Capitulo 29⛓️
Zabdiel
Joel volvió a mirarme antes de soltar una risita.
—Deja de ser tan idiota —hable mirandolo con los ojos entrecerrados.
—Pero... Te lo juro, nunca te había visto confiado y que todo te saliera al revés.
—Nika me las pagara —asegure y su cara se puso seria.
—No te metas con ella —me señaló inclinando la cabeza para darme a entender su amenaza, alce una ceja divertido.
Oh, mi hermano esta tan perdido.
Nuestra batalla de miradas fue interrumpida por la vibracion de mi telefono indicando que alguien llamaba, conteste de inmediato al ver que era la mano derecha de mi padre.
—Príncipe, deben venir de inmediato —su voz fue seria, y eso me dio mala espina, sin embargo no pregunte nada y solo dije.
—Ya vamos para allá.
Colgué mirando a mi hermano, él me entendió de inmediato y salimos de allí rápido.
Llegamos a la casa y por lo que veo, Nika y Yadiel fueron informados ya que se encontraban en el salón, Yadiel hablaba con la mano derecha de Jimmy quién se había quedado supervisando todo y Nika estaba a un lado con su teléfono en su oreja, el nombre de Kindsey salió de sus labios y supe de inmediato que hablaba con ella.
No tenía tiempo de quedarme y saber qué decían por lo que subí las escaleras a toda velocidad para cambiarme de ropa y buscar mis armas, estando listo baje.
Aún no sabía lo qué sucedía, pero no debía ser para nada bueno.
Sin decir una sola palabra subimos a los autos y cada quién condujo hacia la propiedad indicada.
Nika
Joder.
No se puede tener siquiera un día tranquilo.
Se preguntarán qué ocurre.
Bueno.
Retrocedamos...
Hace unas horas salí de la cabaña en dirección a la casa cuando me dejaron salir, estaba tomando una ducha cuando uno de los hombres entro con urgencia a la habitación y dijo que Yadiel había mandado a llamarme, luego Yadiel me dijo que su padre lo contacto diciendo que habían encontrado a uno de sus hombres muerto en una de las bodegas, eso no es lo que los alarmó.
El hombre tenía en su pecho un chaleco con explosivos y una nota.
No sé qué decía esta pero debe ser grave ya que también llamaron al tío Jimmy.
Así que ahora estoy en mi auto conduciendo hacia la propiedad del Rey Mateo Williams.
Cómo de costumbre, voy a toda velocidad sin importar qué, mientras estoy llamando a Kindsey para ver si ya llegaron pero no me responde.
Ella tenía una misión extra junto a Nicholas, espero que esto no haya arruinado lo que quisiera hacer.
Cuando la llame hace un rato ella dijo que tampoco sabía de qué se trataba esto, así que estamos a la deriva.
Llegó a la reja alta la cual abren de inmediato, estacionó el auto y en cuanto voy a entrar alguien me toma del brazo.
Aunque sabía que estábamos totalmente protegidos por guardias, estuve a punto de sacar mi arma y descargarla en la persona hasta que me di cuenta que era Joel.
—¿Eres idiota? —acomode mi chaqueta de cuero un poco molesta.
—Oye Nika, debemos hablar —me dijo sin prestar atención a mis anteriores palabras.
Rodé los ojos.
—Joel, hemos llegado aquí por una emergencia, creo que no es el mejor momento para hablar —le dije de manera obvia, él estuvo a punto de debatir.
—Es cierto —nos interrumpió Yadiel pasando por medio nuestro para separarnos un poco— Concéntrate en el ahora y luego pueden hablar lo que quieran hablar.
—Ahora... —Zabdiel abrió la puerta hablando, parecía que todos escuchaban nuestra conversación— Entren.
Sin decir nada más, entre. Esta es otra casa diferente a la propiedad principal de los Williams, y creo que nunca había venido antes.
Por lo que, Yadiel y Zabdiel iban a delante hablando mientras Joel estaba a mi lado.
—Hablamos luego —me dijo en cuanto uno de los guardaespaldas abrió una puerta y entramos, instantáneamente me di cuenta que era una oficina y por las personas en ella supe que era la oficina de Mateo.
—Al fin llegan —habla Aurora, su esposa.
La reina Williams no me daba confianza, tal vez era algo en sus ojos, pero después de ese ataque en el que la hirieron, parecía más cerrada, más distante, más cruel que antes.
Inspecciono la oficina en busca de Kindsey pero no está por lo que hago una mueca.
—Aún no llegan —me informo el señor Williams, que al parecer estaba leyendo mis pensamientos— Pero en cuanto bajen del avión vienen acá.
Asentí con más tranquilidad.
Me di cuenta que tampoco estaba la pequeña Dom, aunque estaba claro que sus padres jamás la dejarían estar en una reunión de esta magnitud.
—¿Qué ha ocurrido? —pregunta Yadiel con seriedad.
—¿Qué decía la nota? —Zabdiel aclara la pregunta.
Todos ponemos nuestra atención en Mateo.
—Una amenaza, nos han amenazado.
Alce una ceja, esto me pareció ridículo.
Y al parecer no fui la única que lo pensó.
—¿Y eso qué tiene? Nos amenazan diariamente —hablo Joel.
Su padre le dio una mirada dura.
—No es una simple amenaza, en esa carta —señala la hoja en el escritorio— Revelan algo de suma confidencialidad, y dejarla en el cuerpo de uno de mis hombres es un mensaje claro.
Un desafío.
—¿Qué decía? —la pregunta dejo mis labios con curiosidad, trate de controlarme.
Y antes que respondiera se abrió la puerta, dándole paso al tío Jimmy junto a tía Zafiro y Kindsey, además detrás de ellos entraba la familia Tyson.
—Ahora falta Luis —dijo Mateo, hice una mueca pensando en mi padre.
Tuvimos una buena relación en mi niñez, no tan buena ahora.
—Pero vayamos adelantando —hablo Jimmy— ¿Cómo no notaron que habían entrado a la bodega?
—Estábamos en reunión —explico el rey Williams— Cambio de guardias.
Fruncí el ceño con duda.
Vi llegar a mis padres y se unieron en la mesa que había, mi mellizo se quedo a un lado de la puerta.
—¿Qué decía la nota específicamente? —pregunto el señor Tyson con aire pensativo.
Mateo dirigió su mirada hacia nosotros, los príncipes.
Y ahí entendí.
—¿Por qué no quieren hablar con nosotros aquí? —inquiero con dureza mirando de repente a Kindsey que estaba en una esquina de la habitacion analizando todo, mire a mi hermano y él entendió mi mirada colocandose alerta.
Los reyes intercambiaron miradas, el tío Jimmy miro a los tres restantes en orden, el rey Tyson le dio una mirada de dura comprensión antes de apartarla, luego mi padre asintió ante la mirada del pelinegro, y al final, Jimmy miro a Mateo antes de asentir de manera tensa.
—Mencionaron a Suje en la carta —el silencio cayo en la habitación de manera abrupta— Amenazaron con destruir a cada princesa de nuestra organización.
Venus, Domenica, Kindsey y yo.
Princesas.
Pude escuchar a Kindsey aguantar la respiración de repente, trate de acercarme pero estaba a la defensiva.
Me di cuenta que al nombrar el nombre de Suje, Zabdiel también miro a Kindsey por lo que una duda se creó en mi cabeza.
¿Cómo Zabdiel se enteró? ¿Ella se lo dijo en aquel momento? ¿Por qué no me lo dijo?
—¿Cómo alguien más se enteró de esto? —el tío Jimmy hablo con furia apenas contenida.
—¿Quién es Suje? —la pregunta de Yadiel fue como un balde de agua fría para los reyes, me tense, sabiendo lo que venía a continuación.
Joel, que estaba cerca de mí, me miro e intento quedar a mi lado pero fui lo suficientemente rápida para moverme más cerca de mi hermano antes de que explote la bomba.
—¿Suje? —el menor de los Williams miro a Zabdiel con confusión— ¿A ella te referías la otra vez? —batio su mirada entre todos— ¿Quién es?
Note como Kindsey fulminó con la mirada a Zabdiel, y él le devolvió una mirada de disculpa genuina.
Yaca Tyson, que se mantuvo callado desde que llego, salto de su lugar mientras fruncía el ceño.
—No es por interrumpir pero, tampoco sé quién es Suje.
Se creo un terrible silencio.
—Yo no la recordaba —el castaño, Zabdiel, hablo elevando la mirada hacia la fulminante de su padre y de Kindsey, aún así no se detuvo— En realidad, aún no la recuerdo. Existió, ¿por qué jodidamente no la recuerdo si existió?
—Zabdiel —alguien murmuro una breve advertencia ante su exaltación.
Repaso con mi mirada a todos en la oficina.
Nicholas me da la afirmación de que esta preparado para irnos con Kindsey si es necesario, los hermanos Williams comparten una expresión de confusión e incredulidad, y Yaca mira a sus padres como si en realidad esperara una respuesta genuina.
