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Capitulo 09⛓️

Zabdiel

Desde que comencé a tener un entrenamiento serio en mi pre adolescencia y adolescencia, Josh, quién era mi entrenador en ese entonces, me explico que no siempre dolían más lo golpes físicos, sino los emocionales.

Kindsey no es emocionalmente estable, puede parecer serena e incluso tiene un perfecto control sobre sus emociones en situaciones de estrés pero hay momentos... Y debo aprovechar esos momentos.

En cuanto inicie a planear mi pequeña venganza hacía Kindsey, supe que un simple susto no serviría de nada, debía tocar una fibra sensible pero que a la vez fuera solo ella perdiendo el control.

Que yo no tuviera nada que ver a simple vista.

¿Qué? No pueden juzgarme, estoy en territorio Mattei, y aunque mi padre confía plenamente en Jimmy, no puedo decir que lo mismo me pasa con Kindsey.

Estoy seguro que me mataría si tuviera la oportunidad.

Pero en fin, por toda esta ronda de pensamientos fue que decidí que mi plan se llevaría a cabo al rededor se esa navaja suya.

Tiene un elemento sentimental anclado a ella y si eso desestabiliza a la princesa incluso por unas horas, pues bienvenido sea.

Pero claro, será luego de nuestra misión en dos días. No pondría en riesgo una misión solo por un capricho, puedo ser vengativo pero a la vez soy considerado.

Si soy sincero, nunca creí que mi relación con la princesa Mattei se desarrollara de esta manera, incluso puedo decir que esta siendo la chica con la que más complicada relación se esta formando.

No puedo jodidamente casarme con ella.

Inmediatamente en que mis pensamientos están a punto de sumergirme de nuevo, vibra mi teléfono sobre la mesita de noche.

En cuanto enciendo la pantalla, puedo ver que es Domenica quién ha enviado una serie de mensajes en los últimos minutos.

Dom (10:34am)
¡Zabdiellll! No
te lo vas a creer.

Dom (10:34am)
¡Me dijeron que si!

Dom (10:36am)
Responde, es
urgenteeeeee

Dom (10:37am)
¡Zabdiel Williams!
RESPONDEEE

Dom (10:40am)
Si no respondes
rayare todos los
autos que tienes
aquí en casa, sabes
que no juego.

No puedo evitar reírme ante todos sus mensajes y luego me decido en responder.

Zabdiel (10:41am)
Deja mis autos en paz.

Zabdiel (10:41am)
¿En qué te dijeron que sí?


No tarda en responder.

Dom (10:42am)
¡Me dejaron estar
una semana en
casa del rey Mattei!

Joder.

Kindsey

—¿Te beso? ¿El drogadicto de cuarta te beso? —digo lo obvio, alzando las cejas.

—Se llama Mich —me recuerda

—¿Y?

Rodé los ojos y justamente en ese instante escuchamos unos pasos a toda velocidad.

La conversación se detiene instantáneamente y nos miramos.

—Son unos jodidos metiches —dije irritada.

—Te juro que si es alguno de tus sirvientes, le cortaré un dedo —ella cruzo los brazos dando paso a una mirada oscura en sus ojos.

Y le creía.

***

—Okey, que comience el entrenamiento —informe a los hombres que se encontraban frente a mi, eran alrededor de treinta hombres que nos respaldarían en la misión pero deben estar preparados por lo cual ahora los veré entrenar.

Nicholas estaba aquí, tomando en cuenta las palabras de Jimmy, lo mande a llamar ya que debía familiarizarse con los hombres, despues de todo él se hará cargo de sus movimienos.

Me encontraba vestida con un pantalón militar pegado a mis piernas, una camisa negra cómoda, unas botas negras y tenía el cabello recogido en una coleta.

Mire a Nick una vez más, esta vez él me devolvió la mirada y nos entendimos completamente por lo que me permití relajar mis músculos un poco.

