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1-uno

Kim SeokJin y Hwang Eun Bi estaban en una relación catalogada casi como perfecta, para quienes los veían desde afuera. Pero en la intimidad, luego de cinco años había algo que no encajaba. Ambos sabían qué y se habían esforzado por mejorarlo, realmente lo habían hecho o al menos SeokJin había puesto de su parte para no perder a su bonita prometida.

Una chica poderosa y segura, pero aburrida como el infierno en la intimidad. Una mujer que siempre tenía un pero para darle a su atractivo prometido una noche de pasión perfecta. La chica no era un ace, aunque SeokJin se lo preguntaba de vez en mes, debido al rechazo que recibía de su propia prometida. Pero cuando lograba llevarla a la cama, la chica no se rehusaba a abrirse de piernas para que SeokJin pudiera meter su cabeza entre ellas y jugar a su manera con su lengua. ¿Entonces que era?

—Tu tamaño, Jin. Ya te lo dije —recordaba el castaño, mientras conducía sin dirección específica.

—Es un tamaño promedio

—Eres una bestia —replicaba la chica.

— ¿Y eso es un problema? ¿Por eso no te has acostado conmigo lo suficiente, mencionando que quieres reservarte para el matrimonio?

—Es la idea, pero cuando lo hacemos. Es doloroso, no encuentro placer contigo, solo dolor

—Si bueno. La práctica hace al maestro —soltaba sarcástico.

—Eres un imbécil

—Te dije más de una vez que podemos intentarlo y no sería un animal. No fui un animal la primera vez contigo

—Pero fue incómodo

—No te sientes incómoda cuando juego con mi lengua

— ¡SeokJin! No me hables así

—No te dije nada que no fuera cierto. Y créeme que no quiero ser el cretino que deja a su novia por no estar satisfecho en la cama, pero necesitas conectarte conmigo y salir adelante. No puedo hacerlo solo —exclamaba con calma.

—En todo este tiempo siempre has querido demostrar que la falta de sexo no es un problema, pero lo es. No trates de ser el novio perfecto —acusaba—. Yo veo tu cara cada vez que te digo que no y no me causa felicidad alguna

—No hago ninguna cara, solo quiero entender porque te cierras y te niegas a que trabajemos en ello, Todas las parejas tienen algo peculiar que trabajar en la cama. No seriamos los primeros

—No puedo

—La respuesta correcta seria que no quieres —refutaba.

—Jin… Yo —la castaña mordía su labio, caminando de un lado a otro soltaba—. Conocí a alguien más. Y él y yo encajamos a la perfección.

SeokJin estaba atónito ante la confesión de alguien más, por lo que no había medido sus palabras cuando estas decidieron abandonar sus labios.

— ¿Te refieres a que su polla encaja con tu-…? —y la bofetada del año aterrizaba en su bonito y pulcro rostro.

Y eso había sido solo el camino cuesta abajo, hacía dos noches atrás. Ese día se encontraba con su maleta y accesorios importantes en la cajuela de su auto. Se había rehusado a ver qué podía o no llevarse, porque la verdad era que no tenía dónde mierda caerse muerto ya que venía conviviendo con Eun Bi hacía ya un buen tiempo. Una lista de papeles importantes no lo habían dejado distraerse demasiado, ni pensar mucho en su ruptura. Pero era viernes y el tipo se sentía miserable y solo. Aparte de cornudo e imbécil.

No se merecía ese trato, pero la bofetada quizás y había estado correcta antes de usar un vocabulario que no era propio de él con Eun Bi, pero la muchacha lo tenía bien escondido y eso era lo que dolía más. Lo podrían haber hablado y solucionado, era ridículo no disfrutar en la intimidad porque ella consideraba que él tenía una polla híper galáctica de tamaño anormal. Eso no era cierto ¿o sí? Iba manejando sin rumbo y riéndose solo para no llorar por haber sido engañado y todo culpa de su polla monstruosa a la que su novia no podía acostumbrarse. No solo novia, su prometida.

—Tienes mala suerte, Jinnie —susurraba mientras se metía por unas calles pequeñas de Seúl y pasaba por enfrente de un bar con una lujosa vista y el nombre “Autumn” con luces de neón en purpura—. Bueno, hora de buscar estacionamiento.

Luego de finalmente aparcar en uno de open 24 hs, se acercaba a la puerta y veía su reflejo en esta. Podría decirse que se veía como la mierda y su frente era protagonista porque se había cansado de tirar su flequillo hacia atrás con la intención de arrancarse el cabello de la furia que le seguía recorriendo. El lugar era ameno y tranquilo, la música era suave, las luces bajas. Estaba el sector de fumadores a un lado y luego el resto del bar para gente que solo buscaba beber y pasar un buen rato. Había un menú para que pudieran acompañar la bebida con algo simple, pero SeokJin quería beber.

—Buenas noches, señor —decía una de las atractivas meseras al verlo llegar.

—Buenas noches

—Tenemos mesas libres para el show de esta noche ¿Desea una o-…?

— ¿Hacen shows? —preguntaba ido, pero se recuperaba—. Lo siento, me quedare en la barra

—Si cambias de opinión me avisas y conseguiré una mesa más cómoda para ti —la chica le guiñaba un ojo y se retiraba.

SeokJin relamía sus labios a ver sus piernas largas, pero no. El hombre estaba saturado y no podía pensar con su polla. Solo quería beber y revolcarse en su pena un rato, como buen ser humano.

La noche estaba en pañales y SeokJin no tenía plan alguno excepto de beber algún que otra copa y ver donde se quedaría antes de ir a lo de su madre. Se arrepentía enormemente de haber puesto en alquiler su apartamento, sino tendría donde volver y ahora debía de buscar un nuevo lugar para vivir. Pero esa noche optaría por una habitación en algún hotel decente de Seúl.

— ¿Qué bebes?

—Whisky en las rocas

— ¿Acaso eres un viejo en el cuerpo de hombre joven? —se burlaba el barmsn, pero se disponía  a darle lo que había pedido.

—Gracias —respondía y las pocas luces del lugar, bajaban para un ambiente más seductor y luces rojas que salían del escenario. SeokJin se preguntaba qué tipo de shows hacían en ese lugar—. Oye ¿Qué tipos de shows hacen aquí?

El barman se reía—. No es ese tipo de shows. Una de nuestras estrellas es… —la música comenzaba y una voz grave con tonos dulces comenzaba a cantar, haciendo que SeokJin volteara de inmediato—. Kim TaeHyung —hablaba fuerte a su lado—. SI eres heterosexual, estas a salvo de la magia de la voz de este tritón.

SeokJin fruncía el ceño mirando al barman que era realmente agradable, no podía evitar reír y negar con su cabeza. Tomaba de su vaso y se ponía en dirección al escenario y contemplaba al chico de traje negro, piel canela y cabello oscuro con rizos que caían en su frente. La canción era en inglés y coreano. La voz era dulce pero poderosa, los movimientos de sus manos y vaivén de su cuerpo, eran delicados y elegantes. El tipo tenía al público femenino encantado y si prestaba suma atención, había público masculino verdaderamente atontado.

