Capítulo 4:
"Misión: no arruinar la casa de mi sensei"

A penas logré llevar a Kakashi-sensei a su casa, utilicé mucho chakra intentando usar correctamente los clones de sombra, ya que con mi fuerza normal no podría llevarlo.

Estaba en su cama, durmiendo tranquilamente. Se veía hermoso. Era tan lindo, tranquilo y se veía tan relajado que podría verlo dormir por siempre y nunca me cansaría.

- ¿Por qué es tan lindo? - Acaricié su cabello, su sedoso cabello.

- No lo se - La voz de Kakashi-sensei me hizo sobresaltar, inmediatamente dejé de lado su sedoso cabello y lo miré a los ojos completamente sonrojada, a punto de pedir disculpas - Gracias, (Tn)... Esperaba que Naruto o incluso Sasuke me trajeran, pero veo que tu eres mucho más fuerte y capaz de hacerlo.

Yo solamente me quedé callada, admirando a mi sensei. Tampoco sabía que responder, así que solamente le dedique una sonrisa.

- Bien, ya estoy mejor ¿Ya comiste? - Kakashi-sensei estaba por pararse, pero lo detuve. Quería que descansara.

- Yo puedo prepararle algo de comer. No se preocupe sensei.

- ¿Estás segura? Yo puedo encargarme - Kakashi-sensei no parecía muy convencido, y no lo culpaba, yo no servia para los labores de la casa ni nada por el estilo, en parte esa era una de las muchas razones por las que soñaba con casarme con Kakashi-sensei, él se haría cargo de algunos quehaceres, y yo podría ayudar con otra cosa no tan doméstica.

- Segurisima, sensei - Kakashi-sensei aceptó con una sonrisa.

- Espera... Estamos solo los dos, no es necesario que me hables formalmente - Esas palabras me emocionaron mucho, ni siquiera Naruto se tomaba esas libertades.

Solamente asentí y bajé hasta la cocina. ¿Qué tan difícil podría ser?

Poco a poco comenzaba a cocinar, no me estaba saliendo tan mal. Hice unas galletas, que parecían decentes, el sabor de la masa no estaba tan mal como pensaba. Metí todo al horno y esperé. En ese momento agradecía que mi madre me haya enseñado a cocinar cuando era una niña.

Todo iba bien, hasta que puse frutas en la licuadora. ¿Quién pensaría que necesita una tapa? Todo el líquido salió volando por toda la cocina.

- ¡Mierda!... - Comencé a limpiar toda la cocina, no podía dejar así la casa de Kakashi-sensei.

Estuve unos veinte minutos limpiando todo, ni siquiera utilizando mis clones de sombra pude terminar rápido.

- (Tn) ¿Todo está bien? Siento olor a quemado - Kakashi bajaba las escaleras con calma. Rápidamente deshice mi jutsu y me apoyé contra una de las paredes, hasta que caí en cuenta, que realmente había olor a quemado en el lugar.

- ¡No! - Abrí el horno, esperando encontrar mis galletas intactas, mas estaban quemadas, duras y algunas se deshacían como si fueran de arena - Lo siento, Kakashi-sensei... - Bajé mi mirada - quería prepararle algo, pero solo arruiné todo.

- Hey, por lo menos lo intentaste. Créeme eres una chica extraordinaria... - Kakashi-sensei con mucha dulzura, acarició mi mejilla.

Me emocioné tanto que me lancé a abrazarlo. Rápidamente caí en cuenta de que eso no era correcto, así que intenté separarme, pero los fuertes brazos de Kakashi-sensei me envolvieron. Permanecimos así un rato, hasta que decidimos separarnos.

- Haremos algo de comer, esta vez los dos.

Kakashi y yo preparamos algo, no era la gran cosa, pero estaba delicioso y me había enseñado a hacerlo.

Al momento de comer, caí en cuenta de que Kakashi-sensei no podía comer con si máscara puesta. Cuando se la quitó, me quedé viendolo como boba, pues era aún más lindo de lo que imaginaba. Sus labios moviéndose mientras masticaba, su sonrisa al notar que lo miraba directamente.

- Eres muy tierna - Dijo riendo, para luego ponerse de nuevo su máscara. Esa imagen se quedaría en mi mente para siempre.

¿Qué les parece la hermosa cara de Kakashi?

Yo creo que... Es un papucho, su cara parece tallada por los mismos ángeles.

Bien, gracias por darle una oportunidad a este Fanfic. Nos leemos en el próximo capítulo. Besos.

Bye!