Los estudie a todos con la mirada, no necesitaba que estuvieran nerviosos porque podrían arruinar la misión y eso era algo que no podía suceder.

—El día de hoy deben dar todo en el entrenamiento, deben demostrar de lo que son capaces, deben hacerme creer que no vale la pena asesinarlos porque son buenos en lo que hacen —hablo en voz alta Nicholas, caminaba de un lado a otro mirandolos.

—No perderé mi valioso tiempo con ustedes si no son capaces de demostrar que si pueden.

Miré detrás de mí a Nika quien también supervisará el entrenamiento, los Williams también deberían estar aquí pero digamos que se me olvidó decirles, mi amiga también llevaba su cabello en una pequeña coleta ya que su cabello suelto le llegaba a los hombros.

—Y creo que no hace falta decir que pasaría si llegan a traicionarnos —eleve ambas cejas y sonreí divertida— Pero como me encanta hacer pagar a lo traicioneros igual les diré, los torturaría ¿Saben? Los haría sufrir de formas diferentes a cada uno para que luego llegará la muerte a ustedes ya que la traición se paga con muerte.

Nicholas amaba hacer sufrir a las personas en el area física mientras Nika se guiaba a lo mental, no los querías ver juntos en esto.

—¡Comiencen!

Comenzaron trotando en el campo de tierra donde nos encontramos, uno detrás de otro en una fila.

Me acerque a Nika sin dejar de mirarlos y ella soltó una risita maliciosa.

—No recuerdo porque deje de venir a ver los entrenamientos —hablo ella con un atisbo de diversión, reí aún sin contestarle.

Pasaron varios segundos en los que no dude en tocar el tema.

—Ya casi es el día —deje al aire mis palabras.

—Cada vez nos vamos acercando más —su expresión fue seria cuando me miro— Pero sabes que en algún momento deben enterarse.

Asentí casi a regañadientes.

Por años Nika fue la única en la que confíe mi venganza, ya que sino podía confiar en mis propios padres ¿en quién si?

Pero la peli azul llevaba esto más allá, ella nunca me juzgo ni llamó loca por tener estas ideas... Estos pensamientos.

—Lo sé —dije y sentí la garganta seca.

Sentí la presencia incluso antes de verlos.

—Vaya —comenzó una voz detrás de nosotras y no tuve que voltear para saber quién era— No nos mencionaron que también debíamos supervisar el entrenamiento, bueno en realidad ni siquiera nombraron que hoy habría entrenamiento a los hombres que nos respaldarían.

Escuché como los pasos de Zabdiel se acercaban.

Siete fueron los pasos que dio para llegar a nuestro lado, no le dirigí una mirada pero supe que él si tenía sus ojos azules posados en mi.

Una llama revoloteo en mi pecho.

También escuche como Yadiel y Joel se posaron al lado de Nika.

Los hombres aún se encontraban trotando solo que ahora algunas miradas estaban en nosotros.

—¿Hemos hablado con ustedes para que nos miren? ¡Sigan en lo suyo! —expreso Zabdiel en un gritó.

Mis labios se elevaron en una sonrisa poco genuina.

—Es mas divertido cuando yo les grito —apareció Nick entre nosotros.

Una risa burlona salió de mi boca.

—¿Por qué no nos dijeron que debíamos estar aquí? —la voz de Joel sonó y voltee a verlo, llevaba el ceño fruncido, incluso parecía enojado.

—Porque no deben estar aquí —respondió mi amiga con simpleza.

—Eso no fue lo que dijo tu madre, Kindsey —afirmó Yadiel con su inigualable tono serio.

Me encogí de hombros.

—No queríamos decirles, punto —hablé yo con una pizca de fastidio.

—Okey, creo que me he perdido de algo —el rubio hablo casi desconcertado mirandonos— ¿Nadie me dirá? está bien.

Escuché la risa del chico a mi lado.

¿Será buen momento para estrangularlo?

