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#O2: Day 1 (Part one)

16/06/## - 9:00am

Ambas agentes se levantaron de la cama, se dieron un baño, y enseguida se pusieron la ropa que el jefe les había señalado.

Tendrían que desayunar fuera de ahí, en el momento en el que salieran del edificio se mezclarían con las demás personas inmediatamente, ¿qué más normal que ir a almorzar un domingo por la mañana?

...

Park estaba con las manos en el volante mientras Hirai se mantenía viendo el paisaje por la ventana del copiloto.

—Y bien, ¿cómo sabremos dónde está Kim?—Preguntó.

—Según el jefe, intentaron ponerle un rastreador al bolso que siempre lleva pero al parecer la mujer es demasiado astuta como para darse cuenta de eso, así que cuando intentaron rastrearla se dieron cuenta de que había destruido el objeto.

—Bien, desde aquí ya estamos jodidas. Sabe que la están buscando.

—Sí, por eso mismo hay que ser más cuidadosas con nuestras acciones. En especial tú, Solarum.

—¿Y yo por qué?

—¿Quién es la boca-suelta del equipo?

—Claramente yo no.

—¿Ah, no? ¿Entonces quién fue a la que se le salió decirle a la Secretaria Im sobre su fiesta de cumpleaños que se suponía que era SECRETA?

—... Okey, okey, mala mía. Pero solo fue un pequeño error, no es como que vaya a pasar todos los días.

—Pero un solo error y todo el plan se va a la mierda.

—Bueno, ¿puedes callarte ya? Hablas como si fueras perfecta y tú no cometieras errores. ¿Acaso no recuerdas esa misión en la que te tuvieron que sacar del caso porque-

Había llegado muy lejos.

El auto frenó bruscamente. Park tragó saliva y volteó a ver a la otra agente.

—Escúchame bien; eres mi compañera de misión y solamente por eso te estoy teniendo respeto, pero te juro que si vuelves a abrir la boca y mencionas esa misión...

Hirai tomó aire. La mirada que la castaña le estaba dando no era nada amigable, y a pesar de que ni siquiera terminó la oración, sabía muy bien a lo que se refería.

—¿En serio arriesgarías tu trabajo por una tontería?—Preguntó.

El auto volvió a andar lentamente.

—Si me obligas a hacerlo, entonces si.

Sus manos sudorosas se aferraban al volante y su cabeza comenzaba a arder. Odiaba con todo su corazón lo que había pasado esa noche, estaba tan arrepentida de todas sus acciones, y le sorprendía que el jefe no la hubiera despedido debido a su gran error.

Pero bueno, eso ya era pasado, y no puedes cambiar absolutamente nada de él.

...

El auto se detuvo en el estacionamiento de un restaurante. A sorpresa de ambas chicas, el lugar estaba bastante lleno.

Momo se recogió el cabello y la castaña se colocó sus lentes. Era el momento de comenzar a actuar.

Ambas entraron por la puerta principal y se dirigieron a la fila para pedir.

—¿Qué quieres comer?

—Mmm... Unos waffles están bien.

—De acuerdo, ve a buscar una mesa.

Momo se acercó a la caja para ordenar y el cajero se dio la vuelta.

—¡Yoon Daeun! ¡Cuánto tiempo!—Dijo el chico.

Momo no pudo evitar soltar una risa al reconocer su rostro .

Kim Sunoo (Nombre clave: Stardust —el cuál insistió en usar—). Un joven menor a ambas agentes que no llevaba más de dos años en la agencia.

El muchacho se veía ciertamente emocionado, ya que esta era la primera misión en la que estaba involucrado, pues, el jefe realmente no confiaba demasiado en él debido a sus pocos años de experiencia.

—¿Qué van a pedir?—Preguntó.

—Uhmm... una orden de waffles está bien.

—¡Una orden de waffles en camino!—Tomo el ticket.—Este es su ticket, señorita.

—Gracias.—Lo tomó y se dirigió a donde Jihyo se había sentado.

—Tengo que decirte algo, pero no te lo puedo decir aquí.

—... ¿Entonces para qué me lo dices?

La pelinegra se acercó a la castaña y le susurró:

—Creo que Stardust también está involucrado en nuestra misión.

—¿¡Qué!?—Exclamó Jihyo.

¡No grites idiota! Por eso mismo no te lo quería decir.

Un mesero se acercó a la mesa.

—Ehm, ¿una orden de waffles... ?

—Sí, es aquí, gracias.

—Si necesitan algo pueden llamarme, mi nombre es Min Hyeon.— Sonrió, dejando una tarjeta con su nombre en la mesa.

Park suspiró.

—Si vamos a hacer esto, hay que hacerlo bien.—Dijo, para después tomar un waffle y darle una mordida. Casi como si estuviera comiendo un pedazo de carne.

...

El silencio entre ambas chicas decía más que mil palabras. No se llevaban bien; no se podían llevar bien.

Jihyo seguía sin saber por qué su jefe le había asignado una misión con ella, no encontraba ninguna razón lógica.

Para ella, Momo no tenía nada de especial.

Y para Momo... era exactamente igual. Para ella, Jihyo no era más que una idiota queriendo jugar a ser espía, en especial en aquella misión.

Le sorprendía que el jefe no le cortara la cabeza —como en los otros casos en los que los espías lo defraudaban—, ella había cometido una estupidez.

Por un tiempo pensó que la joven había cometido un acto de soborno, o dicho de forma más sencilla, que había ido de puta a acostarse con su jefe; y sinceramente no fue la única que lo creyó, es decir, casi todos los demás agentes pensaron lo mismo, pero al parecer Park seguía siendo un alma pura... virgen, básicamente.

Y su otra teoría —la más posible, según ella— es que simplemente su jefe tenía favoritismo por ella. Como siempre lo ha demostrado.

"—Cuando te veo a los ojos, me recuerdas a mi hija." Mierda, estaba harta de oír eso.

La verdad Jihyo si se parecía a la hija, ya fallecida, del jefe. Pero a su parecer, esa no era excusa para volverla su favorita.

Momo se sentía opacada por ella. Siempre la segunda, nunca la primera; tal vez de ahí provenía el gran odio que le tenía.

—¿Acaso me quieres decir algo?—Preguntó Park.

Hirai reaccionó.

—¿Eh?

—Llevas quince minutos viéndome de reojo, ¿crees que no me doy cuenta? Estoy manejando, pero eso no me vuelve ciega.

—De hecho.—Habló Momo.—Si hay algo que tengo que decirte.

—Habla.

—¿Qué somos?—Preguntó.

La castaña soltó una pequeña risa.

—Mierda, ni siquiera me había puesto a pensar en eso, yo creo que es porque no me interesa el estar relacionada de cualquier forma a tí.—Dijo, sarcásticamente.

—Odio decirlo, pero creo que sería más creíble si fuéramos "pareja".

—Ni loca.

Momo volteó a verla.

—¿Quieres que esto salga bien? Entonces pon de tu parte, ¿o acaso quieres cagarla otra vez?

La sonrisa de la castaña desapareció. Momo tenía razón, no quería arruinarlo todo, no de nuevo.

—Está bien. Lo haré.

—Bien. Ahora, hay que enfocarnos en encontrar a esa tal Kim.

...

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