con asco y temor al ver como dos sujetos escalaban los techos del auto para acercarse a mi, recuerdo verlos en el manga pero no sus nombres, creo que ambos empiezan con Cho.

- No puedo creer que nos enviaran a nosotros dos para tratarla, es un desperdicio de tiempo capturar a una mocosa mimada.

- Son órdenes, no podemos hacer nada, lo sabes bien Chombo.

- No hace falta que me lo digas dos veces, Chome.

Mientras ellos discutían no dudé en saltar de mi lugar hasta caer sobre el techo de otro auto y rodar sobre este.

¡Dubidubiduba, dubidubiduba... Keinaaaaaa, la fugitivaaaaaa!

- ¡Oye, perra escurridiza!

Chasquee la lengua cuando arruinaron mi genial momento, eran tan molestos. No importa que tanto me escabullía por toda la pila de enorme chatarra automovilista, ellos siempre lograban encontrarme.

Saltaba de techo en techo, me metía dentro de los autos y salía por las ventanas, incluso pateaba pequeñas piezas de metal hacia esos dos y pisaba los capós de los vehículos para que estos se abran y sirvan de obstáculos.

- ¡Kami! -gritó Draken con fuerzas.

Un sabor amargo se albergó en mi boca al escuchar su tono de voz aterrado, no quería preocuparlo. Pero no tenía tiempo para consolarlo o algo, en estos momentos debía salvar mi propio pellejo.

En uno de mis saltos caí sobre el capó de un auto y me detuve por unos segundos, confundida por no oír los pasos del dúo persiguiéndome. Con lentitud me giré hacia atrás, encontrándomelos quietos a unos diez metros de donde yo me encontraba.

Tragué saliva nerviosa al no verlos moverse, en cambio, me veían con una sonrisa de victoria. Justo en ese instante comprendí la orden que le dieron a esos dos.

Ellos no tenían que capturarme, solo estaban simulando perseguirme para llevarme al lugar que ellos querían.

- ¡Keicchan! -soltó Mikey intentando venir hacia mi, pero los tantos miembros de Valhalla se lo impedían- ¡Apártense, imbéciles!

- ¡Déjenme pasar! –gruñó Kazutora- ¡Kami, sal de ahí!

Los pelos de mi nuca se erizaron ante sus gritos y mis ojos celestes se dirigieron lentamente hacia mis pies, donde una sombra que no era la mía comenzaba a hacerse más grande.

- ¡Te tengo!

Antes de siquiera hacer un movimiento, sentí como era abrazada y tacleada desde uno de mis laterales.

De mi boca se escapó un pequeño grito adolorido cuando caí en una lámina de metal desconocida para posteriormente dar algunas vueltas sobre la diversa chatarra que se halla debajo mío, causando que mis orbes de humedezcan por el dolor de chocar contra el metal y vidrio.

Aun asi, sabía que mi dolor no era nada comparado al que debía sentir quien me abrazaba y protegía para no salir lastimada, pues me estaba cubriendo la espalda y cabeza con sus manos.

Lo único que podía hacer era aferrarme a esa persona hasta que finalmente dejamos de rodar.

Aturdida por los golpes y giros que dimos, abrí lentamente los ojos y lo primero que vi fue el rostro lloroso y golpeado de Takemichi.

Sinceramente, se veía de la mierda con todos esos cortes sangrantes y moretones. Pero no es momento para eso.

- ¡Kami-chan! -soltó aliviado mientras me ayudaba a sentarme- Lo-lo siento por eso.

- La próxima avisa -sonreí adolorida, pero el agradecimiento se podía ver en el brillo de mi mirada- No todos los días caes unos veinte metros de autos apilados.

Ignorando los delirios del Hanagaki (quien lloraba diciendo que Baji lo asesinaría por golpearme sin querer), vi por sobre su hombro como un tipo con uniforme de Valhalla sostenía un cuchillo.

Ante la vista, borré por completo mi sonrisa aliviada y mi expresión se tornó a una de temor. Sin darme cuenta, y con el miedo azotando mi organismo, me aferré a las prendas de Takemichi en busca de protección o valentía.

Esta era la razón por la cual él no quería que yo estuviera aquí en el basurero.

No era Keisuke quien moría hoy, era yo.

- ¿De dónde demonios saliste tú? -gruñó el chico, acercándose lentamente hacia nosotros y con cuchillo en mano- Será mejor que la entregues si no quieres morir también.

- ¡Aléjate de ella! -gritó Takemichi.

El rubio me dio la espalda para convertirse en un escudo que me protegiera y se puso en posición de pelea.

No podía creerlo, aun viendo como su cuerpo temblaba de miedo, Takemichi estaba dispuesto a pelear ¿por... mi?

- ¡Tú te lo buscaste! -vociferó alzando el arma y corriendo hacia donde nos encontrábamos.

Sin embargo, antes de acercarse a nosotros y lastimar al Hanagaki, otra persona hizo su aparición golpeando el rostro al atacante, mandándolo asi varios metros hacia abajo e inconsciente.

- Tokyo Manji Gang, líder de la cuarta división, Tetta Kisaki -habló- ¡Mi escuadrón protegerá al Ángel de ToMan!

Mientras me ponía de pie y tomaba la muñeca de Takemichi para no separarnos, pude observar como los chicos del moreno nos rodeaban a modo de barrera, y eso no pudo generarme más que molestia.

Quien menos lo esperaba nos había salvado, pero lo que menos sentía en estos momentos era agradecimiento.

Kisaki montó todo este maldito espectáculo para alzarse como salvador y ganar más reputación. No solo eso, sino que acaba de dejarme como una molestia frente a todos.

Y estaba realmente enojada que me haya utilizado, pero lo que más me sobrepasaba era el terror que le tenía al de lentes.

Estuve a nada de morir. Yo de verdad iba a morir hace minutos de no ser por Takemichi, él es mi verdadero salvador.

Y todo por ser considerada una simple pieza en todo el juego de Kisaki.

A partir de este momento, cualquier pizca de consideración que sentía hacia él se esfumó. De verdad quería salvarlo, deseaba ayudarlo a cambiar, que se dé cuenta que Hinata no es la única mujer en el mundo y que no debía llegar a tales extremos, quería que él tuviera una buena vida y sea nuestro amigo, pero me equivoqué por completo.

Tal vez, solo tal vez si lo hubiera conocido antes de todo esto, yo seguiría buscando su salvación.

Pero Kisaki Tetta es un monstro que no le importa mancharse de sangre de otras personas con tal de obtener lo que desea.

Y esas personas son las que yo amo.

Hoy, a partir mi propia experiencia, me he dado cuenta que Kisaki dejó ser alguien que necesita ser salvado y comprendido. Hoy él se ha convertido en mi enemigo.

Y como todo enemigo, debe ser eliminado.










Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro