» Capítulo 10
Mi barbilla estaba apoyada en mi mano y venía sin interés el pizarrón del salón, tampoco tenía ganas de salir al receso.
Hoy era 10 de agosto, solo faltaban tres días para el gran suceso. Y yo sentía que no había hecho ningún progreso; cuando le pregunté a Baji sobre si conocía algún taller él me dijo la dirección del local de Shinichiro sin problemas, pero en el manga se muestra que no sabía nada del lugar el cual iba a robar.
Odio admitirlo, pero mi nene puede ser un poco tonto, solo un poco.
Tampoco pude hacer avances el día del cumpleaños de Shinichiro, incluso mi familia fue invitada a cenar pero no pude sacar nada de información más de la que ya sabía.
La motocicleta de Mikey fue destruida tal y como ocurre en el manga, eso significa que Kazutora si intentará robar la CB250T del taller para regalársela.
Gruñí frustrada y apoyé mis brazos sobre mi mesa para recostar encima mi cabeza. Necesito pensar algo rápido, si Shinichiro muere Baji también, y no solo eso, sino que no creo soportar toda la tristeza mia y de mi círculo social cuando el Sano estire la pata.
Me sentiré la peor basura humana si los dejo morir sabiendo sus futuros. No puedo permitirlo.
Y repentinamente, tanto mis pensamientos como mi visión fueron interrumpidos por la caja de una leche de fresas que fue colocada en mi mesa. Elevé mi mirada hacia arriba con algo de sorpresa, encontrándome con un compañero de clase.
- ¿Te encuentras bien, Murakami-san? -me preguntó con una sonrisa.
- Tomura-kun -asentí como saludo mientras me sentaba derecha- Estoy bien, gracias por preguntar ¿y tú?
- ¿De verdad te sientes bien? -dijo sentándose de costado en el asiento de enfrente- Te ves decaída, es muy raro en ti.
- Si... -desvié a mirada con inquietud, pero luego sonreí como siempre- ¿Qué necesitas?
- Te traje esto para subirte los ánimos -agitó la bebida con una encantadora sonrisa.
- Gracias por tomarte la molestia -lo recibí con una sonrisa pequeña.
- Murakami-san -me llamó mientras yo abría la pajilla y la colocaba en su lugar- Quería saber si hoy podíamos...
Sus palabras fueron interrumpidas debido al fuerte estruendo que provocó el choque de los libros sobre mi mesa. Miré asustada hacia el causante, encontrándome con mi favorito.
- ¿Hoy a la salida de la escuela estás libre? -me preguntó directamente, ignorando por completo a Tomura.
¡Una dosis de Baji es justo lo que necesitaba para subir mis ánimos!
- ¡Claro que si! -sonreí con sinceridad, destellando corazones y flores rosas.
- Bien, porque necesito que me enseñes matemáticas e inglés -dijo colocando sus manos dentro del bolsillo de su pantalón.
- De acuerdo ¿tú casa o la mía? -elevé mis cejas con picardía.
- ¡¿Ves?! ¡No se te puede decir nada porque ya empiezas con tus juegos sucios! -gritó enojado dándose la vuelta para irse.
- ¡Vamos, Baji-san! ¡Es una broma, no te enojes! -reí divertida mientas me ponía de pie para perseguirlo, pero antes de salir del salón giré hacia mi asiento- ¡Muchas gracias por el regalo, Tomura-kun!
Di saltitos felices al lado de Baji, era la primera vez que él me buscaba para algo.
- ¿Hoy quieres que estudiemos las dos materias juntas o por días separados? -pregunté calmándome y sorbiendo de mi bebida.
- Por hoy quiero saber matemáticas -suspiró restregándose la cara con frustración- Avisa a tu familia que iremos a mi casa, mamá quiere conocer a la persona que me ha ayudado a subir mis notas en los exámenes... No puedo creer que verás a mi mama, ni se te ocurra hacer algo imprudente frente a ella.
¡Tan divina mi suegra, juro que se lo recompensaré por darme esta oportunidad de oro!
- Está bien, jamás haría algo que moleste a tu mami -pude sentir como mi colita peluda se meneaba de un lado a otro.
⸻⭑✦⭑⸻
Estaba tan ansiosa por tener una reunión de estudio solamente con mi favorito que salté en mi sitio cuando el timbre de salida sonó.
- Andando -dijo Baji colgando su bolso en su hombro.
Wow, parece un maleante asi, pero sigue siendo muy lindo en todos sus estilos.
- Concéntrate o no me haré responsable si te pierdes -soltó caminando más adelante.
- No me pidas lo imposible si tengo a semejante hombre enfrente mío -troté hasta llegar a su lado.
El camino se me estaba haciendo eterno, asi que no tuve mejor idea que llevar a cabo mi intento de plan.
- Baji-san...
- No -respondió rápidamente sin verme.
- ¡Todavía no te digo nada! -me quejé haciendo un puchero.
- No me importa, sigue siendo no. Nunca se sabe con lo que vendrás.
- Me ofendes, y yo que iba de buenas a enseñarte...
- ¿Qué carajos quieres? -suspiró rendido.
- ¿Sabes? El cumpleaños de Mikey-kun se acerca y como no lo conozco, no sé que regalarle -sonreí suavemente, colocando mis manos detrás de mi espalda junto a mi bolso- Asi que pensé en que tú sabrías sus gustos ya que se conoces desde más tiempo.
- ¿Te invitó a su fiesta de cumpleaños? -preguntó mirando al frente.
- ¡Sip! ¿Sabes que le gusta? Tal vez asi tenga una idea aproximada de que regalarle.
- Las motos -contestó sin dudarlo- Los dulces y las pandillas.
- Me enteré que su motocicleta antigua se rompió, asi que pensé en comprarle algunos repuestos con ayuda de mi hermana -rasqué mi nuca- Pero supongo que ya no debo hacerlo.
Ambos subimos las escaleras de uno de los departamentos para ir hasta el quinto piso.
- ¿Por qué lo dices? -preguntó frenándose frente a una puerta y sacando sus llaves.
- ¿No sabías? -me hice la inocente- Sano-san piensa regalarle una motocicleta nueva, la suya en realidad.
- ¿En serio? -soltó sorprendido, pero rápidamente una sonrisa apareció en su rostro mostrando sus lindos colmillos- Eso será genial, Mikey se verá asombroso montando una CB250T.
- S-si... -dije como idiota con mis mejillas súper rojas por verlo sonreír.
Con nervosismo ingresé a su casa y saqué mis zapatos en la entrada para luego colocarme unas pantuflas que me tendió.
- ¡No puedo creer que Shinichiro-kun le dará su motocicleta! -dijo feliz lanzando su bolso por ahí, y yo no daba más de ternura de verlo tan contento- ¡Esa moto es una leyenda dentro de Japón, Mikey volará con ella!
- Se supone que es un secreto, asi que si quieres puedes decirles a los chicos, pero Mikey-kun no puede enterarse, es una sorpresa.
- ¿Y tú como lo sabes? -preguntó bajando su emoción.
- S-sano-san me lo contó un día que fui a su taller por pedido de mi hermana -desvié mi mirada con una sonrisa nerviosa.
Pareció complacido con la respuesta ya que no insistió más, asi que solo me quedé quieta en medio de la sala mientras él se desplomaba en el sillón.
- ¡Keisuke! ¡¿Qué te dije de tirar tus cosas en cualquier lado?!
Antes de poder girarme en dirección de dónde provenía aquella voz femenina, un bolso pasó a gran velocidad enfrente de mi nariz hasta estrellarse en el rostro de Baji.
- ¡Mamá! -se quejó con dolor.
Una gotita de sudor bajó por mi frente, pero rápidamente me recompuse al recordad a quien tenía enfrente ¡mi linda suegra!
La señora tenía cabello largo de color negro y vestía con una camisa blanca y falda gris hasta las rodillas. Ya sé de donde mi nene sacó tremendos genes, esta mujer es bellísima.
- Buenas tardes, señora -sonreí encantada mientras me reverenciaba con respeto- Soy Murakami Keina, es un placer conocerla.
- Hola, chica -correspondió sonriendo como si no acabara de golpear a su hijo- Soy Baji Ryoko, la mamá de Keisuke.
- Me alegra por fin conocerla, señora Baji.
- Que niña tan educada, por favor, dime Ryoko que no soy tan vieja.
- Ella es Murakami, la niña que me ayuda con las tareas -se unió Baji con desinterés.
- Muchas gracias por ayudar a mi Keisuke -me sonrió cálidamente mientras caminaba hacia la puerta- Por tu tiempo y ayuda es que él ha podido pasar todos los exámenes de este año, no sé cómo agradecerte.
- ¡No, por favor! -agité mis manos nerviosamente- Ryoko-san, hago esto porque quiero, no necesito nada.
- ... ¿Keisuke te amenazó si no lo ayudabas? -preguntó frunciendo el ceño y fulminando al menor.
