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Capitulo 35⛓️

Kindsey

Despierto por un movimiento en mi brazo, parpadeo varias veces para acostumbrarme a la luz, tengo un dolor de cabeza algo leve pero aún así, es molesto.

Miro a la persona que ha arruinado mi paz mientras dormia y me doy cuenta que es Nika.

—Kindsey, tengo que contarte algo.

Bostezo y me siento en la cama.

—¿Qué?

Ella se sienta frente a mi, frunzo el ceño cuando noto que está emocionada.

—¿A quién asesinaste? —le pregunto.

Me mira mal.

—Yo no me pongo así cuando asesino a alguien —se defiende.

Alzo una ceja.

—¿Ah si?

Rueda los ojos.

—No vine para hablar de eso —expresa para luego sonreír— Me acosté con Joel.

—¿En serio? —cuestiono— Yo creía que se habían acostado hace rato.

Volvió a mirarme mal.

—¡Kindsey!

Alzo ambas manos.

—Bien, bien.

Aprovechando el silencio que se formo miré al rededor de la habitación y no encontre a cierta tercera persona y no sé porque me sorprendió no verlo aquí.

Debería estar agradecida de que se fuera antes de que alguien lo viera y tuviera que dar explicaciones ¿no?

En ese momento escuchamos golpes llamando a la puerta.

—Princesa Mattei, el rey la llama a su oficina.

Ruedo los ojos, seguro es una regañina de el.

—Dile que luego de prepararme bajaré.

Me levante y camine al baño, mientras Nika se metia a mi closet.

Luego de cepillar mis dientes, me di una larga ducha tratando que el dolor de cabeza rebajara aún sin importar que mi padre me esperara.

Salí con una toalla cubriendo mi cuerpo y en cuanto mire a Nika, lo solté.

—Bese a Yadiel —confesé.

Ella me miro poco sorprendida y río un poco.

—¿Otra vez? Bueno, no es sorprendente pero... —la interrumpí.

—Y también a Zabdiel.

Esta vez si se mostró asombrada.

—Y aunque no hicimos nada más, Zabdiel durmió aquí... Pero no en la cama —termine por soltar.

—Okey, eso si no me lo esperaba, pero vaya que te divertiste anoche.

Ruedo los ojos.

—¿Divertirme?

Suspira.

—Sé que no te divertiste, solo era un decir —me tomo por los hombros— Lo siento. Nick me contacto y dijo que te estaba cuidando, yo me quede porque estuve espiando un poco.

—¿Espiando?

Asintió.

—De eso hablaremos luego.

Cierro los ojos al terminar de vestirme y luego mire a la peli azul.

—¿Vas a comenzar una relación con Joel?

Sus ojos brillaron dándome la respuesta.

—Hablamos luego —me despido antes de salir.

Camine por el pasillo pero como la suerte jamás está de mi lado...

No crees en la suerte.

Mire a Zabdiel.

Ay no.

Estaba colocando un pie al inicio de la escalera y escuche su voz.

¡Por qué!

—¡Kindsey!

Iba a ignorarlo pero me tomo de la mano haciendo que me detuviera.

—¿Qué quieres, Zabdiel?

Me voltee e inmediatamente fruncí el ceño, intentando actuar fastidiada.

—Oye, solo quería preguntarte si habías dormido bien, estuviste murmurando algunas cosas.

Lo miré extrañada.

—Dormí bien —me encogí de hombros sin saber muy bien qué decir exactamente.

—Está bien... Y sobre lo que sucedió anoche.

Lo corte de una.

—Fue un beso, simplemente eso —fruncio el ceño pero no dijo nada— Dejalo ir.

Duraron unos minutos de silencio donde solo nos mirabamos, él luchando por no flaquear en la mirada y yo solo quería que esto acabara ya.

—Es cierto —dijo en casi un susurro para luego soltar con sequedad— No hay nada que decir sobre eso.

Asentí sin preámbulo y pasando por su lado baje las escaleras.

Me pude librar de él, por ahora.

No quiero seguir hablando del beso insignificante.

¿Insignificante?

Camino por el pasillo a la oficina de Jimmy, sin decirle nada a nadie y recordando viejos años.

Aislamiento...

Llegué frente a la puerta y toque dos veces, recibiendo un pase.

Luego de abrir, camine hacia la silla y me senté.

—¿Para qué querías que estuviera aquí?

Creo que estuvo a punto de gritarme por mi desaparición pero solo suspiro y me entrego un sobre.

Lo tome extrañada y lo abrí sin esperar más.

Habían varias fotos de un hombre que no reconocí, una de ellas era el contando unos billetes, otra también estaba el pero ahora recibía el dinero de un encapuchado.

Habían dos más, una de ellas era el mismo tipo con una mujer castaña y dos niños, y la otra foto era del mismo encapuchado subiendo a un auto difícil de distinguir.

Subí la mirada.

—¿Qué es esto? —alce las fotografías.

Él no se tardo en explicarme.

—Ezequiel Saruma, un narco de rango medio, como ves en la tercera fotografía, tiene esposa e hijos, además es dueño de un antro en el centro de la ciudad, y tiene tres fincas alrededor del país.

Asentí procesando la información pero aún no entendía porque me la daba.

—Estamos seguros que es parte de las personas que nos han robado, y creemos que es el hombre más cercano al que esta detrás de todo esto.

Alce ambas cejas, mirando nuevamente las fotografías.

—¿Y crees que el encapuchado es el jefe de ellos?

—Es una posibilidad que no debemos descartar pero sería lo menos posible ya que solo alguien muy imbécil saldría dando sospechas cuando lo estamos buscando.

Hice una mueca, dándole la razón de cierta manera.

—Hay algo más —me avisa antes de sacar una grabadora y reproducir la grabación.

Okey... ¿Entonces nos vemos en el bar? —pronto supe que era el Ezequiel, y por un momento su voz me atormento.

Ya te he dicho que si, Ezequiel —esa era la voz de una mujer— Te esperamos.

Esperamos...

Miré a Jimmy.

—Pudimos hackear su teléfono para grabar esas ultimas palabras en la llamada.

Asentí nuevamente.

—Allí estaremos esta noche... —le asegure.

Me levante para poder salir y decirle a Nika todo pero Jimmy me detuvo.

—Kindsey...

—¿Qué? —lo miré.

—No hagas un alboroto.

Reí.

—Sabes que no te haré caso.

Y así, salí de allí.

***

—¿Me estas diciendo que ya casi acabamos con esto? —la voz de Nika fue de genuina emoción.

Asentí, intentando reprimir una mueca.

—Bueno, veré que me pondre.

—Yo igual, y recuerda decirle a Joel que le comunique a sus hermanos sobre la misión.

Alzo una ceja.

—Sabes que te comportas de manera inmadura, ¿Cierto?

Suspire.

—Solo diselo ¿Bien?

Salió sin decir nada más.

Bueno, a ver que utilizare para matarlo.

Busque como alrededor de treinta minutos, me encontré hasta con ropa que no sabía que tenía.

Creo que hasta es la primera vez que entro al armario.

Al final me decidí por un traje de cuerpo completo hecho de cuerina color negro, este no tenia mangas por lo que mis brazos quedaban al descubierto. Observe mi tatuaje en la muñeca y sonreí un poco.

Me coloque unas botas con tacón y recogí mi cabello en una coleta alta.

Me maquille de forma sencilla y los accesorios fueron básicos.

Luego de terminar, alguien abrió la puerta mientras yo me miraba al espejo.

Pensé que era Nika pero cuando se detuvo detrás de mi, lo vi.

Casi hace que se me pare el corazón.

Estaba con una camisa azul, unos pantalones militares y un chaleco antibalas.

—Yadiel... ¿Qué haces aquí?

Él miro por un momento mi vestimenta y respondió.

—Venía a buscarte, es hora de irnos.

Asentí para que se fuera pero parece que no entendió la indirecta porque no se movió.

Rodé los ojos.

—Vete —le dije duramente y luego de levantar las manos en señal de paz y se fue.

Suspire y luego de recordarme que debo hacer salí de la habitación.

Al llegar a fuera de la casa, me percate de algo.

Hace casi veinticuatro horas que no veía a Zafiro...

—Kinds —mire a la pelo azul— Vamos.

Y luego de eso, ocurrió algo cambiando el rumbo de todo.

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