Yo te odiaba⛓️
Nika y Joel
*Parte uno*
Nika
—¡Déjame salir, Joel! —le gritó.
—Hasta que no me digas el por qué me ignorabas, no saldrás —me habló tranquilo con su cuerpo descansando en la pared.
—No hablaré de eso, es una total estupidez —asegure acercándome unos pasos mientras lo apuntaba con mi dedo.
Me fulmino con la mirada antes de encogerse de hombros dandome una sonrisa forzada.
—Pues no saldremos de aquí.
Sonreí de manera retadora.
—Pues no saldremos —me cruce de brazos.
No, no le diré nada.
Me senté en una esquina alejada de el.
¿Quieren saber lo qué pasa?
Bueno, esta mañana fui a la cocina a buscar mi comida y mientras desayunaba una de las sirvientas me dijo que debía ir rápidamente a una de las cabañas ya que me necesitaban para descifrar unos códigos porque si, soy buena en eso.
Llegue a la cabaña y al entrar alguien cerró la puerta, y ese alguien fue Joel.
¿Cuando planeo todo eso?
Matare a esa chica.
Si es que sales.
Joel no dejara que estemos aquí ni siquiera dos horas, estoy segura.
***
¡Cinco horas!
¡Llevamos cinco horas encerrados y sin hablar!
Joel te odio.
T.E O.D.I.O
Escucho otro de sus suspiros.
Sé que lo hace para cansarme.
Oh no ¿Lo peor de todo esto?
Deje mi teléfono en mi habitación por lo cual no puedo comunicarme con nadie.
Kindsey no sabrá dónde estoy metida.
Ojalá piense y se de cuenta, aunque es poco probable que deduzca todo lo que Joel ha hecho.
Y como bonus puedo matar a Joel, que es beneficioso para la humanidad.
He pensado en muchas formas de salir, creanme, el me dobla en tamaño por lo que noquearlo para darme mas tiempo para escapar es practicamente inutil a menos que me acerque demasiado y eso es sospechoso a estas alturas, mis amenazas no funcionan y solo quiero chocar su cabeza con alguna de las mesas de metal.
Joel se encuentra mirando su teléfono, como si está situación fuera la más normal del mundo.
¡Debí irme con mis padres en cuanto Kindsey y tía Zafiro viajaron!
Venus puede encontrar una forma de sacarme o llamar a Nicholas si logro comunicarme con ella.
Miro al chico que literalmente me secuestro con los ojos entrecerrados.
Puedo esperar a que Joel duerma, para llamar a Nicholas tal vez y él encontrara una manera de sacarme de aquí sin que tenga que admitir nada ante Joel, estoy segura.
—No lo creas —me dice mirándome de reojo.
¿Qué? ¿Lo había dicho en voz alta?
Entrecerre mis ojos.
—Cuando te miran después de algún tiempo se puede saber que piensas —explica, seguro al ver mi cara.
Podía debatir eso, jamas alguien había descubierto lo que podía pensar, ni de cerca.
Entonces ¿por qué él lo hacia?
Y en silencio pasamos algunas horas más.
***
No sé cuándo pero el sueño me había ganado quedándome dormida, ahora había despertado pero no abrí los ojos, literalmente estaba ignorando a Joel.
No puedo creer que este haciendo eso.
Es ridiculo.
Totalmente de acuerdo.
—¿Tienes hambre? —me pregunto, ¿De donde iba a sacar comida? Igual no respondí— Sé que estás despierta.
No hice nada.
Suspira.
—Nika... —me llamo, nada— Si me dijeras las razones ya habrías salido.
Y te habría matado también.
Ni tú te lo crees.
Estuve a punto de responder con un mal comentario pero me contuve.
Si lo ignoro se rendirá.
No te hacía tan estúpida niña.
Sentí sus pasos acercándose pero trate de no hacerle caso.
Obviamente no funcionó.
—Nika... —su voz resonó cerca de mi oído haciendo que casi sobresaltara— Come.
Abrí un ojo y todavía sin mirarlo, observé como me tendía una taza con comida.
¿Pero...? ¿Cómo...? Yo no lo oí cuando salió a buscarla.
Levanté la cabeza para mirarlo de mala manera y tomar la taza con brusquedad.
Si tenía hambre.
Note un atisbo de sonrisa en él al alejarse pero lo ignore.
Al terminar de... ¿Almorzar? ¿Qué hora es?
—Déjame salir —le ordené— Y ¿qué hora es?
Él me miró con una expresión difícil de identificar.
—No, y son... —miró un reloj que adornaba su muñeca derecha antes de responder— Las 05:00pm.
Por eso tenía tanta hambre.
¿Ya llevamos diez horas encerrados?
—Si Nika, llevamos diez horas aquí —afirmó.
¿De verdad no lo he dicho en voz alta?
Le pongo mala cara antes de volver a mi posición anterior para no hablarle.
Y así pasaron más horas en silencio.
No sé como note que llegó la media noche pero Joel se quedo dormido.
Me levanté con todo el cuidado que pude y me tambalee un poco ya que tenía horas sin estar de pie, caminé hacia él intentando no hacer ruido.
Joel estaba tumbado boca arriba pero no veo su teléfono por ningún lado, suspiro bajo frustrada.
¿Donde está?
Trato de buscarlo con la mirada pero a la vista no está.
¿Lo habrá escondido antes irse a dormir?
Pienso un momento antes de que una pregunta se instale en mi cabeza.
¿Tendrá algo para abrir la puerta? ¡Una... Llave!
Debe tener una llave, resopló antes de ponerme de cuclillas para observar mejor, él se remueve un poco haciendo que me tense pero no despierta.
En cuanto iba a acercar mis manos a él una idea vino a mi mente.
El arma.
Me levanté dándome la vuelta y yendo a una de las mesas donde se encuentra la computadora de Chase, pongo mi mano debajo de la mesa donde esta una pistola escondida y la tomé.
En todas las cabañas y habitaciones en esta finca habían armas escondidas, de todo tipo, pistolas y sus cargas, cuchillos si querías ser más sutil.
¿Cómo no había pensado en esto antes?
Me aseguro que este cargada antes de acercarme a Joel.
—Despierta, bello durmiente —murmuro mientras me pongo de cuclillas y pongo el cañón en su sien, presiono un poco haciendo que se remueva— ¡Despierta!
El grito en conjunto con la sacudida hizo que frunciera el ceño antes de abrir los ojos lentamente, no tardó en enfocarme.
Por instinto se arrastro lejos de mi mientras miraba con incredulidad.
—¿De dónde sacaste eso? ¡Bajala! —me fulminó mientras se levantaba con rapidez y se alejaba.
—Dejame salir Joel —hablo entre dientes, incorporándome para seguir apuntando en su dirección.
—Nika... —dice con advertencia.
—Abre la puerta —ordenó.
Él de repente sonríe, parece divertido.
—No vas a dispararme —asegura y se cruza de hombros, totalmente confiado.
Abro la boca sin poder creer lo que está diciendo.
—¿Me retas? —alzó ambas cejas.
—Hazlo —alzó sus brazos trabajados y por un segundo mis ojos van hacia ellos.
Sonrió antes de disparar a su lado, en el suelo.
—Déjame salir —digo moviendo el arma para que apunte a su pecho.
Él ríe.
—No me disparaste, sé que no lo harás.
Y en el fondo, yo también sabía que no lo haría.
Y eso era totalmente frustrante.
Escuché pasos afuera y por un momento pensé que me sacarían y podría escapar de las preguntas de Joel.
—¿Qué ocurre adentro? —era la voz de Zabdiel, seguro escucho el disparo.
—Estamos bien —lo tranquilizó Joel pero antes de que siguiera lo interrumpí.
—¡Yo no estoy bien aquí! —replicó— ¡Nada bien!
Zabdiel río, oh también iba a tener consecuencias.
—¿Aún no ha dicho nada? —pregunto con un poco de incredulidad pero a la vez diversión.
—Nada de nada —aseguró Joel.
Zabdiel también estaba dentro de esto, esperaba que Yadiel no porque se arrepentirán mucho.
—Kindsey me llamó... —hablo de nuevo Zabdiel desde el otro lado, colocándome alerta— Ya se dio cuenta pero no sé como.
Kindsey ya sabe que estoy encerrada, suspire.
—¿Por qué no se lo dices ya, Nika? —hablo de nuevo pero esta vez con una poco de cansancio, rode los ojos.
—No digo nada porque no tengo nada que decir —aseguro.
—Ajá, como digas. Solo te advierto que Joel puede ser cabeza dura cuando quiere.
—Competiremos entonces.
Y creo que se fue.
—Déjame salir, Joel —volví a centrarme en el.
¿Era idea mía o se había acercado un poco?
Y lo confirme cuando me tomo desprevenida acorralandome contra una de las mesas, el arma se resbaló de mis manos cayendo al suelo.
Mierda.
—Aléjate —mis manos se encontraban en su pecho, alejándolo pero no cedia, sino que estrechaba más su cuerpo contra el mio.
—¿Por qué? —ladea la cabeza— ¿Te pongo nerviosa?
Estuve callada por unos segundos antes de soltar una risita con burla.
—¿Tú? Ponerme nerviosa ¿A mí? —bufo— Por favor.
Rueda los ojos antes de sonreír.
—Te dije que no me dispararías.
—No te dispare porque te acercaste a mi —aseguro.
—Como digas —ironiza.
—No sé si me habías oído, aléjate —vuelvo hablar, comenzando a sentirme incómoda.
—Estoy muy cómodo así, gracias.
Rodé los ojos.
