Capítulo 7
Receso, yo no quería que este momento llegara. Ahora estamos los seis en la mesa, y como el universo me adora, Ryan esta frente a mi.
Estoy nerviosa, y cuando eso pasa muevo mis dedos velozmente para canalizar los nervios, lo cual estoy haciendo debajo de la mesa para que no me descubran.
Miro hacia los lados, los otros estudiantes platican y desayunan. En esta mesa no hacemos ninguno de las dos cosas, excepto Chease, él si esta desayunando.
—Y... cuentales lo que me contaste Ryan — escucho que dice Dan. No me esta gustando a donde va esto.
—Bueno... Anoche conocí a una hermosa chica — dice Ryan
¿Yo? ¿Esta hablando de mi? Siento que me va a dar algo. Veo que Alex me mira preocupado y yo solo volteo la vista y observo a las otras personas que están en la cafetería.
Todos con sus amigos, algunos todavía están comprando su comida, otros salen de la cafetería para comer en el patio o en los salones, aunque eso esta prohibido, pero si nadie te ve no hay problema.
Busco a los integrantes del equipo de fútbol, la mayoría están juntos, pero otros se encuentra con sus amigos, así como Dan y Ángel... Y Ryan. Volteo hacia mis compañeros para saber de que están hablando, mala idea.
—Claro, conocemos a la mayoría de los alumnos de aquí, la encontraremos — le dice Alex a Ryan — ¿No Cristhel? — dice volteando hacia mi.
Esa no me la esperaba. Intento disimular pero los nervios hacen que olvide como tragar y que me ahogue con mi propia saliva, comienzo a toser, mejor corro antes de que esto se ponga peor.
No paro de correr hasta llegar al jardín, siento rara la garganta, deje mi desayuno en la mesa pero ni loca regreso a ese lugar. Voy al salón y tomo mi mochila, no quiero ver a Alex y que me bombardee con preguntas.
Camino intentando que nadie vea mi mochila hasta que llego a la parte trasera de la escuela. Alguien hizo unos agujeros en la barda para poder saltarla.
Decidida a no perder la poca dignidad que me queda me acerco a la barda, escucho como crujen las hojas secas en el pasto, significa que alguien se acerca. Lanzo mi mochila detrás de un árbol y me recuesto en la barda.
Creo que así me veo más sospechosa, pero tampoco puedo salir corriendo, si es un alumno no hay problema, nos entendemos, pero si es un profesor...
Veo a una pareja que dobla la esquina, vienen tomados de la mano mientras hablan, ni siquiera me notan, o eso creo. Espero que se alejen hasta que no puedo verlos, unos chicos pasan corriendo por aquí, dándome un buen susto, la sensación de que haces algo malo es muy fuerte pero decido ignorarla y cuando quedo sola, trepo la barda y salto hacia la libertad.
Ya estoy del otro lado busco mi mochila entre el pasto pero no la veo, ¿sera que la deje del otro lado? Veo a través de uno de los agujeros y sí, mi maleta esta detrás del árbol.
Vuelvo a entrar a la escuela, lanzo mi mochila hacia el otro lado y vuelvo a salir. Me pongo la mochila y camino por calles poco transitadas intentando que nadie me vea, agacho la cabeza cuando paso junto a alguna persona, como si eso lograra hacer que no me viera.
Llego a mi casa, esta vacía así que no me preocupo por inventar algo para justificar que llegue temprano, muy temprano de hecho. Me cambio de ropa, me preparo un samwich y enciendo la televisión.
Después le pediré a Alex la tarea, ahora solo quiero olvidarme de Ryan y Cenicienta. Intento ignorar el mal presentimiento que tengo sobre lo que Alex le dijo a Ryan. Claro, conocemos a la mayoría de los alumnos de aquí, la encontraremos. Espero que no hablaran de lo que creo que hablaban.
Hora de almorzar, y que flojera cocinar, me visto y salgo a comprar tacos, le mande un mensaje a mi papá de que hoy no voy a verlo. Llego a la taqueria más cercana y hay una fila, así que me formo.
Estoy aburrida viendo la espalda del hombre que esta antes de mi, hasta que siento que unas manos me cubren los ojos. ¡Ya me secuestraron!
—Yo soy pobre secuestrador y bebo mucha Coca-Cola, mis órganos no sirven — finjo llorar, mientras intento safarme de su agarre.
El secuestrador se ríe de mi, pero eso hace que afloje el agarre, quito sus manos de mis ojos y me volteo hacia él, veo medio borroso así que no distingo quien es.
—Se defensa personal y no tengo miedo de golpear a alguien — digo valientemente.
Cuando mis ojos se acostumbran a la luz puedo ver que Chase es el que esta detrás de mi muerto de la risa.
—Secuestrador — me burla mientras se ríe.
—Eres muy malo me haces hacer el ridículo — le doy un golpe en el hombro, lo cual hace que se ría más.
—¿Quien será esta loca que no conozco? — dice él tapándose el rostro con una mano,
—¿Y te atreves a llamarme loca?
El sujeto que esta frente a mi, toma su pedido y se va, al fin puedo ordenar, Chase hace lo mismo después de mi, ha dejado de reír pero aun tiene una enorme sonrisa en su rostro.
—¿Y por que vienes a comprar comida? ¿Tu mamá no cocinó? — le pregunto a Chase saliendo de la taqueria.
—No, no cocinó, se fue con mi papá y mi hermanita a visitar a mis abuelos y me abandonó — finge que sufre.
—Que mal... Entonces... ¿Estas solo en casa? — pregunto
—¿Piensas secuestrarme?
—No me llaman Chase — le contesto, el comienza a reír de nuevo
—Si estoy solo ¿por que?
—Pues... Yo también... Si quieres vamos y almorzamos en mi casa ¿que dices?
—Que es una buena idea.
Comenzamos a caminar hacia mi casa.
—Por cierto — dice rompiendo el silencio — ¿Por que te fuiste de la escuela? Pensamos que estabas en el salón y no te encontramos — me pregunta.
—No me sentí muy bien — le digo.
—¿Que te paso? — me vuelve a preguntar.
—Nada malo — le digo.
—Pues avisale a Alex, se quedo preocupado por ti — me ordena.
—Claro, ya llegamos — digo abriendo el portón de mi casa.
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