Capítulo 39 Parte 1
7:45 p.m. Casa de los Ramírez.
De nuevo estoy en la casa de Samantha, que ahora sé, también es de Ryan. La misión es básicamente la misma, el riesgo ha aumentado, al igual que la ayuda y la complejidad, pero estoy dispuesta a sortear lo que la noche me depare.
El decorado quedó fantástico, los chicos hicieron un buen trabajo con el patio. Antes de entrar enciendo el micrófono que le pedí al padre de Daniel para estar conectada con la persona que a partir de ahora será mis ojos.
—Estoy dentro — digo al entrar a la casa.
—Te oigo fuerte y claro, de hecho, estoy viéndote entrar — dice riendo un poco.
—Así que eres la chica que está parada a media puerta — escucho en el audífono la voz de Ruth — Creo que debí reconocerte por tu cabello.
Tal vez no es un buen disfraz.
Esta tarde le pedí a Rubén cuatro micrófonos, tres para estar conectada con mis cómplices y otro solo para escuchar lo que pasa con la misión cenicienta. Y hablando de eso, enciendo el otro audífono para escuchar que hacen mis amigos.
—Tengo mis dudas — escucho que dice Alex.
¿Dudas sobre qué?
No dicen nada más. Busco a los chicos entre la multitud, Daniel está a una distancia prudente de Laura, y Chase está cerca de Fernanda, aunque su mirada está donde estoy, volteo la vista antes que descubra que lo observo. Ruth es fácil de encontrar, en verdad que es muy llamativo ese disfraz, a Ryan no lo veo por ningún lado.
—Cristhel debo informarte de algunos cambios que se han realizado — escucho la voz de Karely.
—¿Cambios? — pregunto sin entender.
—Anexaron más cámaras, lo hicieron después de que te fuiste, hay una viéndote desde atrás, aparte de la que ya estaba que te ve enfrente. Hay otra en el patio, pero en otra sección. Una en el pasillo, contraria a la que ya existía, y la última está en la caseta de vigilancia.
—Bien, debemos modificar el plan — digo pensando las cosas.
Camino hacia la mesa de bocadillos donde Ruth está comiendo un pastelillo de chocolate. Me acerco a ella de manera que parezca que busco algo para comer.
—No he visto a Ryan — dice, y lo escucho dos veces.
Apago el audífono de manera disimulada.
—Ryan, cerca de la mesa de comida hay una chica muy sospechosa — dice Ángel.
—Pronto llega — le contesto a Ruth tomando una de las donas detrás de ella.
—Mantenla vigilada — ordena Alex.
Me alejo lentamente hasta una ventana, donde calculo que puedo tener una buena visión de la fiesta. Veo como Samantha hace su entrada triunfal, bajando las escaleras como una princesa, mientras una luz sigue sus pasos hasta el suelo.
Me pregunto a que hora subió si ella estaba afuera junto a Alex, quien por cierto, se veía muy lindo de Alladin. Volteo hacia la ventana fingiendo ver el exterior, saco los lentes de mi aljaba y me los coloco. Justo como había sospechado, no puedo ver las imágenes de las cámaras nuevas.
—Serás totalmente mis ojos — digo volviendo a guardar los lentes.
—Chase deja a Fernanda y ven con Laura para que yo pueda vigilar a la sospechosa de Alex — dice Daniel.
—¡Yo la estoy vigilando por las cámaras! — reprocha Ángel.
—Tu tienes mucho que vigilar — lo reprende Dan.
Veo como Chase camina lentamente hacia Laura y sus amigas, mientras que Daniel se aleja caminando en mi dirección.
Espera, ¿en mi dirección?
Intento relajarme para no verme tan sospechosa, ignoro a Daniel y me concentro en las chicas que ríen exageradamente junto a Samantha. Dani pasa de largo junto a mí, pero de cierta forma comienzo a sentirme vigilada. Esto no va a ser fácil.
Enciendo nuevamente el micrófono. Había olvidado que lo tenía apagado, y yo que esperaba la respuesta de Karely.
—Empecemos con esto, entre más rápido terminemos es mejor — digo ahora que si me escuchan.
—Los chicos están distraídos, ¿cual es tu primer objetivo? — pregunta mi ayudante
—La primera que puse, el patio trasero.
—Está despejado, si sales por la puerta principal te verá la cámara de la caseta, pero no abarca hasta el patio trasero.
—Está bien — digo.
—Te avisaré cuando puedas acercarte.
Camino lentamente por el salón admirando los detalles, viendo las luces qué, como pequeñas estrellas, iluminan el techo. Termino de salir y avanzo despacio por el jardín, de manera que parezca solo un paseo.
—La imagen está congelada, ya puedes ir — autoriza Karely.
Sigo mi paseo hacia el patio trasero intentando pasar desapercibida.
—Estás fuera de la visión de la cámara de la caseta.
Frase suficiente para que corra hacia donde puse la primer cámara. Ahí está, justo donde la dejé, casi imperceptible cerca de la puerta de la cocina. Volteo una cubeta y me subo en ella, saco un desarmador y comienzo a quitar la cámara. Una vez retirada la guardo en mi aljaba y bajo de la cubeta.
—¿Qué haces aquí? — escucho una voz malhumorada.
Junto a mi está la chef, viéndome de manera misteriosa. Intento calmar mi pulso que se aceleró al escucharla.
—Doy un paseo, pero ya me iba — digo lo más calmada que puedo.
—¿No estabas pensado entrar a la cocina, verdad? Aquí solo entra personal autorizado, no voy a permitir de nuevo que entre cualquier persona.
—No se preocupe, no quería entrar a la cocina — Voy a entrar a la cocina, pero después.
Me doy la vuelta para regresar a la casa, a lo lejos observo a Alex, parece estar muy aburrido, está solo dentro de la caseta viendo hacia la fiesta. Aprovecho que soy la única persona por aquí y tomo una pequeña desviación, de camino y de plan.
—Hola príncipe Alí.
Apago los micrófonos para no escuchar nada más que su voz.
—Hola Monse — me saluda sonriendo.
Veo como lleva una mano discretamente debajo de su turbante, en dirección de su oreja.
—¿Recuerdas mi nombre? — pregunto sorprendida.
—Claro, fuiste una de las últimas en entrar a la fiesta.
¿O tal vez su sospechosa?
—Tal vez sea por eso — contesto jugando con uno de los rizos de la peluca — Y... ¿Por qué no entras a la fiesta?
—Debo quedarme vigilando — dice acomodándose en la silla.
—Que aburrido, yo que tú me iba a divertir un rato.
—Estoy seguro de que sí — dice riendo —, pero mi trabajo es quedarme aquí toda la noche.
—¿Toda la noche? ¿Ni siquiera puedes ir a comer algo o al baño? — pregunto con fingida sorpresa.
—A ningún sitio, debo quedarme aquí, para siempre — dice muy dramático.
Sonrió ante su comentario. No importa que yo no luzca igual, o que él esté disfrazado, las conversaciones con Alex siempre son y serán las mejores del mundo, por algo es mi mejor amigo.
—¿Ya te dijeron que te pareces mucho al príncipe Alí?
—Algo así — contesta rascándose la nuca.
—Sabes, te propongo un trato, tú te vas a hacer lo que quieras a la fiesta y yo me quedo cuidando tu changarro.
—No puedo hacer...
—Vamos, no acepto un no como respuesta.
Él rueda los ojos no muy convencido. Yo sonrió para que vea que puede confiar en mí.
—¿Qué está pasando aquí? — escucho la voz de Daniel a mis espaldas.
—Nada, yo ya me iba — digo volteando a verlo — Adiós príncipe Alí.
Regreso a la fiesta y enciendo de nuevo los audífonos.
—Sí, pero mi papá no me deja tener un perro — dice Chase
Paseo mi vista por el salón hasta que lo localizo, está hablando con Laura y sus amigas, cuanta discreción. Al parecer todos los invitados están entretenidos, algunos bailan, otros hablan entre ellos y varios están acabando con la mesa de bocadillos.
—Voy a entra a la oficina — el sonido de la música amortigua mis palabras.
—Es que no le gusta tener animales — vuelvo a escuchar a Chase.
—Te aviso cuando puedas hacerlo — dice casi al mismo tiempo Karely
Camino hasta estar cerca de la puerta de la oficina del padre de Ryan, nadie parece notarlo, apago el audífono para no escuchar más cosas sobre perros. Solo falta la indicación de Karely.
—La cámara de la oficina está congelada, estoy grabando un vídeo para que se reproduzca al mismo tiempo en las cámaras de la sala, pero solo tendrás cinco minutos para entrar y salir.
—Es perfecto.
—Corre tiempo.
Entro rápidamente a la oficina cerrando la puerta detrás de mi. Alumbro mi camino con el brillo de la pantalla de mi celular, no debo encender la luz y temo que la luz de la linterna se vea hasta afuera.
Encuentro la cámara, cargo una silla hasta donde está y comienzo a desarmarla.
—Dos minutos — avisa impaciente Karely.
Termino con la cámara, la guardo y coloco la silla en su lugar, troto hacia la puerta para poder salir de ahí antes de que las cámaras de la sala vuelvan a funcionar.
—Daniel va directo hacia donde entraste — escucho a Ruth, sus palabras detienen mi mano sobre la manija de la puerta.
—Las cámaras funcionan de nuevo — anuncia Karely resignada.
¿Ahora como voy a salir de aquí?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro