Capitulo 13⛓️
Kindsey
—Mañana debemos ir a la misión —me recuerda Nika— Aún no entiendo como Zafiro no se enteró de todo esto.
Todavía se denotaba indignada, como si quisiera salir y arrancarle los ojos a Zabdiel.
O tal vez era algo que quería hacer yo.
—Y aún te queda la cita con el bastardo ese —señalo Nick, luego hizo una mueca fingida— Y yo que creí que podríamos ser amigos.
Me encogí de hombros.
Ella se quedo mirándome con el ceño fruncido.
—Di algo que pareces pensar en cómo lo vas a asesinar.
Suspire y deje salir una media sonrisa.
—Tengo un plan —dije y mi mejor amiga me miro con interés— Pero ahora debemos concentrarnos en la misión de mañana y que por fin podremos acabar con un traidor más.
Ella sonrió.
—Tienes razón, debemos concentrarnos pero luego me dirás ese plan —me señaló con un dedo y yo asentí.
—No me dejaran fuera, quiero acción y ver sangre —dijo el rubio sonriendo de una forma que casi me hizo estremecer.
***
—No está Joel —informa Nika entrando en la habitación, fruncí un poco el ceño.
—¿Hum? —es lo único que sale mientras levanto la cabeza de mi almohada. Si, me encontraba durmiendo antes de que la chica frente a mi llegará.
—Joel no está —repitió, alce una ceja.
—¿Y? —me senté sobando mis sienes, había tenido una pesadilla.
Frunció el ceño.
—Escuché a sus hermanos hablar y ellos hablaban que Joel no estaba —dramatizó con sus manos.
La mire con fijeza, tratando de conectar todo pero mi cerebro recién despierto no podía saber de que iba esto.
—¿A qué quieres llegar?
—También escuche que estaban pensando en si llamaban a Mateo, por lo que deduje que Joel desapareciera era grave para ellos.
Hice un ademán para que siguiera.
—Entonces pensé para no interferir en el trabajo del rey Williams podríamos enviar hombres a buscarlo.
Mis labios se abrieron con sorpresa.
—¿Qué?
Me miro mal.
—¿Harás que lo repita?
Solté una risa que se volvió carcajada por un momento.
—Okey... Okey —hablé al calmarme un poco— Dices que quieres enviar hombres a buscarlo ¿Cierto?
Asintió.
—Y dices que es para que Mateo no se preocupe ¿Bien?
Volvió a asentir.
—¿Y no piensas en que Zafiro puede preguntar? —mi expresión es seria, no quiero que Zafiro fije sus ojos en nosotras por un buen tiempo, no era conveniente.
—Pero será más fácil explicarle a tía Zafiro —defendió como si realmente eso fuera una defensa.
Rodé los ojos, me arrepentiría de esto.
—Bien —me senté en la cama— Pero no creas que me convenciste con el "para no preocupar a Mateo" —repetí lo que dijo y la apunte con mi dedo— Me explicarás luego esto, además ¿Por qué no hablas con sus hermanos?
Resopla.
—Bien.
Me levanté y salí de la habitación con Nika detrás, bajamos las escaleras y mandé a llamar a la mano derecha de Jimmy.
Este hombre había estado con mi padre desde poco luego de sus inicios como rey del narcotráfico, su nombre era Yixsu y había migrado de su país Corea para acá Londres hace unas dos o tres décadas.
Era el hombre, fuera de los reyes, en que Jimmy más confiaba, y luego de una extensa investigación, yo también deposite un poco de mi confianza en él.
Además de que su hija mayor, Victoria, era una gran aliada con sus conocimientos en informática, más de una vez había hackeado por mi una pagina que me parecía imposible.
—¿Me llamaba, princesa? —habla al estar frente a nosotras.
—Quiero que veinte hombres se dividan en cuatro grupos, cinco en cada uno —él asiente comprendiendo— Es para buscar a uno de los Williams, en específico a Joel, ya que el chico salió por la tarde y nadie lo ha visto desde ese momento, y por lo que veo es algo muy raro en él.
Carraspea antes de hablar.
—Princesa, justamente hace unas horas uno de los chóferes llevo al principe a la ciudad —informo con su expresión neutra.
Mire a Nika para ver qué quería hacer y por su mirada lo pude distinguir, volví a verlo.
—No importa, que salgan a buscarlo a ver si está bien.
Asintió.
—Con permiso —asentí una vez y se retiro luego de una breve inclinación.
Voltee para poder regresar a mi habitación pero pare en seco al ver a los dos hermanos allí, de pie en las escaleras.
Bufé.
Observé a Zabdiel y él me devolvió la mirada, alce una ceja pero igual fui la primera en cortar el contacto visual ya que luego observé a Yadiel, él se veía extraño, mantenía su típica expresión neutra pero si lo miraba más tiempo podía percibir cierto descontrol de sus emociones.
Ladee la cabeza con seguramente una expresión dubitativa, trate de ocultarla.
Decidí caminar hacia las escaleras ya que moría de sueño y quería ir a mi habitación.
Fueron tres escalones los necesarios para quedar frente a ellos, como estaba en un escalón más bajo, la diferencia de altura se notaba más pero no deje que ninguno me intimidara.
Fije mi mirada en Zabdiel, lo recorrí con mis ojos antes de solo posarlos en su cara.
Él me devolvió la mirada, sin una pizca de arrepentimiento y eso en parte me alegraba que no diera su brazo a torcer, pero por otra parte quería obligarlo arrodillarse ante mi, pidiendo clemencia.
Pero bueno.
Nos miramos desafiantes y por último mi mirada le transmitió que me vengaría y que sería pronto.
Zabdiel
¿Intimidarme? Jamás lo hará.
Entiendo porque Kindsey parece intimidante a las personas.
Cuando te mira puedes sentir la profundidad de sus ojos, su cabello negro como la noche casi siempre lo lleva en una coleta, tiene una cara angelical aunque les digo que la chica es todo lo contrario.
Kindsey es linda, lo admito. Tiene algo que te atrapa, que atrae, que te hace querer caer.
Rodé los ojos ante mis pensamientos.
La detestaba.
¿Debería agradecerle por mandar hombres a buscar a Joel?
Puede que si debería pero no lo haré.
Me estiro levantándome de la cama y yendo al baño.
Sentí mi teléfono vibrar en el escritorio y lo tome, era una llamada de mi madre.
—Hola mamá
—Hijo —su voz sonó cansada— ¿Cómo estás?
—Bien, mamá y ¿Tú?
Ella río un poco.
—Mucho mejor, solo duele si me muevo o si estoy de pie mucho tiempo...
Una oleada de ira llegó a mi y tuve que respirar profundo para poder controlarme y esperar hasta mañana para hacer pagar a uno de los involucrados.
—Debes descansar....
—Lo sé hijo pero quería preguntarte algo.
Junte mis cejas.
—¿Y qué es?
Un momento de silencio paso..
—¿Cómo les va? —sabía que eso no era lo que quería preguntar al principio pero no dije nada.
—Si te refieres a ¿Cómo nos llevamos con Kindsey?... Pues pésimo —rodé los ojos de solo pensar en la chica— Si te refieres a entrenamiento, muy bien... ahora sí te refieres a nosotros... Pues tu hijo mayor nos dijo inmaduros y —sabía que no debía decirle que Joel se había desaparecido porque se iba a preocupar... Además estoy seguro que mi hermano volverá cuando esté listo— Solo eso.
Volvió a reír.
—Y Dom ¿cómo está? —su voz se volvió un poco preocupada y sabía exactamente por que. Mi hermana había entrado en crisis cuando le notificaron del ataque hacia nuestra madre, pero en cuanto notificaron que estaba fuera de peligro se calmo completamente.
—Ella está bien, le gusta estar aquí así que mantente tranquila mientras te recuperas —le dije con una voz algo severa, aún me preocupaba todo lo relacionado con el ataque y los intentos de robos.
—Ay cariño, cuida de ella ¿si? —hice un sonido afirmativo— Y con el tema de la princesa Kindsey, estoy segura que podrán lograr llevarse bien con ella... Solo deben tener paciencia.
—No lo creo, pienso que sería mejor quedarnos solteros para que no provoquemos la tercera guerra mundial.
—Mi niño, solo debes tener paciencia...
—Okey.
—Te dejo, tengo unas cosas que hacer... Cuídense.
—Cuídate tú, mamá.
Colgué.
Suspire tirando el teléfono en la cama y pase mis manos por mi cara.
Nika
Salí del salón principal, donde tuve unas palabras con Yadiel, quede algo confundida por ellas.
Joel tiene problemas con la bebida.
Joder, me había dado cuenta pero que uno de sus hermanos lo admitiera en voz alta era algo serio.
Yo jamás le diría a nadie que alguno de mis dos hermanos tenía problemas, por mucho que fuera cierto.
Luego de eso me mantuve encerrada en mi habitación, no sé cuanto tiempo paso en el que solo mire el techo como si pudiera desentrañar todos mis pensamientos uno por uno si tenía la paciencia suficiente.
Me levante de la cama de un solo golpe cuando escuche estragos en la planta baja, ahí supe que me estaba metiendo en un lío conmigo misma.
Digamos que estaba prestando mucha atencion en la espera de algún sonido.
Bajo las escaleras y me doy cuenta que soy la única que escucho su llegada.
Mis cejas se juntaron, repentinamente sentí una severa molestia hacia mi misma.
Hace unas horas que Kindsey había enviado hombres a buscarlo y esos hombres nos informaron que se encontraba en un bar bebiendo pero al tenerlo frente a mi no parecía ebrio y si estuvo bebiendo desde hace horas esperaba que lo estuviera.
Quise reclamarle que porque se había ido sin... Decirle a sus hermanos, que estaban muy preocupados.
Me miro y sonrió, aunque no estaba ebrio si parecía más alegre.
—No sé cuanto fue, el dinero digo —habla con cierta sonrisa acercandose a mi, no retrocedí.
Alce una ceja, cruzándose de brazos.
—¿Por qué no estás ebrio? —en mi pregunta debio haberse notado la sospecha.
Se encogió de hombros acercándose de nuevo, tampoco retrocedí.
—Tengo buena resistencia.
—Ajá —mire la hora en el reloj del salón para luego mirarlo a el— Debes ir a dormir, mañana tenemos la misión y debes estar 100% preparado así que vete —señale las escaleras para que fuera a su habitación pero él solo me miro con el ceño fruncido.
—¿Y mis hermanos? —inquirió, fue mi turno de fruncir el ceño.
—Creo que están durmiendo —me encogí de hombros demostrando que no me importaba que estuvieran haciendo.
Me siguió mirando atento.
—¿Qué? —dije al ver que no apartaba su mirada.
—¿Fuiste la única que se quedo despierta esperándome?
¿Qué le ocurría?
—No lo sé, creo —respondí antes de volver a decir— Vete a dormir.
Iba a irme a mi habitación pero me tomo de la muñeca deteniéndome.
—¿Qué jodidamente ocurre, Joel? —la pregunta salio con mi voz irritada, ensañandome en cada palabra.
Lo fulmine con la mirada.
Ahí me di cuenta de lo cerca que estábamos, solo a unos centímetros, casi nuestros cuerpos rozaban.
—Gracias —escuché su voz e inmediatamente fruncí el ceño ¿Por qué me agradecía? No era como si jodidamente me preocupara por él— Por preocuparte.
Me reí con algo de tensión luego de unos segundos en silencio.
—¿Preocuparme? ¿Yo por ti? —reí otra vez pero se me revolvió el estómago como si estuviera diciendo algo que no es cierto.