SeokJin lo estaba disfrutando, realmente lo hacía, aunque escuchaba la letra y recordaba como su relación se había ido por el caño. Si, ahí venia eso de revolcarse en su propia miseria. No estaba muy lejos del escenario y ciertamente el lugar no era tan inmenso como parecía desde afuera, por lo que tenía buena visión perfecta del chico sobre el escenario.

Estaba concentrado observándolo para dejar de pensar en su mala suerte. Seguro ese chico tenía una gran vida y no había sido engañado por su novia quien encima había tratado a su polla de anormal.

—Que locura —susurraba—. Engañarme y dejarme por tener una buena polla entre las piernas.

Negaba con su cabeza y se bebía todo, giraba un poco y pedía otro más, que le llegaba al instante. Seguía pensando que ser engañado y dejado por algo tal como eso, era ridículo y comenzaba a replantearse que había hecho mal realmente. Miraba al tipo lindo del escenario y notaba como coqueteaba con una rubia.

»Se cree el Brad Pitt de corea. Seguro y él no fue dejado por una polla monstruosa.

Se repetía a sí mismo y sus ojos caían en la entrepierna del muchacho. 

»¿Será que la tiene grande?

Como se había mencionado, SeokJin no estaba tan lejos del escenario y erguirse un poco para tratar de ver si el cantante de esa noche tenía una polla grande, era algo que había sobresalido bastante en la visión periférica de Kim TaeHyung. Quien ahora lo miraba de forma seductora y desabrochaba su saco para meter una mano en el bolsillo de su pantalón y mandar la tela que colgaba de este detrás. Dejando una mejor visión para el tipo atractivo de la barra, quien levantaba sus ojos y se encontraban con los suyos.

“Cause, i can´t live without you. Oh, oh, oh”

SeokJin se encontraba repentinamente atrapado en esa mirada atractiva y coqueta que el cantante de esa noche le estaba dando, pura y exclusivamente a él.

—Nuestro niño mimado tiene su víctima de esta noche —mencionaba el barman hablador detrás de él. SeokJin se veía obligado a girar la cabeza y alzar sus cejas—. Oh, sí. Tú —se reía divertido y se alejaba.

SeokJin negaba con la cabeza y se frotaba el rostro bebiendo su bebida y girando de nuevo. Dándole la espalda a los últimos minutos de la canción. Logrando que una ceja se crispara en el bonito rostro del cantante.

La canción había terminado y la gente había ovacionado al muchacho de voz peculiar, SeokJin quería girar de pura curiosidad. Pero no lo hacía, se mantenía en la barra mirando su vaso ya vacío y reconsiderando si beber otro trago era correcto, teniendo en cuenta que debía conducir sin rumbo o buscar un hotel.

—Buscar un hotel, eso haré —susurraba para sí mismo mientras tecleaba en su teléfono.

En ese instante otro trago igual a los dos anteriores era puesto frente a él, por el barnan híper carismático. El castaño levantaba la vista y exclamaba confundido:

—Ah… Yo no te pedí otro trago

—Cortesía de nuestro tritón —respondía y le guiñaba un ojo, para dejarlo sorprendido y confundido.

SeokJin miraba el vaso, sin tocarlo aún y finalmente giraba por su izquierda en dirección al escenario para encontrar al muchacho con su mirada, pero nada. Volvía nuevamente a girar su cuerpo a la posición anterior y una persona a su lado derecho murmuraba:

—Puedes rechazarlo si quieres

— ¡Mierda! —Saltaba tocando su pecho—. Tú…

—Lo siento, no quise asustarte —exclamaba el azabache reprimiendo una risa.

SeokJin suspiraba y lo miraba fijo, TaeHyung le sonreía mordiendo su labio y tocando su pecho. Luego aparecía una sonrisa cuadrada peculiar en su bonito rostro y articulaba nuevamente un “Lo siento”, robando finalmente una sonrisa ladina de SeokJin.

Tomaba el vaso y lo levantaba en dirección al cantante—. Gracias. ¿tú no bebes?

—Oh ¿me invitas a beber contigo? —preguntaba de forma coqueta y con voz grave.

— ¿No era esa tu intención? ¿O solo regalas tragos cuando ves a personas miserables?

—No te ves miserable. ¿Lo estás? —preguntaba TaeHyung, acomodándose mejor en el taburete y desabrochando del todo el saco.

—No voy a contarle a un extraño sensual sobre mis miserias —respondía bebiendo del vaso.

TaeHyung alzaba sus cejas y replicaba—. ¿Crees que soy sensual?

SeokJin se ahogaba con la bebida y TaeHyung reía, alcanzándole una servilleta de papel.

—Amigo, no voy en tu dirección —soltaba dulcemente.

— ¿Cuál dirección? —insistía TaeHyung juguetón.

—Estás coqueteando conmigo y yo… —se mordía el labio riendo y recibiendo otra sonrisa juguetona por parte del cantante como respuesta—. Eres atractivo y no me tiembla el pulso para decírtelo. Pero créeme, vamos en direcciones opuestas

—Nadie estableció dirección alguna aquí…pero déjame preguntar... —alzaba sus manos frente a SeokJin—, y lo diré con sumo respeto ¿Te gusta follar?

SeokJin suspiraba y se sentaba erguido—. Hombre, estoy sensible con ese tema

—Oh, ya puedo ver de dónde viene la miseria que mencionaste. Pero volvamos ¿Te gusta follar? —repetía el azabache con un tono casi caballeroso, inclinándose más cerca. Alzando sus cejas divertido evitaba que SeokJin se cabreara.

—Sí, me gusta —afirmaba viendo directo a TaeHyung.

—Bien, deduzco que te gusta ponerla —replicaba el cantante, haciendo que una sonrisa amarga cruzara el rostro de Jin y bebiera otro sorbo para luego asentir—. Perfecto. A mí me gusta que me la ponga —añadía TaeHyung. SeokJin cerraba los ojos jugando con su lengua y mordiendo su labio, cuando sentía los ajenos ajenos rozar su oreja y susurrar sensualmente sobre esta—. ¿Lo ves? La dirección es la misma.

Las palabras habían salido con una descarga eléctrica que se apoderaba de la nuca de SeokJin y teñía sus orejas de rojo furioso. Tragaba duro y sentía frio por que TaeHyung se había alejado, pero al abrir sus ojos, notaba que el cantante no se había alejado, sino que se había ido.

SeokJin quedaba quieto en su taburete, pero la curiosidad de voltear segundos más tardes se apoderaba de él. El muchacho no estaba por ninguna parte del bar. Pero cuando volvía a tomar el vaso con la bebida, una tarjeta yacía cerca y la tomaba con cautela.

—Él nunca deja su tarjeta a nadie. Eso es nuevo —mencionaba el barman frente a Jin.

Este suspiraba y bebía todo el trago—. Dame otro y cierra la boca

—Uy, me caías bien —respondía, robándole una sonrisa a SeokJin—. Bueno, ya me caes bien de nuevo.

