kyouka observaba como al que consideraba su hermano consumía con gran deleite otro paquete de sus golosinas favoritas. Yosano veía como su suicida compañero llevaba a su subordinado, casi a rastras, para que lo acompañara a almorzar. Kunikida fue testigo de cómo su vendado colega sacaba a un adormilado peligris de su departamento para desayunar juntos. A Rampo le tomo menos de dos segundos descubrir que cada nuevo título que el tigre de la agencia leía en sus tiempos libres era suministrado por el ex mafioso. A Naomi y Yunichirou les tomo unos veinte segundos más que al detective experto, reconocer que todo acercamiento físico que se daba entre esos dos había dejado de ser accidental e inocente por parte del castaño. Hasta Kenji había comprendido que cada flor que decoraba el lugar de trabajo de Atsushi y que aparecía “misteriosamente” en su escritorio era colocada allí por Dazai.

 Día tras día esas escenas y detalles se venían repitiendo desde hace por lo menos seis meses. A todos les sorprendía ver como el suicida no quitaba el dedo del renglón en los constantes coqueteos hacia su subordinado. Se veía completamente decidido a monopolizar el afecto y la atención del tigre lunar. pero también les sorprendía que su esfuerzo fracasara por el simple hecho de que el joven no se daba por enterado. Les costaba a todos creer que Atsushi fuera tan distraído ante los avances de Dazai. Toda la agencia (por no decir todo el edificio y hasta algunos integrantes del vecindario) se mantenía muy atentos a todo lo que sucedía entre esos dos. Incluso las primeras semanas habían organizado apuestas sobre cuanto tardarian en darles la gran noticia de que oficialmente eran pareja .

Ya todos habían asumido que Dazai amaba a Atsushi y no dudaban que el chico sintiera lo mismo solo que no se daba cuenta de ello.

Al principio les daba algo de ternura ver que Atsushi era tan despistado/inocente, pero con el pasar de las semanas ya no podían seguir pensando igual, no cuando veían todo el esfuerzo del suicida caer en saco roto. Rayos hasta Kunikida estaba sintiendo lastima por su autodestructivo compañero.

 Aun así, se habían negado a interferir. O al menos esa había sido su intención hasta el suceso ocurrido en esa semana. No solo ya se habían cumplido siete meses exactos de constante coqueteo unilateral, sino que también hubo incidentes que sacaron a flote el mal carácter del suicida (unos cuantos sujetos habían intentado propasarse con el menor y Dazai de forma poco delicada les dejo en claro que no tenían oportunidad, como resultado hubo varias hospitalizaciones de las que la agencia se tuvo que hacer cargo junto con reparaciones a algunas tiendas).

Fukusawa como líder de la agencia convoco a una reunión de emergencia de la que habían excluido al par en cuestión. Fue una conversación bastante larga en la que todos llegaron a la conclusión de que era hora de tomar el asunto en sus manos.

Era hora de hacer que esos dos se declararan mutuamente no solo por los posibles incidentes y conflictos que podrían acarrear acciones como las de esa semana(no querían volver a ser testigos de la vena sádica que el de vendas poseía y que los celos dejaban a flote, así como tampoco les había gustado el lado salvaje del tigre por defender a su superior) sino que también lo hacían porque realmente los apreciaban a ambos y creían que ya era hora de que fuesen felices(aunque algo les decía que terminarían siendo demasiado empalagosos como pareja pero podrían vivir con eso) esta era una de las misiones más delicadas e importantes que la agencia había asumido y estaban dispuestos a dar todo de su parte para que fuese exitosa, la felicidad de sus colegas, la seguridad de la ciudad y su propia salud mental estaban en juego.

Como no querían retrasar demasiado el asunto empezaron con todos los preparativos de inmediato. El tiempo límite sería una semana, pero por cómo se habían organizado estaban seguros de que a más tardar en tres días tendrían todo listo.

Una de las primeras cosas que debían arreglar era el vestuario. Para eso Naomi Yunichirou y Kyouka prácticamente arrastraron a Atsushi hasta el centro comercial. ¿La excusa? ambas chicas necesitaban algo de ropa y ellos también deberían aprovechar para ampliar su guardarropa, en especial el peligris, pues su trabajo requería en ocasiones cierto estilo de vestimenta. Trajes, esmoquin, jeans, sweaters, camisas,chalecos, pantalones de gabardina... le hicieron probar de todo a Atsushi y para disimular Junichirou hizo lo mismo. Al final lo obligaron a comprar un par de pantalones de vestir algunas camisas y chalecos.

