- ¿Cómo se encuentra?.- Preguntó una joven de cabellos largos y color negro, hallándose al lado de un chico, quien era su hermano. Éste se hallaba arrodillado frente a la cama en donde una niña albina con vestido permanecía arropada y con paño de seda blanco con bordes grises, humedecido y puesto sobre su frente, estaba enfriando aquella zona de su cabeza.
- Sigue igual, la fiebre le ha bajado pero no hay una recuperación rápida.- Habló su hermano con tono serio, volviendo a humedecer el pañuelo una vez más.
- Mierda, ¿quién será el responsable de esto?. Es obvio que de tener un origen mágico.- Oyeron hablar a una chica castaña y con dos coletas, tez clara, llevaba un vestido violeta y mangas lilas, falda púrpura y zapatos del mismo color, además de que venía acompañada por un perro de raza Boston Terrier blanco y negro.
El peli negro negó con la cabeza, no tenían muchas respuestas ante lo que le estaba ocurriendo a aquella niña. Hacía varios días en los que Lumix, la niña de cabellos blancos como la nieve, había víctima de un extraño mal. Todos los intentes, incluso de la "Fundación Speedwagon" para hallar una cura habían dado muy pocos resultados o un rotundo fracaso. Para Kazuya Kobayashi, aquel al que Lumix llamaba "Papa", no quería dejar sola a la pequeña y utilizaba todo lo que estuviera consigo para descubrir aquello que tanto le aquejaba, aún al precio de no dormir en varios días. Y aquello le estaba haciendo mella, sus ojos estaban, cada vez más, ojerosos y parecía que el sueño le estaba ganando la pelea.
Fue entonces que se despabiló, fue hasta el baño y abrió la canilla del agua fría para mojarse la cara y renovar las fuerzas un poco más, pero al salir, sus piernas comenzaron a decir "Basta" y cayó al piso, arrodillado, víctima del cansancio.
- ¡Kazuya!.- Exclamó una chica pelirroja, quien corrió para auxiliarlo.
- Estoy bien, Rin...tranquila...no voy a dejar que Lumix siga sufriendo.- Le dijo, colocando su mano derecha en los hombros de la joven.
- Yo también quiero salvarla, lo mismo los demás junto a la "Fundación Speedwagon" pero no has dormido bien estos días. Debes descansar.- Le decía ella con preocupación y un par de lágrimas humedecieron sus ojos ante ese noble esfuerzo que hacía su novio.
- Pero...- Intentó hablar el peli negro, quien se desplomó del sueño en los brazos de la pelirroja y ésta lo llevó hasta su habitación para que durmiera.
- Debes descansar, ahora es mi turno y el de los demás en ayudarla.- Le prometió Rin, recostándolo en la cama y dándole un beso en los labios.
Pronto, ella regresó con los otros en su misión.
- Muy bien, ¿alguien ha descubierto algo más?.- Pidió la pelirroja con tono serio ante los presentes, sobre el tema de lo que estaba pasando con aquella albina.
- Nada hasta el momento.- Dijo la castaña de dos coletas, dejando a Rin pensativa.
- Vamos a tener que poner todo nuestro empeño para salvar a Lumix. No nos podemos dar por vencidos.- Les anunció a todos los presentes, quienes asintieron con la cabeza.
Mientras tanto, de vuelta en Tokyo, después de una ardua lucha por las calles, aquel grupo de "Sailor Scouts" y sus Aliados llegaron a la Mansión de la Familia Kaiou para resguardarse y prepararse para las próximas ofensivas que el enemigo, aquel al que habían vencido en el Pasado, estaba de regreso y con un solo objetivo en mente. En las calles que rodeaban al inmenso inmueble se podían apreciar coches abandonados por el pánico desatado, ya que muchos civiles habían logrado escapar antes de caer víctimas de aquel Mal desatado por el "Clan Black Moon".
- ¡Denme una mano, gente!.- Pidió Santiago, quien estaba empujando uno de los coches para bloquear una de las principales arterias que daba a la Mansión.
Con la ayuda de Alexander, Dimitri, Samantha y varios más pudo cerrar aquel lugar junto con unos vehículos más, además de usar su poder del Fuego para crear unas "Trampas" y así tener bien defendida la posición.