Y así fue como SeokJin había terminado con siete o quizás habían sido ocho tragos en su sistema. El cual venia maso menos limpio hacía un par de meses porque Eun BI no era fanática del alcochol en ninguna de sus formas y esto le había golpeado fuerte.

— ¿C-cuánto debo? greo que bebí como ochio, sacande el tercego que me dio el chico bonito de aquí —preguntaba, tomando su billetera.

El barman fruncía el ceño—. Fueron diez en total, dos antes de que TaeHyung decidiera hacerse cargo del resto

—Espega ¿quién?... Él solo me invitó el terceg t-trago —replicaba—. El regsto lo pago yio —se tocaba el pecho y se tambaleaba un poco.

—Lo siento. Tengo órdenes, esta es tu cuenta con los dos primeros tragos. ¿Quieres que llame un uber para ti? Si tienes auto, no puedes conducir así

—C-conduzco muy bien ebrio. Graciash bocazas, por la preogupación —pagaba lo que debía y sonreía—. Le debo tragos al bonito… pero oye, neceshito un hotel donde pasag la noche o el fin de s-semana. ¿Conoshes alguno?

El barman buscaba en una caja de tarjetas—. Esto pasa a menudo. Toma —le alcanzaba una—. Llama y di que necesitas una habitación, diles que vas de parte del bar Autumn, te harán una rebaja por las noches que necesites hospedarte. No está muy lejos de aquí, así que no debes conducir mucho ¿entendiste, grandulón?

SeokJin asentía, por supuesto que había entendido cada palabra. ¿No? Salir, llamar para pedir una habitación y dirigirse al lugar donde tendría una rebaja por haber bebido en el Bar Autumn. Perfecto.

Sus pies se entre cruzaban, propiciándole tropezones. Pero él era un ebrio consciente, solo veía borroso. Le costaba coordinar pies con manos y se le lenguaba la traba-…

Digo, se le trababa la lengua. Disculpen.

Al llegar al estacionamiento y pagar, iba en busca de su auto y se metía de inmediato en él, hurgaba su bolsillo y sacaba la tarjeta que el barman le había brindado y comenzaba a marcar los números para dar paso a la llamada telefónica.

— ¿Quién es? —soltaba una voz.

—Soy Kim SeokJin, b-uenas noches…digo buenas madrugadas —se corregía intentando no sonar tan ebrio—. Acabó de beber hasta la última gota en el Autumn y me dieron shu tarjeta para hospedarme allí, porque neceshito una habitación para este fin de s-semana  

—Woah, realmente ha bebido demasiado, señor Kim —respondían al otro lado—. Le enviaré la dirección para que lo ponga de inmediato en su GPS o ¿Prefiere que le enviemos un uber?

—Puedo condushir, puedo consdushir. Envíela —y cortaba la llamada, frotando su rostro—. Eun Bi te detesto, ojala y tu nuevo novio se quede sin polla o mejor que te deje a ti.

Segundos después recibía una dirección y la ponía en su GPS, maniobrando bastante y luego poniéndose en marcha. Llevaba una botella de agua en la cajuela y la bebía completa. La voz de la mujer a cargo de guiarlo le avisaba que girara en la próxima esquina para llegar a su destino. Lo hacía tal cual, pero terminaba llegando a una hermosa casa, que de hotel no tenía absolutamente nada. Revisaba la dirección de nuevo y se bajaba del auto confundido. Revisaba la dirección de la bonita casa con entrada directa, sin patio alguno y era la que le habían pasado. Se replanteaba si tocar timbre seria o no correcto, pero llevaba su mano al mismo de todas formas.

La puerta tardaba unos segundos pero finalmente se abría y era recibido con una bonita sonrisa.

—Oh, mierda… —susurraba, agarrando su cabeza—. ¿Te llame a ti?

—Supuse que te equivocaste de tarjeta —respondía el cantante bonito que le había invitado un trago y había dejado la orden de que pagaría por el resto.

—Me lo hubieras dicho antes de venir —respondía SeokJin riendo.

— ¿Dónde está la diversión en eso? —Respondía con dulzura—. Pero tengo un cuarto de huéspedes que puedes usar. Y no te cobrare por ello.

SeokJin reía y negaba con la cabeza—. Aún te debo un trago y dinero por haber pagado mi cuenta

—Si. Me llego la cuenta cuando te fuiste —mencionaba TaeHyung—. Quédate y saldaras tu deuda conmigo

—Eso es…

—No voy a tocarte un bonito cabello aunque lo desee. Soy decente —levantaba sus manos y SeokJin recién se daba cuenta que llevaba unos shorts de color beige y una remera gris oscura que le quedaba grande. Su pelo negro rizado estaba alborotado y no se veía tan elegante como cuando había cantado aquella noche. Ese lado le había caído muy bien a SeokJin.

—De acuerdo —respondía, sin buscarle mucho la vuelta—. Tengo mi maleta en el auto

—Estas en el hotel Kim TaeHyung —mencionaba el muchacho, saliendo de la casa y yendo en dirección al auto—. Llevaré tu maleta

—Sabes, podría ser un asesino a sangre fría —mencionaba SeokJin, mientras abría el maletero.

TaeHyung se cruzaba de brazos y acercaba un poco su rostro al ajeno—. ¿Eres un asesino?

—Podría, pero no lo soy

—Perfecto, dame esa maleta y sígueme —respondía el muchacho. La tomaba y le señalaba a SeokJin que lo siguiera, quien lo hacía luego de poner el seguro al auto.

Al entrar, la casa era acogedora. No muy grande, pero con los muebles en lugares correctos que dejaban espacio para moverte. A su derecha estaba la sala, conformada por un sillón familiar contra la pared y un plasma frente a esta, con un buen equipo de sonido y una mesa ratona. La pared tenía un bonito ventanal. Al otro lado estaba la cocina, todos los muebles de estilo esquinero que quedaban contra la pared y no ocupaban demasiado lugar. Estaba la cocina pegada, luego un mueble con mucho espacio de almacenamiento y luego el refrigerador. Y en el centro una mesa redonda con seis sillas. Todo estaba en color blanco o beige, no había una combinación en especial.

— ¿Mi casa te parece aburrida? ¿Esperabas algo más llamativo? —se burlaba TaeHyung. Dejando la maleta a un lado y tomando un jugo de naranja del refrigerador—. Toma…

—Oh, no me quieres ebrio

—Eso no sería divertido, señor Kim —mencionaba sonriente.

SeokJin bebía el jugo y luego lo miraba fijamente—. Me gusta tu casa, es hogareña

—Como debe ser. Ven, te mostrare el cuarto de huéspedes —exclamaba, volviendo a guiarlo.

SeokJin iba detrás de él con caminar cauteloso y seguía medio ebrio, solo que intentaba tener todas sus luces encendidas por si acaso. Una puerta del lado izquierdo era la que TaeHyung abría y le mostraba una bonita habitación con una cama King Size, un escritorio y mesa de noche a su lado.