- ¡¿Quién crees que soy?! -se defendió enojado- ¡Seré pandillero, pero no intimido a niñas!
Reí inquieta al verlos discutir, su relación es tal y como ocurre en el spin-off. Pero aun asi, me sentía sumamente feliz de que ambos estén en buenas condiciones y se lleven bien, no puedo imaginar el dolor que sintió Ryoko de perder a su hijo y de él saber que la dejaría sola y que rompió su promesa de no hacerla llorar.
- Oye, Murakami -me llamó Baji con una mueca extraña- ¿Te encuentras bien?
- ¡S-si! -respondí rápidamente limpiando mis ojos, no me había dado cuenta en lo sensible que me puse- Me entró algo, nada más, no se preocupen.
- Perdón el desastre, no queríamos incomodarte -suspiró Ryoko con una sonrisa apenada mientras tomaba su bolso y se colocaba sus zapatos- Espero tengan una linda tarde de estudios.
- ¿A qué hora volverás? -preguntó el pelinegro.
- Para la cena, traeré comida asi que no prepares nada -dijo abriendo la puerta- Pórtense bien y no hagan desastres.
- Tenga cuidado en su viaje, Ryoko-san -sonreí agitando mi mano.
Se despidió de nosotros con una sonrisa y una jalada de oreja para su hijo, asi que nos quedamos solos en un silencio algo incómodo.
- ¿Q-quieres algo para tomar? -preguntó dándome la espalda para no verlo, pero las puntas rojas de sus ojeras me confirmaron que estaba avergonzado.
- Claro -respondí sonriente, me gustaría molestarlo con alguna broma pero no quiero que se ponga de mal humor.
Mientras él iba a la cocina en busca de algún refresco, yo me arrodillé frente a la mesa ratonera de la sala. Saqué mis útiles de matemáticas y esperé con paciencia a que él volviera, por mientras, marqué el número de mi hermana.
- Gigi-nee -hablé cuando atendió.
- ¿Dónde andas? -preguntó con algo de preocupación- Mako me dijo que no te vio a la salida de la escuela, casi muere de un infarto el pobre.
- Lo siento, tuve que avisar antes pero me olvidé -me rasqué la nuca- He venido a la casa de un compañero para estudiar juntos, prometo llegar a casa antes del anochecer.
- ¡¿Por qué Nana está en la casa de un niño?! -escuché la voz de Yoshi- ¡Hay que ir a buscarla, no puede quedarse juntos y menos solos!
- ¡No te metas en esto! -devolví enojada.
- Pasa una linda tarde, Nana -dijo Gina entre los gritos de nuestro hermano- Pero pásame la dirección de tu amigo, uno nunca sabe.
- Ok, nos vemos luego.
Corté la llamada e inmediatamente le envié el nombre del complejo de departamentos, el número del piso y casa; sé que Keisuke no me hará nada, él no es de ese tipo de gente, pero tampoco quiero que haya problemas con mis hermanos.
- ¿Terminaste?
Grité asustada ante la pregunta repentina, no había sentido cuando se sentó enfrente mío con una bandeja con vasos vacíos y una jarra de jugo de naranja.
- No me asustes asi -suspiré sosteniendo mi pecho- No quiero morir sin antes casarme contigo.
- No nos casaremos.
- Lo que digas.
- Si, yo lo digo. Ahora cállate y empecemos con esta mierda, no entiendo las fracciones.
- Cállame.
- ¡Murakami!
- Jejeje.
Vi como refunfuñaba mientras abría su cuaderno de matemáticas, asi que yo hice lo mismo. Y por mientras hacíamos ejercicios y le explicaba unas cuantas cosas, me puse a pensar en la conversación que tuvimos cuando caminábamos hacia aquí.
Ya le dije a Baji, de manera sutil, que Shinichiro le regalará su motocicleta a Mikey; asi que sinceramente espero que no se olvide de ese detalle y que cuando Kazutora le pida robar una moto como regalo él le diga que no.
Pero no me puedo confiar tanto, creo que tendré que sacar ese día a Shinichiro del taller con alguna excusa, como invitarlo a cenar a mi casa o algo por el estilo.
Necesito mantenerlo a salvo hasta que sea el 20 de agosto. Ese día todos se juntarán para celebrar el cumpleaños de Mikey, por lo que espero que Kazutora vea por fin que su amigo si tiene una motocicleta y que no es necesario regalarle una.
Esta misión es más difícil de lo que parece debido a todas sus variables, pero no me rendiré, haré lo necesario para salvar a Baji y que tenga su final feliz junto a los que ama.
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