Una situación similar debería haberse dado con kunikida Rampo y Osamu, pero fue más difícil ocultarle sus intenciones al suicida, aun así, lograron que también se hiciera de algunas prendas.

 Fukusawa escuchaba las recomendaciones de kenji(Desechando algunas por ser demasiado exoticas) para encontrar el escenario de plan. Les tomo un poco decidirse, pero para el final del día ya estaba arreglado junto con la comida. Yosano se ocupó de preparar todo lo referente a bebidas postres y decoraciones.

Ya con todos los preparativos finalizados (como habían pensado en tres días hasta arreglado hasta el último detalle) solo quedaba dirigir a esos dos a su cita. para ello se decidió asignarles una “misión de encubierto” es decir debían actuar como simples invitados a una gran celebración mientras custodiaban a una pareja muy influyente. Dicha fiesta se realizaría en un lujoso yate por lo que deberían vestirse acorde a la situación y estar puntuales en el puerto.

El menor no discutió y partió a alistarse. Por el contrario, el suicida no se tragó esa mentira así que acorralo al mayor de los Tanizaki para saber de qué iba todo eso. Kunikida, apiadándose del menor, decidió que lo mejor era contarle todo a su colega. El suicida muy lejos de molestarse agradeció el esfuerzo y se marchó a alistarse con una gran sonrisa en el rostro. De esta noche no pasaba, o se volvía pareja de su lindo tigre o se lazaba al mar y dejaba de existir. Aun le costaba creer que hasta sus intentos de suicidio solo eran para mantener la atención de Atsushi, ahora solo podía esperar que todo saliera bien. No creía poder soportar el rechazo del menor… no, no, no, si todos en la agencia estaban ayudándole es porque también consideraban que tenía una oportunidad así que no debía ser pesimista.

La “misión” comenzaría a las 7:30, Dazai, como nunca antes en su vida, estaba esperando por su acompañante desde las 7. y cuando al fin lo vio acercarse a él casi tiene un ataque. Atsushi llevaba un pantalón con camisa y chaleco que se le veían increíbles. Mentalmente agradeció a sus compañeros de nuevo y sin perder el tiempo lo llevo con el hacia la embarcación.

Por otro lado, Atsushi estaba nervioso. No solo vestía de forma muy diferente a su estilo habitual, lo cual lo hacía sentir un poco incómodo, también estaba el hecho de estar en un lujoso navío con su superior aferrándole el brazo, como si temiera que escapara, apegándolo a su cuerpo. Trato de controlarse como venía haciendo desde hace tiempo. no debía permitir que se notara cuanto le afectaba la cercanía de su superior. Respirando profundamente trato de soltarse y así encaminarse hacia donde se supone que debían hacer la vigilancia, para su mala suerte el mayor no estaba dispuesto a separase de él por lo que opto soltar el brazo del peliplata para poder rodear su cintura con su brazo y así lo dirigió hacia el interior de la nave, pues ya habían zarpado. La acción del castaño solo logro alterar aún más al tigre, pero trato de disimular y seguirle la corriente a su superior, lamentablemente el hecho de avanzar por los pasillos y no encontrarse con nadie y no percibir mas sonido que los de sus pasos no le estaba ayudando.

Cuando llegaron al salón Atsushi se sorprendió de encontrar solo una mesa bien arreglada y ningún alma a su alrededor.

-oh por lo visto la cena esta por ser servida. ¿vamos a comer Atsushi kun? - el saberse completamente a solas en esa área hizo temblar al menor. Cuando estaban rodeados de personas podía distraerse observando a su alrededor, pero ahora estaba seguro de que cometería algún error que lo delataría. Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando Dazai lo guio hasta una de las sillas y lo ayudo a acomodarse. Una vez los dos se encontraron bien ubicados una mesera se acercó y coloco los platos frente a ellos y llenos las copas de una bebida de tonalidad dorada. Definitivamente sus colegas si sabían cómo organizar una buena cena. Comieron durante algunos minutos en silencio, el castaño no sabía cómo abordar la razón de esa cena y Atsushi estaba bastante confundido con los acontecimientos, hasta que el peligris logro armarse de valor y finalmente cuestionar sobre la situación

-Dazai san ¿por qué no parece sorprendido de que no haya nadie más en esta “Fiesta”? además ¿qué paso con el trabajo que nos asignaron?

Bien el menor le estaba dando la oportunidad de iniciar, pero ¿cómo hacerlo? Bueno empezaría por lo más obvio.

-Bueno la verdad es que la fiesta no era tal, lo que ocurre es que desde hace tiempo quiero hablar contigo de algo importante pero nunca estábamos a solas así que todos los de la agencia ayudaron a armar esto. –

Por muy tonto que pareciera esas palabras habían logrado generar un poco de pánico en el peli plata y diferentes frases se formaron en su cabeza todas apuntando a lo mismo, que había hecho algo mal y debía marcharse de la agencia, y como el suicida había sido el que lo integro el seria también el encargado de despedirlo como resultado la mirada del chico se llenó de lágrimas apenas contenidas y su rostro mostraba el medo que lo invadía.

-Yo lo siento, no sé dónde me equivoque, pero prometo esforzarme y mejorar así que por me echen…-

Esa reacción descoloco completamente al de vendas, el en ningún momento menciono algo de echarlo, tratando de arreglar el malentendido sin pensarlo bien simplemente soltó la razón de todo ese montaje.

-Nadie va a echarte de la agencia solo quería pedirte que fueras mi pareja-

El que negara lo de sacarlo de la agencia lo calmo un poco pero no entendía bien a que venía lo último.

-Qué alivio pensé que había echo algo para que me despidieran.  Por cierto, Dazai san ¿porque me pide ser su pareja? ¿Acaso no lo somos desde que entre a la agencia? - al castaño le sorprendió lo dicho por el menor hasta que comprendió que se refería a compañeros de trabajo. ¿De verdad el chico era tan inocente? Mejor lo decía con todas las letras o se pasaría toda la noche sin na respuesta.

-No me refiero a pareja o compañero laboral Atsushi kun. Quiero que seas mi pareja, mi novio, mi amante… lo que estoy diciendo es que me gustas, llevo bastante tiempo enamorado de ti…- y se detuvo al ver como las mejillas y las orejas del tigre lunar empezaban a colorearse hasta quedar completamente rojas. Agacho el rostro tratado de ocultarlo mientras balbuceaba. A Dazai le estaba costando entender así que se acercó un poco más.

-Entonces cada vez que me regalaba algo era… y todas las veces que accidentalmente me rozaba no eran tan accidental, cada vez que me llevaba a comer o tomar algo eran cit… ¿eso quiere decir que todo este tiempo estuvo coqueteándome? -

-Sip llevo intentando conquistarte varios meses…-

-Entonces ha estado perdiendo mucho tiempo y dinero…- bien ahí se iba todo su ánimo y esperanza, oficialmente estaba siendo rechazado, aun así…

-Bueno yo no diría que estuve perdiendo ni uno ni otro solo…-

-Si lo estuvo perdiendo porque era innecesario que intentara conquistarme porque ya hace mucho que me enamore de usted, si hubiese preguntado hace tiempo que hubiese aceptado- no sabía de donde diablos saco el valor para decirle eso a su superior, pero lo hizo aunque no se atrevía a verlo a la cara por lo que mantenía su mirada en su calzado o eso había intentado ya que no pudo terminar de hablar cuando sintió la mano en vuelta en tela sujetarle el rostro levantárselo y en menos de 5 segundos tenia los labios sellados por los del mayor. Era un beso delicado y para nada exigente no quería asustar a su ahora pareja. Al separarse el mayor le dedico la mejor de sus sonrisas al tigre y se dispuso a continuar con la velada, celebrando esta vez el inicio de su relación.

La mañana siguiente a aquella cena la pareja feliz ingresaba a la agencia listo para darles la buena noticia, pero al cruzar la puerta lo que recibieron fue una lluvia de confeti y un ya era hora de parte de todos, incluso el presidente con su expresión de seriedad absoluta había pronunciado la misma frase. Tanto Dazai como Atsushi estaban confundidos. Quien les aclaro la situación fue la pequeña Kyouka quien les mostro un video que se reproducía en ese momento en la sala de juntas. Tanto el peligris como el castaño querían que se los tragara la tierra. Por lo visto Yosano había preparado más que bebidas y postres. También había instalado cámaras que transmitieron en vivo toda la velada además de hacer copias en algún servidor on line. Después de todo la agencia debía asegurarse el éxito de su misión.