Fije mi vista en sus ojos, azules como el cielo, o como mi cabello, estos al mirarme destellaron.
—Pues yo no estoy para nada cómoda, así que puedes alejarte.
Él vuelve a sonreír pero ahora sí se aparta.
Y en cuanto me estaba a punto de agachar para tomar el arma, él con un pie la empuja al otro lado del lugar.
—Eres irritante —aseguro.
—Me lo han dicho varias veces.
Camina hacia el arma sin dejar de mirarme y la toma, antes de desarmarla con facilidad.
Abro mi boca, un poco sorprendida y a la vez indignada.
—Así me aseguro de que no volverás a tratar de dispararme —habla con burla provocando que frunciera el ceño.
_¿Cómo sabes que no tengo otra arma escondida? —cuestionó.
Alza una ceja, divertido.
—Si hubieras tenido otra arma, también la habrías sacado, te gusta defenderte a lo grande.
Y tenía razón.
Reí pero luego me coloque seria.
Debía estar molesta, no riendo por sus palabras.
Él suspira, al darse cuenta de mis pensamientos.
—Nika, solo debes decirme... —lo interrumpo.
—Cállate Joel, no quiero escucharte.
Me volví a sentar en el rincón de antes.
Si que eres bipolar.
Joel me miró fijamente por una, dos, tres, cuatro y cinco horas..
—¿Por qué no buscas un bosque y te pierdes en el? —pregunto irritada.
Él solo río.
Ruedo los ojos.
Joder, tengo que hacer algo para salir de aquí.
Pero... ¿Qué hago?
Que bueno que lo preguntes querida, ¿Tú no decías que jugabas con las personas? ¿Por qué ahora él juega contigo? ¿Por qué dejas que te controle?
Es muy cierto, no importa donde esté nadie puede creer que jugará conmigo y saldrá ileso.
Una sonrisa se dibuja en mis labios en cuanto miro a Joel.
Frunce el ceño.
—¿Qué te pasa?
—¿Por qué quieres saber la razón de que te haya ignorado en estas semanas? —alzó una ceja y me pongo de pie, soy más baja que él pero si solo subo la cabeza un poco puedo mirarlo a los ojos.
Él aprieta un poco sus labios.
—Curiosidad —se encoge de hombros.
—¿Curiosidad? Si fuera simple curiosidad, no me hubieras encerrado aquí, así que no te creo.
—No me importa si me crees o no —hablo molesto.
Reí.
—Hagamos un trato ¿Bien? —propongo.
Él alza una ceja y se cruza de brazos.
—No haré ningún trato contigo Nika...
—Te responderé a tus preguntas... —corta sus palabras al oírme pero me mira con desconfianza— Y tú, me dices el porque de tu "curiosidad" por saber a qué venía que te ignorara.
Su ceño se frunce y sé que lo deje pensativo.
—Trato... —acepta un poco dudoso.
—Pero hazlo tú primero —hice un ademán hacia él.
Ahí se negó.
—No soy estúpido Nika... —me miró con reproche pero no daría mi brazo a torcer y él lo sabía— Bien. —hablo en un suspiro.
Mi sonrisa se extendió más.
Me miró con duda antes de hablar.
—Me interesa saber porque me ignorabas ya que... —cierra un momento los ojos pero al abrirlos se ve decidido— ¡Joder! No quiero que me ignores, asi de simple.
Sus palabras tan francas hicieron un estrago de sorpresa que oculte con rapidez tratando que no lo notara.
Trague saliva.
—¿Por qué no querías que te ignorara? —indagué.
Esperaba que cambiará el tema o que no respondiera y se formará un silencio incómodo.
Pero no fue así.
Él miro al suelo y al subir la mirada, sus ojos azules brillaban más de lo que alguna vez admitiré.
Se acerco con mucha rapidez tomandome de la cintura y dejandome quieta en un lugar, se acerco lo suficiente para que nuestras frentes chocaran y hablo en susurros despacios.
—Quemaban mi piel las horas que no te escuchaba hablar, me acostumbre tanto a ti que no sé cuando comenzaste a entrar en mi mente y odio que me ignores con tanta facilidad cuando he buscado tu mirada por horas y es agonizante no encontrarte mirandome.
No esperabas eso ¿Eh?
Por supuesto que no.
Nos miramos por unos minutos a los ojos, no sabía qué responderle.
Mi respiración se agitó un poco y me reproche a mi misma el no ser fuerte.
Relamó mis labios y su mirada se dirige a ellos para luego ir a mis ojos, y así sucesivamente.
De pronto una idea paso por mi cabeza y la decisión que tome no creo que fuera la correcta.
Rodé los ojos ante mi indecision y lo tome por la parte trasera del cuello y lo empuje hacia mi, mientras yo me impulsaba hacia arriba.
En pocas palabras...
Lo estoy besando.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro