» Capítulo 12
- ¿¡Cómo te atreves a hacerme esto!? ¡Tantos años dedicándote mi vida! ¡¿Para qué?! ¡Para que le aceptes la propuesta a esa!
- ¡No se la acepté!
- ¡Si porque no le dijiste nada!
- ¡No pude decirle nada porque ni siquiera pude pestañear cuando me la lanzó en la cara! ¡No fue mi culpa!
- ¡Si es tu culpa, por nacer bonito!
- Eh... chicos...
- ¡¿Qué?! -nos giramos en sincronía hacia el rubio.
- ¡Nada, nada!
Tomé aire y me crucé brazos en un intento de calmarme, estábamos haciendo un completo alboroto en plena calle y no quería causar más problemas.
No podía creerlo, encima lo hizo justo enfrente mío, por lo menos hubiera esperado que me dé la vuelta o no sé. He estado casi tres años intentando hacer que Keisuke acepte mis sentimientos, pero el infiel le recibió una carta de declaración de amor a una chica de nuestra secundaria.
- Vamos Keina, no te puedes enojar por eso -suspiró Baji- Ya tiré la carta a la basura ¿estás feliz?
- Cállate, que te ame no significa que no puedo enojarme contigo.
Apuré el paso y caminé delante del dúo de varones, quienes llevaban a su lado sus vehículos apagados. Sabía que era una idiotez por la que estábamos discutiendo, pero nací para el drama asi que me tendrá que aguantar.
- ¿Te subirás a la moto? -preguntó luego de un rato en un incómodo silencio.
- No -respondí continuando con mi camino- Iré sola, los veo en la reunión.
Escuché como Baji suspiraba con irritación a la vez que encendía su motocicleta junto a la de nuestro amigo. Los ignoré por completo para que se fueran, sin embargo, tuve que contenerme para no sonreír como tonta y olvidar todo mi enojo cuando vi de reojo como ambos conducían por la calle a la misma velocidad a la que yo iba caminando.
Manteniendo mi expresión molesta seguí mi rumbo hasta el Templo Musashi que se ubicaba en el río Tama, llegando luego de unos quince minutos a pasitos de Keina.
No esperé a que estacionaran y fui directamente a buscar a mis amigos mientras saludaba amigablemente a todos los chicos con los que me cruzaba, sonriendo realmente feliz al verlos conversar.
- ¡Smiley, Angry, denme esos cinco! -sonreí mostrando mis manos a los líderes de la división.
- Desde la última reunión que no te veíamos, Kami -dijo con su típica sonrisa chocando palmas- ¿Qué andabas haciendo, pícara?
- Te ves algo agotada -comentó su gemelo copiando su acción.
- Estuve ocupada con los estudios y entrenamientos, prometo recompensárselos -reí mientras me alejaba para saludar a los demás- ¡Ken, Mikey!
- A la hora que llegas -dijo el más alto despeinando mi cabello con cariño mientras que con el presidente chocábamos puños.
- Primera vez que me peino solita y vienes con esto -bufé, pero luego sonreí en grande- ¡Haruchiyo, Mucho!
- Hola, Kami-san -saludó el capitán de la sexta división, siendo acompañando por el pelirosa.
- ¿Cómo se encuentran?
- Muy bien, gracias a ti Kami-san -dijo este sonriéndome y achinando sus ojos.
- Me alegra que todo vaya en orden -correspondí la sonrisa para despedirme e ir hacia los que me faltaban- ¡Mi dúo favorito!
- ¡Kami! -hicimos un raro saludo en sincronía con nuestras manos con Pachin y Peyan, líderes de la cuarta división.
- Pareces molesta -se unió Kazutora abrazándome por el cuello, quien ahora era capitán de la segunda división- ¿A quién golpeamos?
- ¿Todo en orden, Kami? -preguntó Mitsuya con una mirada preocupada y con Hakkai a su lado, ambos líderes de la tercera división.
- Keisuke aceptó los sentimientos de otra chica.
Exclamaciones de todos los miembros se escucharon en todo el templo y yo solo continúe con mi papel de dolida, cerrando mis ojos y colocando mi brazo sobre ellos.
Quise desplomarme cómicamente en los brazos del Shiba para seguir mi obra dramática, pero este quedó como piedra y no me sujetó. Chillé cuando casi caigo al suelo, pero las manos en mis axilas impidieron mi caiga.
Elevé mi rostro hacia arriba y pude ver la cortina de cabellos negros que me hacían cosquillas en las mejillas
- No la acepté, deja de ser una melodramática Keina -se quejó Baji viéndome a los ojos, cosa que hizo sonrojarme hasta las orejas.
- La niña se le declaró a Baji-san por una carta -se unió Chifuyu rascándose la mejilla, debía defender a su capitán- Pero él no pudo negarse ya que huyó apenas se la entregó, aun asi tiró la carta a la basura.
- ¿Ves?
Les saqué la lengua con una sonrisa divertida y me escabullí de sus brazos para ir hacia donde estaba mi rubia favorita.
- ¡Emmita de mi corazón! -canturreé saltando a su espalda.
- No soy tu caballito, Keina -suspiró sonriente sosteniendo mis muslos- ¿Asi que Baji aceptó la declaración de otra?
- ¡Si! ¡¿Puedes creerlo?! -me hice la ofendida.
- Baji es un chico popular entre las mujeres -dijo mientras yo me bajaba y me sentaba en un banquito cercano- Ya sabes que siempre se le han declarado, no sé que te sorprende.
- Que aceptó la carta.
- No lo veo con una carta ahora.
Desvié mi rostro mientras silbaba inocentemente y balanceaba mis piernas. Tal vez si fui un poco exagerada, pero en mi defensa, todavía no llegaba el 31 de octubre, asi que hasta ese día todavía sigo siendo su única pretendiente.
- ¡Oye, Emma! -la llamó Draken.
Nos miramos entre si y nos encogimos de hombros confundidas, aun asi me puse de pie en un salto para activar mis rueditas y patiné al lado de la rubia para acercarnos al vicepresidente de la ToMan.
- Ya vamos -dijo en tono perezoso.
- Esta chica es la novia de Takemichi, asegúrate de protegerla -pidió el de tatuaje.
- Entendido.
A ver, a ver, reiniciemos las neuronas y limpiemos las orejas ¿qué acaba de decir? ¿novia de quién?
- Oh -soltó Emma cuando vio a la parejita, pero yo no era capaz de decir nada- ¡Yup, pequeño cobarde!
Ignoré toda la conversación e incluso la paliza que le dio Hinata Tachibana a su novio, todavía no podía salir del trance en que estaba.
Me encontraba tan acostumbrada a mi nueva vida y feliz de mi victoria de salvar a Shinichiro que olvidé por completo la existencia Takemichi Hanagaki, el personaje principal de Tokyo Revengers. Tampoco había estado al pendiente de las fechas, y con la presencia del rubio aquí, al fin pude poner los pies sobre la tierra y analizar rápidamente toda la historia del manga.
- ¡Hey, acérquense! -gritó Draken, sacándome de mis pensamientos- ¡Vamos a empezar la reunión!
- Luego hablaremos de eso -le hablé a Emma señalándola con seriedad, había recordado este capítulo y sobre lo que hizo la rubia en el karaoke.
- S-si -desvió la mirada.
Di unos toquecitos en mis zapatillas y las ruedas se guardaron automáticamente, permitiéndome caminar con normalidad. Me ubiqué en mi posición viendo como los miembros hacia un pasillo para que pasáramos y se inclinaban con respeto ante los altos mandos de la pandilla; y gracias a mi posición yo iba tercera en el orden de la fila, siendo Mikey y Draken los primeros dos.
Sentía la mirada nerviosa de Takemichi, pues estaba justo detrás de mi, pero hice mi mejor esfuerzo para no voltear y hablarle como si fuese mi amigo desde nacimiento.
Rayos, quiero abrazarlo y molestarlo con que es un llorón y cobarde, pero debo aguantar hasta que él me tome confianza suficiente.
Apreté mi puño con impaciencia y me coloqué en la primera hilera, justo donde se encontraban los capitanes, asi poder prestarle atención a nuestro presidente.
- Estamos reunidos aquí por el accidente con Moebius, cuando ellos choquen con nosotros, habrá una gran pelea -comenzó Mikey- Si nos enfrentamos, será a la hora del Festival Musashi.
Ya sabía porque desde hace unos días tenía ese mal sabor en la boca, era por la pelea con esta asquerosa pandilla. Me relajé demasiado pensando que por salvar a Shinichiro y evitar que Kazutora vaya a la correccional todo se solucionaría, pero al parecer deberé poner manos en la obra.
- Entonces -dijo sentándose en lo alto de las escaleras- Permítanme escuchar lo que todos opinan.
Vi de reojo como Takemichi hacia una cara como si no entendiera nada, y no pude evitar soltar una risita discreta.
- Explícale a Takemichi -le pidió Draken a Mitsuya.
Escuché la conversación sin dejar de ver al frente, era exactamente la misma situación que ocurre en el manga, incluso el golpe que le dio Pah al ojiazul.
- ¡Eso dolió! -gritó Takemichi desde el suelo- ¿¡Qué mierdas estás haciendo?!
- ¿Tienes algún problema? -preguntó Peyan intimidándolo.
- Eres Hanagaki ¿verdad? -se unió Pachin.
Me rasqué la mejilla al oír los gritos entre los capitanes y me apegué más al brazo de Baji, quien estaba justo a mi lado izquierdo, para evitar que me involucren en sus típicas discusiones.
- ¿Ya me perdonaste que andas asi? -me preguntó en un susurro.
- No, pero quiero estar a tu lado -respondí con un pequeño sonrojo.
El chico no respondió y se mantuvo quieto sin apartarme, luego de casi tres años conociéndonos y con mis interminables intentos de conquistarlo, al fin pudimos avanzar en nuestra relación. Pasamos de conocidos a amigos, y ahora somos ¡súper amigos!
Hijo de su linda mamá, sigue negándose a corresponderme. Pero aún no se me acaba el tiempo, tengo hasta el 31 de octubre de este año para hacerlo enamorar de mí.
- ¿Qué vas a hacer, Pah? -preguntó Mikey- ¿Quieres hacerlo?
- Son mayores que nosotros, y ToMan no puede permitir que sigan con esto -dijo algo inseguro- Y esto les causará muchos problemas a todos... Pero es frustrante, Mikey.
- Eso no es lo que estoy preguntando ¿quieres hacerlo o no?
- ¡Quiero hacerlo, quiero matarlos a todos! -gritó con impotencia.
- Eso es lo que pensé -sonrió colocándose de pie- ¿Hay alguien que piense que será un gran problema si ToMan ayuda al mejor amigo de Pah? ¿Hay alguien que se oponga de ir contra Moebius, tomando en cuenta lo que le hicieron al amigo de Pah?
Por más que me gustaría apoyarlos por ser mis amados amigos, conociendo el futuro que viene, no quiero que ellos se involucren en estas cosas.
- ¿¡No hay nadie!? -sonrió en grande cuando vio la mirada determinada de todos los miembros- ¡Vamos a aplastar a Moebius, la batalla decisiva será el 3 de agosto durante el festival Musashi!
Percibí la sonrisa emocionada de Keisuke a mi lado, lo que inevitablemente me hizo copiar su acción. Lo único que puedo hacer con lo que está a mi alcance, es ayudarlos a triunfar.
- ¡Keicchan! -me llamó Mikey, provocando que yo me coloqué al frente de él obedientemente para ejercer mi posición- ¿Algún plan para esta batalla?