Ellos siempre mienten.
Todos mentimos.
Pero los reyes son expertos en eso.
Mi padre miraba fijamente a su mejor amigo y Jimmy le devolvió la mirada pero no pude descifrar qué se comunicaban.
Mateo Williams nos miraba a todos pero cada algunas miradas terminaba siempre en el hombre pelinegro.
—Yo creo que es momento de decirles —hablo el rey Tyson, sorprendiéndome, casi nunca interviene directamente en conflictos.
Y vaya que se iniciaría uno aquí.
—¿Decirnos qué? —se escuchó al unisono las mismas palabras en cada uno de los Williams, los tres con distintas expresiones marcadas.
Zabdiel tenía la mandíbula apretada, seguro sacando conclusiones en esa cabeza hueca suya.
Yadiel parecía por primera vez a la defensiva, desde que lo conozco, era la primera vez que lo veía con una emoción intensa, repartía su mirada entre Kindsey y su padre.
Joel me miro de reojo varias veces antes de centrarse en su padre, parecía desestabilizado y confundido.
Sentí ternura.
—Deben decirles —tembló Kindsey en conjunto con sus palabras, volví a intentar acercarme pero apenas logre dar unos pasos en su dirección y ella aprovecho para salir de su esquina y quedar frente a todos los reyes— Diganles o lo haré yo.
—Kindsey —intervino por primera vez Zafiro— Tenemos cosas más importantes que tratar, hay una amenaza y...
—Me importa una mierda lo que pienses —en ese instante el tío Jimmy dio un paso hacia adelante y por instinto camine hacia el frente para quedar a un costado de la pelinegra y pongo una mano en su hombro.
—Kindsey...
—No sobrepases tus límites —regaño Jimmy con una postura recta que Kindsey igualo.
Esto se va a ir a la mierda.
—Comienza hablar o lo haré yo, Jimmy —amenazo.
Espere con una posición de defensa, iría contra quien sea por Kindsey, sin importar si moría en el proceso.
—Ya basta —de nuevo, el rey Tyson interfirió y prosiguió a pesar de las miradas— Suje Mattei, hija de Jimmy y Zafiro, esta muerta.
Las crudas palabras hicieron un desbalance en mi amiga, comenzó a temblar y la tome por ambos brazos para sacarla de ahí, pero se resistió y susurro.
—Me quedare, quiero quedarme —sostuvo mi mirada hasta que me rendí en su terquedad, igual me quede cerca.
Mire a los cuatro hombres que parecían más confusos, e incluso enojados por la nueva información que deberían saber.
—¿Y por qué mierda no la recordamos? —intervino Zabdiel, aún con su tono brusco.
—Cuida tus palabras —me sorprendió que su madre hablara con tanta firmeza y frialdad— Todo lo que hemos hecho ha sido por el bien de la organización, y no tienen el derecho de juzgar.
—¿Qué hicieron? —Yaca estaba inclinado hacia adelante como si fuera un niño.
—No interfieras, Yaca —lo callo su madre, él se detuvo al instante.
La risa burlona y sarcástica de Kindsey no paso desapercibida, ella estaba enojada.
Y Dios libre a todo aquel que se encontrará con la ira de la ojos bicolores.
—¿Qué hicieron? —musito Kindsey borracha del enojo, se quito de mi agarre solo para dar unos pasos al frente y luego detenerse— Te diré qué hicieron.
—Kindsey —la advertencia de la tía Zafiro estaba ahí, la paso por alto.
—Les borraron la jodida memoria.
La habitación se comenzó a sentir pequeña por todo el aire pesado que se acentuó.
Hago una pequeña señal con mi mano y pronto siento a Nicholas a mi lado, compartimos una breve mirada y en un movimiento rápido me puse delante de Kindsey dándole un pequeño empujón hacia atrás y que mi hermano se encargara de sacarla.
Pude captar varias miradas en nuestra dirección mientras hacíamos todo eso, pero no me importaba.
No nos quedaríamos aquí.
No viviríamos de nuevo el conflicto de borrarle la memoria a los que fueron unos niños.
Me deslice fuera de la habitación en un movimiento de escape y corrí hacia la salida de la propiedad, donde subí a mi auto como si huyera de una desgracia total.
Conecte mi comunicador, y hable.
—¿Destino? —esperaba que ya hubiesen salido de la propiedad.
—Kindsey quiere ir a los almacenes.
Alce ambas cejas.
—No ha ido a esos almacenes hace años, ¿por qué quiere ir?
Casi pude ver como se encogió de hombros.
