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3-tres

SeokJin se había dado un breve baño y TaeHyung lo había hecho luego, al salir el dueño de la casa se encontraba al castaño en la mesa de la cocina con dos copas de vino, esperando por él.

— ¿Compraste el vino? —preguntaba al ver la botella sobre la mesa y no reconocer dicha marca.

—Es de mis favoritos, no quería beberlo solo —respondía SeokJin.

—Te dije que no bebieras para ahogar las penas —mencionaba TaeHyung, dando un sorbo—. Luego se te pasará la borrachera y la-...

—La miseria seguirá ahí —completaba SeokJin. Ahora bebía un sorbo y añadía—. Lo siento.

TaeHyung se acomodaba sobre la silla y cuestionaba—. ¿Por qué te disculpas?

—Por haber salido corriendo de tu camarín... Creo que asuste a la señora que nos vió —exclamaba.

—Yo debería pedir disculpas. Yo te empuje a dicha situación

—Yo te seguí —añadía—. No me disculpó por besarte, solo por haber salido corriendo

El azabache repasaba la última frase sobre no arrepentirse del beso. Sonreía y agregaba—. Saliste corriendo y temblando —añadía TaeHyung.

—Solo... Me sorprendí —respondía con cabeza agacha.

—Mi tía también —añadía TaeHyung.

— ¿Esa era tu tía? —cuestionaba sorprendido.

TaeHyung asentía—. Ella es la dueña del Autumn

— ¿Cómo es que llegaste a cantar ahí?

—No tenía bien en claro que carrera seguir —respondía relajado—. Eso llevo a qué mi padre me echara de la casa por no seguir una carrera y querer ser alguien importante. Así terminé hospedado con mi tía —aclaraba—. Una vuelta cantando en la ducha me propuso cantar en el bar y dije "¿Por qué no?" Y luego "Pero ¿vas a pagarme, cierto?" —añadía con una seriedad que obligaba a SeokJin a reír.

—Y así es como llegaste a tener tu propio lugar y un trabajo estable

—Tomé cursos cortos de finanzas y administración para poder estar al nivel que mi Tía quería y me sirvió —respondía—. Parte de esta casa todavía le pertenece al banco, pero tener tu propio lugar te da estabilidad —exclamaba.

SeokJin suspiraba—. No tengo un maldito lugar, estoy en la calle

—Oye, estas en el Hotel Kim TaeHyung —mencionaba robando otra sonrisa dulce al castaño que le provocaban una bonita sensación—. ¿No encontraste nada acorde a tu presupuesto?

—No tengo uno —respondía—. Tenía ahorros y se fueron en la remodelación del lugar que compartía con mi ex prometida —soltaba, bebiendo todo el vino de su copa y sirviéndose otra—. Busque lugares y me piden depósito y adelanto. No me da el cuero para eso en este momento

—Oye, tranquilo —susurraba TaeHyung, sentándose más erguido sobre la silla—. Te dije que puedes quedarte el tiempo que necesites

—Eso sería un problema —respondía, levantando la vista y mirando fijamente a TaeHyung, quien no tardaba en sonrojarse.

—Creí que te habías ido —replicaba en voz baja.

— ¿Por qué te avergüenzas? Es tu casa —exclamaba—. No debí entrar

—Pero lo hiciste —arremataba TaeHyung—. Oye, sé que desde el minuto uno en que cruzamos palabras quiero que me folles, pero puedo contenerme para no incomodarte si necesitas un tiempo aquí

—Sé que puedes contenerte, pero yo no puedo contenerme de fisgonear en tu habitación —admitía el castaño logrando otro bonito sonrojo en TaeHyung—. No estoy seguro... Cómo debería sentirme luego de- ...

—No tienes que sentir nada —el azabache se apresuraba a corregirlo—. Me gustó, pero soy un hombre grande que puede entender que si tú repites dicha escena una y otra vez en tu cabeza puede disgustarte y asquearte

—No estoy asqueado... Solo confundido, pero no quiero que te sientas usado —mencionaba SeokJin con total honestidad.

TaeHyung sonreía dulcemente, apoyando su codo sobre la mesa y su rostro sobre su mano—. Eres lindo, Kim SeokJin

—Eres demasiado travieso, Kim TaeHyung —replicaba el castaño—. Y demasiado bueno ¿Por eso tu novio te dejó?

TaeHyung suspiraba, dejándose caer nuevamente sobre el respaldar de la silla—. Namjoon era... Bueno, es. El tipo no murió —se corregía—, es un tipo clásico

—Y tú de chico bueno no tienes un pelo —soltaba casi de forma ronca.

— ¿Estás coqueteando conmigo? —preguntaba sonríente.

SeokJin sonreía—. Me hiciste sentir muy bien y creo que por eso no entre en pánico. Creo que sí estoy coqueteando —admitía—. Te lo dije. Te ves bien

TaeHyung se mordía el labio—. No me mires así, soy débil. Y eres mi jodido tipo y hasta mi tía te aprobó. Por favor detente.

SeokJin comenzaba a reír a carcajadas y bebía otro sorbo—. ¿Tu tía me aprobó?

—Me preguntó si eras modelo y si volverá a verte —respondía TaeHyung—. Dijo "ahora entiendo porque no lloras a Namjoon" y luego se había ido sin dejarme explicarle que no era lo que... Fuera que su cabeza creyó

—Mmm... ¿Soy más atractivo tu ex? —cuestionaba SeokJin.

— ¿Soy más atractivo que tu ex? —imitaba TaeHyung, pero de inmediato reía y añadía—. Era broma

—La falda se te luce mejor y tu rostro lujurioso hace que te veas precioso —soltaba con seriedad.

TaeHyung había sido tomado por sorpresa y atacado por un feroz calor en todo el cuerpo.

—No lo dices en serio —contratacaba.

—Apenas tuve sexo con mi ex prometida en cinco años, apenas tuvimos intimidad. Creeme que eres un viaje más intenso y no logro entender como es que te dejaron por eso —mencionaba.

Lo hablaba tan seriamente que TaeHyung no sabía que responder al respecto. Solo había sonreído mientras se despeinaba para no caer en aquellos bonitos encantos.

—Dejame decirte que ahora te encuentras un poco perdido —exclamaba TaeHyung, cambiando de tema—. Pero te lo dije ayer y te lo repito, puedes quedarte el tiempo que sea necesario y si hay algo en lo que pueda ayudarte lo haré —sentía que prometía demasiado en la última frase.

—Gracias —SeokJin se limitaba a responder.

—Seguro campeón. Te ves arruinado... ¿Dónde estuviste? Si se puede saber —preguntaba.

—Mi ex prometida me llamó para que fuera a cenar con ella —respondía—. Dijo que quería hablar conmigo y yo solo pensé que... —suspiraba negando—. Creí que pretendía arreglar las cosas cuando solo quería que siguieramos siendo amigos y olvidemos lo sucedido

—La reina de hielo —soltaba TaeHyung.

—La jodida reina de hielo... —replicaba.

TaeHyung suspiraba y se encargaba de servir una copa más para cada uno. Levantaba la suya en dirección a SeokJin para que éste hiciera lo mismo y con cierta lentitud y desgano lo hacía.

—Suerte para el imbécil de polla promedio que está con ella ahora... Y estoy seguro que encontraras una mejor compañera —incitaba al castaño a chocar su copa y con una sonrisa cansada lo hacía.

—Estoy seguro que encontraras a un tipo que sea igual o más lujurioso que tú —añadía SeokJin y luego procedía a beber la copa. Mirando fijamente a TaeHyung, lo notaba removerse en su silla y luchando por contenerse con él.

No podía evitar pensar que era jodidamente adorable y que lo último que quería era incomodarlo.

—Gracias, Kim SeokJin —añadía con un nudo en la garganta—. Me sentí libre contigo cuando creí que me juzgarías igual que mí ex

—Es un imbécil. Todos tienen un fetiche, eso le da un sabor delicioso a la intimidad... ¿Aunque que puedo saber yo? Apenas tenía intimidad, gracias a ti por darmela —soltaba. El castaño bebía de un sorbo el vino y se ponía de pie con dirección a TaeHyung, quien lo miraba atentamente—. Prometo encontrar algo pronto. No me gusta ser una carga.

TaeHyung alzaba sus cejas y se ponía en pie—. No eres una carga. Esta madrugada llegué y habías dejado comida en mi refrigerador. Ni mi pareja hacía eso —mencionaba con sarcasmo.

SeokJin reia—. Me iré a dormir —mencionaba con naturalidad.

TaeHyung le hacía una reverencia y añadía—. Gracias

— ¿Por qué me agradeces otra vez?

—Porque no actuaste incómodo conmigo —respondía TaeHyung—. Gracias por pretender que nada pasó.

SeokJin alzaba sus cejas y asentía—. Seguro, apagare la luz —exclamaba, yendo en dirección al swich y apagando las luces de la sala y cocina.

—No es necesari-... De acuerdo —TaeHyung sonreía y lo dejaba pasar primero. Al estar cerca de llegar a las habitaciones el azabache exclamaba—. Que descans-... —SeokJin giraba sobre sus talones y lo tomaba de la cintura para estampar su cuerpo contra la pared y adueñarse de su boca.

Lo había besado con seguridad y eso había logrado que la cabeza de TaeHyung comenzará a dar vueltas y todo en él se sintiera necesitado, otra vez. De inmediato sus brazos rodeaban el cuello de SeokJin quien, ésta vez, lo tenía fuertemente de las caderas y se restregaba con ganas contra el cuerpo masculino que estaba presionando contra la pared. Se habían acoplado rápidamente a la boca del otro para tomar un ritmo intenso y desesperado, hasta que SeokJin iba bajando la velocidad y dominando a TaeHyung para que hiciera lo mismo. Subía su mano a su rostro y se alejaba, mordiendo consigo suavemente el labio inferior de TaeHyung.

—Ahora si podemos pretender que nada pasó, si eso quieres —mencionaba SeokJin—. Me gusta como me besas... Y lamento no poder decir con exactitud que me gustas, pero créeme que no me sentiré asqueado si repito en mí cabeza lo que sucedió contigo hace unos minutos atrás —volvia a estampar su boca a la ajena para dar un beso fuerte que TaeHyung recibía, acunando el rostro de SeokJin entre sus manos y luego soltandolo suavemente cuando este se alejaba de repente.

TaeHyung sonreía y SeokJin igual, para terminar metiéndose en su habitación. El azabache quedaba con su cabeza a mil y su pulso por las nubes. Estaba seguro de no arruinar la estancia de aquel atractivo hombre y también intentaría hacer algo por él. Simplemente estaba de verdad agradecido no haber sido juzgado ni mal visto como Namjoon lo había hecho.

-------- ≪ •°Mɪsᴇʀʏ Nɪɢʜᴛ°• ≫ --------


Los primeros tres días semanales sin frutos algunos de encontrar un nuevo hogar para SeokJin, habían sido un desafío para TaeHyung. Quién ahora prefería darse atención en los horarios que SeokJin no estuviese presente o se podría desatar quien sabe que tipos de escenarios que el azabache los deseaba con ganas, pero no estaba seguro que SeokJin fuera capaz de recaer nuevamente en eso.

Aquel Jueves SeokJin se había levantando como de costumbre dos horas antes de ir a trabajar, pero esta vez TaeHyung le había ganado y había preparado el desayuno para él.

— ¿Que haces despierto a las siete y cuarto? —preguntaba viendo su reloj y luciendo una camisa blanca con sus pantalones negros y unos zapatos brillosos en punta de puro cuero.

— ¿Cómo haces para verte así a las siete de la mañana? —cuestionaba TaeHyung—. Yo aún tengo mí cara hinchada —se quejaba el azabache, que llevaba un pijamas a rayas, blanco una mitad y azul la otra.

—Tu cara está bien, pero tus rulos están alborotados —mencionaba SeokJin sonriente acercándose a TaeHyung y animándose a apretar su mejilla—. Pareces un oso de felpa

—Ayyy... Oye —se sobaba la mejilla con un leve puchero.

—Es la primera vez que te veo levantado tan temprano... Te quejas de que tu cara está hinchada, pero tus labios están a otro nivel —susurraba SeokJin frente a él.

—Oh... Kim SeokJin, por favor —era lo único que se limitaba a responder con una sonrisa cada vez que SeokJin decía algo que pudiera rozar el flirteo.

— ¿Hiciste esto para mí? —cuestionaba sorprendido y sentándose en la mesa.

TaeHyung asentía—. No sé cómo son tus horarios de trabajo o si te andas emborrachando por ahí y luego vienes tarde. Pero desde que comenzó la semana no nos vemos mucho y se me ocurrió agarrarte antes de salir.

SeokJin sonreía—. No me ando emborrachando, te dije que no quiero ser una carga. Estoy comiendo afuera mientras veo lugares, pero nada...

— ¿Por qué comes afuera? —se quejaba TaeHyung—. Así pierdes más dinero

—Tae...

—Vuelve a casa después de tu trabajo —reprendía—. No quiero ilusionarte, pero conozco a alguien que podría ser de ayuda

— ¿En serio? —cuestionaba SeokJin.