—Pero aún así debían decirnos.

Rodé los ojos.

—¿Y eso por qué? —inquiero alzando una ceja.

Aunque no lo veía fijamente pude notar que se encogió de hombros.

—Debían hacerlo, punto —me imitó.

Volví a rodar los ojos.

—Bueno, ahora que ustedes están aquí nosotras nos vamos —hablo Nika tomándome del brazo y halandome pero la voz de Joel la detiene.

—No pueden irse —Nika volteó a mirarlo con una ceja alzada— Zafiro dejo en claro que debemos estar todos supervisando.

La chica a mi lado río pero sabía que Joel estaba en lo correcto.

—Ya sé lo que sucede —Nika los miro con burla— Quieren estar con nosotras —hizo un ademán como si fuera lo más hermoso del mundo— Solo debían decirlo, no disfrazarlo con un "Zafiro dejo en claro que debemos supervisar todos" —imitó la voz de Joel.

Ellos rodaron los ojos y mi chico soltó una risa divertida.

—Ustedes son más divertidos de lo que pensé —Nicholas paso su brazo sobre el hombro de Joel y nos miro de una manera muy extraña.

Me acerque a Nika y susurre a su oido.

—¿Haz tenido una pelea reciente con Nicholas? —todo en su comportamiento ahora era sospechoso.

—Puede que un intercambio de palabras —respondió también en un susurro.

No traigas problemas Nicholas, ahora no.

No dijimos nada más y ellos tampoco por lo que nos retiramos en paz.

Zabdiel

Los intercambios de mirada que no puedo descifrar me dejan exhausto y eso fue lo que sucedio esta vez.

Nika y su hermano intercambiaban miradas de una manera extraña, retandose tal vez.

Nicholas hablo con nosotros de manera alegre y confiada, aún no confio en él.

Dejo escapar un suspiro.

Que tarde tan pesada.

Ya se acabó el entrenamiento a los hombres que nos respaldarán y ahora me encuentro en mi habitación tomando una ducha que sirve para que mis músculos tensados se relajen.

Al salir me enrollo la toalla en la cintura y me observó en el espejo mirando así el tatuaje en mi cuello.

La rosa me cubre gran parte de este, el tatuaje no tiene color alguno así que se ve un poco deprimente y marchita esa rosa, pero lo prefiero así.

Luego veo el tatuaje en mi abdomen, este trata de una W significa el apellido Williams y la verdad no sé porque me lo hice, creo que era para rendirle honor a mi familia y Mafia.

Ese tatuaje lo hice hace unos años, tenía 19 años y habíamos viajado a Venezuela para que mi padre nos diera clases en una de sus bodegas de allá, estábamos en Caracas y en un momento que estaba conociendo la ciudad me encontré con una tienda de tatuajes así que decidí ver qué calidad había y me tatue la W, debo decir que la chica lo hizo muy bien dándome a entender que tenía experiencia, cuando le dije que solo andaba de visita me dio una tarjeta por si volvía y quería hacerme otro tatuaje.

Hasta recuerdo su nombre, me pareció muy raro.

Heisel.

La chica pelirroja me agradó luego de pasar la etapa del mal humor en cambio el chico que junto a ella eran los dueños del lugar, estuvo serio e inexpresivo todo el tiempo que estuve allí.

Y su nombre me resultó aún más raro que el de la chica.

Gael... Creo que ese era su nombre.

Y también creo que eran pareja ya que pude sentir sus celos y miradas fulminantes mientras le coqueteaba a la chica.

¿Qué? No me culpen.

Iba caminando por las calles del estado, observaba edificios, tiendas y pocas casas.

También habían personas vendiendo ropa en la calle.

Todo aquí era muy diferente a Londres.

Seguí caminando y entrando a varias tiendas de ropa, comida y esas cosas pero hubo una que me llamó la atención, no era una tienda de ropa, ni de comida, no vendían ahí accesorios pero los colores oscuros que la definían atrajeron toda mi atención.

