⸸ 6 ⸸
26 de octubre, 06:38 am
Jungkook siempre era el primero en llegar al colegio por las mañanas. Llegaba tan temprano que tenía que sentarse en el pasillo a esperar a que la mujer que se encargaba de la limpieza pasara abriendo las puertas de los salones. Esa mañana, a poco de que se cumpliera un mes de la llegada de Kim Taehyung, fue precisamente éste quien ya estaba sentado, con las piernas cruzadas y la espalda apoyada en la puerta, cuando Jungkook llegó.
Se detuvo por la sorpresa, sí, porque había cruzado todo el camino con la mirada perdida y apenas notó la presencia de Taehyung, pero se abstuvo de dar un respingo. Porque entonces Taehyung lo notaría y, está de más mencionar, sería humillante. Respiró una vez, profundamente, y dio un paso hacia adelante.
Taehyung no se molestó en levantar la cabeza para mirarlo. Jungkook se sentó junto a él.
—Tengo una pregunta —dijo Jungkook, alto como para que Taehyung lo escuchara, pero sin ser oído por otras personas. Aunque probablemente no había nadie en los pasillos, solo ellos dos. Jungkook usó el dedo índice para levantarse un poco los lentes. Taehyung no se volteó, pero sí lo miró por el rabillo del ojo— ¿Fumas?
Un extremo de los labios resecos de Taehyung se contrajo, inclinándose apenas milímetros hacia arriba. El chico tosió falsamente, cubriéndose con su mano.
—A veces.
—¿Qué tan seguido?
—A veces —repitió, no molesto, solo haciendo énfasis en las palabras—. Cuando no tengo nada mejor que hacer.
—Tengo otra pregunta.
Taehyung rió, el sonido raspando sus cuerdas vocales y la voz saliendo un poco ronca. Jungkook aprovechó el momento para ver en todo su esplendor la sonrisa de Kim Taehyung. Taehyung echaba su cabeza hacia atrás, cerraba los ojos y fruncía el entrecejo cuando se reía. Era todo un espectáculo.
—Adelante.
—¿En dónde vives?
La pregunta pareció captar de alguna manera la atención de Taehyung, porque la sonrisa se le torció hacia abajo y por fin se dignó en voltearse hacia Jungkook. Enarcó una ceja.
—¿Por qué ese dato es importante?
—Si respondes, te diré en dónde vivo.
El semblante confundido de Taehyung se acentuó más, la ceja tan arqueada que casi llegaba al borde de su frente, los ojos empezando a cerrarse en sospecha y los labios aún más torcidos, como las ramas desiguales de un viejo árbol. Jungkook tragó saliva.
—De nuevo, ¿por qué ese dato es importante? —preguntó, la voz tornándose más escéptica con cada palabra— ¿Por qué me dirías eso? ¿Por qué debería importarme?
—Es un intercambio de información. Como un juego de preguntas y respuestas —intentó excusarse Jungkook, hablando demasiado rápido y sintiendo las manos temblando en el aire a la vez que hacía ademanes con ellas—. Para conocernos mejor.
La sonrisa de Taehyung volvió a aparecer, pero su ceja se mantuvo intacta en un arco puntiagudo.
—¿Y qué sucedería si yo ya supiera en dónde vives? —dijo, con tono divertido. No era una amenaza y, aunque era algo espeluznante, Jungkook no sintió temor. Hasta ese punto, ignorando su posible aparición en el cementerio, Taehyung no había hecho nada realmente malo, nada que lo hiciera sospechar de él. Y, si hablamos de lo del cementerio, ni siquiera estaba claro que se tratara de Taehyung— No sería divertido. ¿Te asustarías?
—Eres un psicópata —alcanzó a decir Jungkook, porque no sabía qué más podría responder. Y luego, para alivianar la tensión del ambiente, se rió. Como si todo aquello fuera una broma (esperaba que lo fuera). Taehyung también se rió—. ¿En serio no vas a decirme?
—Empezar por decir tu dirección no es muy convencional al conocer gente nueva.
—No me gusta ser convencional.
Taehyung volvió a sonreírle, sin dientes esta vez, y su rostro se suavizó. Aún con las ojeras y los labios descuidados y la mirada de desquiciado, Taehyung lució, por tres segundos, como un chico cálido. Y, para terminar con el show, le dio unas palmadas a Jungkook en el hombro y aprovechó el impulso para levantarse. Le ofreció su mano a Jungkook, que la tomó más rápido de lo que le habría gustado.
—Vivo frente a la tienda de antigüedades Seongjeom —dijo, mirando sus manos, y soltó a Jungkook luego de darle un pequeño apretón.
Jungkook siguió sintiendo los dedos de Taehyung sobre los suyos al menos diez segundos después de que se soltaron.
—El cementerio está frente a esa tienda.
Taehyung no dijo nada. Solo sonrió.
Jungkook tampoco añadió otra cosa. Eso era suficiente para confirmar lo que suponía.
Un manojo de llaves tintineó a la distancia.
¡Nos leemos luego! ♡
[ Noduru, 2023 ]
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