—Tengo que hablar con ella antes, pero todo puede ser —mencionaba sin dar mucha información—. Cocinare para ambos y te confirmaré si son buenas o malas noticias. Hoy tengo que verla y es una buena amiga

—Tae, oye... —SeokJin se levantaba de su silla la cual estaba frente a la de TaeHyung en la mesa y se cambiaba para la siguiente que lo dejaba más a su lado—. Te dije que no quiero ser una carga. Ya me estás dejando quedarme aquí y has corrido un enorme riesgo confiando en un jodido desconocido

—El riesgo fue mutuo y lo valió, ninguno es un asesino —replicaba, señalando a SeokJin y éste tomaba de inmediato su mano. Sorprendiendolo al instante.

—Sé que quizás no me soportas y deseas privacidad. Pero no tienes que hacer esto, prometo encontrar algo antes del próximo lunes y...

—No eres una carga y si te soporto —se apresuraba a responder. SeokJin sonreía, aún sostenía su mano—. No estoy diciendo que podré darte una solución y te pido que no te ilusiones, pero puedo ayudar y lo haré

—Eres un buen chico —exclamaba el castaño.

TaeHyung sonreía y la respuesta se deslizaba por su lengua con un tono grave y encantador—. Lo sé. Me lo has dicho.

SeokJin lo miraba con una sonrisa ladina dibujándose en sus labios. Era la primera vez después del domingo a la madrugada que TaeHyung daba inicio al flirteo y le había encantado.

—Te lo dije cuando te corriste en mi mano —soltaba sin pensarlo mucho. Aún tenía la mano del chico entre las suyas.

El azabache sentía un calor recorrerle de pies a cabeza. No había querido acosar a ese atractivo hombre porque sabía que no podría llegar a cumplir su fantasía de ser follado por él y necesitaba poner un párate a sus ganas.

—Kim SeokJin... —se mordía el labio y añadía con voz temblorosa—. Por favor

— ¿Por favor qué? —el castaño se inclinaba para quedar cerca de su rostro—. ¿Por favor bésame? —probaba—. ¿Por favor tócame? —mencionaba, logrando que TaeHyung apretara el agarre de su mano—. ¿Kim SeokJin. Por favor follame? —mencionaba el castaño con voz ronca.

TaeHyung mordía su labio inferior, abalanzandose sobre la boca ajena que lo recibía con las mismas ganas, para su sorpresa. Ambos habían tomado fuertemente la cabeza ajena de la parte posterior de ésta y así no dejar espacios vacíos. Aún seguían tomados de la mano pero rápidamente TaeHyung buscaba tocar su miembro por encima de la ropa y SeokJin lo dejaba.

"Mmm"...

El castaño había gemido al sentir el firme apretón de la mano ajena que, ahora comenzaba a masajearlo por encima de la ropa y sentía endurecerse peor mientras TaeHyung lo sentía crecer cada vez más, llevándolo a tocarlo con más ganas y gimiendo en la boca de SeokJin.

Soltando al castaño se iba a su cuello, para besar aquella zona a la que SeokJin le dejaba vía libre, mientras apretaba su mano para que no la quitase de su miembro. Pero ahora notaba como ambas manos del cantante estaban desesperadas sobre su cinturón y los besos en el cuello habían cesado. Por lo que Seokjin era el que atacaba ahora el cuello de TaeHyung.

— ¿Qué vas a hacer? —preguntaba, subiendo a su oreja y mordiendo el lóbulo del azabache.

El cierre ya estaba abajo y el botón desprendido—. ¿Me dejas chupartela? —preguntaba ronco.

SeokJin pestañeaba con fuerza—. Pero estás desayunando —cuestionaba.

—Quiero mi desayuno completo —respondía TaeHyung, dando un fuerte besos en sus labios y arrodillándose frente a él.

SeokJin quedaba perplejo, al bonito cantante no le había importado cambiar las tostadas con mermelada de frambuesa por su polla. TaeHyung era jodidamente atento en todos los sentidos de aquella palabra y él mentiría si dejara que no estaba agradecido de esa atención cuando no había podido dejar de pensar en su boca y en la forma en la que le había hecho un oral la madrugada del domingo pasado.

SeokJin estaba a gusto, se sentía bien. Aunque no pudiera entender la razón, le gustaba lo tabú que era todo eso para él. Más allá de sus días salvajes en la universidad jamás había llegado tan lejos ni había besado más de una vez a otro hombre. TaeHyung era una aventura tan sabrosa que a su aburrida agenda parecía agradarle en demasía. Y así se había corrido nuevamente en aquella pecaminosa y bonita boca, también en su rostro y parte del cabello enmarañado de TaeHyung, quien nuevamente se había tragado todo lo que había podido.

—Joder... Eso fue increíble —susurraba SeokJin. Y antes de que TaeHyung volviera a limpiar la comisura de sus propios labios y llevarse aquello a su boca, SeokJin lo hacía por él. Limpiaba parte de su esencia y llevaba su pulgar a los labios de TaeHyung—. Te faltó esto.

TaeHyung chupaba con ganas sin dejar de verlo y SeokJin seguía creyendo que se veía jodidamente bien. Se acomodaba el pantalón mientras TaeHyung se ponía de pie y se estiraba con sus brazos por encima de su cabeza. Dejando a la vista su abdomen, a SeokJin le gustaba lo que veía, TaeHyung era muy cuidado con su cuerpo y no podía contenerse de meter mano y acariciarlo.

—Oh... —TaeHyung se había asustado por el repentino tacto y porque sus ojos estaban cerrados mientras se estiraba.

SeokJin lo miraba desde su silla y lo aproximaba a él, levantaba la camisa de su pijama y pasaba su húmeda lengua para comenzar a besar su abdomen. Era suave y daba chupones tan delicados que TaeHyung se sorprendía de la suavidad con la que lo hacía. SeokJin comenzaba a desprender los botones del pijama para dejar el torso acaramelado de TaeHyung a la vista.

—Ven aquí... —pedía. Señalando su regazo y TaeHyung obedecía, subiéndose a horcajadas.

Sin decir nada, SeokJin bajaba la parte de arriba, dejando su torso y hombros al aire, pero sin quitarle la camisa. TaeHyung se sentía nuevamente expuesto a la curiosidad de aquel heterosexual que lo miraba perdido. Nuevamente era sorprendido cuando SeokJin pasaba su lengua por aquella protuberancia que sobresalía de su pectoral y lo hacía jadear al instante.

SeokJin lo miraba curioso y volvía nuevamente a dar atención. El castaño tenía esta forma tan delicada de tratarlo que le gustaba y lo enloquecía por necesitarlo un poco más rudo e intenso. Pero no sé quejaría. No cuando la boca de SeokJin pasaba al otro botón sobresaliente, lamiendo con su lengua y mordiendo en el proceso. Más intensidad era añadida y TaeHyung comenzaba esos vaivenes desesperados. Luego de varios chupetones a su cuerpo, SeokJin metía la mano en su short y tomaba su carne dura y necesitada para comenzar a bombear.

—Oh... Okey, no creí q-que me tocarías —soltaba con voz temblorosa.

SeokJin sonreía y escupía sobre su carne para lubricarlo y poder masturbarlo con más facilidad. De nuevo esa mano tomándolo con movimientos tortuosos y agarre firme. TaeHyung tomaba el rostro ajeno y besaba a SeokJin en el proceso hasta que se volvía dificultoso no gemir mientras era trabajado de esa forma.

Estaba tan cerca que entré gemidos dulces y jadeos, había advertido a SeokJin para que se detuviera o mancharia su pulcra camisa blanca, pero en vez de eso había recibido aquellos belfos en el hueco de su cuello, mordiendo y chupando otra vez. Volviendo a dejar marcas notorias y no podía contener el correrse nuevamente sobre la mano de SeokJin y encima de él. Soltando todo el aire de sus pulmones y temblando encima del cuerpo ajeno. Ahora su frente caia sobre la de SeokJin, mientras intentaba calmar su respiración.

—Hice un desastre sobre tu camisa —mencionaba TaeHyung.

SeokJin reía cansado y exclamaba—. Lo valió ¿o no? —miraba a TaeHyung y éste asentía. Rápidamente se ponía decente y se ponía de pie.

—Iré a cambiarme —exclamaba, saliendo de la vista de TaeHyung quien lo primero que hacía era mojarse el rostro para reaccionar del momento recién vivido.

SeokJin salía minutos más tardes para despedirse del chico y beber rápidamente su café.

—Cocinaré esta noche, no comas afuera. Deja de gastar en vano —mencionaba TaeHyung—. Tendré una respuesta para ti con respecto a mí amiga. La que puede ayudar —recalcaba.

SeokJin tomaba su bolso de cuero y asentía con dirección a TaeHyung—. Vendré directo —respondía. Logrando una sonrisa por parte de TaeHyung—. Si la noticia es buena, espérame con uno de tus atuendos especiales, no con la cena

— ¿Qué? —TaeHyung quedaba atónito.