- De nada servirá levantar barricadas, los civiles están controlados por el "Clan Black Moon", además, ellos verán esto como un simple obstáculo que destruirán en pocos segundos.- Se les acercó Sailor Pluto a los presentes.- Su prioridad, la de todos nosotros, será defender a Lincoln y diseñar una estrategia para detener a esos desgraciados.
- Esperemos que llegar a tiempo o estaremos en serios problemas.- Rogó Alexander, viendo que la Ciudad estaba ardiendo a más no poder por los incendios desatados, así como también se veían las columnas de humo y desde los edificios más alejados, los monumentos de Tokyo, estaban desprendiendo aquellas "Energías Malignas" hacia los Cielos.- Dios, esto no es bueno.- Dijo con asombro ante todo lo que estaba ocurriendo.
Santiago había terminado de preparar aquella defensa.
- El plan que debemos hacer es convocar a los Aliados y mientras que ellos llegan, hay que resistir.- Dijo el joven argentino, cosa que llevó a que Samantha lo mirara con preocupación.
- No queda otra alternativa. Ahora debemos ingresar a la Mansión, rápido.- Intervino Sailor Urano, quien apareció frente a ellos.-
- De acuerdo, ¡vamos, chicas, debemos proteger a Linky!.- Pidió Leni y fueron metiéndose en aquel inmueble, las rejas de acero fueron cerradas con las puertas de acceso a la Mansión, mientras que, por dentro, se iban preparando para la defensa y resistencia ante las ofensivas que el enemigo iba a dar.
El interior volvía a ser reconfortante, las ventanas seguían abiertas, en algún momento se daría la orden de bajar las persianas mientras que las "Sailor Scouts" se ponían en movimiento hacia la planta alta y alrededores.
- ¿Tienen algún refugio subterráneo para que Lincoln esté a salvo?.- Preguntó Lynn a Michiru, quien negó con la cabeza.
- Esta Mansión no cuenta con ello, es una de las más antiguas que ha tenido Japón.- Respondió la peli agua marina, mientras que Lincoln se hallaba sentado en uno de los sillones.
Yacía pensativo, callado, su mirada estaba clavada en el Horizonte, la Nada misma cuando podía oír y ver todo el ajetreo de movimientos realizados en ese mismo lugar. Aún le costaba creer que aquello a lo que estaban buscando esas personas, fuera a hacerse realidad, por temor a la vida de sus hermanas, amigos y demás, esperaba de que las cosas se volvieran a normalizar pero eso estaba con un arranque, un inicio.
- ¿Lincoln?.- Oyó la voz de Lori, quien se sentó a su lado.- ¿Va todo bien?.- Preguntó pero éste negó con la cabeza, llevando a que ella lo acurrucara contra su pecho.
- ¿Qué hice de mal, Lori? ¿Qué es lo que ocurrió? ¿Por qué me quieren a mí?.- Rompió el silencio el muchacho, evitando no llorar.
- Oye, tranquilo, no es tu culpa. Tú no hiciste nada malo, ¿sí?. Esa gente solo quiere tener beneficios con tu poder pero tranquilo, nosotras y los demás te vamos a proteger.- Le prometió ella, tomándole el rostro con suavidad y abrazándolo.- No te preocupes, todo estará bien.
- Tienes razón.- Comprendió el chico esas palabras.- Yo también las voy a proteger.- Dio su palabra.
Por su parte, desde la planta alta, Santiago había abierto su maletín y comenzó a cargar su rifle de asalto, a preparar otras armas de fuego pesado, así como también darles cartuchos a Steve y Franky para sus Parabellum. Samantha se encontraba a su lado, miraba con preocupación el movimiento que iba y venía por todo el lugar, por lo que no podía hallar descanso para su cuerpo y espíritu. El castaño la vio y está intentó ocultar su temor con bajar la mirada.
- Lamento mucho no estar aportando nada en esta posible pelea, Santi.- Ofreció su perdón, cosa que dejó al argentino confundido. Parpadeó un par de veces hasta que sintió cómo la albina se acercaba hacia él, todavía con la mirada baja hacia el piso y de ahí quedaba a pocos centímetros de él.-
- Sammy, no digas eso, ¿por qué pensaría algo así de vos?.- Preguntó Santiago, levantándose del piso y dejando una de las cajas con armas y municiones sobre la cama que compartía con su novia.
- Yo...cuando...cuando el "Clan Black Moon" atacó a la comitiva de los "Reyes de Tokyo de Cristal", intenté ir y auxiliarte pero...pero "Sailor Mars" me dijo que debía quedarme con ellas para así estar protegida, porque podrían capturarme los enemigos y así inclinar la Balanza en nuestra contra.- Contó ella y terminó por romper en lágrimas, llevando a que los ojos del argentino cambiaran al color azul por la Tristeza. Para ser una persona muy fría, él se acercó a ella y la abrazó con fuerza, sin soltarse por ningún momento.- Tranquila, ellas lo hicieron para protegerte, pero no temas, nada malo va a pasar. Todo va a salir bien.- Prometió el castaño, sin soltarse de ella por un buen rato.
- Tengo miedo, Santi, miedo de que algo pueda pasar.- Reveló ese temor, cosa que él la miró a los ojos.
- Tranquila, no pasará nada. Te doy mi palabra.- Juró éste y de ahí, ella lo besó en los labios por un buen rato.
Por su parte, Lincoln permanecía en su habitación, resguardado por tres de sus hermanas, las cuales eran Lori, Leni y Lola, mientras que Lynn permanecía afuera, practicando con las demás y así mantener una buena defensa, así como su fuerza física y espiritual. Dimitri salió afuera, podían oírse las explosiones en medio de todo el silencio que era destruido por los estallidos. Se giró y notó cómo unas columnas de humo se elevaban por los aires, cerrando los ojos y rogando de que todo quedara lejos de la Mansión.
- Dimitri.- Le llamó Luna a su novio, quien se acercó para verlos.
- Me alegra saber de que están entrenando.- Dijo el chico, pasando su mano por la mejilla de la castaña, quien se ruborizó y éste le dio un beso en los labios.
- Sí, así es.- Respondió ella y se acercó para tener una charla sobre un tema importante.- Dime, ¿qué tan cerca están esas explosiones?.- Quiso saber con preocupación.- ¿Nos dará tiempo para tener una buena defensa?.-
- Solo puedo darte la información, la cual es poca, pero seré franco: Es cuestión de ser rápidos y ágiles en esto, así como también pedirle a Dios de que nos de fuerzas.- Sostuvo el chico, quien tenía su Cruz Cristiana Ortodoxa que pendía de su cuello.
- Ya veo.- Comprendió Luna aquel mensaje que su novio le estaba dando con respecto al tema de si podrían resistir.- ¿Y de tiempo?.
- Difícil, solo...- No tuvo tiempo para responder cuando, de golpe, un silbido irrumpió cerca de donde estaban ellos, por lo que el chico castaño reaccionó, tomó a su novia y ambos cayeron al piso junto a las demás, justo cuando una de esas "Bombas" caía sobre una casa vacía y estallaba, haciendo volar escombros por las calles y una columna de humo salía de allí, desde su interior.- Ahí tenemos la respuesta. Que Dios nos ayude en este momento y que nuestros Aliados lleguen cuanto antes.- Pidió el ruso-japonés, poniéndose de pie junto a su novia y las demás.
Una nueva explosión sacudió la Ciudad y éstas seguían aumentando con cada segundo que pasaba.
Mientras tanto, en el Planeta "Némesis", el Rey Endymion había recuperado la consciencia, hallándose metido en una celda y esposado a la pared, de pies y manos, impidiéndole escapar o realizar cualquier truco de Magia que le ayudara a salir de allí. Apretó los dientes con fuerza pero se contuvo, miró y analizó cada sector del lugar. Había mucha poca iluminación, el aire frío entraba por unas ventanas en las paredes de piedra y una puerta de madera era la que daba acceso a los exteriores de ese recinto.
Las cadenas no se aflojaban, algún tipo de Encantamiento o Hechizo le impedía destruirlas, por lo que debió pensar en otro truco, un plan que le sirviera escapar. Se preguntaba en dónde estaría su esposa y temía de que algo le estuviera pasando en esos momentos. De golpe, alzando la cabeza, miró hacia adelante, la puerta de madera se abrió y allí vio caminar a una persona con cabello blanco y vestía muy elegante. Éste se detuvo, tras ordenarle a uno de los Guardias de que cerrara la puerta y de que lo dejaran solo para hablar con el cautivo.