Me miro mal, casi como si me juzgara.
—Eres insoportable, Nika —pensó en voz alta— No volveré a agradecerte jamás.
Abrí mi boca para hablar pero no salió nada y eso hizo que me enojara más.
Estaba confundida.
Me voltee para luego comenzar a caminar dejándolo solo.
***
—Ella no lo merecía —habla golpeando al saco de boxeo.
—No me lo tienes que decir porque lo sé muy bien —hablé luego de beber un trago de mi botella de agua.
—Le prometí que los haría pagar por todo.
La miró sonriendo.
—¿Qué propones? —inquiero.
—Va a tardar años prepararlo pero te aseguro que lo lograremos —habla luego de contarme todo el plan.
—Tienes mi apoyo —le puse una mano en el hombro.
—Lo sé.
***
Kindsey
A la mañana siguiente, me desperté con un dolor de cabeza insoportable, apenas y había dormido dos horas.
Mi teléfono comenzó a vibrar, lo que me pareció extraño y doloroso para mi cerebro pero en cuanto lo tome, la llamada se corto.
Tenía tres llamadas de Jimmy, al igual que unos mensajes que además de mi padre, de Nika y Nicholas.
Abrí primero el de la peli azul, pues era algo extraño que me escribiera cuando estaba aquí, y no había estado enterada de que saldría.
Nika (05:30am)
Volveré pronto,
no me extrañes.
Fruncí el ceño.
¿Qué le pasaba?
Kinds (06:00am)
¿?
Luego fui al chat con Nicholas.
Nick Makarov (05:56am)
¿Qué diablos ocurrió?
No dure un segundo en preguntar otra cosa, que tal vez estuviera relacionada con su mensaje repentino.
Kinsi kins (06:02am)
¿Donde está Nika?
Al notar que tardaba en responder, deje el teléfono sobre el escritorio y entre en el baño para prepararme.
La ducha fue más larga de lo planeado, pues me ayudo a relajar mis músculos tensos y a bajar un poco el dolor de cabeza.
Me envolví en una toalla al salir, y entre directo al closet para elegir el conjunto de hoy.
Consistía en un enterizo negro deportivo, con corte campana en la parte de abajo, adaptado a mi figura, conjuntamente con unos zapatos de tacón bajo, de un color azul rey, y las joyas fueron doradas.
Debía encargarme de muchas cosas hoy.
Tome mi teléfono al salir del closet.
Revise los mensajes de Jimmy.
Rey (05:20am)
Hoy es tu salida
con Zabdiel,
recuerda que ya
estaba acordada.
Fruncí los labios, haciendo una mueca.
Rey (05:22am)
La misión
será por la
noche, y si
quieres asistir
es mejor que
cumplas con tu
palabras y con
las citas.
Decidí que responder sería una total pérdida de tiempo, porque si, había hecho un pequeño trato con Jimmy que consistía en que me encargaría personalmente de las misiones involucradas con los intentos de robos en las bodegas de los reyes, tenía un ligero presentimiento y quería asegurarme.
Pero que me extorsionara con quitármelo si no iba a las estúpidas citas hacía que se me revolviera el estomago, con recuerdos que odiaba inundando mi mente.
Quise matar a mi padre muchas veces, incluso lo intente pero ahora no quería que él pagara por esto, no era suficiente para mi hacerlo cargar con la culpa de otro.
Quería tener al verdadero culpable frente a mi, arrodillado como muchas veces le vi hacerlo días antes de su muerte, quería que sufriera.
Y eso Jimmy no me lo podía proporcionar, no confiaba en él.
Tome una pastilla para el dolor de cabeza de mi estante de medicamentos y la bebí con una botella de agua de la pequeña nevera.
Peine mi cabello y lo estilice lo suficientemente bien para como estaba mi humor hoy.
Nicholas aún no respondía mi mensaje y eso me ponía de los nervios, y la gota que derramo el vaso fue cuando intente buscar mi navaja y no estaba.