—Quiero verte de nuevo y bien en esa falda celeste —mencionaba con seguridad.

— ¿Y si la noticia es mala? —preguntaba TaeHyung.

SeokJin se acercaba a él y en su oído susurraba—. Me esperas de igual forma porque quiero follarte.

La piel del azabache se había vuelto del tipo gallina, luego de la sucia promesa y mentiría si dijera que no esperaba tener esa suerte. Él lo deseaba y si ahora SeokJin también lo quería, TaeHyung se lo daría.

— ¿Hablas en serio? —cuestionaba, viéndolo fijamente.

SeokJin asentía—. Te hiciste desear. Hablo muy en serio.

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Ansiedad, nervios, ganas y más ganas. TaeHyung mentiría si dijera que no había esperado todo el jodido día por SeokJin. No se habían mensajeado en todo el día, de hecho no lo hacían, pero TaeHyung necesitaba mencionarle que ya había hablado con su amiga y SeokJin le había agradecido y mencionado que a las siete estaría de vuelta. TaeHyung se sentía tan imbécil por estar esperándolo.

Llevaba una camisa blanca manga corta y si, tenía la falda celeste con la que SeokJin lo había visto la primera vez. TaeHyung estaba demasiado ansioso por darle la buena noticia que en cierta forma era no volver a ver a SeokJin, pero que lo ayudaría en un momento clave de su vida. Se encontraba con las luces bajas y la música suave, se había visto más de una vez en el espejo y le gusta la imagen que le brindaba.

Se encontraba sonriendo debido al hecho de que por primera vez le habían pedido vestirse de esa forma que tanto le divertía. Siempre había querido esa libertad en su relación, pero Namjoon no era ese tipo de hombre. Y si bien SeokJin estaba algo confundido, le servía para el momento. Él realmente deseaba ser suyo, lo deseaba fuertemente desde que lo había visto sentado en la barra, mirándolo tan curioso e inconscientemente tan sensual.

Los minutos pasaban y la hora prometida de llegada también había pasado, pero no había señal alguna de SeokJin y eso lo había hecho sentir tan imbécil.

Desabotonando la camisa con ira, se insultaba con ganas—. Tan pero tan estúpido —golpeaba el colchón y se daba media vuelta para recostarse.

El tipo obviamente no iba a llorar, aunque tenía una sensación horrible en la boca del estómago. Era obvio que todo se había vuelto demasiado real y el pánico de SeokJin iba a salir a relucir. Se reía del enojo pero sin gracia alguna, se sentía estúpido, pero estaba más enojado con él que con SeokJin y su mentira de promesa. No estaba seguro en que momento había dejado de pensar y se había dormido boca abajo.

Ese día había despertado muy temprano por hacerle el desayuno a su huésped especial. Y ahora, luego de la vergüenza, la bronca y el arrepentimiento, el cansancio había llegado. Estaba arruinado, completamente ido al país de los sueños que ni siquiera había verificado su teléfono para ver si tenía algún mensaje del bonito castaño. Definitivamente SeokJin se había panickeado una vez más.

Pero no.

De hecho el castaño había estado hasta altas horas en la oficina por trabajo y dinero extra. Estaba jodidamente ansioso y había pasado por la farmacia para comprar sus preservativos favoritos, los extra, extra large. Había estado desconcentrando todo el jodido día. Anticipándose al momento y pensando los posibles escenarios que podían llegar a presentarse.

Un consolador no era lo mismo que una polla real con el tipo golpeando a su gusto y antojo. Él se consideraba suave porque así había sido con Eun Bi, pero ya casi ni recordaba aquello. Y mierda que era un buen tipo porque podría haberse follado a quien se le diera la regalada gana, pero no lo había hecho. Había sido jodidamente fiel como para recibir ese tipo de trato de mierda.

Él merecía alguien como TaeHyung en la cama, aunque fuera un hombre. Ese chico era todas sus fantasías hechas realidad, SeokJin consideraba el cuerpo de la mujer delicado y de su gusto, pero él veía a TaeHyung de la misma forma. Su piel era suave, sus gemidos eran dulces. Su rostro era precioso y a SeokJin no le importaba dejar se heterosexualidad de lado por unos momentos.

Al llegar, se encontraba nervioso, su corazón palpitaba demasiado rápido y estaba tan presuroso por verlo que ni siquiera se había quitado la corbata, solo sus zapatos. Había sido un día largo y lo único que tenía en su cabeza era a TaeHyung. Al chico bonito de voz grave y un corazón demasiado bueno para este mundo.