—No lo sé, pero nos dirigimos hacia allá.
Solté un suspiro.
—Los sigo.
Yadiel
—¿Nos borraron la jodida memoria? —Zabdiel hablo antes de que yo pudiera preguntar lo mismo— ¿Cómo mierda hicieron eso?
Como en pocas veces en mi vida, me sentí fuera de lugar e impresionado.
Estaba aturdido.
No recordaba a esa Suje, pero podía sentir vacíos en mi memoria, y aunque sabía que no era normal tampoco había puesto muchos pensamientos en ello.
Por supuesto que nunca pensé que mis padres hicieran eso.
¿Borrarnos la memoria? ¿Qué tan dementes podían estar?
—No debemos darles ninguna explicación —objeto la reina Makarov con ojos duros pero no crueles, aún así no parecía querer dar su brazo a torcer.
—¿No deben? —la risa sarcástica de Joel me hizo mirarlo, tense mi mandíbula por las ganas de hablar, pero me contuve— Jugaron con nosotros, ¡nuestras mentes!
Desde que era más joven aprendí cómo afrontar situaciones, sin importar que tan difícil o loca se viera, siempre lograba superarlas.
¿Pero esto?
¿Cómo habían logrado hacer eso?
—¿Cómo lo hicieron? —la pregunta salio de mi boca sin pensar, la mirada de mi padre se poso en mi y no tuve la voluntad de mantenerme en mi lugar, e inconscientemente di un paso atrás, aparte la mirada.
Esa mirada aún tenía poder en mí.
—Yo creo que deberíamos explicarles, ya tienen sus dudas y es mejor que no investiguen por fuera sobre esto.
El rey Tyson tenía un punto pero eso no evito que se formulara una duda en mi mente, tenía sospechas extrañas.
—Todo recae en mi responsabilidad —admitió Jimmy— Luego de la muerte de mi hija Suje, tome riesgos para poder sobrellevarla sin que perjudicara a la organización.
Hablaba de la chica como si fuera un objeto, o un suceso que dejo daños colaterales.
Casi hice una mueca.
Zabdiel hizo abiertamente una expresión de desagrado, para nada disimulada.
El rey Mattei se tomo unos segundos para continuar, ahora enfriando su mirada y su voz totalmente neutra.
Conocía esa técnica, yo la utilizaba desde los dieciséis años.
—A Suje la secuestraron y asesinaron, estábamos en momentos decisivos como reyes y si alguien se enteraba que habían encontrado una debilidad en mi fortaleza, atacarían el imperio que construimos y ese sería el fin, así que decidí ocultar y destruir cualquier cosa que se relacionara con mi hija mayor.
¿Qué mierda?
Los recuerdos de los meses anteriores llegan a mi mente y puedo conectar el odio de Kindsey hacia sus padres, destruyeron lo que quedaba de su hermana.
Por eso ella esta llena de venganza.
Por eso asesina a quien cree que esta involucrado.
Kindsey esta llevando a cabo su venganza.
—¿Y nosotros por qué estamos involucrados en eso? —Yaca habla de nuevo, a pesar de la advertencia de su madre.
El silencio fue breve.
—Ustedes no se tomaron bien la noticia —hablo mi madre con seriedad en el porte— Y hablaron de ello con sus tutores.
—Tuvimos que matar a varias familias —Jay hablo de forma divertida, antes de tratar de enseriarse— Nos costaron varios millones hacer que mucha gente callara.
—Así que trabajamos con nuestros químicos —prosiguió otro, ya no podía identificar las voces, totalmente atrapado en la historia.
—Y creamos un líquido que borra los recuerdos que les digamos.
Sentí como si me hubiera golpeado un aterrizaje.
—Y borramos los recuerdos de Suje de sus mentes, así no podrían utilizar la información.
—¿Y a Nika? ¿Nicholas? A Kindsey no se lo hicieron.
Fue un peso tenso lo que cayo en la habitación.
—Kindsey se cerro ante el tema, no volvió hablar sobre eso.
Que mentira.
¿Era la misma Kindsey que vengaba la muerte de su hermana en la actualidad?
—Y los mellizos son muy cercanos a Kindsey, hubiese sido una desventaja que ellos olvidaran y ella no —explico Luis Makarov.
—¿Podemos retirarnos?
Otra pregunta que salio de mis labios sin pensar, me dolía mucho la cabeza y eso hacia que me fuera difícil ser coherente.
—Esta de más tener que recordarles sobre no nombrar el tema —la amenaza escondida en sus palabras estuvieron a punto de hacerme tensar, casi— Pueden retirarse.
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