Con que la cita era con Zabdiel hoy ¿no?
Haría que la disfrutara al máximo.
Termine el maquillaje con una nueva satisfacción formándose en mi pecho, este día lo sufriría mucho.
Salí de la habitación con un pequeño temblor en mis manos, sin noticias de Nika y sin mi navaja, no podía apoyarme en algo para que me tranquilizara y eso me hacía sentir mucho peor.
Gran parte de las personas estaban despiertas en la casa por lo que desayune con un ruido penetrante en mis oídos, algo irritante.
Mire mi teléfono por décima vez en diez minutos y de pronto apareció la notificación de un mensaje nuevo pero al desbloquear el teléfono era un número desconocido.
Desconocido (07:10am)
¿Qué tanto piensas,
princesa?
Alce la mirada con el ceño fruncido y me encontré con los ojos azules de Zabdiel, quien se denotaba divertido.
—El rey Mattei me proporciono tu número —se acerco hasta cierto punto, donde no estaba ni muy cerca, ni muy lejos.
Entrecerre los ojos, controlando minuciosamente mi respiración para que no se notara enojada.
Que era exactamente como estaba.
—Jodete, Zabdiel —fueron mis primeras palabras de la mañana, esplendido.
La sonrisa de burla llegó a sus ojos.
—Que bonito saludo —salió del comedor pero no dejaría que tuviera la última palabra de esta ridícula conversación, si es que se podía llamar así.
Por lo que lo seguí.
—¿Y sabes qué? Estas loco si piensas que tendrás el privilegio de molestarme con mi jodido número.
Pareció no tomarle importancia a mis palabras, solo miro de reojo sobre su hombro para repasarme con sus ojos.
Brillaron, no sé porque lo hicieron pero eso me irrito cien veces más.
—¿Te vestiste así por nuestra cita? —aún cuando intento burlarse, note ese nudo en su garganta con la última palabra, a él no le gustaba más que a mi esto pero si pensaba aprovecharse en molestarme con ello.
En lugar de responder tal y como quería, me tome unos segundos para controlar mi expresión y tono de voz antes de hablar.
—Sí, justo para ti ¿te gusta? —batí mis pestañas y me imagino que por la sorpresa, se detuvo abruptamente en su camino, haciendo que casi chocara contra su espalda.
Se dio la vuelta lentamente y me controle lo suficiente como para no hacer una mueca ante su mirada.
—Sé que quieres hacer, Kindsey —su tono casi podía parecer amenazador pero a la vez su postura y cara se veían tranquilas, amables.
El idiota podía actuar cuando quería.
—¿Ah si? —mis ojos se fijaron en los suyos en un gesto desafiante— Creo que te equivocas en la persona a la que quieres amenazar, Zabdiel.
—Conozco a las personas como tú... —su tono despectivo no me paso por alto, pero no me quede atrás.
—Podría decir exactamente lo mismo, que conozco bien a los de tu tipo, pero en realidad eres una especie aparte —no deje que se lo tomara como un cumplido antes de seguir— Más idiota, menos pensante y das mucha más vergüenza.
Sus ojos centellaron.
No me había dado cuenta que nos acercábamos más al otro en nuestro enfrentamiento, hasta que un carraspeo me saco de mi burbuja de furia e irritación.
Voltee en dirección a Joel, quien nos miraba con una ceja alzada mientras sobaba sus sienes, parecía sufrir de una fuerte migraña.
—¿Ustedes dos pueden dejar de discutir por un segundo? Además, ¿no deberían irse ya a la salida esa?
Rodé los ojos, colocando espacio entre Zabdiel y yo, para luego caminar hacia Joel con paso amenazante pero en ese instante mi teléfono vibro en mi mano y sin dudar, me detuve para mirarlo.
Nick Makarov (07:36am)
Debemos hablar,
parece que Nika
descubrió un nuevo...
¿Cómo es que se le
llama a eso? Ah ya,
sentimiento.
¿Qué?
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