Los pasos iban presurosos a la habitación ajena, de la cual salía la música suave. Abriendo la puerta se encontraba con una imagen que no esperaba. El azabache estaba boca abajo, profundamente dormido, pero llevaba la falda que deseaba ver. La pose de TaeHyung era naturalmente sensual, sus brazos estaban estirados y la curva de su cintura contrastaba con la de sus glúteos, que sobresalían a la perfección.

—Precioso —murmuraba, caminando en dirección a la cama y viendo de pies a cabeza nuevamente a ese hombre.

Las piernas de TaeHyung eran largas y con ese color canela precioso. Cómo muchos hombres en esta época el tipo no tenía un jodido vello en ellas y eso volvia loco a SeokJin. Daba gracias lo coquetos y cuidados que los hombres se habían vuelto sin importar su orientación.

»Estás divagando, SeokJin.
Se reprendía.

Al llegar cerca de TaeHyung y verlo dormir tan tranquilo, con aquel puchero en sus labios y esa pose tan sensual, SeokJin aflojaba la corbata y se sentaba a su lado. No quería pensar, quería actuar, quería dejarse llevar.

Su mano iba sin su consentimiento a recorrer la pierna izquierda del azabache, desde la zona del tobillo y subía lentamente hasta llegar por debajo de sus glúteos. TaeHyung apenas se había removido, apenas había sentido el suave toque y creía estar soñando, hasta que una mano firme comenzaba a amasar uno de sus glúteos por encima de aquella falda que dejaba algún que otra cosa a la imaginación.

TaeHyung comenzaba a removerse y SeokJin estaba demasiado ansioso. Aquel tipo lo tenía babeando y deseando en demasía, así que acercaba su rostro y besaba justo por debajo del límite la falda, debajo de los glúteos de TaeHyung y este finalmente abría sus ojos al sentir la lengua de SeokJin recorrer aquel pedazo de piel. Un jadeo lo había delatado y el castaño alzaba la vista.

—Buenas noches, bello durmiente —murmuraba.

TaeHyung giraba apenas y lo veía aún inclinado, pero se erguía de inmediato y aflojaba más su corbata, mientras se ponía completamente de pie. Viéndose más intimidante para TaeHyung y eso le encantaba.

El azabache intentaba girarse—. Creí que no vendri-...

—No te muevas —pedía SeokJin—. Quédate así —ordenaba subiendo su cuerpo al de TaeHyung. Cubriéndolo casi por completo, pero sin apoyarse del todo.

Acercando su rostro al ajeno mordía suavemente la mejilla de TaeHyung, éste era inmediatamente receptivo y sensible. Apretando sus ojos y jadeando, aún con ese mohin pintado en sus labios y SeokJin simplemente le encantaban las caras de sufrimiento que ponía.

Estaba seguro que se debía a la necesidad y luego pasaría a transformarse en ese rostro erótico que expresaba el placer que estaba sintiendo. Rostro que su ex solo mostraba cuando su lengua era quien la atendía pero que era un rostro imposible de ver si SeokJin deseaba más o estaba relacionado a su miembro.

—Te mandé un mensaje —susurraba entre mordidas y lamidas a la oreja y cuello de TaeHyung.

El azabache estaba más que entregado en aquella posición y bajo aquella atención así que solo asentía algo desorientado.

— ¿Si qué? —se burlaba SeokJin tomando el celular de TaeHyung que, yacía a su lado en la cama—. ¿Viste mi mensaje?

— ¿Mmm? —TaeHyung dejaba de sentir sus labios y reaccionaba—. Lo siento, me dormí. No ví nada y para ser honestos, pasada la hora creí que no vendrías

—Necesito el trabajo extra, pero estuve pensando todo el día en este momento —susurraba SeokJin, buscando su rostro y besándolo finalmente.

Un beso suave con sus lenguas rozando antes de siquiera tocar sus labios y Seokjin daba una estocada finalmente que había hecho gemir al bonito cantante de inmediato.

—Ah... Espera, espera. No hagas eso —pedía TaeHyung cortando el beso y aferrándose a la camisa de SeokJin para detenerlo.

— ¿Por qué? —preguntaba confundido y TaeHyung se enrojecia.

—No creí que tú... Ya sabes —exclamaba nervioso—. No creí que querrías prepararme, así que —relamía sus labios, mirando hacia atrás y como SeokJin estaba encima de él.

