Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 33⛓️

Zabdiel

Kindsey y Yadiel tuvieron su cita, se fueron por la tarde y llegaron muy entrada la noche.

No pude dormir.

Leo por décima vez lo que dice la página del periódico.

¿SERÁ UN WILLIAMS EL PROMETIDO DE KINDSEY MATTEI?

Según fuentes seguras, se han visto a Kindsey Mattei y Yadiel Williams entrar y salir del restaurante «Carissima» tomados de la mano.

Recordemos que hace pocas semanas se anuncio que Kindsey Mattei, heredera de todas las empresas y propiedades de sus padres Jimmy Mattei y Zafiro Mattei, estaba comprometida pero no dieron información alguna sobre su prometido.

Al ver a estas dos grandes influencias en el mundo juntas, las redes sociales no han parado de crear teorías, ¿tal vez habrá una unión por matrimonio entre los Mattei y los Williams?
Nadie olvida que Jimmy Mattei y Mateo Williams son amigos desde la juventud y mantienen contacto cercano hoy día.

Pero lo más importante, ¿esta unión será por amor o meramente conveniencia?

Y la fotografía tomada por sabrá Dios quién, aparece en medio, casi como si se estuviera burlando de mi.

Ya ha pasado una semana desde que encontraron un dije en uno de los containers a los que fueron los mellizos, Yadiel y Kindsey.

Kindsey y Yadiel en todo, juntos.

¿Qué mierda me pasa?

Desde ese momento, Kindsey ha estado muy distantes con todos, por lo que supongo ese dije era de su hermana.

Hermana a la que sigo sin recordar.

Sé de Suje solo lo que los reyes y Kindsey han dicho, y por más que me esfuerce mi mente no parece registrar recuerdos de ella.

¿Qué mierda me dieron para que mi mente borrara esa información?

¿Cómo lo hicieron?

Pero volviendo a Kindsey, que ha gobernado mis pensamientos desde ese día.

Ella también se la ha pasado entrenando y lo sé porque la he estado espiando de vez en cuando, pero ahora no esta haciendo eso.

Tampoco está en su habitación, ni en la cocina, o en el patio, mucho menos en las cabañas.

Son las cinco de la mañana y Kindsey no esta en casa.

Estoy entrenando un poco, ya que últimamente no lo he hecho por todo lo que ha pasado, pero aunque estoy aquí ejercitandome mi mente no lo esta.

Quiero ver a Kindsey.

Estuvo súper rara esta última semana pero no me atreví a preguntarle, ahora que no sé donde esta, quiero verla.

Paro un momento para beber agua y con una toalla seco todo el sudor de mi cara.

Mi teléfono vibra y al tomarlo es una llamada de Dan.

Contesto al instante.

Hermano —saluda.

¿Qué pasa? —sueno un poco agitado.

Solo llamaba para saludar ¿Qué te pasa?

Suspiro.

Muchas cosas en realidad.

Pues cuenta, tengo tiempo antes de ir a una reunión.

Okey, pero no le digas a Cass.

No quiero que se haga ideas locas.

Tan equivocada no estaría.

***

Cuando estoy sentado en el asiento trasero del auto y giro mi cabeza hacia la otra esquina donde su cabellera negra revolotea por el viento.

Su nombre quiere salir de mis labios, pero estoy tan anonadado por el hecho de que ella este aquí, conmigo, y que se vea tan... Tranquila.

Entonces se voltea en mi dirección y en lugar de sobresaltarse y que en su frente se forme el ceño al que estoy acostumbrado, ella me sonríe.

Y entonces me despierto.

Nika

—Okey, no me contesta —hablo para mi en voz alta.

Estoy encerrada en mi habitación luego de la comida, trato de contactar a Kindsey pero es imposible.

Hoy es el día...

Hace siete años ocurrió todo.

Oh Kindsey, no te atrevas hacer algo estúpido.

Habíamos quedado en que iría con ella a cualquier lugar que decidiera pero no esta en casa desde la madrugada.

También extrañaba en gran manera a Suje, joder, claro que lo hacia pero me enfoque en ayudar a Kindsey y acompañarla a seguir adelante.

Ellas son como mis hermanas y ahora que Suje no estaba, apoyaría a Kindsey en absolutamente todo.

Se escuchan unos toques en la puerta y casi corro para abrir pensando que sería ella.

Obviamente me equivoque.

—¿Qué haces aquí Joel? —pregunte cansada.

—Debemos hablar —me dice entrando sin mi autorización.

Suspiro.

—Ay Joel, ahora no es el momento.

—Pues no importa —dice muy seguro— Vamos a hablar sí o sí.

Rodé los ojos y cerré la puerta.

—¿Qué pasa? —lo miro esperando una respuesta.

—¿Como qué que? —estaba estupefacto.

—Joel, no quiero hablar contigo —le exprese con cansancio— Por lo menos, no ahora.

—No, Nika. No volverás a ignorarme —negó fuertemente— Así que hablaremos en este momento.

Sobo mis sienes.

—Bien —me rendí sentándome en la silla del escritorio— Habla.

Él me miro durante unos segundos más para luego comenzar hablar.

—Ya sabemos todo por lo que hablamos cuando estuvimos encerrados...

—Cuando yo estuve encerrada —le corregí— Tu podías salir en cualquier momento.

Eso aún me irritaba.

—Es igual —hizo un ademán restando importancia— Quiero saber... —se callo.

Rodé los ojos presintiendo lo que quería decir.

—¿Qué somos? —complete la oración.

Asintió.

—No soy bueno en esto así que no esperes que me exprese tan bien.

—Joel —me miro— Seamos claros, me gustas y te gusto. Creo que lo mejor sería ir viendo como va.

Fruncio el ceño.

—¿Como va? No entiendo.

—Tenemos diecinueve años, herederos de las mafias más poderosas del mundo y próximamente dueños de ellas, ahora no tenemos tiempo para fijarnos solo en una relación —su mirada se volvió oscura— Pero no estoy diciendo que no quiero tener una relación contigo, Joel. Quiero estar contigo pero es mejor ir poco a poco. También esta el hecho del trato en el que estás involucrado y debemos solucionar eso antes de adentrarnos en algo más.

Asintió.

—Okey —se levanto— Entonces, me voy.

Joder.

—Joel...

—No, yo entiendo —su voz era áspera.

No puedo dejar que se vaya así porque inconscientemente un dolor se formaba en mi pecho ahogándome.

Caminaba hacia la puerta pero me apresure en tomarle la mano y cuando volteo, presione mis labios a los suyos, haciendo que se detuviera instantáneamente.

Me separe rápido, porque debía hablar.

—Me gustas, Joel Williams —le aseguró, con mis ojos fijos en los suyos— Y voy a estar contigo, formalmente, hablaremos con los reyes y todo eso pero no puede ser hoy —dije firmemente.

—¿Por qué no? —no se separo de mi, por lo que mientras sostenía sus mejillas, su mirada de confusión era clara.

Inhaló hondo, intentando aclarar mis pensamientos.

—Hoy hace siete años murió Suje —confesé.

Joel se alejo de mi e instantáneamente comenzó a buscar alrededor de mi habitación.

—¿Y...?

—Kindsey esta desaparecida.

—Mierda.

Asentí.

—Sí, mierda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro