El efecto mariposa (castellano)
Es tan curioso... Eres, y de repente: ya no. Se acaba, desaparece, finaliza, cambia, se crea. De golpe. Eres, y de repente: ya no.
Somos amigos, somos pareja, somos hijos, padres, familia, conocidos... somos vidas entrecruzadas hasta que de repente: ya no. Hasta que de repente el vínculo se rompe y queda maracdo un antes y un después. Y no nos olvidemos de ella... esa zona gris que tanto dificulta el tránsito. Esa zona que nos duele, que nos punza, que, si bien no está siempre clara, siempre está, siempre existe. Ese período en el que las risas se transforman en silencios incómodos, en que las palabras amables se vuelven escasas, en que la confianza se va rompiendo pedazo a pedazo o simplemente en el que el vínculo cambia, se transforma en algo nuevo. No siempre a mejor. No siempre a peor. Porque mil vínculos se rompen cada día, pero millones se crean a la vez. Así, de la nada. Dos vidas se entrelazan de repente. Una mirada, un mensaje, un golpe dado sin querer, un amigo en común o una simple conciencia. Y dos vidas quedan unidas para siempre, o no. Pasas de ser nada a ser conocido, a ser amigo, pareja, vecino o simplemente pasas a ser. Incluso pasas a ser padre, a ser hijo, a ser algo nuevo o sin definir.
Es tan curioso... Eres, y de repente: ya no. Somos atletas, somos estudiantes, artistas y científicos. Somos ricos, somos pobres, somos felices o simplemente somos. Y de repente: ya no. Todo puede cambiar en un segundo. La vida puede acabar, la vida puede empezar, la suerte puede aparecer o la desgracia hacer presencia. El futuro nunca está asegurado, el pasado... pasado está. Es polvo, es recuerdo, es nostalgia o alivio. Pero ya no está, solo real en nuestra memoria.
Todo termina. En este mundo todo es finito. Puede que lo único que tengamos es el ahora. Ese momento indeterminado entre el ayer y el mañana, entre las ocho y las nueve, entre el segundo pasado y el que vendrá. No tenemos nada más, nada más que período cambiante que en un momento es futuro, en el siguiente presente y después ya pasado. Este breve momento que puede determinar nuestras vidas. En cierto modo es terrorífico, pero, por otro lado: esperanzador. Nada está escrito. Y eso nos da poder. Nos da libertad. Nos da la capacidad de escribir ese segundo que marcará nuestra vida. De tomar aquellas decisiones que a veces parecen trascendentales y no lo son, que a veces lucen insignificantes y nos marcan para siempre.
No creo en el destino. No creo que nuestras vidas vengan determinadas por alguna fuerza que las una y las entrelace hasta cortarlas. No. Nuestro ayer, nuestro ahora, nuestro mañana son la suma de esas pequeñas decisiones que tomamos en efímeros segundos, en momentos que son ahora y al momento ya son pasado.
Dicen que el aleteo de una mariposa puede provocar un tornado en la otra punta del mundo. Que una pequeña acción puede determinar una vida, mil vidas, un pasado, un futuro y, sobre todo: un presente. Por qué... ¿Qué más tenemos que eso? ¿Qué más tenemos que vivir el momento? El presente es lo único que tenemos garantizado. La vida puede cambiar en un mísero segundo: así que vivámoslos. Porqué podemos ser, y de repente: ya no.
No me toméis muy en serio. Tenía que escribir algo para el instituto (en motivo de Sant Jordi) y me puese a divagar jeje
Feliç diada de Sant Jordi 🌹
Feliz día del libro ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro