Han pasado diez días desde aquella noche en que vi a mi padre y mejor amigo por última vez. Me he adaptado a esta escuela, en especial a los amigos de Vanessa. En su casa me va bien, me tratan como si fuera su hija.

Pero no es igual, nada puede compararse con ir a mi escuela con mis amigos, con una caminata bajo el sol hasta la agencia, con ver a mi padre todos los días detrás de su escritorio, con pasar la tarde sola, y a veces, también las noches.

Extraño todo lo que tenía, ahora entiendo el dicho de nadie sabe lo que tienen hasta que lo pierde. Yo no lo perdí, tengo fe en que mi padre logrará encontrar a las personas que amenazan a Vanessa, para al fin volver a casa.

Solo debo esperar un poco más, hasta ahora todo va bien, pero temo que las cosas se compliquen, y no me refiero a la escuela. ¿Pueden las amenazas volverse realidad?

Al fin llegó el viernes, dos días descanso y luego otra vez a la escuela. Las clases pasan normal, hoy Elena no vino, así que estoy sola en un salón a la hora de receso, sin hambre y sin ganas de buscar a Kevin.

Veo que a lo lejos pasa Ruth, tal vez sea mi oportunidad de llevar acabo mi plan. Tomo mi mochila, salgo del salón y comienzo a seguirla, ella no camina muy rápido, así que la alcanzo rápidamente.

—Hola Ruth — saludo caminando a su lado.

—Hola.

—¿Sabes por qué no vino Elena? — digo intentando sacar un tema de conversación.

—No.

Creo que no le agrado, o no tiene ganas de hablarme. Tal vez la verdadera Vanessa no la hablaba, o le caía mal. Pienso en algo que si llame su atención para que me hable.

—¿Tienes clase?

—Estamos en receso — dice viéndome con cara de deja de molestar.

—¿Tienes novio? — Esperen, ¿de donde salió eso?

—No — dice dudosa viéndome raro.

—¿De casualidad conoces a una chica llamada Samantha?

—Existen muchas Samanthas — dice dejando de caminar — Se más específica.

—Samantha Ramírez González — digo recordando sus expedientes.

Ruth se queda pensando, viendo hacia todos lados. De pronto veo que sonríe, pienso que ya la recordó, pero no, es su amiga Jessi que viene a terminar con su sufrimiento.

—Hola Jess — la saluda muy emocionada.

—Te estuve buscando y no te encontraba — le dice su amiga —Hola Vanessa — me saluda notando mi presencia.

—Hola Jessi.

—¿La Samantha de la que hablas tiene el pelo castaño y lacio? — me pregunta Ruth.

—Si — digo muy emocionada.

—¿La Samantha del curso de belleza? — pregunta Jessi.

—¿Se llamaba Samantha Ramírez? — le pregunta Ruth, ella solo se encoje de hombros.

—Es una que va a una escuela privada, hizo una fiesta al inicio de año — digo intentando refrescarles la memoria.

—Ah, sí, ¿recuerdas que me invitaste a esa fiesta? — dice Jessi.

—Sí, no me acompañaste, solo fui para no quedar mal con Sam.

Ahora si hablamos el mismo idioma.

—¿Y que piensan de su hermano?

—No lo conozco bien, solo lo he visto de lejos — confiesa Ruth.

—Pero es lindo — dice Jessi.

—¿Y porqué tantas preguntas Vanessa?

—Curiosidad — digo — También me enteré de que Ryan esta buscando a una chica que conoció en esa fiesta, y por su descripción, la primer persona en la que pensé eras tú.

—¿Porqué en Ruth? — pregunta Jessi.

—Por que es rubia y tiene ojos azules, justo como la chica que él busca, solo que esta fue disfrazada de cenicienta — contesto con una sonrisa esperando a que funcione mi plan.

—Pues si fui disfrazada de cenicienta — confiesa Ruth — Pero no hable con Ryan, solo lo vi cuando me estaba acercando a saludar a su hermana y él se fue hacia la cocina, creo que no me vio.

—Pero aún así podrías ser una buena candidata — digo agarrando más confianza.

—¿A que te refieres? — pregunta cautelosa.

—Puedes decirle a Ryan que tú eras esa chica, digo si tu quieres — termino de expresar mi maléfico plan.

—¿Salir con Ryan? — pregunta Jessi — Sería genial no crees, el es guapo y además es rico...

—Yo no soy esa chica — me dice seria.

—Él no lo sabe — le contesto de la misma manera.

Ella se queda un rato viéndome, analizando la situación. Jessi sigue enumerando razones por las cuales debería salir con Ryan, nosotras solo nos vemos fijamente.

—¿Porqué no quieres decirle que eres tú esa chica? — pregunta de pronto

Me quedo en shock, si ella se dio cuenta de que yo soy esa chica ¿cuanta probabilidad hay de que mis amigos lo sepan? O tal vez no se dio cuenta y solo está intentando que confiese.

—¿Porque crees que lo soy?

—Ya no le des más vueltas al asunto, di la verdad y tal vez acepte ser tu cuartada.

—Si soy esa chica — confieso solo por su ayuda — ¿Como lo supiste?

—Ninguna chica se te acerca para intentar ofrecerte a un chico, supuse que eras tú la chica a la que busca y querías lanzarme a mi para alejar de ti las sospechas, y me lo acabas de confirmar.

—Cuanta inteligencia — admito.

El timbre suena indicando que es hora de volver a clase.

—Hablaremos el lunes — dice caminando a su salón.

Creo que hay más probabilidades de que acepte a que rechace mi oferta, ahora solo tiene que llegar el lunes para saberlo, ¿que puede pasar en un fin de semana que pueda arruinar eso?

Es de tarde y estoy aburrida, así que entro a la aplicación de facebook en el celular de Vanessa, no sé si es invadir la privacidad de una persona o como se le llame, supongo que ella ha hecho lo mismo.

Busco mi perfil para ver que ha pasado y veo algo que jamás me esperé. Una publicación en mi biografía dice que un tal Diego Jiménez me etiqueto junto a Alex, veo la imagen y en serio no me lo creo ¡Alex y yo besandonos!

—¡¿Que?! — grito con todas mis fuerzas

No puedo creer que esa tipa haya besado a mi mejor amigo ¡y encima lo hizo en mi cuerpo!, tengo ganas de ir a buscarla donde quiera que este y...

—¿Vanessa estas bien? — escucho que dice la mamá de Vanessa en tono preocupado.

—Si —contesto intentando ocultar mi enojo.

—¿Entonces por que gritaste?

—¿Por una cucaracha? — suena más a pregunta que a afirmación.

—¿Cucaracha? —pregunta ella.

—O rata, no sé, algo paso por mis pies.

—Pero estas bien ¿no paso nada más?

—No, fue solo ese lo que sea que me espanto.

—Bien, la cena esta casi lista —informa y escucho como se aleja.

La conversación con Mónica logra calmarme un poco, vuelvo a ver la publicación, al parecer es de hace dos días, veo las reacciones, la mayoría son de asombro, le siguen las de enojo, algunos me entristece, un me divierte de Chease y un me encanta mio... ¡¿Me encanta?! Esta niña esta sacando boleto para irse muy lejos.

Respiro y veo los comentarios, todos muestran su asombro, algunas chicas si odio, otros dicen que ya se lo esperaban. Yo lo único que me pregunto es ¿quién subió esa foto? o mejor dicho ¿quién la tomo?

Dejo el celular en el escritorio y salgo del cuarto, escucho el sonido de algo friéndose en la cocina y veo que el señor Méndez esta viendo una película en la televisión.

—Hija ven —dice llamándome — ¿Está todo bien?

—Si —digo sentándome a su lado.

—¿Y entonces el grito?

—Algo paso por mis pies y me espantó.

—Que raro, aquí no hemos visto ninguna plaga.

Me encojo en hombros, el no se creyó mi mentira. Veo la película que esta pasando en la televisión y recuerdo cuando en las noches veía películas con mi papá, siento que las lágrimas quieren salir pero no se los permito.

Mónica llega a la sala y le da la cena a su esposo, yo voy detrás de ella para servirme aunque ya no tengo hambre, ella me indica que es la cena y la bebida, luego se va a la sala.

Abro en silencio la puerta trasera y salgo al patio, la luna esta hermosa, ¿será que mi papá la esta viendo también? Lo extraño demasiado.

Después de que el día empezó bien con una Ruth casi convencida de ayudarme, ahora resulta que Vanessa besó a Alex... Que yo besé a Alex. ¿Por que mi amigo haría algo así? Lo peor es que no tengo como averiguarlo, quiero que me devuelvan mi vida ya.