- Esta pandilla es muy diferente con las que nos hemos enfrentado antes -inicie con seriedad, colocando mis manos detrás de mi espalda- Con el historial sucio de Moebius podemos saber que harán cualquier truco para ganar, es por eso que deberemos tener más cuidado que de costumbre en caso de que utilicen algún arma como navajas o fierros. Incluso desde hoy hay que cuidarnos la espalda, nunca sabemos cuando Moebius hará una emboscada a los miembros para inhabilitarnos para la pelea decisiva y asi tomar ventaja, asi que recomiendo que siempre vayan con alguien más de la banda para evitar tragedias; y por más que me duela decirlo, eviten dejar a sus novias solas o si pueden no anden con ellas de noche, nadie quiere que sufran lo que pasó esa chica.
- Siempre tan asertiva, Keicchan -sonrió Manjiro suavemente- Nunca dejas de sorprendernos.
- Es un don -reí divertida con un pequeño sonrojo por el alago.
La reunión terminó ahí y me despedí de todos los miembros sin olvidar a uno solo, ya era costumbre hablar con cada uno y mantener la confianza entre todos. Y como ocurre casi siempre, Keisuke fue quien me llevó a casa en su motocicleta a pesar de estar peleados.
- ¡Deja de aprovecharte Keina! -me gritó sonrojado cuando sintió mis brazos rodear su cintura y acariciar suavemente su marcado abdomen.
- Si quieres que te perdone, déjame -sonreí malvada.
- Si te atreves a meter tus manos debajo de la chaqueta, te dejo parada aquí en medio de la calle -gruñó.
- Estas perdonado, mi amor -apoyé mi mejilla en su espalda mientras dejaba mis manos quietas, no quería incomodarlo- Ahora solo falta casarnos ¿para cuándo la boda?
- ¡No soy tu amor y no nos casaremos!
Lancé unas risitas al ver la punta de sus orejas rojas, adoraba avergonzarlo.
Lo dejé tranquilo durante lo que resta el viaje para centrarme en mis propios pensamientos e ideas.
Recapitulemos estos dos añitos desde que conocí a mis chicos.
Uno. Me hice amiga de ellos, tanto que luego de unas cuantas discusiones, logré ganarme un puesto alto en la pandilla. Me convertí en una "consejera/estratega" de ToMan, en otras palabras, mi trabajo es darles opciones de estrategias y consejos sobre las peleas, a veces también consigo información de las pandillas rivales.
Obviamente yo no peleo ni voy a los enfrentamientos, ellos no me dejan y yo ni en sueños me meto en un combate, lloro si me pego en el dedo meñique, no quiero imaginar si me llegan a dar un puñetazo. Y lo mejor de todo es mi uniforme, que es solamente la chaqueta de la pandilla pero en vez de que sea color negro es blanca con bordados dorados ¡es tan linda, y la hizo Mitsuya para mi!
Bueno, dos. Mi relación con Keisuke fue avanzando bien, comenzó a tolerarme hasta que por fin me aceptó como amiga y luego terminamos como algo parecido a mejores amigos. Me ofende ya que quiero ser la mamá de sus hijos y esposa, pero es lo que hay.
Y tres. Durante ese tiempo decidí no intervenir en las relaciones de los personajes con otros, por ejemplo, cuando se conoce Baji con Chifuyu. Fue tal y como ocurre en el spin-off de ambos, incluso conocí a Sato Ryusei; no sé como terminó el spin-off ya que no lo terminé de leer, pero en esta línea donde yo existo, Ryusei casi muere en la pelea contra el bastardo de Kojiro y su sucia pandilla Yotsuya no se cuanto, y gracias a unas cuantas palabras mías, él logró salirse de todo el mundo de pandillas y acompañó a Kiyoshi al extranjero para estudiar y practicar hockey sobre patines. A veces lo extraño, pero sé que está en buenas manos.
Esto se ha vuelto una enredadera desde el momento en que intervine en la historia original, asi que debo prestar mucha más atención a los detalles.
Sin embargo, no me quedaré de brazos cruzados. La vida de mi favorito sigue en juego hasta que pase Halloween de este año, no solo la de él, sino la de todos mis niños que se han ganado un lugar en mi corazón.
Ahora que llegó el protagonista, no es tiempo de descansar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro