29. Destellos.
[Recomiendo escuchar la canción que está en multimedia, gracias a ella salió este capitulo tan bonito el momento que se me ocurrió]
But did you see the flares in the sky?
Were you blinded by the light?
Did you feel the smoke in your eyes?
Did you, did you?
Did you see the sparks filled with hope?
You are not alone
'Cause someone's out there, sending out flares
Molly no sabía si escuchaba disparos o gritos, pero estaba seguro que algo de eso era. Sonaban como muy lejanos a ella y no sabía si realmente estaban sucediendo, pero los escuchaba. Le dolía la cabeza y sentía un zumbido en uno de sus oídos que la dejaba sorda en algunos momentos. ¿Qué había sucedido? ¿Qué había pasado? Los disparos cesaron y pudo escuchar un ruido que antes, ante los otros ruidos más fuertes, no había notado. Pequeñas gotitas caían y se sorprendió al oír el fuerte olor a gasolina, cosa que Molly no olía seguido. Le sorprendió, esperaba despertarse en su cama del cuartel, entre los brazos de Went pero al abrir los ojos recordó que había sucedido.
¡Estaban vivos! La oscuridad la atormentó por unos momentos pero pudo comprender que estaban vivos y que habían sobrevivido, habían pasado por las puertas de Glory City. Trató de recordar y a su mente volvieron los recuerdos con mucha lentitud. Habían logrado pasar por las murallas, pero los Guardianes no habían dudado en dispararle y el coche había perdido el control. Lo último que recordaba era ver un árbol frente a ellos y luego el golpe, como también la mano de Went apretando la suya con fuerza.
—¿Went? —preguntó ella, buscando al chico en medio de la oscuridad, mientras sus ojos se acostumbraban a la oscuridad. No podía ver demasiado, solo podía escuchar los ruidos y aquellas pequeñas gotitas que estaban sacándola de quicio. ¿En dónde estaban?
Notó que frente a ella no estaba el volante, sino una especie de bolsa de aire que suponía que detenía su cuerpo de golpearse contra el auto. Pudo ver la bolsa y comprendió que estaba viendo mucho más, así que trató de buscar a Went en el asiento continuo. En ese momento comprendió que estaban de cabeza, que el auto había volcado y que estaban en peligro. Era muy probable que la camioneta explotara en cualquier momento al estar volcada, necesitaba encontrar a Went. Finalmente pudo verlo, atrapado entre la bolsa y su propio cuerpo. Sus ojos estaban cerrados, pero podía ver cómo le caía sangre por la nariz a pesar de haber sobrevivido al golpe como ella.
—¿Went? ¡Despierta! ¡Went! —exclamó ella tratando de moverlo pero no logró hacer nada debido a su físico—. ¡Went! ¡Vamos! ¡No juegues conmigo!
Sintió que la noche llegaba para ella, que su vida se oscurecía por completo y por un momento quiso quedarse a su lado, abrazándolo hasta que volviera en si o para siempre. Pero recordó que no podía detenerse y además, estaban en peligro dentro del auto.
Se sacó su cinturón, con un esfuerzo leve y luego imitó el movimiento con el cinturón de Went, aunque este trajo más problemas. Se había trabado y Molly trató de quitarlo del modo manual, tirando con fuerza del cinto para sacarlo, pero nada funcionaba. Trató de calmarse y no entrar en la locura, simplemente tratar de encontrar tranquilidad ante todo lo sucedido. Si ella pensaba con la cabeza fría iba a lograr lo que quería, iba a lograr sacar a Went de ese desastre y seguir su camino. Pero sus propias manos le impedían esa acción, temblaban y le demostraban que débil que era. Si ella estuviera en el lugar de Went, seguramente él estaría sacándola de manera heroica. En cambio ella no podía salvar a la persona que quería.
—Tu puedes, Molly... tu puedes con esto —se dijo en voz alta, tomando aire y finalmente controlando sus manos. Tomó la daga que siempre llevaba y cortó el cinturón con esfuerzo, finalmente quitándole a Went aquello de encima.
Su puerta estaba trabada, así que decidió usar la puerta de Went y comenzó a darle patadas para salir. En cada golpe parecía perder fuerza y sintió las lágrimas cayendo por sus mejillas, asustada por morir de ese modo tan tonto. ¿Por qué siempre estaban tan cerca de la muerte? ¿Por qué no terminaba todo eso de una buena vez? Su mala suerte creaba odio en ella y se encontró golpeando con más y más fuerza la puerta hasta que pudo abrirla. Sonrió finalmente, consiguiendo un poco de esperanza en todo eso y no dudó en salir por la puerta, pasando por encima de Went.
Al salir, comenzó a arrastrar a Went con problemas, teniendo que tirar de él con las pocas fuerzas que tenía, perdidas por el esfuerzo. Pero lo logró, tirando de él entre maldiciones y gruñidos por el esfuerzo, pudo llevarlo lejos del automóvil. Abrazó el cuerpo de Went por la espalda, ya que se había arrastrado con él y ambos habían quedado en el suelo.
—Went... por favor, no me dejes —sollozó horrorizada al comprender que estaba sola en ese momento y que Went la había abandonado finalmente. Ella sabía que en algún momento iba a suceder, pero no quería verlo... no quería vivirlo.
Las lágrimas caían de su rostro mientras trataba de hablarle y despertarlo, pero no tenía fuerzas ni siquiera para ponerse de pie o tratar de reanimarlo. El golpe, el esfuerzo y toda la situación habían logrado dejarla de ese modo.
Gritó. Gritó por ayuda, sin importarle que los Guardianes la encontraran y atraparan, ella simplemente quería salvar a Went. No quería pelear sin él, la pelea iba a ser demasiado difícil sin Went y esa sonrisa que le brindaba esperanza. Went le había demostrado que el mundo no era un lugar frío y que valía la pena pelear por los sentimientos. Le había demostrado lo intensos que eran, pero al mismo lo bien que hacían. Porque amar creaba desastres, destruía mundos, arruinaba amistades, creaba enemistades pero Molly no iba a olvidar jamás esa sensación que tenía cuando Went le sonreía.
—No vas a dejarme, Went Morton. ¿Escuchaste? No vas a dejarme —lo amenazó y esas palabras le recordaron al momento que Owen encontró el cuerpo de Lisa, pero ella no quería pensar que su relación tenía el mismo destino. No, eso no iba a pasar. Iban a morir juntos, lo habían prometido. No había vida para ellos si el otro no estaba.
Cuando quiso ponerse de pie, la camioneta finalmente estalló y Molly volvió a abrazar a Went para impedirle que las llamas se acercaran a su cuerpo. Estaban bastante lejos para recibir algún tipo de ataque por parte de la camioneta, pero aun así, la explosión la dejó unos minutos sin sentidos. Había sido tan fuerte que había creído escuchar a Went toser de un momento al otro por el humo.
Eso la hizo reaccionar. ¡Went estaba tosiendo! ¡Went estaba ahí! Movió sus manos para impedir que el humo llegara a sus ojos, pero no pudo lograrlo. No le importó cuando vio los ojos marrones claros de Went observándola con desesperación, como si él se estuviera agotando y ella fuera el oxígeno. Se aferró a la joven con fuerza y ella le sonrió, abrazándolo con fuerza y su misma desesperación.
—Pensé que no estabas, pensé que te había perdido —sollozó con voz ahogada en el cuerpo de Went y escucharlo respirar fue como una melodía nueva para Molly. Se alejó para darle aire y vio que estaba bien, seguramente el golpe lo había dejado inconsciente.
Molly frunció el ceño de repente, comprendiendo que algo estaba pasando y no podía comprender que era. Eran luces en el cielo, destellos preciosos que explotaban en el cielo y envolvían con sus colores todo el firmamento. Ella se quedó mirando sorprendida aquello, parecían bengalas pero era algo mucho más hermoso. Era esperanza. Era esperanza en el cielo oscuro y sin estrellas. Eso no lo hacían los Guardianes, eso lo hacía alguien que estaba diciéndole algo a Molly.
—¿Qué es eso? —preguntó Went tan sorprendido como ella.
—Es War —afirmó ella, totalmente segura de lo que decía y con lágrimas cayendo de su sucio rostro. Estaba segura que su hermano estaba peleando la guerra junto a ella, peleando como un Davies y consiguiendo una revolución desde adentro—. Tiene que ser él.
Logró levantar a Went con mucho esfuerzo y ni siquiera dudaron en seguir las bengalas en el cielo. Eran de todos los colores y bailaban en el cielo, uniéndose entre ellas. Era un acto de rebeldía y una revolución que indicaba una cosa: ese mundo quería ver cosas bellas, quería dejar de vivir en ese mundo tan cruel. Molly lo sabía y cada paso que daba la llevaba hacia un final, una victoria segura.
Went caminaba con lentitud, herido por el golpe y el shock, pero seguía a Molly como podía. Sus manos estaban unidas y estaban casi seguros que iban a poder destruir todo con esa mínima unión. Pero para su sorpresa, las calles estaban vacías de personas y de Guardianes custodiando. Era algo sorprendente, pero estaba segura que algo tenía que ver con las luces en el cielo.
Hasta que finalmente llegaron al centro de la ciudad y Molly se quedó boca abierta. Era algo único, algo que nunca más volvería a ver y lo sabía por completo. Era una visión única, una visión de un pueblo gritando por una sola cosa: Libertad. Los civiles estaban en todas partes, vestidos con ropa de colores llamativos y muy diferentes a las que Molly había visto en Glory City. El cielo brillaba en colores por las bengalas que había en el cielo y al mismo tiempo miles de personas en sus balcones, terrazas o directamente subidos a algo, lanzaban papeles al cielo.
Molly se encontró en medio de una lluvia de papeles, de gritos de revolución y de personas reclamando por algo que les pertenecía pero les habían quitado. Ellos gritaban por amor, dolor, angustia, felicidad... ellos gritaban por sentimientos. Went tomó uno de los tantos papeles que caían del cielo y le mostró a Molly que era. Ella se sorprendió al ver de qué trataba. En cada papel que caía había un sentimiento que alguien había escrito y los lanzaban al cielo a modo de rebeldía. Molly tomó un papel y luego otro y otro, hasta quedarse con todos ellos sin poder evitar reírse contenta.
¡Estaba ahí! ¡La revolución estaba en las calles de Glory City! ¡La estaba viviendo! Went se mordió los labios al ver a Molly, sintiendo la misma felicidad que ella y esos sentimientos que siempre sentían el uno por el otro. Era tan fácil sentir, era tan fácil levantar la voz y expresar los sentimientos, como en ese momento. Aquello era una revolución y la estaban viviendo. Molly vio a Went derramar un par de lágrimas rebeldes y lo comprendió al instante, él estaba feliz por sentir. Finalmente, para él, sentir no era algo erróneo.
—¡Molly!
Ella se dio vuelta al instante al escuchar la voz y vio a la persona que más deseaba ver en ese momento. War estaba del otro lado de la calle, tan hermoso como nunca. La chica salió corriendo, olvidándose por completo de todo y se abalanzó a su hermano para envolverlo entre sus brazos. Lo envolvió con fuerza, apretándole el cuerpo apropósito para saber si era realmente él, si todo eso era real.
—¡Ay! ¡Me lastimas, boba! —se quejó él y no pudo evitar sollozar de alegría al escucharlo.
Se alejó con el rostro lleno de alegría y se encontró con su hermano menor siendo todo un hombre. Su cabello rubio seguía siendo un desastre, despeinado y lleno de rizos, pero sus ojos eran los mismos. Esos ojos de Davies que no negaban su apellido y su sangre. Quería decirle tantas cosas que habían pasado, pero no podía creer lo feliz que era viéndolo. Ella creía que iba a morir sin poder volverlo a ver, sin agradecerle por todo lo que había creado. Pero War estaba ahí, finalmente estaba ahí.
Pudo ver a Athena a su lado, de su mano, pero lucía completamente diferente a la chica que ella conocía y por la mirada en su rostro de desconfianza, notó que cosas habían sucedido que desconocía. Era la misma joven, pero vestida como un Guardián y una expresión extraña. War la miró, asintiendo un par de veces para darle una tranquilidad que Molly no entendía.
—Es muy largo de contar, pero ella está bien... no te hagas problema —la tranquiló War al comprender el miedo que estaba sintiendo Molly por su amiga. Athena era su amiga a pesar de todo, no quería que le sucediera algo malo o extraño—. ¿Viste las bengalas? Papá me dijo que estabas en la ciudad, pero no sabía cómo llamar tu atención.
—¿Y por eso creaste una lluvia de papelitos? —preguntó Went apareciendo finalmente en la escena, riéndose del chico. War se rió al mismo tiempo y a Molly le gustó ver la sonrisa de Athena en su rostro. Seguía siendo parte de su equipo, aunque fuera una persona totalmente diferente—. Me alegra verte, War.
—Warren para ti.
Molly se encontró riendo como si esa fuera una reunión familiar normal y no pudo evitar sentirlo de ese modo. Buscó la mano de Went, entre la lluvia de papeles que caían sobre ellos y le sonrió contenta. No sabía si el sueño de él era el mismo que el suyo, pero esperaba que estuviera feliz con eso. Estuviera feliz con estar cerca de ella en ese momento.
A Went no le terminaba de cerrar todo eso de seguir a War a su "cuartel" pero terminó por hacerlo, no muy convencido de tal cosa. Iba detrás de Molly, observando todo a su paso y reconociendo más caras de lo que le gustaría. Llegaron finalmente a un bar, después de haber caminado por varios pasillos despiertos y sucios. Afuera, todo ese espectáculo seguía y al parecer, los soldados aun no atacaban, cosa que sorprendió demasiado a Went. Estaba seguro que ellos sabían que Molly estaba en Glory City y que iba a cometer locuras, seguramente estaban custodiando un lugar en particular.
El bar era el típico lugar que había sido tomado por jóvenes y revolucionarios. Las ventanas estaban tapeadas, el alcohol había sido intercambiado por provisiones y en la pantalla de la televisión había un cartel que decía "Mira la mentira". Went ignoró todo aquello y siguió cerca de Molly, protegiéndola de cualquier idiota que se pasara con ella.
—¿Qué van a tomar, chicos? —dijo una voz conocida detrás de la barra y cuando Went levantó la mirada, le sorprendió encontrarse con Zeus sonriéndoles. Molly soltó un alarido y se acercó a Zeus para abrazarlo, como había hecho con su hermano—. Que mal te ves, Gabrielcita.
—Lo mismo digo —bromeó Molly sonriendo mientras se sentaba en una de las butacas que War le indicaba. Había un montón de personas a su alrededor, sentándose en el suelo y mirando a Molly como si esperaran algo de ella. Went no estaba muy confiado que digamos y mantenía el arma cerca de su alcance—. ¿Qué has hecho, War? ¿Cómo lograste esto?
War se sentó a su lado y Athena detrás, todos en la misma barra sucia pero de pie. Decidió no sentarse, permaneció detrás de Molly y observando todo lo que sucedía. Los jóvenes a su lado parecían mirar a Molly llenos de devoción y eso le asustaba un poco. Esas miradas eran las que merecía Molly en el cuartel de los Iluminados, no en uno como ese. No entendía sus sentimientos encontrados en ese momento. ¿Por qué no le agradaba esa gente?
—Sé que al irme del cuartel dije que iba a salvar a Athena —admitió él mirando a la joven y luego volviendo a observar a su hermana—, pero cuando llegué aquí descubrí que había gente demasiado desconfiada con respecto a sus sentimientos. Lo único que hizo fue pasar la voz, comenzar a decirles que existías y todo lo demás. Ellos escucharon mis discursos, que eran idénticos a los tuyos y comenzaron las fiestas clandestinas.
Molly asintió y Went recordó que en esas fiestas estaba Owen y que por eso lo habían pedido. Más pasaba el tiempo y menos sabían de él, se preguntaba si estaba bien junto a Sally o si estaba en problemas.
—Has... has creado una revolución, War... eres realmente un salvador —comentó Molly sorprendida, pero al instante el ceño de su hermano se frunció. Al parecer, no estaba tan de acuerdo con lo que ella decía.
—No, para nada, Molly. Yo lo único que hice fue repetir tus palabras, esas que en más de una ocasión me movilizaron —le explicó War con una tranquilidad sorprende, casi adulta que sorprendió a Went y a los demás. Parecía que había dejado de ser un niño el día que se había marchado del cuartel—. Ellos escucharon tus historias, tus problemas y están dispuestos a ser tu ejército, Molly. Sé que pocos Iluminados quedan, de hecho Gabriel me dijo que solo entraron ellos dos. Ellos están dispuestos a dar la vida por ti.
A Went seguía sin gustarle la idea que enloquecía a Molly en ese momento, dejó el lugar para acercarse y observar a cada uno de los jóvenes que estaban ahí. ¿Por qué solo eran adolescentes? ¿Por qué no había adultos peleando por sus sentimientos? ¿Cuál era la diferencia? ¿Estaban todos encantados por las palabras dulces de Molly en los labios de War? ¿O tenían un plan que los Guardianes no habían contado en voz alta?
—No confío en ellos, Molly —terminó por decir finalmente Went, sorprendiendo a los Davies. La joven bajó de su banqueta y se acercó a su novio a punto de comenzar una guerra personal que siempre tenían, pero fue Athena quien se acercó más rápido—. Yo te vi, en la fiesta de los Guardianes. Te vi como uno de ellos... ¿Qué te hizo cambiar de opinión, Elizabeth? ¿Qué cambió en ti? Estoy seguro que ellos te dieron la misma inyección que a mí, muéstrame el cuello.
La joven le hizo caso, sin problemas le mostró el cuello con un leve salpullido como el que Went tenía y él tomó su pistola al instante para apuntarle. War saltó del asiento y se puso delante de Athena, sin importarle lo que Molly le estuviera diciendo. Athena seguía quieta, sin moverse de su lugar.
—¿Qué haces, Went? —preguntó Molly sorprendida, casi pálida al notar que su novio podía matar a su hermano en cualquier momento. Went le quitó el seguro al arma y sucedió finalmente lo que él estaba esperando.
Todos los presentes se pusieron de pie y se pusieron en frente a Warren, protegiéndolo con su cuerpo y vida. Eso era lo que Went necesitaba ver, que ellos iban a sacrificarse por alguien. No le importaba para nada lo que ellos sintieran por Warren, le importaba que sintieran.
—Perfecto, eso necesitaba ver. Porque les juro que si alguno nos apuñala por la espalda, seré el primero en dispararle en la frente y todos saben muy bien que lo haré —respondió Went mientras le quitaba el seguro al arma y miraba como todos los jóvenes, alrededor de War y Molly, bajaban la mirada asustados. Aparentemente funcionaba de ese modo, esos jóvenes sentían pero al parecer estaban tan confundidos como él.
Went conocía esa confusión, sabía de esas voces en su cabeza y la oscuridad que dominaba por las noches. Él recordaba esas noches en el cuartel de los Guardianes preguntándose qué le sucedía, hacía que lado debía ir y manejando las sensaciones de las peores maneras. No quería que alguno de esos idiotas le dispararan a Molly ante la confusión, porque él mismo había hecho esa idiotez en el pasado. Él conocía la confusión, sabía que dramas traía. Pero al mirar el rostro de Molly, lleno de esperanza y confianza en esos chicos, decidió dejarle soñar. Si ella quería confiar en ellos, si eso la hacía feliz, él no tenía otra opción más que hacerle caso.
—Voy a estar afuera mientras planean la manera de entrar al cuartel de los Guardianes, necesito aire.
Molly lo miraba con ternura y algo de angustia, pero terminó por asentir comprendiendo todo lo que estaba sintiendo Went. Abandonó el bar y caminó hasta llegar al exterior, sintiendo el aire fresco en su rostro. El olor a cigarrillo le llamó la atención por completo y vio como Zeus lo había seguido hasta ahí. Le sorprendió al ver que estaba fumando y cuando le ofreció un cigarrillo, Went casi lo abraza.
—Son buenos chicos, Morton, no los has visto pelear como yo —le respondió una de las tantas preguntas que Went tenía en la cabeza en ese momento. Lo miraba tranquilo, observando como prendía el cigarrillo lentamente y comenzaba a fumarlo como tanto anhelaba—. Gabriel me dijo que Cynthia estaba muerta.
A Went le sorprendió que Zeus le preguntara ese tipo de cosas, sobre todo porque dudaba que él conociera a la mujer. Luego, recordó que él estaba en el primer grupo de gente que habían creado los Iluminados. Él no sabía mucho de su historia, Molly le contaba lo que sabía y era muy mala contando cosas, siempre algo le faltaba o se olvidaba. Dejó escapar el humo por su nariz mientras asentía y veía como Zeus maldecía ante la muerte de la madre de Molly y War.
—Ese hijo de puta de Moritz siempre nos utilizó, siempre lo supe y Gabriel nunca lo pudo ver —comentó con cierto rencor que sorprendió a Went, pero nada dijo. Si algo tenía Went era ser observador y poder entender a la persona a través de gestos y acciones. Sospechaba que era algo que había aprendido al crecer entre Guardianes—. Yo tenía con Gabriel la relación que tú tienes con Owen... pero Moritz apareció y le hizo creer al idiota de Gabriel muchas estupideces. Todo esto fue antes de aparecer Molly. Le mintió, le hizo creer mentiras y lo convirtió en una persona que no era. Gabriel es un buen tipo, pero vivió engañado por las mentiras que cuenta Moritz, por su manera de ser. Todas las cosas que Gabriel hizo mal, fue por culpa de Moritz.
—Si te sirve de consuelo, Moritz está muerto.
Zeus resopló, sin realmente tener algún tipo de sentimiento ante la muerte de aquel idiota que al parecer había tenido más de un enemigo. Went no era como Molly, no le importaba en lo más mínimo la historia que habían tenido esos tres pero le llamaba la atención el odio que Zeus tenía en ese momento. Al parecer, algo le habían hecho que le dolía y no podía olvidar de un día para el otro, ni siquiera con la muerte de Moritz.
Iba a preguntarle, pero se detuvo al escuchar unos pasos acercándose a ellos en medio de la calle. Went se puso atento, tirando el cigarrillo y apagándolo, a pesar de la queja de Zeus. Era una idiotez, pero reconocía esos pasos. Había tenido demasiadas pesadillas en donde escuchaba ese caminar tan peculiar y conocido. Sacó su arma al mismo tiempo que frente a él, aparecía Sarah apuntando con su arma. Los había encontrado, era cuestión de tiempo.
—¡No! ¡No le hagan daño! ¡No!
¿Otra vez la niña gritando? Su voz lo había torturado por demasiado tiempo, había terminado por volverlo loco pero aun así, seguía escuchándola cada vez que podía. Estaba ahí, aunque no podía verla, en algún lugar de la sala, pero él no podía verla. Quería encontrarla y quería quitarle la vida lentamente, por todo el daño que le había hecho. Destruir su vida, ver la muerte pasar por delante de sus ojos, escuchar su corazón dejar de latir.
—¡No! ¡Basta!
Alguien se acercó a él con pasos lentos y luego, sucedió lo de siempre. El dolor en el cuello, ese que le quitaba el aliento y lo dejaba a la deriva por varios minutos. Nuevamente sintió que su cuerpo perdía fuerzas y caía al suelo de rodillas. Su mente estaba nublada, no recordaba cómo había llegado a ese lugar ni quien era. Sólo recordaba una cosa, tenía que asesinar a esa chica.
Se puso lentamente de pie, ignorando el frío de sus rodillas desnudas y la sangre que caía al haberse dado un gran golpe. ¿Dónde estaba? No recordaba ese laboratorio, pero estaba seguro que esas personas estaban ayudándole. Estaban demostrándole cual era el camino real que debía seguir.
Owen comenzó a caminar con lentitud hacia la chica en el suelo, sin importarle que ella le rogara que despertara. Idiota, él estaba bastante despierto. Por años y años había sufrido por los sentimientos que tenía, que lo condenaban y en más de una oportunidad lo dejaron a la deriva. Él en ese momento, estaba libre, estaba sano y podía vivir sin sentimientos para siempre. Pero tenía que matarla a ella para eso, tenía que quitarle a la chica que le había hecho sentir todos esos sentimientos. Una vez muerta, no iba a poder sentir que finalmente había enterrado su anterior vida. Se llevó la mano al cuello, lastimado por la inyección que le habían dado mientras caminaba hacia la pelirroja.
—Por favor, Owen, no... por favor —sollozaba arrastrándose hacia atrás. Estaba lastimada, pudo ver, aunque no había sido él. Su cabello se encontraba lleno de sangre seca, mezclándose con el color rojo de su cabello. A Owen no le importó ver eso, quería causarle el daño que merecía. ¡Le había hecho sentir y sufrir! Merecía morir.
—No va a dolerte, Sally.
—¡No! —gritó ella con su pecho subiendo y bajando por la adrenalina y el miedo. Owen suspiró, cansado de la idiotez de esa niña—. Tú no eres así. ¡Te han inyectado lo mismo que a Went! ¡Por favor! ¡Owen! ¡Owen!
No importaba lo que dijera o trata de inventar, él iba a terminar con su vida.
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Espero que les haya gustado el capitulo adelantado de hoy, a mi me ha encantado, espero opiniones (; Lo que quería comentarles es que hay una escena extra de Molly y Went (muy simplona, romantica más que nada) que pueden leer en mi "desván". Eso se encuentra en mi perfil bajo el nombre "desván de LBSilva" ahí está la escena aparte si les interesa. Abrazos enormes! Queda poco para el final! Que triste )_: ¿Que quisieran que suceda?
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