El castaño alzaba las cejas y bajaba la mirada para enfocar el bonito trasero del cantante y con una mano levantaba la falda.

—Oh... —se le escapaba al ver la base del plug anal que TaeHyung llevaba, más un bonito jockstrap. Los famosos suspensores que se encargaban de mantener su longitud segura en su lugar y su bonito trasero al aire.

Los elásticos alrededor de sus glúteos hacían resaltar más aquella bonita parte trasera que tenía aquel plug inducido. Era una especie de diamante blanco con base circular y a SeokJin se le hizo jodidamente sexy como se le veía. La imagen completa de TaeHyung, el castaño la compraba.

—Eres una bestia —respondía el azabache finalmente—. Quería estar listo para que pudieras follarme a tu antojo sin romperme... Literalmente.

TaeHyung hablaba tan serio, intentando no dejar ver su desesperación, pero fallaba cuando mordía su labio ante el nuevo toque de SeokJin, quien estaba muy interesando observando su cuerpo, pero parecía tener fascinación por su parte trasera.

— ¿Puedo? —preguntaba, señalando su entrada usurpada por aquel bonito juguete.

—Si puedes —mencionaba con una dulzura en su voz que le sentaba a la perfección para la imagen que estaba proyectando.

—No voy a lastimarte —susurraba SeokJin acariciando su rostro—. Si lo quieres suave, será suave y sino... —tomaba la base del plug y lo quitaba mientras un jadeo abandonaba los labios de TaeHyung y lo obligaba a morderse su propio labio inferior.

—Quiero que me folles tan suave o fuerte como lo creas necesario —respondía éste.

SeokJin dejaba el plug con sumo cuidado en la mesa de noche y TaeHyung estaba a punto de girarse para quedar boca arriba, pero al instante la mano de SeokJin se ponía en su cintura y lo inmovilizaba nuevamente en su lugar.

Bajo la atenta mirada de TaeHyung comenzaba a bajar nuevamente para dejar besos en sus piernas, subiendo cada vez más y logrando hacer suspirar al cantante. A SeokJin le encantaba la suavidad de estas, le gustaba ver sus muslos sobre salir bajo esa falda y al llegar a sus glúteos y levantar la tela, recordaba la primera vez que había espiado a TaeHyung.

Recordaba como la falda rebotaba y su trasero se veía precioso, al igual que su cintura. Él quería lo mismo esa noche, quería a TaeHyung saltando en su polla mientras gemía debido a ésta, llenándolo por completo.

Su rostro se ponía rojo por las ideas en su cabeza y sus dedos tomaban uno de los elásticos del Jockstrap y tiraba de este haciendo que rebotará contra el glúteo de TaeHyung y se mordía el labio al verlo.

—Dime una cosa —soltaba Seokjin con seriedad e invitaba a TaeHyung a girarse. El azabache bajaba la falda en el proceso y lo miraba atento—. ¿Te gusta llevar esto porque es parte de todo el personaje o tienes miedo a que vea tu polla y terminé con un gay panic?

TaeHyung sonreía y suspiraba—. Un poco de esto y aquello. Me gusta y creí que sería correcto tenerlo puesto. No tengo tu gran tamaño, pero es bueno y rebota junto conmigo en el proceso... Plap, plap —susurraba con una sonrisa y su mano subiendo y bajando—. Sería demasiado para procesar... Ya estás procesando mucho, de hecho

— ¿Tu ex te lo pedía por ese motivo? —cuestionaba.

—Digamos que no le gustaba la desesperación con la que me tocaba para correrme y prefería hacer todo el trabajo para que yo no me viera tan... —TaeHyung suspiraba.

— ¿Sucio?

—Ya lidia con demasiadas cosas en su iglesia... Quería hacer el amor como en las películas donde están tapados con una sábana y lo hacen muuuuuuy suavemente —respondía.

—Si te lo pusiste por mi, quitatelo —ordenaba SeokJin y se ponía de pie para desabrochar su pantalón.

— ¿Estás seguro? —insistía TaeHyung.

SeokJin se inclinaba, para acercar su rostro al de TaeHyung. Tomando su menton respondía—. Ya te lo ví y ya te toque. Quitatelo.

TaeHyung se mordía el labio con esa mirada angelical, mientras asentía cautelosamente y con voz melosa respondía—. De acuerdo, señor Kim.

Si, SeokJin le compraba el paquete completo que aquel hombre le quisiera vender.

-------- ≪ •°Mɪsᴇʀʏ Nɪɢʜᴛ°• ≫ --------

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