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Capítulo 18: Alex

—Alex, Daniel tengo una misión para ustedes — dice mi jefe.

Estamos en la oficina del padre de mi mejor amiga. Él no se ve como siempre, parece triste, preocupado, no entiendo por que.

—Con todo respeto señor — dice Dan — Yo no soy agente de campo.

—Lo sé, pero es algo en lo que solo ustedes pueden ayudarme — hace una pausa — Cristhel va a cambiar de lugar con una chica llamada Vanessa, su misión es que todo el mundo crea que esa chica realmente es Cristhel.

No sé si el padre de Cris sigue hablando, en lo único que pienso es en ella ¿se va? ¿Como puede ser eso posible? ¿por que acepto?

—Ahora mismo Ana debe estar transformando a Cristhel, por ahora es todo luego hablaran lo tres, pueden retirarse.

Mis pies se mueven por inercia, como si no obedecieran las ordenes de mi cerebro.

—¿A donde vas? — pregunta Daniel.

—Ve con Ana, cuando termine con Cris me avisas quiero hablar con ella.

—Claro — dice no muy convencido, pero aún así me deja.

Dejo que mis pies me guíen a donde quieran ir, cuando reacciono estoy frente al campo de entrenamiento. Es de noche así que no hay nadie, pero un bulto tirado en el piso me hace cambiar de opinión.

Me acerco silenciosamente hasta que veo que es una chica, alguien a quien jamas he visto, esta de espaldas a mi pero puedo distinguir que esta llorando.

—¿Tienes permiso de estar aquí?

Mi voz suena fuerte en medio del silencioso campo y logro que la chica se espante.

—No, creo que no — dice poniéndose de pie sin voltear a verme.

Veo como seca sus lágrimas y se da la vuelta. No reconozco a esta chica, pero hay algo en sus ojos que me resulta muy familiar.

—Pues, si no tienes permiso, ¿que haces aquí? — pregunto para apartar esa sensación.

—Veo la Luna, es hermosa — dice mirando al cielo.

Veo hacia el cielo, es cierto, es una noche estrellada, de esas que casi no se ven por la luz de la ciudad.

—¿Y lloras por la Luna? — creo que no pensé antes de hablar.

—No... Es algo complicado — ella no deja de ver el cielo.

—Estoy aquí para ayudarte, puedes contarme lo que sea.

Ella sonríe, una sonrisa que siento tan familiar.

—¿Alguna vez te has separado de tu familia? — me pregunta

Su pregunta me sorprende, comienzo a recordar misiones en las que estuve lejos pero casi todas fueron con mi padre o con Cristhel.

—Claro que sí — digo, y siento que le estoy mintiendo.

—Pero, ¿te has ido consiente de que volverás o con la posibilidad de que no los vuelvas a ver jamás?

Eso me pone a pensar, siempre hay un riesgo de no volver en las misiones pero jamas había pensado en ello, creí que siempre volvería a casa.

—Alto, ¿a donde quieres llegar con esto?

Ella suspira.

—Si tuvieras que despedirte de una persona muy especial ¿que le dirías?

Lo primero que viene a mi mente es Cristhel, no entiendo que es lo que quiere saber esta chica así que debo buscar que contestar.

—No sé, algo como, espero volverte a ver o nos mantenemos en contacto.

—Suena a algo que le dirías a cualquiera.

—Lo siento pero no entiendo lo que quieres decir.

Ella se pasa una mano por la cara, voltea hacia el cielo, suspira y vuelve a mirarme.

—Bien escucha, si yo fuera, no sé, tu novia o tu mejor amiga y tú tuvieras que irte sin saber si volverás ¿que me dirías?

—Me la pones difícil — confieso — Espero no estar en esa situación pero, ¿por que me preguntas eso?

—Debo hacer algo similar — dice desviando la vista hacia el suelo.

—Entonces, imagina que soy tu novio.

—¡No tengo novio!

Me mira como si decir eso fuera el peor insulto que pude haberle dicho, no puedo evitar nuevamente sentir algo familiar en su mirada.

—Bueno, pero no te enojes — me recuerda a Cris — ¿Tu mejor amigo entonces?

Ella sonríe y yo no puedo evitar sonreír.

—Aún así no se que decirte — dice eliminando esa hermosa sonrisa.

Tengo el presentimiento de que esta chica es Vanessa y por eso me hace esas preguntas, busca las palabras adecuadas par despedirse de su chico.

—Bien — acepto — ¿Sabes que le diría a mi mejor amiga?

—¿Que? — sus ojos brillan, un brillo familiar.

—Diría que es la chica más maravillosa que conozco, sin ofender — ella ríe — Que aunque yo no este cerca estoy seguro de que puede cuidarse sola, sin importar la distancia que nos separe yo estaré contigo, aún si jamás vuelvo a verte, eres y siempre serás lo más importante para mi.

En algún momento esa chica desconocida se convirtió en Cristhel. Veo como una lágrima sale de sus hermosos ojos, pero ella la limpia rápidamente.

—Eso es hermoso, se ve que la quieres demasiado.

—Bueno en realidad le diría, golpea de mi parte a cualquiera que quiera hacerte daño.

Ella comienza a reír. Debía salvar mi honor, dije muchas cosas que no tenía decir, pero esta chica me inspira confianza.

—Gracias por tu ayuda — dice caminando de regreso a la agencia.

—Oye no me has dicho que le dirás a tu chico — corro para alcanzarla.

—No es mi chico — dice riendo — Es mi mejor amigo.

—Si lo que sea, ahora me dices que le dirás — le exijo.

—Imaginaré que eres él — me mira a los ojos — Sabes, tengo que irme, pero volveré, No te desharás de mi tan fácil.

Siento que me abraza, no sé que esta pasando pero le correspondo el abrazo, siento que comienza a lloras mientras se pega más a mi y me abraza mas fuerte.

Es raro abrazar a una desconocida, pero por alguna extraña razón me resulta cómodo hacerlo, siento que las lágrimas quieren salir, pero las obligo a que darse dentro. El sonido de su celular la obliga a separarse de mi, es raro, pero siento que una parte de mi ser se separo junto con ella.

—Debo irme — dice secandose las lágrimas.

Asiento, por que siento que si hablo voy a llorar, y eso no es bueno.

—Te quiero Alex — me besa en la mejilla y corre hacia la salida.

No la detengo por que mi cuerpo no me obedece. ¿Como sabe mi nombre?, no recuerdo habérselo dicho. Por inercia comienzo a correr hacia la salida, pero en la puerta me detengo.

La veo afuera abrazando al padre de Cristhel, lo besa igual que a mi, y él la besa en la frente, se vuelven a abrazar y ella entra a un auto que ni siquiera había notado que estaba ahí. Me acerco a Jorge, mientras vemos el auto alejarse.

—La voy a extrañar — dice secándose algunas lágrimas.

—¿Ah? — es lo único que digo.

—Extrañare a mi princesa — repite.

—¿Era?... ¿Era Cristhel?

—¿No te despediste de ella?

—No sabia que era ella, ¿por que no me lo dijo?

—Tal vez no quería verte sufrir, vamos Daniel y Vanessa nos deben estar esperando.

Jorge entra a la agencia, siento que mi celular vibra en mi bolsillo, pero lo único que hago es ver hacia donde se fue el auto, aquel que se llevo a la chica desconocida, de ojos tan familiares.

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