Cruce la calle y al estar del otro, frente a la tienda, habían varios pósters de dibujos en el vidrio para que las personas pudieran comtemplarlo, una tienda de tatuajes.

Entre haciendo que una campanita sonará, mire las paredes y en estas habían cuadros con las imágenes de varios tatuajes que supongo ya han echo, hubo uno que llamó mi atención Rotos Pero no destruidos eso era lo que decia.

Oye chico ¿Puedo ayudarte en algo? —pregunto una voz y al voltear visualice a una chica pelirroja caminando hacia mi.

Llevaba un tatuaje en su muñeca que pude distinguir ya cuando estuvo frente a mi como el que llamó mi atención en la pared.

Chasqueó sus dedos frente a mis ojos.

—¿Quieres hacerte algo? —podía notar su mal humor desde larga distancia.

Sonreí coqueto.

—No crees que si trabajas aquí deberías tener un poco de alegría o entusiasmo si no podrían despedirte —me burló un poco poniendo a prueba mi español.

Ella arqueo una ceja y después negó.

—Primero a mi nadie puede despedirme ya que soy la dueña del lugar y segundo si no deseas hacerte algo o preguntar por algo te digo que te marches alce ambas cejas ¿Me estaba echando?— Y te lo digo de la mejor manera.

No sabe con quién se mete.

¿Sabes quién soy? inquiero y ella hace un gesto como si estuviera pensando pero falso.

—No respondió con simpleza— Y tampoco me interesa saberlo.

Me acerque unos pasos a ella tratando de parecer amenazante, algo que la mayoría de las veces logró pero la chica parece alguien que no se intimida fácil y como se nota mayor que yo por unos años así que casi es de mi misma estatura.

Soy Zabdiel Williams —pronuncie el apellido con dureza y soberbia dando a entender que era hijo de Mateo Williams, un hombre importante pero ella solo frunció el ceño como si no entendiera nada.

¿Quién? —hablo con total confusión pero luego de aclararse la voz prosiguió— No importa, ¿Te harás un tatuaje o no?

¿No sabe quién soy?

¿Que país es este para que no sepan quién soy?

¿O sea no saben de la existencia de esta belleza humana?

Pues si, quiero hacerme un tatuaje.

Por fin te decides —murmura girándose y dándome la espalda y caminando hacia una esquina de la habitación donde estaban varias cosas que utilizan para hacer los tatuajes.

¿Que quieres hacerte? —pregunta al voltearse.

Pensé un momento.

Algo que represente mi apellido dije convencido.

¿Y ese algo es...? —dejo al aire la frase esperando que la completará.

Una W fue lo único que dije sentándome en la silla a un lado de ella.

¿Y dónde quieres que este?

Mire mi cuerpo buscando el lugar perfecto.

—En mi abdomen.

Sin problema alguno la chica comenzó con su trabajo, no le importaba que estuviera sin camisa con mi trabajado cuerpo frente a ella.

¿Acaso aquí habían muchos chicos así?

Tienes unos ojos bonitos —le sonreí a lo que ella rodó los ojos.

—Lo sé —sus ojos eran de un verde esmeralda, muy hermosos.

¿Eres pelirroja natural? —no evite preguntar.

Me miro ofendida.

Claro que lo soy espeto con brusquedad.

Levanté mis manos en señal de rendición.

Bien... Bien

¿De donde eres? —pregunto con curiosidad.

Londres, Inglaterra —trate de encoger mis hombros pero no pude.

Deja de moverte o se arruinara —me reprochó antes de seguir— Y con qué has viajado desde muy lejos y además sabes español —parecía sorprendida.

—Junto a mi familia —aclare y ella asintió.

¿Porque duras tanto haciendo una simple W? —pregunte para molestar.

Porque no es una simple W, a menos que quieras que se quede de esa manera señaló

Me fijé en lo que llevaba del tatuaje y solo se veía una V, faltaba la otra mitad.

Reí.

—Okey, dejo de molestar.

Ella río igual.

Bonita risa halague a lo que ella alzó ambas cejas.

Chamo, que labia barata la tuya vale, no caigo en esas cosas.

Volví a reír aún cuando no entendí casi nada de lo que dijo pero mi risa acabo al ver a un chico como de mi estatura, con algunos tatuajes a la vista pero eso no fue lo que me llamó la atención, el me fulminaba con la mirada.

Está celoso.

Me dieron ganas de volver a reír.

¿Serán pareja? O ¿Solo amigos?

Fue muy divertido ese día.

Decido salir del baño para vestirme de manera rápida, aún metido en mis pensamientos.

No sé cómo Domenica convenció a nuestros padres de que la autorizaran a venir, y mucho menos con estas circunstancias.

Mi hermana era una pequeña manipuladora, estaba orgulloso de ella.

Aunque dijo que vendría mañana por la tarde, ya que aún le faltaba organizar algunas cosas.

Salí de mi habitación, yendo directo a la cocina para pedir algo rápido de comer, pero justo antes de pasar el pasillo y llegar a esta, me detuve en el salón principal al ver a Nika sentada.

Parecía estar absorta en lo que sea que estuviera haciendo, miraba sucesivamente su teléfono y cuando no lo hacía era porque hacia trazos en su pequeña libreta, parecía estar dibujando algo.

—¿Y a ti qué te pasa? —se detuvo abruptamente con mis palabras, aunque antes de elevar la mirada se relajo, y en cuanto sus ojos cruzaron los míos, no había nada que pudiera percibir en ellos.

Era muy buena guardando sus emociones.

Cuadro sus hombros aún con una expresión de completa calma y formuló con voz tensa.

Primera pista.

—No es algo que debería importarte.

Sonreí.

—Aunque no lo creas Nika, a veces soy amable —ella alzo las cejas sin creerme— En serio.

Okey, era una jodida mentira eso pero ¿qué más podía hacer para saber que tanto hacía? Aunque realmente no me importaba, tenía una necesidad de querer saber cosas que no eran de mi incumbencia.

Se levanto bruscamente de su asiento, en el mismo momento que entro una sirvienta con mi plato antes pedido.

—Príncipe —dejo el plato en la pequeña mesa e hizo un breve inclinación antes de retirarse.

—¿Por qué no te pierdes, Zabdiel? —la irritación en Nika se hacía notar fácilmente, por lo que me aproveche de eso.

Sonreí, reprimiendo la diversión que sentía.

—Primero voy a degustar esto —me senté luego de señalar el plato y hable con cierta simpatía— ¿Quieres? Esta buenisimo, en serio. No te cohibas si quieres.

Ni siquiera había tocado el plato.

Formo una pequeña sonrisa que parecía siniestra y note que se contuvo para no acercarse de forma amenazante, sus ojos se oscurecieron y tomo una postura recta y arrogante.

—Jodete, Zabdiel —bajo el tono de voz y la interrumpí antes de que siguiera.

—Te pareces a mi hermano —chasquee los dedos como si hubiera sido un gran descubrimiento— Siempre es "Jodete, Zabdiel" "Jodido, Zabdiel" y...

—Okey, escuchame —ya su postura se volvió defensiva y estuve a punto de sonreír cuando note el porque— No sabes a quien estas fastidiando, así que te aconsejó que cierres la boca y...

—No lo negaste —volví a la carga, de nuevo interrumpiendola, parece desconcertada por un momento.

—¿Qué?

Me encogí de hombros.

—No negaste que te pareces a Joel.

Su cuerpo parecía temblar de rabia pero no dejó que se mostrara en su expresión.

—Cada día estás más cerca de la muerte —aseguro antes de comenzar a irse.

Le di una sonrisa amistosa.

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