—Te debo el baño privado —exclamaba—. Entrare antes que tú para que no creas que serás empujado y encerrado luego —se metía y dejaba la maleta a un lado de la cama y se sentaba sobre esta—. No es la gran cosa lo que puedo ofrecer, pero no tendrás que pagar por tu estadía

—Tienes una cama King size, estaba suponiendo que no sería más de una plaza y media —mencionaba el castaño.

—Me gusta que mis invitados se sientan cómodos. Mis amigos duermen muy despatarrados

—Me imagino que alguien como tú, debe tener muchos amigos —mencionaba SeokJin, apoyándose contra la pared.

— ¿Alguien como yo? —cuestionaba TaeHyung, con ese tono seductor.

—Oh vamos. Tu trabajo y tu encanto. ¿A cuántos más has traído aquí por pura amabilidad como a mí? Debes quedar en banca rota si vives invitando tragos y luego pagando sus cuentas.

TaeHyung comenzaba a carcajear frente al castaño—. Usualmente, mi trabajo me deja propinas extravagantes y la gente me invita tragos para pasar aunque sea treinta minutos conmigo y ver si con eso consiguen meterse en mi cama

—Okey… —mencionaba y exclamaba—. Momento ¿Estás insinuando que solo lo hiciste conmigo?

TaeHyung se estiraba sobre la cama y despeinaba su cabello con una sonrisa coqueta—. Atrapaste mi atención

—Eso fue… Estaba siendo... —SeokJin suspiraba recordando que le estaba viendo el bulto a ver si al tipo se le marcaba o no. Sería muy bochornoso decirle eso así que optaba por tragar más jugo de naranja.

TaeHyung se ponía de pie y acercaba a Jin—. ¿Eres tímido? Que adorable —y la cercanía descolocaba al castaño quien terminaba escupiendo sobre la remera que TaeHyung llevaba.

—Hombre, yo lo siento —tomaba una servilleta que le había quedado en su bolsillo y con ella limpiaba el pecho de TaeHyung—. Lo siento. Te acercaste y yo... —quedaba en silencio cuando la mano de TaeHyung se posaba sobre la suya y alzaba la vista para encontrarse con la juguetona de TaeHyung.

—No te preocupes, puedo buscar otra —exclamaba y lo soltaba para quitarse la remera frente a Seokjin. Quien no tardaba en bajar sus ojos para mirar sin inhibiciones el cuerpo ajeno.

TaeHyung era delgado, con unos hombros que no se comparaban con los suyos pero le daban su porte. Y su piel, Seokjin no recordaba haber visto un color de piel más bonito. Canela, trigueño o dorado, como más te guste. No era una piel lechosa, era un tono sensual que al chico le quedaba a la perfección.

Y sus ojos siguieron bajando, pasaban el abdomen del muchacho y continuaron hasta llegar a la zona de su entrepierna. La cual le dejaba una buena vista de lo que el chico podría cargar entre ellas.

— ¿Me pregunto si fue correcto quitarme la remera? —Mencionaba TaeHyung—. Mi entrepierna pareciera tener toda tu atención

—Es una larga historia, pero juro que no es con esa intención

—No sé a qué intención te refieres, pero yo no he dicho nada —replicaba TaeHyung.

—No me mires de esa forma —pedía SeokJin—. Te lo dije en el bar. Sé que quizás estás acostumbrado a tener a quien desees en la cama, pero tú y yo

—Oh… Dijiste “tú y yo” —TaeHyung se acercaba un poco más y Seokjin negaba riendo ladino—. No me acuesto con todo el mundo. Hace tres meses salí de una relación, si eso calma tus nervios

—No estoy nervioso —mentía SeokJin.

—Sabes, no he comido nada desde que llegue ¿Quieres ramen? —ofrecía alejándose.

— ¿Qué tipo de ramen estás ofreciendo? —soltaba SeokJin.

— ¿Ves? No soy el único que está coqueteando aquí —susurraba y salía de la habitación, no sin antes agregar—. Puedes darte una ducha si quieres. La última puerta es el baño, hay toallones limpios, siéntete como en casa y ven a comer luego. Te estaré esperando.

SeokJin se quedaba solo y recalculando, necesitaba estar más sobrio porque no estaba jugando como debería. Era peligroso si el chico bonito seguía mal interpretándolo. ¿O es que si estaba coqueteando? Seokjin negaba con la cabeza y tomaba algo de ropa cómoda. Reía ante la situación de estar en la casa de un desconocido que lo ponía nervioso, pero no lo hacía sospechar de mala forma. No le daba una mala vibra. Solo una intensa y recordar lo que le había dicho en el bar antes de irse, no ayudaba a que su piel se enfriara y sus ideas se aclararan.

Bien, deduzco que te gusta ponerla. Perfecto. A mí me gusta que me la ponga. ¿Lo ves? la dirección es la misma

—Necesito una ducha y llamar a Eun bi —murmuraba—. No, lo último no. Mejor comeré ramen.

Y así lo había hecho, remera blanca y pantalón gris de chándal, más su cabello húmedo y una sonrisa inocente que le preguntaba al dueño de la casa donde podría poner los toallones húmedos. El muchacho le sonreía y se los llevaba para dejarlos afuera en su patio trasero.

—Puedes sentarte, el ramen sigue caliente —SeokJin obedecía y luego sentía a TaeHyung en su oreja—. Y yo también.

Seokjin volteaba y le sonreía. No sabía el por qué, pero solo podía sonreírle—. ¿No que acabas de salir de una relación?

TaeHyung se ponía de pie y sonreía, ahora llevaba una remera verde musgo con sus mangas dobladas. Se disponía a servir un pequeño plato para él y SeokJin. Luego dos copas, pero TaeHyung le preguntaba—. ¿Quieres agua, vino, alguna soda o jugo? Iba a tomar vino blanco, pero no quiero que pienses que quiero emborracharte y aprovecharme de ti —replicaba.

—Agua está bien —mencionaba.

—Genial, que aburrido eres

—Entonces si querías aprovecharte —mencionaba Jin, mientras el agua de una botella cerrada era derramada dentro de su copa.

—Sigues siendo increíblemente atractivo. Pero me interesa saber qué tipo de miseria te llevo al bar —soltaba TaeHyung.

SeokJin chasqueaba su lengua y se metía una buena cantidad de fideos a la boca.

— ¿Tan malo es? ¿Acaso la tienes diminuta y por eso te dejaron? —soltaba divertido el azabache.

Pero SeokJin se ahogaba con los fideos a medio camino. TaeHyung le extendía una servilleta y abría sus ojos volviendo a su asiento en silencio. Se sentía culpable por lo mencionado.

—Lo siento —replicaba el azabache.

—Me dejaron por todo lo contrario ¿De acuerdo? —soltaba SeokJin, verdaderamente frustrado y tapando su rostro.

TaeHyung recapacitaba en la respuesta dada y fruncía el ceño, intentado mirar por debajo de la mesa entre las piernas de Seokjin.

—No hagas eso —mencionaba el castaño aun con sus manos cubriendo su rostro y TaeHyung volvía a erguirse en su silla.

—Lo siento, hombre. Me dio curiosidad —intentaba contener la risa.

Seokjin lo volvía a mirar y reía con él—. Mi prometida, con quien nunca he tenido una vida sexual muy activa porque, según ella quería hacerlo más a menudo y de forma correcta luego del casamiento. Resulta que me engañó y dejó porque cree que la polla que tengo es demasiado monstruosa para su delicada rosa —decía entre dientes—. Puedes reírte. No intentes contenerlo, te hace ver adorable.

TaeHyung se mordía el labio y sacudía su cabeza—. Mi novio me dejo hace tres meses porque cree que soy demasiado salvaje y sucio en la cama. Y eso su iglesia católica lo ve muy mal. Necesitaba alguien más recatado —soltaba suavemente.

Seokjin lo miraba fijamente—. ¿Es en serio o estas burlándote de mí?

TaeHyung tomaba su teléfono que yacía a su lado y buscaba un mensaje, haciéndole señas a SeokJin de que esperará. Luego seleccionaba un audio y lo ponía en alta voz para que ambos oyeran.

Eres hiperactivo y fetichista, si por ti fuera no saldríamos de la cama. Eres salvaje, sucio e insaciable. Eso está muy mal visto. El reverendo me lo dijo. Te amo, pero tu apetito sexual arruino mi vida espiritual. No puedo seguir así

SeokJin se quedaba boquiabierto—. Oh, lo decías en serio

—Ajam. ¿Tú lo dices en serio? —provocaba bajando la vista a su entrepierna.

—No es monstruosa. Ella exagera y al fin y al cabo, soy un cornudo. Hombre, mi cuenta y seguro fue extensa esta madrugada. Lo siento —respondía—. Y tu novio es un idiota, si eres como te menciono en la cama… Yo no te dejaría

—Yo no me quejaría si estas súper dotado —replicaba TaeHyung de inmediato—. Una lástima

— ¿Qué no sea gay?

— ¿Nunca has besado o estado con un hombre?  —preguntaba el chico de rizos negros.

—Por prenda. Una vez tuve que besar a un rubio de labios muy carnosos

—Oh… Tienes un pasado que podría servirte —mencionaba TaeHyung, conforme.

SeokJin reía—. Era algo desastroso en la universidad

—Pero luego te enamoraste y te volviste el típico príncipe para tu princesa

—No lo sé, solo congeniamos y así duramos

— ¿Me estás diciendo que no sabes si estabas enamorado o era costumbre? —replicaba el azabache.

—Ya no tengo idea, hombre. Ya me revolqué toda la jodida madrugada y sigo sin casa, soltero y fui un cornudo por quien sabe cuánto tiempo —suspiraba dejando caer su cabeza hacia atrás y una bonita visión de su cuello largo y pose jodidamente sensual, era la que le dejaba al azabache frente a él.

TaeHyung resoplaba y Seokjin levantaba la cabeza—. Me iré a dormir. Si sigo viéndote voy a querer hacerte sentir mejor a mi manera. Y eso sería acoso porque tú no lo quieres. Y lo dije… —se ponía de pie para llevar los platos sucios a la pileta—, soy decente aunque me cueste. Puedes quedarte aquí y no sé, mirar tele, acabarte el vino que estas mirando con ternura. Solo no me dejes mucho desorden

—No soy desordenado —replicaba SeokJin viendo como TaeHyung se retiraba en dirección a su habitación.

Pero antes giraba y con una sensual sonrisa exclamaba—. Descansa, Kim SeokJin.

Se retiraba y el castaño se le quedaba viendo un tiempo largo, pero antes de que TaeHyung pudiera meterse del todo a su habitación, Seokjin exclamaba:

— ¿Cuál es tu manera de hacerme sentir mejor? —preguntaba gravemente desde la sala. Logrando que TaeHyung se detuviera y quedara con el pomo de la puerta de su habitación a medio agarre.

Miraba en dirección a Seokjin quien se ponía de pie, caminando en dirección a él. Al llegar apoyaba su cuerpo de lado sobre la pared y miraba fijamente a TaeHyung.

—Hazme sentir mejor —susurraba el castaño.

TaeHyung relamía sus labios y respondía—. No me gusta lidiar con ataques de pánico luego.

SeokJin tiraba del brazo ajeno y lo acorralaba a la puerta, muy seguro de mandarse la cagada de la noche y presionaba su cuerpo al ajeno y besaba a TaeHyung. El tipo lo besaba con seguridad, aunque parecía un beso plano, dado en modo piloto automático. TaeHyung lo sentía vacío, el tipo besaba bien, pero le faltaba algo. Así que lo detenía.

—Vamos a hacer esto a mi manera, porque tu cabeza pareciera no estar aquí. Y para hacer esto necesito que seamos dos ¿De acuerdo? —pedía.

— ¿Tan mal te bese? —cuestionaba SeokJin.

—Besas fantástico, hombre. Pero necesito que asimiles que estas besándome a mí —respondía. Abriendo la puerta de su habitación y dejando ver una con tonos grises y una luz purpura baja. Se encontraba viendo un gran placard que rodeaba la cama—también King size—de TaeHyung. Estos estaban contra la pared, por lo que de frente veía un buen plasma que el chico tenía más grande que el de sala, también con buen equipo de sonido y diferentes adornos que daban a la habitación una increíble presencia y la hacían muy entretenida de ver.

—Todos tienen esa reacción cuando entran a mi habitación. Creo que es debido a las luces —mencionaba y tomaba la mano de SeokJin—. Ven aquí.

El castaño se dejaba llevar luego de haber cerrado la puerta él mismo, TaeHyung le pedía sentarse en la cama y SeokJin no lo perdía de vista. El azabache se inclinaba y con una sonrisa dulce exclamaba:

—Tengo un antifaz que te quedaría perfecto y me gustaría que usaras

— ¿Tienes fetiches? —replicaba con voz calma.

TaeHyung negaba—. No más que el resto. Pero solo deseo que te concentres en las sensaciones, luego tú decides si te lo quitas o no ¿Me dejas? —SeokJin observaba a TaeHyung y asentía.

El muchacho iba por lo mencionado y cuando volvía notaba la ansiedad que SeokJin estaba tratando de ocultar. Se sentaba a su lado y ponía su mano sobre la pierna que éste movía de forma insistente de arriba hacia abajo.

—Oye, el cuarto de huésped sigue estando del otro lado. No tenemos que hacer nada que no quieras y no vas a dañar mi ego sino te calientas conmigo —mencionaba el azabache.

Seokjin suspiraba y sobaba su nuca—. Me hiciste dar curiosidad —admitía SeokJin.

—Por algo se empieza ¿No?

— ¿Cuánto estuviste en pareja? —soltaba SeokJin, relajando el movimiento desenfrenado de su pierna.

—Tres años y medio. Me soporto bastante ¿Y tú?

—Cinco años

— ¿Cinco? ¿Sin tener relaciones? ¿De ningún tipo? —los ojos de TaeHyung por poco y salían de sus cuencas.

—Creo que puedo contar los encuentros con la mano y le encantaba mi lengua, si eso sirve de algo —suspiraba y reía—. Oh y mi brazo izquierdo tiene más músculos que el derecho. Porque ya sabes… Es mi compañera.

TaeHyung reía por las palabras y SeokJin lo hacía de igual forma, apoyando sus manos sobre la cama y dejando caer de nuevo su cabeza hacia atrás y mostrando de nuevo ese cuello largo, con aquella nuez que se marcaba a la perfección y TaeHyung no lo pensaba dos veces cuando se subía encima, sorprendiéndolo y tomando su cabeza para inclinarla hacia a un lado y dar una larga lamida desde el inicio hasta el lóbulo de su oreja donde tiraba de ella con una mordida.

“Oh…” soltaba el castaño apenas audible y apretaba sus ojos y el cobertor bajo sus manos.

Abría los ojos y veía—y sentía—a TaeHyung encima de él. Sus ojos con pupilas dilatas y labio inferior siendo masacrado entre sus dientes mientras lo soltaba lentamente.

—Lo siento —decía la voz grave con un tono dulce e inocente—. Es la segunda vez que haces eso y es extremadamente sensual como cierras tus ojos y dejas caer tu cabeza

—Estás encima de mí —susurraba SeokJin.

—Me gustas y solo ahora tengo fuerza de voluntad para preguntarte ¿Quieres que me baje y me detenga? —Exclamaba TaeHyung. Seokjin bajaba la vista y veía el cuerpo ajeno que tenía casi sus mismas proporciones y sentía en su estómago la dura carne del tipo bonito.

Había algo tan sucio en la forma que TaeHyung lo miraba que despertaba sus más oscuros deseos esa madrugada.

—No puedo decir que me gusten los hombres —exclamaba con voz estrangulada—. Pero me gusta saber que yo te gusto ¿Tiene sentido?

—Créeme lo tiene y no me ofende si eso me deja pase libre —respondía—. Puedo hacer que pierdas la cabeza por un par de horas

—Necesito perderla, necesito dejar de pensar —respondía—. ¿Hasta dónde vas a llegar?

—Eso lo decides tú. Bien puedo hacer que esta noche te corras en mi boca y gracias a mí para que dejes descansar tu mano izquierda o podemos…

— ¿Follar? —terminaba SeokJin la sentencia de TaeHyung.

—Tú decides. No me tientes... Tengo muchas ganas de que me folles —mencionaba TaeHyung.

Seokjin pasaba saliva y respondía—. No sé qué responder

—Entonces empecemos por cubrir tus ojos ¿Quieres? —insistía TaeHyung.

SeokJin se tomaba unos segundos y asentía finalmente. El azabache lo cubría con sumo cuidado. Y SeokJin suspiraba tembloroso. Luego de no ver nada, sentía el cuerpo ajeno encima de él, aún a horcajadas pero sin hacer nada. Solo estaba quieto y en silencio, haciendo que SeokJin se pusiera ansioso.

— ¿Por qué no haces nad-...? —SeokJin no terminaba su pregunta que los labios contrarios se interponian.

Había sido suave la forma en la que la boca de TaeHyung se había posado sobre la suya y sus dientes tomaban el labio carnoso inferior de SeokJin. El castaño volvía a enmarañar el cobertor mientras la mano de TaeHyung tomaba su mentón. Soltando su labio pasaba su lengua por el mismo, como bálsamo sobre la mordida. Suave y sin apuro, delineando ambos labios, el inferior y superior. Chupando con suavidad y nuevamente jugando con su lengua.

SeokJin estaba demasiado metido en la cosa, disfrutando de ser besado de esa forma. Eun Bi jamás lo había besado así. Sentía ganas de sacar su propia lengua pero lo estaba pensando demasiado, hasta que TaeHyung lo invitaba a abrir más su boca y ahí meter más a fondo su lengua, la cual lograba roza la de SeokJin. Haciendo que este finalmente respondiera.

—Muy bien... —susurraba su voz grave y volvía a provocar a la lengua de SeokJin.

Otro roce, y la llevaba cada vez más por fuera de su boca. Finalmente lograba ese beso sucio dónde las lenguas tienen su propia guerra sin estar encerradas en la cavidad bucal de ninguno. TaeHyung estaba disfrutando aquello y SeokJin no podía quejarse.

TaeHyung chupaba y succionaba su lengua cada vez con mas ímpetu y a SeokJin le encantaba la sensación. Tanto, que ni siquiera podía pensar en la saliva derramada en su mentón. Tanto suya como de TaeHyung, quien estaba chupando con más y más ganas, comenzando a moverse suavemente encima de SeokJin y sintiendo aquello por lo que había sido dejado, crecer bajo de él.

Oh, si. La sesión estaba dando resultado y TaeHyung esperaba no tener que parar porque esto solo era el inicio. Una lamida para llevarse consigo parte de la saliva que estaba derramándose cada vez más sobre el mentón de SeokJin y la mano de éste se cernía en su cadera. Apretándolo para que no saliera de encima de él. El azabache sonreía y se acercaba, rozando nariz y labios ajenos con los suyos propios.

—Oh... Te estás volviendo salvaje, no te creí capaz de ponerme un dedo encima aún —susurraba y lo mordía.

—Solo quería asegurarme que no salieras de encima —susurraba SeokJin con dificultad.

—Aún así, tengo que hacerlo... ¿O prefieres una nueva sesión de besos? —cuestionaba.

SeokJin levantaba su mano buscando el rostro de TaeHyung, el cual estaba casi pegado al suyo y con sus yemas acariciaba su mejilla buscando sus labios. Los rozaba y tomaba el mentón de TaeHyung para darle él, nuevamente un beso. Muy diferente al primero, ambos parecían ser fanáticos de comer bien la boca ajena, porque a la primera de devorarse lo hacían con ganas y queriendo apropiarse de la boca del otro.

Gimiendo de satisfacción mientras se degustaban esta segunda vez, muy diferente a lo que había sido en la puerta y otro nivel a comparación de la sesión casi sucia de segundos atrás. TaeHyung volvía a tomar su cabeza con firmeza y lo besaba con verdadero hambre. Un tipo como él con tres meses de estar completamente solo, extrañaba como la mierda estar así con alguien. Y SeokJin estaba haciendo un excelente trabajo dejándose llevar.

TaeHyung abandonaba su boca y comenzaba a bajar por su cuello, de a poco iba inclinando el cuerpo ajeno de SeokJin para que se recostara por completo en la cama y así tenerlo a sus disposición. Ahora sentía, no una, sino las dos manos de SeokJin ceñirse en sus caderas. Dándole a entender que se moviera encima de él. Y TaeHyung lo hacía, sin dejar de besarlo y pasar su lengua. El tipo era salvaje y el castaño sentía esa lengua por su nuez y el hueco de su cuello pasar con insistencia.

