Capítulo 22: Chase
Siento que algo esta cambiando, desde hace una semana Cristhel se comporta extraño. Bueno no solo ella, ahora Daniel intenta estar todo el día a su lado y Alex se aleja de ella, quien solo quiere estar cerca de Alex. Es divertido ver como se persiguen.
Ahora paso más tiempo con Ángel ya que los otros están en constante persecución, hasta se olvidaron de buscar a la chica perdida de Ryan, quien por cierto nos a ignorado toda la semana.
El viernes pasado estuvimos todo el día jugando fútbol, pero gracias a nuestro esfuerzo, y tal vez un poco de suerte, logramos ser uno de los representantes del estado. Ahora solo debemos esperar a que llegue Octubre para ir a la liga.
Y como nuestro entrenador quiere que no perdamos la práctica, organizó un juego amistoso para hoy. Ahora estamos en nuestra base de operaciones, en otras palabras, la casa de Daniel.
—Me sigo preguntando por qué somos tan pocos — dice Ángel.
—No lo sé, Alex no quiso venir a acompañarnos y Ryan no nos habla —comenta Daniel.
—Es aburrido sin ellos, miren, falta una hora para el comienzo y ya estamos listos — digo señalando el reloj.
—Tienes razón Chase — dice Dan — ¿Porque no vamos a la escuela y esperamos allá?
—Sí, porque si no voy a terminar durmiendome del aburrimiento y no voy a jugar — dice Ángel caminado hacia la puerta.
Caminamos lentamente hacia la escuela rodando el balón. No sé si es para hacer tiempo, pero siempre que salimos de la casa de Daniel hacia la escuela nos vamos caminando, está lejos, ¿no podemos irnos en taxi, combi o en el auto que está estacionado frente a su casa?
Ángel le da un pase con el balón Daniel, quien le pega muy fuerte e impacta en un poste de luz a lado de cual esta una chica que se asusta por el casi pelotazo que le íbamos a dar.
—Lo siento, de verdad lo siento — se disculpa Daniel corriendo hacia la pelota.
—¿Cristhel? — dice Ángel viendo a la chica.
—Hola — saluda Cris.
—¿Vas al partido? — pregunto.
—¿Partido? — contesta ella.
—Si, no recuerdas, hoy hay partido, otra vez — informa Daniel haciendo trucos con el balón — No sé por que el entrenador no nos deja descansar.
—¡Ah claro! ese partido — dice Cris recordando.
—Sí, vamos — dice Ángel.
—Oye no recuerdo haberte visto alguna vez así — dice Daniel inspeccionando a Cristhel.
Ella lleva puesto un vestido, solo la conozco por poco tiempo pero no la había visto con vestido fuera de la escuela. Y ahora que la veo bien noto que también esta maquillada, lo cual tampoco había visto en ella.
—¿Así como? — pregunta Cristhel sin entender.
—Maquillada y con vestido — contesta mi amigo viéndola de los pies a la cabeza.
—Toda la semana fue maquillada a la escuela — le dice Ángel a Daniel.
—¿Que tiene de malo? — pregunta ella — ¿Me veo mal?
—No —contesta Ángel — Es que jamás lo habías hecho.
—De hecho una vez nos comentaste que no te gustaba el maquillaje y que solo te lo habían puesto en tus graduaciones — comenta Daniel.
—Si es cierto — recuerda Ángel — También nos confesaste que no te sabías maquillar.
Yo no tengo nada que decir, hace poco que conozco a Cris, ellos la conocen mejor que yo. Cristhel se sonroja y comienza a caminar en dirección a la escuela.
—¿La princesita de papi se enojó? — se burla Daniel — Cristhel debes concordar lo que dices con lo que haces.
Ella lo ignora y sigue caminando, aumenta ligeramente la velocidad de sus pasos, nosotros la seguimos, ya sin rodar el balón.
—¿Quieres que te recuerde otras cosas en las que te has contradecido? — vuelve a preguntarle Daniel — ¿O mejor te recuerdo algunas cosas que has dicho para que no te contradigas?
—¡Ya callate! — grita ella y sale corriendo.
—Que gracioso — dice Ángel — Corre con zapatillas, ¿Desde cuando usa zapatillas?
—Creo que te pasaste Daniel — digo —¿Creí que Cris te gustaba?
—¡¿Que?! — dicen mis amigos.
—Digo, es que estás todo el día persiguiéndola y no te alejas de ella.
—En eso concuerdo con él — me apoya Ángel — ¿Acaso ya no confías en mí? ¿Que otro secreto me ocultas Daniel?
—Ay, se puso celoso el Angelito — dice Dan — Y no me gusta Cristhel, es algo complicado que no les puedo contar. Y vámonos ya, por que en vez de llegar súper temprano vamos a llegar súper tarde.
Al fin llegamos a la escuela, el equipo ya está aquí terminando de alistarse, Ryan esta dando unas indicaciones, luego se aparta del grupo y se acerca a nosotros.
—¿Y este chico quien es? — pregunta Daniel viendo a Ryan — ¿Se me hace familiar?
—Que gracioso — dice Ryan — ¿Y qué? ¿Listos para el partido?
—Si capitán estamos listos — canta Dan.
—¡Chicos! —grita el entrenador entrando a los vestidores — Los quiero en diez en el campo, el rival acaba de llegar.
—Ya escucharon al entrenador — dice Ryan — ¡Muevanse!
—Ya escucharon al capitán, ¡vamos que es para hoy! — se burla Dan.
—Ustedes también — nos dice seriamente — Aquí no hay favoritismo.
Ryan se aleja para ver que los demás jugadores terminen de alistarse. Nosotros nos sentamos en una banca para ponernos los tacos.
—Oye Daniel ¿te sientes bien? — le pregunto mientras nos amarramos las agujetas.
—Si, ¿por qué? — me contesta.
—Has estado actuando más raro que otras veces.
—Yo lo veo igual — opina Ángel — Aunque si te pasaste con Cristhel, ¿Por qué?
—Solo diré que todo tiene un límite — dice Daniel poniéndose en pié — Y el mio es una semana.
Daniel sale de los vestidores dejándonos con la duda, ¿que quiso decir con eso? Ambos nos vemos sin entenderlo.
Salimos al campo para comenzar el calentamiento. Las gradas están llenas de alumnos vestidos con los colores de sus respectivos equipos, Alex nos saluda con mucho ánimo, no hay rastro de Cristhel por ningún lado.
El entrenador hace señas de que regresemos a los vestidores para que nos dé las últimas indicaciones antes de salir a jugar.
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