Sus pasos resonaron por el lugar hasta que se detuvo y quedó cara a cara con el Monarca.
- Espero que estés cómodo.- Le dijo con "franqueza" al peli negro.
- Príncipe Diamante, ¿qué hizo con Serena? ¿En dónde está mi esposa?.- Quiso saber el muchacho con seriedad, pero solo obtuvo una seña con la mano de aquel peli blanco.
- Está en un lugar seguro, por supuesto, tienes mi palabra de que nada malo le va a pasar. Ya lo he ordenado a mi "Guardia Personal", nadie le pondrá un dedo encima.- Le habló, ahora, con un tono tranquilo.
- ¿Aún sigues enamorado de ella? ¿No lo entiendes?. Todo esto es en vano, debes detener esta desgracia: Moriste una vez junto a esta gente, ¿por qué te sigues poniendo en peligro?.- Le cuestionó Endymion.
No hubo respuesta, aquel peli blanco estaba callado ante la pregunta que el prisionero le estaba haciendo, así que respiró profundamente.
- No lo entenderías. Puedo sacarte esas cadenas, pero tendrás que comprender el papel que la Reina Neo-Serenity juega en estos momentos y lo mismo tú y el "Príncipe Luna".
- Estarás muy equivocado cuando la derrota caiga sobre ustedes.- Advirtió Endymion pero el otro no respondió, ya que se volteó y puso rumbo hacia la puerta, debido a que un Sirviente lo estaba llamando.
- Continuaremos más tarde esta charla, Su Majestad. Por ahora, descanse.- Prometió Diamante, quien chasqueó los dedos y quitó las cadenas que lo apresaban, dejándolo libre pero aún encerrado en su celda.
No importaba lo que fuera a pasar, él tenía que tomar una medida, un plan que le permitiera escapar de allí cuanto antes con su esposa.
Por su parte, la Reina de largos cabellos rubios como el Sol se había despertado. La habitación que le había tocado era una más amplia, finamente decorada con ese estilo "Neo-Clásico". Sus ojos fueron recuperando la visión hasta que pudo comprobar en dónde estaba. En el Centro de aquel lugar se podía apreciar una Estatua de una muchacha con un aire a ella, cosa que la dejó intrigada.
- Espero que nadie te haya hecho daño, Reina Serenity.- Habló una voz, la cual irrumpía en ese sitio, abriendo las puertas y caminando hacia ella.
- Tú...- Reconoció la chica al misterioso joven de cabello blanco.- Príncipe Diamante...¿Qué está haciendo aquí?. Habías muerto, lo recuerdo.-
El joven se quedó mirándola, su mirada era tranquila, por lo que se arrodilló ante la muchacha, tomándole de las manos y dándole un beso de respeto por la posición y jerarquía que está ocupaba.
- Tal vez tengas muchas preguntas con respecto a qué pasó con nosotros, pero te lo diré: Sí, morimos en el Pasado, cuando nos derrotaron, pero las "Energías Malignas" de "Caos" alcanzaron nuestros cuerpos y nos dio una nueva vida, sin embargo, para ello y tener este Mundo bajo nuestro control, debíamos hacerlo.- Le contaba con suma "calma", cosa que no quería ser seducida por esas palabras.
- ¿Y por qué buscan al "Príncipe Lunar?". Él no tiene nada que ver con todo esto.- Preguntó sobre ese punto.
En ese momento, Diamante adquirió una postura seria y cerró los ojos. La miró, pasó su mano por los cabellos de la chica y de ahí se levantó.
- Eso es algo que no puedo decir.- Respondió y procedió con retirarse del lugar.- Lo siento, volveré más tarde.
- ¡Espera!.- Le detuvo la "Reina de Tokyo de Cristal".- ¿Dónde está Endymion? ¿Qué hicieron con mi marido?.- Preguntó, hallándose muy preocupada por el destino de su pareja.
- Él está bien, en los calabozos, pero contigo, me aseguraré de que esto sea rápido. Por ahora, descansa.- Le respondió Diamante, quien se fue de allí, cerrando las Puertas y dejando a su "Guardia Personal" para que custodiara dicha zona.
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De vuelta en la Mansión Kaiou, en el Salón Comedor, varios de los personajes se encontraban reunidos allí, Alexander estaba con ellos, llevaba un cigarrillo encendido en su mano derecha y una expresión seria estaba dibujada en su rostro. Llevó aquello hasta sus labios y le dio una profunda pitada para expulsar el humo, el cual era llevado hacia afuera por las ventanas que aún estaban abiertas.
- Luego de varios meses de paz, volvemos a estar en la misma "Línea de Fuego". Como si los problemas no tuvieran fin, secuestran a los "Reyes de Tokyo de Cristal" y quieren llevarse a Lincoln para sus malévolos planes.- Dijo con un tono frío y seco en su voz, volviendo al cigarrillo y con la mirada clavada en los presentes, siendo éstos los Hermanos Johnson, Dimitri, Rama, Steve y Franky, mientras que Zork estaba terminando de preparar sus Espadas y el "Escudo de Titanio".- Aplastamos a "Sailor Galaxia", Hachiman y sus Aliados, se restauró la paz y el orden en Gensokyo y ahora...otra vez lo mismo. Es como si el destino se burlara de nosotros.- Llevó su cigarrillo hasta la misma zona y lanzó otra bocanada de humo.-
- ¿Esto te trae recuerdos de la "Guerra Nacionalista", amigo?.- Preguntó Rama.- Sé lo que es sufrir y más en una situación como ésta.
Alexander se reincorporó en su silla y comenzó a hablar.
- Aplastamos a la OTAN en todos los frentes, aniquilamos a los "SWJ", restauramos a los Balcanes con su vieja Gloria y entonamos juntos el "Himno Imperial a la Madre Patria" en las calles de Sarajevo, cantándolo con orgullo y así será por siempre. Esos días nunca se olvidan y perduran.- Respondió a la pregunta del malayo.- Pero ahora, esta guerra es para todos nosotros: Las chicas, nosotros y nuestros Aliados. Los idiotas de los "Pacifistas" que creían que todo se arreglaba con palabritas y abrazos, pensaban que podían ganar una guerra así pero se les fue todo por la cloaca: La gente necesitaba Líderes con sangre de acero, voluntad de hierro, corazón y sentido de conducción, inteligencia, severidad, autoridad pero también que demostraran tener cariño, amor y preocupación por ellos y eso es lo que somos nosotros, hombres y mujeres. Nada de idioteces.- Siguió con esa charla ante los presentes.- Y ahora qué pasa: Vuelven estos dementes, hambrientos de poder para querer convertir al Mundo en una "Era Oscura", sin percepción y destruir todo lo que conocemos hasta "reconstruirlo" bajo su mirada, pero la Historia misma los juzgará.- Una nueva pitada a su cigarrillo y ésta fue algo más larga.- Lincoln dio una verdadera lección a estos locos pero quieren convertirlo en una especie de "Arma". Malditos, todo eso los llevará a su caída definitiva.- Auguró y de ahí se levantó de su asiento, ya que vieron llegar a Haruka.
La rubia de corte varonil se inclinó para susurrarle algo al joven.
- Todo está listo. El enemigo llegará dentro de poco.- Le contó la muchacha, por lo que el "Emperador del Este", aún con su cigarrillo en la mano, asintió con la cabeza.
- Bien, será mejor que nos preparamos, amigos.- Pidió y dejaron atrás el Salón Comedor, no sin antes ver a Dimitri, el cual enviaba un mensaje para ciertos Aliados que él y los suyos conocían.
[Antes que nada, los personajes que vieron al inicio son propiedad de FreedomGundam96, todos los derechos reservados para él y que junto a los que conoce Dimitri volverán a ser vistos aquellos que estuvieron en "Herederas Senshi".
Por otro lado, la guerra ha comenzado y he tomado referencias a las películas "El Búnker" (1981) y "La Caída" (2004) para las escenas dramáticas y la charla en el Salón Comedor.
Nos estamos viendo, amigos. Mando saludos y agradecimientos para RCurrent, FreedomGundam96, LucasAbad0, AnonimousReader98, LeoneEpsilon/Ratnik 3, FrankHurk50, gabiColombo746 y los demás seguidores.
Cuídense, amigos y será hasta el próximo capítulo.
Buen fin de semana de mi parte, Camaradas.].
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