Sentía los rastrojos de saliva que iba dejando porque su lengua barría todo el largo de su garganta. Y le encantaba la sensación, joder que le encantaba como es tipo parecía desvivirse por hacerlo sentir placer y eso lo llevaba a moverse debajo de él para poder sentir un poco de alivio a lo duro que se estaba poniendo. Debido a la inclinación del cuerpo ajeno, la fricción ahora era carne con carne. Ya no estaba sintiendo el bonito trasero que el cantante se cargaba. Ahora era la polla del tipo, igual de dura que la de él, fregándose con desesperación.

»Oh, ahí está de nuevo... Pensaba al sentirlo.

TaeHyung cesaba la sesión de lamidas y besos a su cuello y notaba que SeokJin estaba jadeante más no gemia. Notaba que estaba rígido, se apresuraba a susurrar en su oreja:

—Si, esa es mi polla —soltaba con voz aterciopelada—. ¿Te incómoda?

—No tenías que preguntarlo... Ya lo había asimilado —respondía.

—La tuya se siente tan, pero tan bien —halagaba, manoseando todo el torso de de SeokJin y fregándose más desesperado. Logrando agitarse en el proceso y respirando jadeante al oído de SeokJin—. Mmmm, oh joder...

SeokJin estaba poniéndose cada vez peor con esa bestia sexual encima de él. Era todo tan nuevo, la forma en la que estaba siendo tocado y la forma en la que este desconocido lo estaba montando desesperado.
Entonces Seokjin apretaba sus muslos aún más y se animaba apretar sus glúteos.

—Oh... Eso, si —decía TaeHyung agitado y tomaba su rostro para besarlo.

Sonidos de chasquidos y lenguas. Era un beso crudo y sucio en el que SeokJin se perdía de nuevo desesperado como su acompañante y se encontraba cambiando los roles. Con mucha facilidad—a pesar de tener un cuerpo más grande que el de Eun Bi entre sus brazos—Seokjin tomaba al chico con fuerzas y lo dejaba debajo de él, robándole un rico sonido a TaeHyung, quien quedaba debajo con sus brazos separados atrapados debajo de las manos y el fuerte agarre de SeokJin.

Un silencio ensordecedor y el azabache temía que el castaño comenzará a golpearlo. Mierda, su calentura le podría valer su jodida vida. ¿Que tal si aquel bonito chico de labios carnosos lo golpeaba hasta matarlo? TaeHyung estaba comenzando a enfriarse rápidamente debido al susto y las ideas negativas que cruzaban su cabeza. Ahora recordaba cuando el castaño le había mencionado que podía ser un asesino.

—Eh... —pasaba el nudo en su garganta—. ¿SeokJin?

El castaño comenzaba a inclinarse, aún con el antifaz que cubría sus ojos. Sus labios estaban más hinchados y TaeHyung pensaba que era precioso, pero se estaba cagando de miedo hasta que los labios de Jin rozaban su mejilla y mordía suavemente para bajar a su mentón, aflojando consigo el agarre en las muñecas de TaeHyung.

Comenzaba a morder la línea de su mandíbula y chupaba, subiendo hasta su lóbulo y tirando de este al llegar. TaeHyung se sentía algo así como drogado, debido al suave toque del tipo. Ahora una mano soltaba su muñeca y se iba a su mentón, guiando su rostro al lado contrario para tener su cuello libre donde comenzaba a descender para besar.

SeokJin no era como TaeHyung, era más delicado. Hacía todo con vehemencia pero lo hacía bien y eso lograba millones de sensaciones en el azabache quien comenzaban a gemir dulcemente. Disfrutando de ese toque y al castaño no le molestaba lo ruidoso que parecía ser. Recordaba que se veía tan masculino cantando con esa voz en el escenario y mucho público femenino derritiéndose por el bonito cantante, al que ahora tenía debajo de su cuerpo gimiendo de forma necesitaba.

SeokJin se sentía demasiado bien por eso y se encontraba besándolo con más impetu, mordiendo su piel, pasando su lengua y volviendo a chupar. TaeHyung se estaba moviendo desesperado debajo, olvidando sus ideas de su probable asesinato. Finalmente era complacido con una estocada que daba SeokJin y sentía aquella gran polla masacrar la suya.

—Oh... —TeeHyung reía con ese tono sensual—. Hombre ¿Quién está tan loca como para dejarte por tener esa polla? —divagaba—. Quiero que me folles. No importa si me rompes el culo. Valdrá cada maldito segundo

—Joder ... —SeokJin se detenía suavemente, soltando el rostro del azabache y cayendo encima de TaeHyung. Toda su anatomía cubriendo la ajena, nuevamente tomando las muñecas ajenas, pero con más suavidad—. ¿Tú no conoces el filtro, cierto?

— ¿De qué sirve? ¿Te asusta que sea demasiado directo? —preguntaba TaeHyung con el peso de aquel chico bonito encima de él—. Siento tu perfume y me encanta.

SeokJin seguía en silencio y TaeHyung lo estaba dejando asimilar el momento intimo que estaban teniendo. Bien había mencionado que no le gustaba tener que lidiar con ataques de pánico, pero a la vez trataría al tipo con cautela para obtener lo que quería. Se remontaba a aquella noche más temprano cuando había salido en escena, seguro de que tendría que lidiar con mujeres u hombres que nada que ver con sus gustos.

Pero en el momento en el que sus ojos habían visto al precioso hombre en la barra, toda la performance de TaeHyung había cobrado sentido. Le había encantando ver esos ojos curiosos mirando su entrepierna sin disimulo. Ahora entendía el por qué, pero eso no dejaba de calentarle. ¿Cómo es que alguien podría dejar a ese tipo solo por tener una buena polla? Se le estaba haciendo agua la boca.

—Jin... Quiero verte —susurraba, girando su rostro rozaba la oreja del castaño—. Déjame verte...

SeokJin alzaba su cuerpo y se quitaba el antifaz, ahora veía a TaeHyung con su cabello enmarañado y sus labios rojos.

—Eres jodidamente atractivo —susurraba con honestidad.

—Gracias —respondía TaeHyung con esa sonrisa juguetona.

SeokJin lo miraba fijamente y en detalle una última vez y se ponía de pie—. Necesito dormir —murmuraba y arrojaba el antifaz a la cama—. Lo lamento.

TaeHyung se sentaba sobre la cama y tomaba un almohadón para tapar su creciente erección—. No pasa nada. Que descanses, si necesitas una manta extra o almohadas házmelo saber

—Has sido muy amable —mencionaba, tocando su dura carne para acomodarla y obteniendo toda la atención de TaeHyung, quien mordía su labio inferior y apretaba el cojín sobre su polla.

—Que descanses, Kim SeokJin —el castaño suspiraba y salía a pasos agigantados de la habitación.

TaeHyung se echaba hacia atrás completamente frustrado. Y necesitado.

—No es justo que sea tan hermoso y heterosexual —se quejaba.

SeokJin por su parte volvía duro, verdaderamente duro a la habitación que le había brindado el bonito cantante y se echaba sobre la cama, había dejado el cargador sobre la mesa de noche y se disponía a cargar su teléfono. Se sentía mareado y confundido, quería evitar tocarse y darse unas sacudidas porque estarían dedicadas a una sola persona.

Y era al bonito desconocido cruzando el pasillo en la siguiente habitación. Mierda, mierda, necesitaba con urgencia sentirse heterosexual nuevamente. Lo que le faltaba a su noche de miseria era follarse a un desesperado, pero muy salvaje seductor chico gay.

Tomaba su teléfono y buscaba algo de porno, ese que lo ayudaba a él y su brazo compañero que bombeaba su polla hasta acabar. Al encontrar uno que llamaba su atención, con una bella castaña en él y más un exuberante consolador de compañero, se disponía a poner play. Él seguía duro, pero no se tocaría hasta asegurarse que la pechugona del vídeo lo llevaba manosearse.

El volumen de su teléfono no era ni muy alto, ni muy bajo por lo que otro tipo de gemidos, no pertenecientes a su pantalla llegaban a sus oidos. Muy bajito, pero lograba oírlo de igual forma hasta que detenía el vídeo y se sentaba sobre su cama. Cómo buen curioso paraba su oreja intentando escuchar mejor.

Voz grave pero dulce y necesitada. TaeHyung se estaba divirtiendo descaradamente. No podía culparlo, había dejado al chico demasiado necesitado. Se encontraba poniéndose de pie para salir cautelosamente de su habitación. Los sonidos incrementaban y joder que se escuchaba tan bien.

— ¿Qué estoy haciendo? —susurraba para si mismo cuando se veía caminando de una puerta a otra, intentando acercarse y escuchar más de cerca esos gemidos.

—Mmm... Oh. Joder —exclamaba el azabache dentro de su habitación.

SeokJin retrocedía negando con su cabeza, pero un grito más fuerte abandonaba los labios de TaeHyung y él giraba de inmediato. Seguía duro y todo lo que quería era ver qué estaba haciendo aquel bonito cantante. Con seguridad volvía a avanzar, una música suave muy baja de fondo y TaeHyung quien seguía gimiendo.

Con el pulso acelerado, posaba su mano en el pomo e intentaba girarlo para abrir la puerta, pero esta se encontraba con llave. SeokJin se encontraba maldiciendo al azabache porque su curiosidad iba en aumento al igual que los gemidos de TaeHyung en su habitación.

El castaño maldecía en su interior, pero sus pies no se movían de la puerta de la habitación de TaeHyung. Entonces optaba por mirar por el rabillo de la llave, sobrepasando todos los niveles de fisgón y pervertido, pero esos gemidos eran mejores que los de la pechugona de su celular. Agachándose con suma cautela de no hacer ningún tipo de ruido, ponía su ojo sobre el rabillo y contemplaba lo que deseaba.

El chico de piel canela yacía en una silla, sentado al revés, sus piernas a cada lado del respaldar y él agarrado del mismo. No veía su cara porque para lo que su vista lograba abarcar, estaba su bonita espalda color canela, algo sudada, luciendo muy sensual con esa luz púrpura que tenía. En la base de la silla, SeokJin lograba vislumbrar un dildo de gran tamaño con ventosa adherido a ésta y para una escenario más sensual, sexual y fetichista, veía una bonita falda celeste pastel a cuadrille que llevaba puesta.

Los ojos de SeokJin estaban casi sin parpadear y su bonita y carnosa boca estaba abierta de par en par, TaeHyung lo tenía totalmente absorto, aunque solo lograba ver la parte inferior de su bonita espalda desnuda, unas muy lindas piernas que había visto de rodillas hacia abajo, pero ahora notaba sus muslos y se notaba que esa piel debía de ser jodidamente suave. Su corazón estaba bombeando demasiado fuerte y sentía que no había forma de despegar el ojo del maldito rabillo porque debajo de esa falda TaeHyung—tal y como había sentido con anterioridad— se cargaba el mejor culo que había visto en sus treinta años. Y se movía malditamente bien, haciéndolo desear en demasía no haberse ido minutos antes.

Se movía salvajemente buscando su propio placer, logrando gemir más alto en el proceso en que aquel consolador tocaba su punto dulce y lo hacía volar, comenzando a saltar con más ganas, logrando que aquella falda se levantara y dejara ver más al castaño, quien estaba completamente excitado al respecto. Más duro y necesitado deseando tocar. Deseando volver a probar con aquel chico bonito, se sentía extraño y pese a que no podía verlo de cuerpo completo lo que alcanzaba a abarcar con su vista era muy sensual, llamativo. Le gustaba aquella espalda y la cintura angosta que lograba lucir con aquella falda adherida a ella. Le gustaba ver como se movía y le encantaba oírlo también.

La forma en que aquel dildo se perdia entre los bonitos glúteos del cantante y como la faldita rebotaba era simplemente perfecto y se sentía tan morboso desearlo de esa forma tan intensa. Su respiración se había entre cortado y su mano ejercía presión sobre su propia carne, hasta que la metía dentro de sus pantalones y su ropa interior. Tomándose a sí mismo a la mitad del tronco y masajeando hacia arriba, el pre semen derramado le servía para lubricarse.

Respiraba con dificultad y jadeos salían de su boca, con más fuerza tiraba de su carne y mirando la escena pensaba que TaeHyung podría tomarlo sin inconveniente, ya que su tamaño era poco más grande que el juguete que estaba utilizando el bonito azabache. Pensaba en lo bien que se sentiría estar dentro de aquel chico mientras tiraba más de su polla—concentrado en el glande para torturarse así mismo con más intensidad—y mordiendo su labio inferior para evitar gemir. Aquello era morboso, pero él no podía dejar de verlo y tocarse, hasta que el azabache quien estaba siendo muy ruidoso, perdido en su propio placer, daba lo que parecía ser un último grito desgarradoramente sensual y se corría. Logrando temblar visiblemente para SeokJin y haciendo que este se corriera intensamente en su mano.

Tan rápido, pero tan sumergido en las sensaciones que, no había podido evitar gemir, pese a que había tapado su boca. Había gemido al momento de venirse y ver cómo aquella bonita espalda sudada, temblaba y con más vehemencia se seguía moviendo. SeokJin no había despegado el ojo de la ranura hasta que veía a TaeHyung, al parecer, girando en dirección la puerta y comenzando a levantarse con cuidado. Logrando que el corazón de SeokJin se precipitara nuevamente y se levantara del suelo para correr en dirección a su habitación.

Taehyung abría la puerta lentamente y no lograba ver nada, pero no era necesario. Una sonrisa ladina tiraba de sus labios, volviendo a cerrar la puerta y pegando su frente a ésta. El cantante había escuchado ese dulce gemido detrás de su puerta.

—Si tan solo no te hubieras panickeado, Kim Seokjin.

-------- ≪ •°Mɪsᴇʀʏ Nɪɢʜᴛ°• ≫ --------

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