Me gusta, me gusta el aire de tormenta. Es diferente, más frío, más puro. Distante y cercano a la vez.

Puede que simplemente lo que me gusta sean los truenos que lo acompañan. La tormenta que se avecina. Este aire nunca miente y aun así te acaricia la piel, a veces demasiado fuerte. Demasiado frío. Pero siempre lo hace a la vez que los truenos rugen ferozmente en la distancia.

Me gusta este aire de tormenta. Me gusta cómo me revuelve el pelo y me eriza la piel. Me gusta como todos huyen de él, menos yo. Quedando a su merced hasta que la lluvia empieza a caer. Entonces también huyo.

Algún día andaré bajo la tormenta. No hoy. Seguramente tampoco mañana. Pero algún día dejaré que el viento me rodee y la lluvia me envuelva. Algún día escucharé la tormenta des de dentro -de nuevo- a la vez que me moja y me libera de todo.

Ese día bailaré bajo la lluvia con los truenos como música y el repiqueteo de la lluvia como el abrazo de aquellos que he perdido. Ese día, finalmente el viento será mi casa. El frío mi gente. La alegría mi corazón.

Porque aquellos que afirman que la felicidad es el sol, nunca han bailado bajo la lluvia ~ Frase anónima.